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Radiografía de una civilización perversa
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LA TROIKA FANTÁSTICA
(Zoológico en Tres Jaulas)
Jaula Prima


CONTENIDO

Presentación

Autosemblanza

Prólogo


(I) El Drama Teatral
La Troika Fantástica
- Elenco
- Preludio
- Jaula Prima
- Jaula Seconda
- Jaula Terza

Parte I en PDF 57 kb

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Parte I (57 kb)


(II) Relatos Iconoclastas y Corrosivos
Tríptico con tres Dedicatorias
i- El Horóscopo
ii- Cómo Volvió a Hablar Zaratustra
iii- Otra vez Dante en Tierra de Tlatoanis

Realidad Bichera
i- Usos y Costumbres de Animales Inferiores
ii- Otras Realidades Bicheras
Parte II en PDF 47 kb

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Parte II (47 kb)


(III) Ensayos Sobre una Civilización Perversa
Sobre Malentendidos y Farsas
i- Malaventurados los Mansos
ii- Abominable Falsificación del Humanismo
iii- ¿Francis Bacon o Víctor Frankenstein?
iv- Lo que Hubiera Dicho Dante

Pasado, Presente y Futuro
i- Fariseísmo Pragmático
ii- Se Necesita a Jano
iii- Lo que Jano Explicó del Pasado
iv- Jano Sigue Buceando en el Pasado
v- Tres Intentos de Asaltar el Cielo
vi- Característica de la Decadencia Social
vii- Decadencia y Corrupción
viii- La Razón Decadente se Vuelve Demente
ix- Jano Imagina Porvenires

Parte III en PDF 134 kb

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Parte III
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"DE LA VIDA Y MILAGROS DE MIYOYOS"

ESCENA ÚNICA. CUADRO I: "MIYOYO DE LUJO"

Sube el telón. ¡Qué escena luminosa! Sí, porque reina una intensa claridad blanquecina de tubos de gas de neón empotrados en el techo, claridad artificial, como suelen ser las cosas en este mundo nuestro de modernidades que galopa hacia el futuro montado en la tecnología. Parece un lujoso salón de seminarios, pero de esos para la crema y nata de la intelectualidad, pues ahí no hay estrados ni sillas ordenadas en filas para escuchar un orador y ni siquiera alguna de esas largas mesas de embajada para unos quince o veinte oyentes distinguidos. Lo que hay es un par de mesas alargadas, bajitas, de caoba, con varios ceniceros repletos de colillas y unas cuantas tazas de café, y cinco o seis butacas de cuero que se antojan comodísimas, pues el oficio de pensar se estimula mejor cuando el cuerpo reposa adecuadamente. Las paredes son de madera, con algunos retratos, se diría que de prohombres de la cultura, o de la sociedad, todo ello con cierto gusto victoriano... en fin, un salón que rezuma sabiduría, casi "suda ideas", claro, sin duda, las de los elegidos seminaristas que ahí seguramente suelen reunirse. A todas luces se trata de la estancia de seminarios y mesas redondas, reducidas y elevadas, de personajes de polendas en eso de hacer trabajar a las neuronas. Sólo dos mesitas, sí, y buenos butacones porque en los olimpos intelectuales no se quiere cosificar a los participantes de debates de ideas, a esos niveles hay sibaritas, que lo son porque empiezan por amar una estudiada "uniformidad".

Lo que allí se haya debatido parece que ya terminó, pues sólo quedan sentadas tres personas. Una de ellas peina ya numerosas canas, viste pulida pero informalmente, sin corbata, con una coqueta chamarrita de ante, porta una pipa en la mano izquierda y, mirando entre displicente y sonriente a sus dos interlocutores, perora pomposamente moviendo acompasadamente, como un director de orquesta, la mano derecha, como tratando de indicar que lo que está diciendo es obvio... pero sólo a él se le ocurre. Sin duda es un "grande" del pensar... lo llamaremos "Don Gran" o para que se nos facilite fonéticamente, ¡"Grandón"! Uno de sus interlocutores, que como su compañero debe apenas rozar la cuarentena de años, un joven y atildado profesor, de traje y corbata impecable y con una pequeña barba que parece anunciar que "lo suyo" es lo intelectual y no lo manual, mira y escucha arrobado a Grandón, como queriendo absorber su sabiduría para aumentar sus propias luces. ¿Cómo bautizarlo? Bueno... pues por lo que sea como sea socialmente es, "El Profesor", o más abreviadamente, "El Profe". El segundo interlocutor de Grandón es distinto... viste pulcra pero descuidadamente, no parecen importarle demasiado las apariencias, recostado sobre su butaca mira a Grandón con ojos semicerrados, con cierta indefinida sonrisa que se antoja crítica. Es también profesor como su compañero... pero de la disidencia y de la crítica; utilizando los prefijos de ambas palabras podría convenir lo llamáremos "Discri".

