Crítica a los Críticos
III. La crítica antiética

Flavio Cocho Gil

¿Qué te ha parecido, lector, lo escrito anteriormente si en el punto final del párrafo anterior se hubiera estacionado?, ¿sabes lo que hubiera dicho la crítica?... Pregunta pertinente porque toda crítica imbuida e influenciada está por las ideas y los valores existenciales de la época en que se enmarca, expresa los sentires de la civilización que la provoca y, en esa medida, también la delata. En el hecho mismo de la concepción que tenemos de la crítica, "¿qué es la crítica?", por nuestras reflexiones hablan como intermediarias la civilización a la que pertenecemos... "todo es según el color del cristal con que se mira", pero esos cristales en la crítica se llaman valores sociales imperantes, tanto si proclaman ideales... como , ¡y casi siempre ha sido este el caso en la historia!, si son deprimente resumen de mil deformaciones de la conciencia y comportamientos que a su vez provoca. O, de tanto en tanto, pero "muchos tantos y muy seguidamente", reflejo es de intereses creados dominantes que como lema heráldico y corazón interno llevan la palabra: egoísmo.

En épocas de crisis de civilización, en las que los ideales sufren desprestigio y se ridiculizan, pues alternativas y caminos a un mejor futuro poco se perciben, es el egoísmo el que campea, ¡a veces hasta transformar la indiferencia imperante en hedonismo!, el que resulta el valor existencial fundamental. Y la crítica, claro, refleja entonces esa ausencia de valores éticos ...por ejemplo, respecto a lo escrito anteriormente, puede ser del siguiente tipo como prototipo:

"Es un escrito satánico, un avatar del Byron de sus peores días cuando desesperado avalaba literariamente el delito, como en su Caín, es otra vez la voz de un nuevo Atila con no sólo, como poseía Nietzsche, el estilo de un helenista sino incluso muy amorales contaminaciones orientales ...es, ¡precisamente por lo anterior!, una obra que desazona y preocupa inquietantemente en sus lecturas, pues el delito, si bien no tiene justificación moral, lo que sí posee son argumentos literarios elocuentas cuando pueden expresarse como en ese escrito. ¡Es pues una obra literaria de gran valía! Su lenguaje no hace concesiones, al grano va su prosa sin contemplaciones en un aferrar la conciencia del lector induciéndolo a los mil delitos ...¡e incluso en nombre de la elevación de la conciencia humana como expediente contra las debilidades emergiendo como un ser superior! Es, ¿qué más decir?, una obra de lectura poco recomendable para los timoratos y los disminuidos por su conciencia enana... pero es una obra fundamental. Incluso también porque a cuchillo descubierto la apología hace de las mil deformaciones de conciencia, presentándolas como bellezas que premiar se debe sin que sea fácil rebatir sus argumentos. ¡Las obras literarias no son morales ni inmorales, sólo buenas y malas!... y, atendiendo a este sabio consejo, únicamente cabe concluir que estamos ante una buena obra, añadamos que egregia ... ¡le auguramos el éxito!"

Una crítica como la anterior la hubiera avalado un Oscar Wilde, pues para él, efectivamente, la obra de arte no es ni inmoral ni moral sino buena o mala siendo esto lo único a considerar. Y Wilde incluso hubiera reafirmado su aval, pues pensaba que la crítica jamás debía ser fiel reflejo y descripción de lo escrito sino una vía para a partir de ello, crear literariamente una nueva obra ...que es lo que trata de hacerse en la anterior crítica expuesta como prototipo: buscar el lucimiento literario personal con motivo de tal o cual obra a criticar ...y de esta manera la integridad intelectual desfila hacia el narcisismo individual, el egoísmo. Pero es que un Oscar Wilde vivió en unos tiempos victorianos que cobijaban mil deformaciones morales por abajo, excepticismos y culto desenfrenado al yo individual ...un caldo de cultivo poco propicio para crear ascetas, soñadores e idealistas intachables que la solidaridad con el que está al lado por el mero hecho de ser un ser humano, proclamaran como primordial valor existencial de nuestra especie.

