"Desde
la Sierra de Lújar hasta Francia. La huída de seis
maquis en 1952"
Crónica
de la ruta de huída desde la Sierra de Lújar, cerca
de Motril (Granada), hasta su llegada al Pirineo francés,
que utilizaron 6 guerrilleros andaluces desde el 6 de Junio hasta
el 14 de Octubre de 1952.
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Basado en el informe presentado
en el V Congreso de Profesores-Investigadores en Constantina
(Septiembre de 1986), por los profesores José Aurelio
Romero Navas, del I.B. "María Zambrano" de
Torre del Mar (Málaga) y José María Azuaga
Rico del I.B. "J. Rodríguez" de Motril.
(Posteriormente ampliado por
J. Aurelio Romero Navas, y contrastado con testimonios de
los protagonistas y familiares, e informes del Servicio de Información
de la Guardia Civil, en el Archivo de la Dirección General
de la GC.)
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INTERESANTE
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Análisis geográfico
del periplo de Fernando Hernández Sánchez, del
Dto. CCSS, Geografía e Historia
I.E.S. "Sefarad", de Fuenlabrada,
Madrid
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(PULSAR)
(1) Si a todo esto añadimos
las intervenciones extranjeras en nuestro país, encontraríamos
una explicación del surgimiento, relativamente frecuente,
de la lucha guerrillera en España. Pero esta intervención
foránea no se dará en la postguerra, y tal vez fuera
una de las causas del fracaso guerrillero, ya que la rebeldía
popular se acrecienta cuando se dan situaciones en esa índole.
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En la imagen: Miembros del
XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero del EPR,
"Los Niños de la Noche", a cuyo cargo estaba
Domingo Hungría. Una unidad especializada en la guerra
de guerrillas para desestabilizar las lineas franquistas. la mayoria
eran andaluces, con mandos intermedios brigadistas internacionales
con experiencia en la I-GM. Eran autosuficientes, combativos,
bien pertrechados, con experiencia en demoliciones y supervivencia.
Aunque muy disciplinados y con un gran espíritu de Cuerpo,
rehuían el contacto con los corresponsales y la Prensa
en general, tenían normas y costumbres propias, poseían
buen entrenamiento y gran potencia de fuego individual. El ejército
franquista llegó a publicar pasquines y anuncios en los
periódicos con cuantiosas recompesas por su captura.
Los cuerpos guerrilleros de la
República pudieron ser un eficaz medio para paliar la falta
de medios militares y mandos profesionales del Gobierno Constitucional
de la República, ante los que poseían los militares
golpistas de África, con el pleno apoyo económico
y militar de Alemania e Italia, a quienes sirvió la GCE
para expandir su política fascista y al mismo tiempo experimentar
sus nuevos armamentos y estrategias que preparaban para la futura
2GM..
(2) Son diversas las opiniones
que coinciden en esta valoración. La República no
organizó hasta Febrero de 1938 grupos guerrilleros (el
XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero) que actuasen en la
zona dominada por los sublevados y algunos han llegado a enseñar
que si esta política se hubiese practicado antes y con
apoyo mayor por parte del Gobierno de la república Española,
el desenlace de la contienda podría haber cambiado de signo.
Sin embargo, valoraciones de este tipo pueden caer en el terreno
de lo puramente especulativo. (Véanse por ejemplo, LISTER,
Enrique:Basta, 1971 y GOMEZ PARRA, Rafael:La
guerrilla antifranquista. 1945-49, 1983).
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Jose Aurelio Romero Navas
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Antecedentes:
Una
de las características de nuestra postguerra fue el fenómeno
de la guerrilla antifranquista. No sería, sin embargo, algo
nuevo, sino un factor que periódicamente se ha venido reproduciendo
a lo largo de nuestra Historia, debido posiblemente a las grandes
contradicciones políticas y socioeconómicas que se
han dado en España, y a otros factores que, como nuestra
geografía física (especialmente las características
de su relieve) han favorecido de forma colateral, aunque no despreciable,
la aparición de fenómenos de este tipo (1).
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Prueba de su importancia es que haya sido en España (a partir de
la guerra contra Napoleón), donde por vez primera se ha empleado
el término de "guerrilla", como denominación de
una forma de lucha irregular, protagonizada por pequeños grupos
armados de paisanos que rehúyen el choque en campo abierto y que
mediante acciones como sabotajes y golpes de mano, hostilizan a un enemigo
organizado conforme a unas estructuras militares más clásicas.
