CIENCIAS Y LETRAS


�CIENCIAS Y LETRAS?


Existe hoy en día una "fiebre" que recorre todos los ámbitos de las humanidades. Las ciencias tienen más prestigio y, por tanto, más fondos que dedicar a investigación que nuestro mundo de letras y, por esta raz�n, las ciencias nos suscitan celos.

      Hay algo realmente oscuro y siniestro en esta afirmación pues, ¿qué es exactamente lo que distingue a las famosas ciencias del resto de las disciplinas que conforman el conocimiento? Mientras nuestro mundo sufre una globalización cultural, social, y política, los humanistas nos preguntamos por qu� un estudio miltidisciplinar desde nuestro punto de vista es menos prestigioso que el mismo estudio hecho desde el punto de vista de un "cient�fico". Parece que la separaci�n entre ciencias y letras -a la que estamos tan acostumbrados- obedece a una falsa distinci�n entre la b�squeda de la verdad objetiva y la ret�rica sofista. Parece que las humanidades no tienen prestigio porque se les atribuye falsedad y estancamiento, fruto de un subjetivismo est�ril incapaz de dar respuestas a las inquietudes pr�cticas del hombre occidental de nuestro tiempo; pero las humanidades ya llevan d�cadas intentando ensamblar metodolog�as cient�ficas en su seno, y no consiguen un incremento de prestigio social para ellas.

      En definitiva, los humanistas nos preguntamos qué tiene de desprestigioso dedicarse en cuerpo y alma a algo que nos llena y nos hace felices -como lo puede hacer cualquier científico en su campo- sólo porque, posiblemente, no salve el mismo número de vidas que una vacuna contra el SIDA lo suficientemente barata como para "regalarla" a todos los habitantes del tercer mundo -o porque no mate al mismo n�mero de personas al utilizarla de un modo menos �tico y m�s lucrativo-. Buena parte de los humanistas espa�oles terminamos ense�ando en colegios, institutos, y universidades; �hay algo m�s importante, cercano, e inmediato en nuestra sociedad que la educaci�n de nuestros j�venes?, �A nadie le resulta contraproducente castrar y frustrar a quien luego tiene que dar forma con sus manos la masilla de la sociedad futura?

      Citaré a Douglas Malloch diciendo que un barco no funciona si todos queremos ser capitán, por lo que no propongo que toda rama del �rbol del saber tenga el mismo rango, pero s� creo que no debe despreciarse el �mbito te�rico respecto al pr�ctico, ni crear fronteras antinaturales -como las que delimitan los pa�ses africanos- entre �mbitos del conocimiento que pueden enriquecerse mutuamente. Estas fronteras artificiales atentan contra nuestro propio beneficio, no ya como cient�ficos o humanistas, sino como personas, pues limitan nuestras miras y clasifican nuestra naturaleza antes de que �sta se haya desarrollado.

      Nosotros, los humanistas, no pertenencemos a ese mundo de experimentos físicos, químicos, y computacionales a los que la "ciencia" (sea lo que sea lo que signifique esa etiqueta que pegamos en casi cualquier cosa que dé dinero) sí pertence.

-Para un momento. ¿Qué estás diciendo? ¿A qué se dedica la fonología si no es, precisamente, a la investigación y experimentación de fenómenos físicos?-

      Sí, así es, pero la fonología es sólo una rama de la lingüística; no podemos afirmar la naturaleza científica de un árbol sólo porque una rama se solape con otra del árbol del al lado (¿o sí?). Lo que deberías estar preguntándote es qué razón es la que te impulsa a intentar demostrar que lo que haces es "ciencia".

      Creo que es hora de dejar de pegarnos por las "etiquetas" y permitir que sea el fondo de nuestro trabajo el que hable por sí solo. La Matemática no nació para el hombre como ciencia sino como arte, y le importa un bledo cómo la queramos catalogar. Al lenguaje le pasa algo parecido; seguirá SIENDO sin importarle nuestra opinión al respecto, y sus secretos y entresijos nos abrumarán y nos animarán a seguir investigándolo como tal, como parte de nosotros, y como parte de la otredad que nos rodea. Lo cierto es que sin Matemática no hay ciencia y sin lenguaje tampoco.

      Esta revista tiene en su ánimo la intención de unificar, no por evitar polémicas, sino para ganar visión. Dejemos que sea nuestro trabajo el que hable por nosotros, estudiemos lo que estudiemos, y seamos quienes seamos, pues no son el prestigio ni las etiquetas lo que ha de mover nuestras vidas, sino el amor por lo que hacemos. Las etiquetas, posiblemente, sean sólo para algunas personas que puedan ser catalogadas, de algún modo, como auténticos científicos, sean médicos, filólogos, físicos, psicólogos, y un largo etcétera. Lo que no podemos olvidar, estudiemos lo que estudiemos y tengamos la etiqueta que tengamos, es que deberíamos compartir el amor por el saber (Filosofía) y el lenguaje de quien busca la verdad; y recordar unas palabras que MJ siempre repite: "No es la carrera la que hace triunfar al indiv�duo, sino la persona la que hace triunfar a la carrera".



Por Esther Gimeno Mir�


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