Sin embargo, otros tipos de crítica pueden existir y que no hay que soslayar y que, continuándola, son auténtica superacion literaria de "la crítica como nueva creación literaria que por eso mismo se desprende implícita de lo que en un principio se propuso criticar"; suele ser el comportamiento instintivo y muy natural de los escritores de valía ...lo que no va exento, ya dijimos esto, de cierto narcismo intelectual inconsciente que, a la postre, nos dice que el verdadero escritor mal crítico resulta de la obra de otros escritores, pues no hace el auténtico expediente de lo que en un principio se propuso criticar... ¿o será que esta crítica, en sí misma desnaturalizante de su objetivo de origen al crear lo nuevo, es la única que vale la pena ensalzar?... No lo sé, pues si bien ya no habla de lo que debiera al hacer emerger algo propio y nuevo también de esa manera contribuye con aportaciones artísticas diversas que amplian el horizonte y la sensibilidad humanas; se estaría otra vez en las concepciones que sobre la crítica tenía un Oscar Wilde. Pienso que se puede citar un magnífico y casi paradigmático ejemplo de lo anterior muy de nuestras días: Madame Bavary de Mario Vargas Llosa, esto es, el ensayo que hace sobre la obra Madame Bovary original de Gustav Flaubert.

Vargas Llosa hace SU análisis, preciso y detallado como sólo SU genio literario puede hacerlo, sobre la estructura psicológica de los personajes, sobre sus comportamientos externos, sobre el cómo se relacionan en determinadas situaciones sociales de la época en que se encuadra la obra y lo que, a su vez, es un analizar con lupa los tiempos sociales en los que se encuadra Madame Bovary, sobre las clases sociales y sus valores existenciales, ilusiones y frustraciones, que en esa obra habitan. SU análisis también tiene la precisión de un cirujano al mostrar cúal fue el lenguaje empleado en cada capítulo de la obra, cómo están montadas las "escenas", capítulos del libro... a un extremo tal que a mí me recordó cómo el gran cineasta y fallecido Eisenstein, soviético, explicó, a posteriori, cómo se había filmado su Alejandro Nevsky en un hacer la apología del "valor dialéctico" del montaje en la cinematografía y también a mi mente vino cómo un Orson Welles filmara ciertas escenas cruciales de su Ciudadano Kane en las que todo se sugería a través de detalles nimios e indirectos ...lo digo porque es lo que hace Vargas Llosa cuando indica cómo "debió" Flaubert construir ciertas escenas de su obra y el carácter de algunos de sus personajes, sin escribir directamente sobre ellos, sino de prendas secundarias de su atuendo: unos zapatos, cierta forma de portar un sombrero y así. En SU análisis, Vargas Llosa no se queda ahí, relata cómo la obra "debió" también ser de antemano concebida como un todo coherente y articulado ...¿qué decir más?, en lo que a mí atañe afirmar que en el ensayo "con motivo de Madame Bovary", Vargas Llosa me enseñó a mí lo que décadas de pretensas sesudas lecturas y también de práctica literaria no había logrado entender cabalmente: ¡cómo se debe escribir una novela, digo de valía!, a ese respecto es la mejor lección literaria que he recibido en lo que llevo de vida ...pero también creo que esas "reglas del verdadero buen escribir novelas" jamás estuvieron explícitamente, al menos no con esa premeditación y precisión tan exhaustivas, en la mente de Flaubert cuando escribió su obra. Vargas Llosa, en un proyectar su creatividad literaria sobre una obra no propia creó otra Madame Bovary que, es mi convicción, el mismo Flaubert nunca imaginó del todo así. ¿Cómo diré?, las obras literarias, aun cuando ameritan un conocimiento técnico y "buen oficio" y mejor cultura, no se premeditan con la precisión de una "estrategia militar"... Los que son verdaderamente escritores no me dejarán mentir si afirmo que muchas veces la creación literaria al realizarse desfila por rumbos distintos de los que a priori queríamos que fuera, incluso suele acontecer que la primera frase de una obra nos empuja literariamente por caminos insospechados ...pues el escribir, en tanto que arte creativo, es sobre todo hijo primogénito de la inspiración. Yo mismo, valga aquí el ejemplo, me he ido desviando en este escrito de la intención original que tenía, reflexionar sobre "un fragmento inédito de La Divina Comedia"... Haciendo un esfuerzo vuelvo, pues a ello.

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oximoron, agosto 2005
seminario autónomo
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