[Grandón habla...]

GRANDÓN. No todo lo he dicho en el seminario que acaba de pasar. ¡YO estoy muy acostumbrado a esto, pero aun a MÍ se me escapan a veces, pocas, las cosas!... ¿Sabéis qué omití? ¿Cómo pueden a MÍ sucederme tales imperdonables olvidos?... Olvidé decir que ya somos cinco mil trescientos millones de seres humanos sobre la Tierra, y aún hay que añadir que cada día nace otro cuarto de millón, ¡qué escándalo, no cabemos ya en esta balsa que es nuestro planeta!... Pobre humanidad, que haya así violencia y egoísmo, empellones de unos contra otros, es natural, pobre humanidad...

PROFE. [Con voz lambiscona.] ¡Sí, Maestro Grandón, somos muchos! Pobre humanidad, pero, ¿qué hacer?

GRANDÓN. Lo tengo YO pensado eso ya hace mucho tiempo, fue siempre ancestral preocupación MÍA... ¡Y cuántas veces YO he discutido con gente inteligente, premios nobel, intelectuales de polendas reconocidos mundialmente, grandes y sensibles artistas, que me honran con su amistad!, pues son todos amigos MÍOS...

PROFE. ¿Y en qué pensaron, Maestro? Seguramente en algo importante...

GRANDÓN. ¡Eh, sí, joven amigo!... YO, con esos dilectos amigos MÍOS, literalmente casi nos hemos pasado la vida fundando elevados comités internacionales, conferencias similares, elaborando cartas, firmas por connotados valores entre los que, modestamente, me encuentro YO, todo ello para clamar contra la violencia y el egoísmo humanos que destruye a la humanidad, pidiendo a altísimos organismos internacionales que se preocupen de la siempre creciente y cada vez más indigente humanidad... en verdad que gran parte de esas iniciativas las lancé YO, eran inicialmente MÍAS... pero, ¿qué queréis?, es una ardua tarea, amarga, tratar de salvar a la humanidad...

PROFE. [Con voz untosa.] Sin embargo, Maestro, el mundo sí le reconoce sus esfuerzos... ¡Le ha honrado a Ud. con tantos merecidos premios!...

GRANDÓN. Sí, algo empiezan a reconocerme... pero lo importante es avanzar en esta tarea de salvamento de nuestra balsa planetaria y de sus insensatos tripulantes, la humanidad... vosotros mismos podéis aprovechar MIS ideas. ¡YO sé lo que les digo!

PROFE. ¿Cuál en particular, Maestro? Para saber por dónde empezar...

GRANDÓN. Bueno, hay una idea MÍA, creo que muy original, en la que podréis ayudarme... ¡Se trataría de exhibir el egoísmo y la agresividad de una manera elevada, exquisita, para que tenga impacto!... crear un nuevo museo... este museo MÍO que YO digo, claro, tendría que ser fuera de lo corriente, delicado pero sensual, muy completo pero sin formalismos ni rigideces, como si el que entrara en él se sintiera, contradictoriamente, como en un templo, en estado de gracia, pero también en una especie de Nirvana que lo enajene... claro, ¡habría que recurrir ante todo a grandes escenógrafos, artistas consagrados, grandes músicos!, que los hay, son amigos MÍOS... vosotros podrías ahí ayudar algo... porque hay que buscar dinero para esto...

[Por primera vez, interviene Discri. Con voz lenta, pero firme, incisiva.]

DISCRI. Idea grandilocuente la del museo... pero, me pregunto yo, ¿no sería mejor, aun cuando fuera menos visible, ir directamente al pueblo y, partiendo de sus necesidades, tradiciones, capacidades y sentires, irlo impulsando a que cada grupo social en su localidad y de acuerdo a sus posibilidades vaya creando una extensa y distribuida red cultural propia?... Así creo, además de que no se necesitan tantos recursos para eso, sí que se iría elevando la humanidad y pensando en la necesidad de un mejor destino...

GRANDÓN. [Con voz irónica.] ¡Hijo mío, eres un ingenuo!... El pueblo es conservador, lleno de recelos e inercias porque es ignorante, y sin luces no hay progreso, ¡al pueblo hay que salvarlo!... NOSOTROS, los que sabemos... YO sé lo que te digo, ¡cuánto te falta por aprender!... En fin, hijos míos, ahí os dejo MIS ideas... Ahora me voy, pues tengo que asistir a un homenaje en MI honor, sería una majadería que YO no asistiera...

[Se levanta Grandón, y se va de la escena. La escena sigue, pero ya es otro cuadro, con otro tipo de miyoyo.]


