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Cifras que
hablan por sí solas |
Recordemos, pues, que en el análisis basado en 8 medios de
comunicación consultados a lo largo de 36 meses consecutivos: El Nacional, El
Universal, El Mundo, Tal Cual, Quinto Día, La Razón, Unión Radio y Globovisión
–entre el 6 de diciembre de 1998 y el 6 de diciembre de 2001-, se registró un
total estimado en 75.679 millones de dólares en irregularidades administrativas,
producto de una concienzuda revisión de casi 2.400 registros de información que
ocuparon más de 125 mil centímetros por columna de espacio.
No está demás recordar que, evitando las duplicaciones
innecesarias, cada cifra de cada registro de información fue llevada al tipo de
cambio promedio anual de cada año, para lograr una mejor aproximación
cuantitativa del fenómeno.
El total refleja cerca de 113 casos diferentes de corrupción,
que involucran a 134 instituciones públicas, mixtas o privadas, y develan más de
80 tipos de delitos penados por diferentes leyes nacionales e internacionales.
El 87,18% de lo denunciado se corresponde con situaciones de supuestas
irregularidades administrativas imputadas a la IV República y el restante 12,52%
es atribuible supuestamente a la V República en tres años de administración.
Costo estimado global de la corrupción
en el período 98-2001 en dólares
Casos propios de la IV República |
Denuncias de la V contra la IV República |
Casos propios de la V República |
Totales |
$63.229 millones |
$2.759 millones |
$9.691 millones |
$75.679 millones |
83,54% |
3,64% |
12,82% |
100,00% |
De los 75.679 millones de dólares compendiados, 9.691
millones de dólares se correspondieron con casos de presunta corrupción
atribuible a la ejecución administrativa de la V República y del gobierno
chavista actual, quedando discriminada la segunda cantidad por años, de la
siguiente manera:
Costo estimado anual de la corrupción
atribuible a la V República en dólares
Año 1999 |
Año 2000 |
Año 2001 |
$2.005 millones |
$6.058 millones |
$1.626 millones |
Por contraste, el comportamiento cifrado de la corrupción
imputable a la IV República ciertamente acaparó el grueso de la cifra global,
pero no es nada desestimable que la casi segura reproducción de la corrupción
haya remontado los casi 10.000 millones de dólares en los últimos tres años, lo
cual es un indicador cierto de que, al igual que en el pasado reciente, las
irregularidades administrativas y otros ilícitos le estén minando las bases a la
llamada revolución bolivariana.
Las cifras anteriores no hacen más que ratificar que existe
un muy grave volumen de corrupción denunciada o reseñada públicamente que coloca
en entredicho la pulcritud en el manejo de los recursos presupuestarios durante
los primeros ejercicios fiscales de la actual administración.
Recordemos que durante la presente gestión gubernamental, se
han presentado cuatro situaciones de congestionamiento de corrupción: el período
julio a diciembre de 1999, el lapso abril a junio de 2000, los meses de octubre
a diciembre de 2000 y de febrero, marzo y abril de 2001.
Por otra parte, los montos revisados también confirman los
niveles de corrupción a los que se llegó en los años finales de la democracia
puntofijista.
Como ya lo reseñamos en los capítulos 9, 10 y 11, referidos a
los casos considerados como emblemáticos de la V República, el origen de los
señalamientos básicamente se corresponde con personas o instituciones afectas al
oficialismo, y es raro el proveniente de la oposición. Claro está, que ésta ha
aprovechado todas las oportunidades políticas que han surgido una vez que se han
presentado las distintas situaciones.
También llama poderosamente la atención que en casos como el
Plan Bolívar 2000, Fondo Unico Social y el Banco del Pueblo, algunos de sus
responsables como el hoy ex presidente del FUS, comandante William Fariñas, y el
también ex presidente del Banco del Pueblo, Roberto Rodríguez; adujeron el
expediente del "aprendizaje" y los excesivos pasos burocráticos en los que había
que incurrir para justificar el desorden administrativo que, sin duda, da pie a
la corrupción. A esto habría que sumar la peculiar posición de algunos
funcionarios oficiales por las licitaciones, tal como lo manifestó en su debida
oportunidad el presidente de Fondur, General Víctor Cruz Weffer, comandante
general del Ejército remplazado por el presidente Chávez a fines de 2001.
