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Capítulo 1/La corrupción en tiempo de Chávez  

 

 

 

¿Qué dicen académicos y encuestas?

Desempleo e Inseguridad superan a la corrupción en la percepción de los problemas (foto: Fast Multimedia).

Desde hace tres años el profesor Herbert Koeneke mantiene en el postgrado de ciencias políticas de la Universidad Simón Bolívar una cátedra denominada Sociología de la Corrupción en Venezuela. Le consultamos sus apreciaciones al respecto de nuestras inquietudes.

— La impresión que yo tengo por lo que observo, escucho y leo es que no ha habido ningún tipo de neutralización al problema de la corrupción. Quizás estamos, más bien, en presencia de una expansión en términos comparativos del fenómeno.

— ¿Por qué?- repreguntamos al experto.

— La razón es que la corrupción, como lo planteó muy bien Robert Klitgaard, autor de La corrupción administrativa, es producto de factores institucionales en lo fundamental. ¿Cuáles son esos factores institucionales en Venezuela que existían y siguen existiendo? En primer lugar, el monopolio de las distintas instancias funcionales del gobierno. En segundo lugar, la discrecionalidad. Y, en tercer término, una muy débil estructura de rendición de cuentas y de fiscalización del control. Entonces, si tienes un Estado que actúa monopólicamente, un alto nivel de discrecionalidad entre los funcionarios y unas instituciones con gente incondicional al gobierno, como por ejemplo la Contraloría; puedes estar plenamente convencido de que el fenómeno de la corrupción no va a cambiar.

Explica Koeneke que cuando se analiza el Diccionario de la Corrupción en Venezuela, "uno se consigue que los primeros gobiernos tienen muy pocos casos. Pero sí creo que hay razones suficientes para enjuiciar en forma negativa a los últimos 15 ó 20 años de la democracia no chavista de la IV República. Pero esto no se puede usar para esconder los casos políticos que ellos tienen, ni los errores y omisiones que se han cometido en este período".

Para Luis Cristhiansen, director general de la empresa Consultores 21, "hay un indicador muy claro que sugeriría una posibilidad cierta de que efectivamente exista igual o más corrupción que en el pasado y es la no existencia de puntos de equilibrio, de balance o contrapeso al actual gobierno. Cuando pienso en gobierno pienso en todas las instituciones que han sido renovadas. No hay punto de equilibrio frente a esto".

— Si uno considera al Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, incluso el Poder Ciudadano, todos están en las mismas manos. Esto marca una diferencia muy clara con el pasado. Antes por más acuerdo que hubiese entre AD y Copei, había un proceso de control mutuo. Si asumimos que los procedimientos para designar Contralor, Fiscal o Tribunal Supremo son similares, antes se reunía un grupo de gente y los nombraba y ahora es un grupito: Chávez con los que tiene más cerca. La diferencia entonces esta en que antes existía algún otro ente que actuaba como balance y eso en este momento no se ve. Si este es el escenario, sin necesidad de entrar a calificar si existe o no corrupción, es evidente que hay menos controles y, perfectamente puede existir igual o más corrupción de la que había antes.

Si bien por un lado hemos afirmado que los señalamientos y denuncias de corrupción ascienden al orden de los 75.679 millones de dólares y con sobreabundancia de casos; llama la atención que por el otro la percepción de los venezolanos indica, medida en encuestas realizadas por Consultores 21 desde el año 1989, que el tema de la corrupción administrativa se habría venido resolviendo con el paso del tiempo y, muy particularmente, en los últimos dos años y medio.

La corrupción como problema del país 1989-2002

Fuente: Consultores 21 y CECA.

Según las explicaciones de Cristhiansen, "para la opinión pública la corrupción, que llegó a ser un problema muy importante, por ejemplo en 1992 y años precedentes, se aprecia que casi está a punto de desaparecer como problema" en la percepción de la gente. "Ha sido desplazada por dos temas cruciales: la inseguridad y el desempleo", y así lo reflejan todas las encuestas.

— ¿Qué plantea esta dicotomía?,-preguntamos.

— Que evidentemente existe un divorcio muy grande entre lo que pudiera estar ocurriendo en el país y lo que la gente está percibiendo. Esto lleva inevitablemente a hacerse una pregunta: ¿cómo explicar que para la gente la corrupción sea menos importante como problema y, sin embargo, el país en el que estamos se ve favorecido por la ausencia de controles frente a la corrupción, o incluso, objetivamente hablando, la cantidad de denuncias que hay en este momento es similar o mayor a la cantidad que había en la IV República?

La respuesta la da el mismo Luis Cristhiansen: "llegamos a una bisagra. Chávez aparece en el escenario y emerge, justamente, como un luchador contra la corrupción, pero no en genérico, sino contra la que personificaba Carlos Andrés Pérez. Una vez que sale Pérez del juego, Chávez se convierte en el paladín de la lucha contra la corrupción y su discurso logra decirle a la gente, ojo, la corrupción es lo que no deja que aquí todos estemos bien, lo que evita que acá no haya redistribución".

 

   

 

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