ESCENA ÚNICA. CUADRO II: "MIYOYOS DE MEDIO PELO"

[Quedan solos El Profe y Discri. Empieza a hablar El Profe.]

PROFE. ¡Qué gran hombre es el Maestro! Su idea del museo es realmente genial... pero, la verdad, YO no creo poder ayudar en ella como él pide, quisiera, pero ¡no puedo! Debo atender a lo MÍO....

DISCRI. [Con voz sorprendida.] ¡Caramba, esa sí que es buena!... Diste la impresión de que te seducía mucho la idea del museo, como si ansiaras participar...

PROFE. Verás... de que lo del museo es extraordinario, lo es, ¡qué brillantez del Maestro!, y por eso me seduce la idea... pero, ¿qué saco YO de participar en su realización?

DISCRI. [Con voz irónica.] Gloria, fama, la satisfacción de contribuir a salvar a la humanidad.

PROFE. ¡Ya! ¿Y qué?... y aun eso. que dices sería dudoso, creo que se lo quedaría, a parte entera, el Maestro... a MÍ me tocaría la tarea pesante de buscar dinero para el museo del Maestro y, seguramente, ni un peso para MÍ... Yo no puedo perder así MI tiempo, tengo mil cosas, MÍAS, que hacer y resolver cotidianamente... MI familia, MI trabajo, MIS problemas, de eso es de lo que YO debo preocuparme... lo lamento...

DISCRI. ¿Por qué, entonces, no se lo dijiste así a Grandón?

PROFE. En primer lugar, porque lo admiro, por ello lo respeto y no me atreví... y, todo hay que decirlo, porque se hubiera podido ofender y, siendo tan importante como es, a lo mejor me perjudica... y YO tengo que pensar en MI familia, MI trabajo, MIS problemas...

DISCRI. [Más que respondiendo, monologando para sí.] Hipocresía, en defensa del YO y del MÍ... eso es lo que pierden de vista sus mayores pontífices como Grandón... y por eso muchas veces fallan, olvidan que también abajo de ellos aquellos con los que creen contar para recibir sus alabanzas se piensa en YO y en MÍ... "cada uno para su santo"...

PROFE. Será como tú dices, pero YO debo defender, ¡es ley de vida!, lo MÍO...

DISCRI. Sí, es ley de la vida, como dices, que el ser humano se defienda para sobrevivir... pero, ¿no se te ha ocurrido pensar que la mejor manera de defenderse es hacerlo colectivamente?

PROFE. [Con voz dudosa, desconfiada.] ¿A... dónde... quieres ir a parar?

DISCRI. A hacerte comprender que uno más uno, más uno, y así, ¡son finalmente más que su suma!, pudiendo entonces, todos, defenderse mejor, claro que para ello cada uno particular debe de hacer a un lado su individualidad en beneficio de todos... por eso fue que a Grandón le propuse lo que le propuse, ¡aunque, obvio, lo rechazó!...

PROFE. Ya veo... y estoy por admirarte más que a Grandón... eres un soñador, ¡te crucificarán!, y creo que ante la indiferencia de todos... ¡ir al pueblo y hacerlo despertar, sin manipularlo y así, no dices nada!, sí, te crucificarán como a Jesús su propio pueblo... ¡Ay, caballero de la triste figura! YO no puedo hacer eso, aun si quisiera... hay necesidades perentorias, MÍAS, insoslayables, que, a MÍ me lo impiden... lo que necesita MI familia, MI trabajo, MIS cosas... ¡no son optativas! Debo de cubrirlas YO.

DISCRI. ¿Sabes una cosa? No sé si me van a crucificar o no, ni busco ser otro Quijote, sino, ¡ahora sí!, ser también YO, pero no el YO que critico, sino YO MISMO... Ese YO y ese MÍ que anda por la calle y calza y viste socialmente, desde Grandón hasta ti, no es propio, es impuesto contra lo propio en nombre de mil intereses creados de los que, desde a ti a Grandón, sólo obtenéis "un fríjol", migajas... "mi yo mismo" no reza con eso, por ser propio sólo tiene sentido en términos de solidaridad con los demás... ¡pero, a lo que iba!, deseo aún decirte, "a tu YO", esto: hablas de "necesidades perentorias", insoslayables, en aval y defensa de tu YO y de tu MÍ... ¿cómo defines "perentorio, insoslayable"?... no estarás confundiendo las continuas, artificiales e incesantes supuestas necesidades, que crean los intereses minoritarios de una civilización egoísta, con lo que "tu familia, tu trabajo, tus problemas", realmente necesitan, ¿no estarás sustituyendo la palabra felicidad por la del "éxito"?, ¿no estarás estatuyendo tu falta de integridad ante la vida con estas "sensateces" del YO, de tu MÍ?...