La guerrilla antifranquista atravesó una serie
de etapas, en torno a las que no hay un acuerdo total de los distintos
autores, aunque pensamos que la periodización más correcta
es la siguiente:
La
primera fase coincide con la Guerra Civil,
y la protagonizan, por un lado, los que huyen ante el avance de las tropas
sublevadas y se ocultan en la Sierra y, por otro, por los grupos que,
tardía e insuficientemente (2), creó
el Estado Republicano para debilitar la retaguardia franquista,
La
segunda fase abarcaría desde el final de la Guerra hasta
1944: la guerrilla está formada por aquellos que escapan a la represión
y por algunos pequeños grupos con mayor conciencia política
que consideran que la libertad puede recuperarse mediante la derrota militar
del franquismo, apoyados por insurrección popular.
La tercera y más importante etapa,iría
de de 1944 a 1948, iniciada con la frustrada invasión a través
del Valle de Arán y que al calor de los triunfos de la Resistencia
europea (donde han colaborado muchos españoles, especialmente en
Francia), frente a nazis y fascistas, pretende no sólo conseguir
el levantamiento contra Franco, sino la ayuda aliada, bajo el argumento
de que el Régimen es de similares características a sus
enemigos, y además colaborador de los derrotados en la II Guerra
Mundial. Durante esos años, la lucha armada se irá extendiendo
por España.
La cuarta y última etapa del
maquis comenzaría en torno a 1948, finalizando aproximadamente
en 1952, aunque sus rescoldos perduren hasta la década de los sesenta.
Será una fase de decadencia, explicable por la desmoralización
que ocasionó la no intervención de los aliados occidentales
en favor de ellos y su apoyo más o menos abierto a Franco con el
inicio de la guerra fría; los éxitos represivos del Régimen,
la ausencia de levantamiento popular antifranquista (que contribuirán,
en ocasiones,a la aparición de actitudes puramente bandoleriles),
aconsejarán el abandono de este tipo de lucha.
Perviven grupos enormemente aislados, reacios unos a la retirada, imposibilitados
otros de llevarla a cabo, logrando subsistir en algunos casos, como el
de los anarquistas catalanes Sabaté y Caraquemada
hasta fines de los cincuenta o principios de los sesenta, siendo el último
de todos el comunista gallego José Castro Veiga(a) El
Piloto, que duró nada menos que hasta 1965. Durante toda
esta época, van cayendo los últimos guerrilleros y se organizan
algunos intentos de evacuación al extranjero (aunque antes de 1948
ya hubo varios).
La fortuna será desigual en esta retirada y es precisamente uno
de los capítulos de la misma lo que vamos a narrar a continuación,
pero antes de ello queremos dedicar unas breves líneas a la guerrilla
malagueña y, en concreto, a la de su comarca oriental, que actua
también en la zona limítrofe de la provincia de Granada,
tema sobre el que venimos investigando desde 1983, con la ayuda de Cristobal
García Montoro, profesor de Historia Contemporánea de
la Universidad de Málaga.
Aunque ya existían núcleos en los primeros años de
la postguerra, fue a partir de los últimos meses de 1944,
cuando el maquis comenzó a cobrar un mayor auge en la provincia
de Málaga, con la llegada desde Argelia de 12 hombres dirigidos
por el comunisa Ramón Vias. Previamente, por medio de un
barco de pesca, se habían desembarcado armas y una emisora en Río
de la Miel, lugar situado en la costa rocosa cercana a Nerja.
Santiago Carrillo ha manifestado que era él
quien tenía previsto dirigir ese desembarco, aunque la necesidad
de acudir al Valle de Arán a detener la penetración
del maquis en aquella zona, que tenía visos de acabar en gran catástrofe,
evitó su llegada a la provincia de Málaga.
Ramón Vias fue detenido y, aunque logró escapar en
dos ocasiones de la cárcel malagueña, la última de
ellas con 24 reclusos más, encontró la muerte frente a la
policía en la Granja de Suárez, cerca de lo que es hoy la
Residencia Sanitaria Carlos Haya. Suerte parecida corrió el siguiente
jefe, de apellidos aristocráticos: Alfredo Cabello Gómez-Acebo,
detenido y fusilado en Málaga, pero fue con José
Muñoz Lozano Roberto cuando esta guerrilla
alcanzó su apogeo y... su fracaso final a raíz de su detención.
(SIGUE)
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