William Fariñas, presidente del
Fondo Unico Social: "cometí errores y
tuve que saltar talanqueras porque, lamentablemente, son muy engorrosos
los trámites de la administración pública para poder cumplir con todas
las pautas que se establecen para cualquier transacción" (El
Nacional, 20/03/2001).
Roberto Rodríguez, presidente
del Banco del Pueblo: "No se han
cumplido algunos procedimientos, pero eso no significa que hay dolo o
malversación. La formalidad no es lo que define la responsabilidad de la
gente, las grandes estafas en el país es han cometido con todos los
papeles del mundo..." (El Universal, 15/03/2001).
Víctor Cruz Weffer, general
presidente del Fondo Nacional de Desarrollo Urbano:
"licitar no es legal, ya que significa que los cuatro o cinco poderosos
de la construcción se ganen todos los contratos...Existen mecanismos
legales para eliminar el proceso de licitaciones, como el decreto de
emergencia del año 2000, y en el 2001 la adjudicación también será
directa por la reforma de la Ley de Licitaciones, la cual establece que
los recursos son por ley de endeudamiento público externo" (Unión
Radio 07/03/2001).
Origen de las denuncias de corrupción
en casos emblemáticos de la V República
Caso |
Denunciante de señalamientos |
Plan Bolívar 2000 |
Contralor Eduardo Roche Lander
Contralor Clodosbaldo Russián |
Fondo Unico Social |
Departamento de Finanzas y Tesorería del FUS |
Fondo Desarrollo Urbano |
Diputado Pedro Castillo del MAS y Contralor Clodosbaldo
Russián |
Hernán Grüber Odremán |
Alcalde Alfredo Peña, ex ministro de la Secretaría de
la Presidencia |
Megaelecciones |
Tribunales, Fiscalía y Contraloría General de la
República |
Luis Miquilena |
Fiscal Javier Elechiguerra, ex Procurador General de la
República |
Cedulación |
Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional
liderada por diputados del oficialismo |
Fundabarrios |
Contralor Clodosbaldo Russián |
Banco del Pueblo |
Superintendente de Bancos, Alejandro Cáribas |
Cavendes |
Quiebra por parte de la familia Vallenilla, encabezada
por el ex constituyente Luis Vallenilla |
Recursos de Vargas |
Diputado del MVR, Simón Escalona |
Reforma del Poder Judicial |
Diputados Carlos Tablante e Iris Varela del MAS y MVR |
Seniat/ Aduanas/ Onidex/ Setra |
Desbordamiento de la corrupción |
Escuelas Bolivarianas |
Diputado del MVR, José Luis Farías |
Gobernador de Barinas |
Antonio Bastidas y Rafael Riera Diputados Regionales de
Acción Democrática |
46 casos de corrupción |
Comandantes del 4F, Urdaneta Hernández, Arias Cárdenas
y Acosta Chirinos |
Programas sociales como el Materno Infantil |
Diputado Carlos Ocaríz, de Primero Justicia
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En cambio, como lo analizamos en el capítulo 8, las
acusaciones de la V República contra personas o instituciones de la IV fueron
lideradas, lógicamente, por funcionarios partidistas o del gobierno chavista,
aún desde cuando ejercían la oposición a los gobiernos anteriores. Las figuras
de los periodistas Alfredo Peña y José Vicente Rangel, del veterano político
Luis Miquilena y del propio presidente Hugo Chávez, fueron claves en
investigaciones emprendidas por las viejas y nuevas instituciones
jurisdiccionales, las más de las cuales no condujeron a resultados ampliamente
satisfactorios en términos de opinión pública.
En los casos propios de la IV República, compendiados en el
capítulo 7, se nota con mayor nitidez la actitud permanente de denuncia por
parte de la oposición y de los propios partidos del estatus, Acción democrática
y Copei, y del Movimiento al Socialismo, la Causa R y Patria Para Todos. La
mayoría de los casos fundamentales, pasaron al olvido y la impunidad gracias a
las prescripciones ocurridas en los extintos Tribunal Superior de Salvaguarda y
Corte Suprema de Justicia.
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