[Discri se acaloró al decir lo anterior, resultando está, parece que no es un miyoyo sino alguien de una pieza que, por ello, a veces se violenta. Pero El Profe sí que es miyoyo, y algo lento, va soltando... la eterna letanía de los mil caminos justificantes del egoísmo, también de la cobardía.]

PROFE. Cálmate... "me convencerás pero no me vencerás", MIS decisiones, a MI manera, son tan firmes como las tuyas, YO tengo que pensar en MI familia, MI trabajo, MIS problemas...

DISCRI. ¡El estribillo de siempre! ¡Vete al diablo! [No es Lutero, porque no hay tinteros, pero agarra una tasa de café y se la tira encima. El Profe desaparece ofendido de la escena.]


ESCENA ÚNICA. CUADRO III: "LAS CANICAS MIYOYOS"

[Discri, sentado, se ha quedado pensativo. Alguien entra, dado lo augusto de aquel recinto se diría que un ser "menor", Gordito, parece una canica, con un uniforme de faena de esas municipales en las calles, de afanador y de limpieza. Un empleado de limpieza de aquellos lares. Cubeta, trapo y escoba porta en las manos. Al ver a Discri se para, tarda unos momentos en hablar y, con humildad, algo empieza a decir.]

CANICA. Señor profesor... pos me mandaron a limpiar acá... no sabía que había gente...

DISCRI. [Distraído, haciendo un gesto con la mano derecha.] Pasa, pasa... ahora me voy...

[Se levanta Discri pero se queda mirando a la Canica, algo piensa pues se vuelve a sentar lentamente. Algo dice.]

DISCRI. ¿Sabes quién viene a este salón?

CANICA. Pos meramente, gente como Usted... profesores, gente importante, de luces, de esas que nos faltan a nosotros los proletas... nomás no sé más...

DISCRI. ¿Sabes qué discuten aquí?

CANICA. Yo no sé profesor... lo MÍO es limpiar nomás... pero dizque, ¡ya sabe, profesor, cómo son todos de argüenderos!, hablan mucho de salvar la cultura y, así, a nosotros los proletas... más... mesmamente, yo no veo... limpio y barro aquí como desde hace veinte años, y cada vez ando pior, ya no me llega la feria para MÍ y los MÍOS... que eso, usted no está pa'saberlo, es lo que ME importa. YO y los MÍOS...

DISCRI. Ya veo... ¿y no has pensado que, como tú, hay otros y lo suyos, que andan igual?

CANICA. [El pueblito lo habrán vuelto inculto, pero es sagaz. Habla con voz desconfiada, "echándose sus refranes", casi "albures".] ¡Ah, qué profesor!... ¿qué, se me nota mucho y me sabe algo o nomás me habla al tanteo?, no seré leído y escribido pero no soy pen... bueno pensador... ¿pos qué quiere, que por andar defendiendo dizque a mis iguales, con mucho argüende, me vaya de feria?... ¿sabe qué?, la última vez, por acá, mis compañeros que se me lanzan a defender mejores condiciones de trabajo... ¡Ah, Dios, cómo "los surtieron"!, pero si hasta de la orquilla, mesmamente abajo y sus dos bolitas, se los jaripearon y sacaron arrastrando... ¡ni lo mande Dios! YO tengo que preocuparme por MÍ...

DISCRI. ¿Crees, tú, que a gente como yo no le puede pasar nada?

CANICA. ¡Pos será el sereno!... pero la cosa no es pareja... y ya no le insisto ahí, pos, ¿para qué?, he de cuidar mi orquilla y mis bolitas... YO mero, para MÍ... ¡sí pues!...

DISCRI. Está bien, limpia esto, ya me voy...

[Discri se va de aquel lugar, lentamente, con pesadumbre. Se para un instante, antes de abandonar el escenario, piensa en voz alta.]

DISCRI. MI... YO y YO... ¡Qué civilización enferma!, pero, ¿quién es el virus? ¿a quién aprovecha?... Debería conocerlo.

[Baja el telón.]

"INTERMEZZO"

El público acaba de presenciar una introducción y un primer acto, "Preludio y Jaula Prima"... sale a estirar los miembros, a comentar algo, entonces suena La Voz.

LA VOZ. ¡Público!... No es como dijo Discri, ¿a quién aprovecha?, ¡eso lo veremos al final!... ahora es el caso de la segunda jaula, "Jaula Seconda"... Los Queferiondos. ¡A sentarse, tercer aviso! Ojo público, que muchos de ustedes están en lo que verán ahora...

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oximoron, enero 2005
seminario autónomo
[teoría de redes y sistemas complejos]

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