Primera edición de la "Tachigrafía Castellana" de Martí

Martí continuó investigando y llegó a modificar radicalmente su primer trabajo. Eligió signos sencillos y de fácil enlace y ejecución para representar los sonidos de nuestro idioma y en 1802 presentó su segundo trabajo, manuscrito, a la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País.

Portada de la primera edición de la "Tachigrafía Castellana" de Martí, 1803

Como esta obra tuvo una buena recepción, Martí logró que se estableciera una cátedra de Taquigrafía a su cargo, la que se inauguró a fines de 1803. Su labor fue publicada con el título "Tachigrafía Castellana, o Arte de escribir con tanta velocidad como se habla y con la misma claridad que la escritura común, por D. Francisco de Paula Martí, de la Real Academia de S. Fernando y Socio de mérito de la Real Sociedad Económica Matritense.- Destinado por S. M. a la enseñanza pública de este arte en Madrid".

Alfabeto de Martí

El propio Martí relata los hechos:

"Habiendo inventado el presente método de Taquigrafía, lo presenté a la Sociedad Económica Matritense (de la que tengo el honor de ser individuo de mérito), con fecha de 17 de julio del año 1802, y se nombró una comisión para que la examinara y expusiera su dictamen. Informó ésta favorablemente, manifestando al Cuerpo sus ventajas y lo útil que sería establecer una escuela pública donde se enseñase gratuitamente este ventajoso método de escribir, desconocido entre nosotros desde el tiempo de los romanos. La Sociedad lo estimó así; acordó elevar una representación al Gobierno para los fines indicados; y éste, accediendo a sus deseos, la mandó establecer en Madrid por Real Orden de 21 de noviembre del mismo año (1802), encargando su cuidado a la Sociedad, y a mí la dirección con una regular dotación".

En la portada de la primera edición aparecen, en caracteres taquigráficos, palabras del poeta latino Marcial: "Currant verba licet, manus est velocior illis. Nondum lingua suum, dextra peregit opus" (Corran cuanto se quiera las palabras, la mano todavía corre más. Aún la lengua no ha concluido la obra, cuando la diestra ya ha dado fin a la suya).

En el "Discurso preliminar" de su tercera edición, publicada en 1821, Martí describe la génesis de esta obra.

El libro consta de XV páginas de introducción, 75 de texto y 16 láminas intercaladas. Lo esencial de esta obra es que a los signos literales y a la supresión de vocales y consonantes superfluas agrega el estudio de las terminaciones, que en principio fueron trece.

Con respecto a su alfabeto, el propio Martí afirmó: "Arreglándome al sonido y analogía de las letras de nuestro alfabeto y al uso y genio de nuestra lengua, he procurado elegir unos signos sencillos, de fácil enlace y ejecución, y, sobre todo, inequivocables al descifrarlos".

De Taylor tomo el material gráfico, es decir, los signos de la clásica circunferencia atravesada por cuatro diámetros, característica de los sistemas llamados geométricos, pero procura dejar expresadas las vocales.

En 1804 publica un complemento a su primera edición: "Suplemento a la Tachigrafía Castellana que se enseña en Madrid de Real Orden baxo la protección de la Real Sociedad Económica de esta Corte", en el que introduce modificaciones en base a su experiencia en la labor docente. Suprime algunas sílabas, varía el modo de indicar los pronombres, agrega cuatro láminas y cuatro terminaciones.

Con esta edición aprendieron Taquigrafía quienes actuaron en los primeros debates de las Cortes de Cádiz. Sus principales alumnos fueron su hijo Angel Ramón, Juan Carbonell y el catalán Francisco Serra y Ginesta.

En 1808, Martí publica una obra que no tiene nada que ver con la Taquigrafía. Su título es "Poligrafía, o Arte de escribir en cifra de diferentes modos, arreglado a los métodos de varios autores antiguos y modernos.- Con una colección de tintas simpáticas y comunes, el modo de hacer revivir la escritura en los manuscritos antiguos, y de borrar lo escrito quando convenga.- Por D. Francisco de Paula Martí, Catedrático de Taquigrafía", y se basa en una obra homónima de Trithemius divulgada en el siglo XVI.

Durante la irrupción napoleónica en territorio madrileño, a partir de 1808, Martí se marchó a Cádiz. Recobrada la independencia, regresa a Madrid y continúa con sus clases a partir de setiembre de 1813.

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