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Capítulo 13/La corrupción en tiempo de Chávez  

 

 

 

Fin de fiesta (conclusiones)

Freddy Bernal, Alcalde de Libertador, asegura que en el MVR hay mucha gente "coleada" (foto: El Mundo).

El siguiente es parte de un diálogo periodístico que sostuvieron el alcalde de Libertador, Freddy Bernal, y el periodista de El Universal, Roberto Giusti, difundido en la edición del lunes 30 de julio de 2001.

—... Así como el alcalde no puede estar en cada callejón de Caracas, tampoco el Presidente puede vigilar cada municipio del país. Cuando a él se le presenta, dentro del Plan Bolívar 2000, un proyecto de casas decentes, no le queda otro remedio que confiar en sus ministros y subordinados. Pero eso no quiere decir que no haya fallas.

— Fallas y corruptelas cuyos culpables andan sueltos –Giusti prácticamente emplazó al alcalde Bernal a contestar.

— Fallas que corresponde subsanar a la Contraloría y a la Fiscalía –respondió Bernal al diálogo-. El Presidente destituye al funcionario que no cumple con el compromiso, lo demás corresponde a los órganos jurisdiccionales. Como militante de V República lamento que hasta ahora no haya un preso importante. Si por mí o por el Presidente fuera habría muchos presos.

— ¿A quién pondrías preso? –le insistió el reportero.

— No recuerdo ningún caso en particular –dijo Bernal-.

— El presidente del FUS (William Fariñas), por ejemplo

— Cada quien hace lo que debe hacer en su instancia. Estoy convencido de que a V República, por ejemplo, hay que darle un sacudón bien fuerte para ponernos acordes con las expectativas y que no traicionemos las esperanzas de la gente.

— ¿Está el MVR traicionando a la gente? –le repreguntó Roberto Giusti-.

— No como MVR. Lo que pasa es que hay gente coleada. Y hay que tomar medidas.

— ¿Es Miquilena un coleado?

— Miquilena –expresó Bernal- no lo es, pero si no tomamos medidas la gente nos puede acusar de estar haciendo más de lo mismo...

La entrevista anterior encierra, a nuestro modo de ver, varias realidades que refuerzan nuestra tesis con respecto al estado actual de la corrupción administrativa en Venezuela:

Reconocimiento de fallas en el más alto nivel del Ejecutivo que crean y facilitan situaciones críticas como para que la corrupción se haga presente y se reproduzca.

Desgano en el actual gobierno chavista en cuanto a su vocación de combate contra una de las siete plagas del puntofijismo.

Riesgo implícito en la actual administración chavista, pendiendo cual Espada de Damocles, de no dar respuestas contundentes frente a los nuevos casos de aparentes irregularidades que se presentan cada vez con mayor frecuencia ante los ojos de los venezolanos.

Sensación de solidaridad automática que le abre paso por puertas y ventanas a la inefable impunidad.

Temor a que una mayoría juzgue a los nuevos gobernantes y, por qué no a la revolución misma, con idéntica o peor medida que a etapas anteriores en materia de expectativas creadas frente a logros cumplidos.

La corrupción administrativa está vivita y coleando en la V República y no hay un solo preso.

Estas son algunas de las razones por las que afirmamos que en la actualidad y bajo el esquema reinante de poder en la V República –con todo y el proceso constituyente, la aprobación de una nueva constitución que incorpora al Poder Ciudadano, la relegitimación de los poderes públicos que de aquella se derivaron, la depuración emprendida en el Poder Judicial-; en Venezuela se mantienen vigentes e incólumes las condiciones que hacen posible la existencia y la reproducción constante de un estado generalizado de corrupción masiva en la administración de la cosa pública y en ciertas esferas del sector privado, tan crítico como durante los 40 años anteriores de democracia puntofijista.

 

   

 

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