Rondalla Armonía

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RONDALLA ARMONÍA

 

Componentes

Violines: Fernando Berruezo, Julián Urtiaga y Ángel Urdániz

Bandurria 1ª: Roque Álvarez, José Luis Blanco, Manuel Leiva y Florencio Zuza

Bandurria 2ª: Mª Carmen Jiménez, Carmelo De León y Gabriel Sola

Laúdes: Javier Carricas, Javier Zabalza y Ángel Inda

Guitarras: José Mª Larrasoaña, Félix Gurciaga y Ángel Ganuza

DIRECTOR: José Luis Martínez Gallarte

La mayor parte de los componentes de la Rondalla Armonía tiene un currículo musical propio, de mucho quilates.

 

José Luis Martínez Gallarte, la batuta

 

José Luis nació en Aoiz hace 75 años y desde chaval sintió la vocación por la música. Un organista le enseñó las 27 primeras lecciones de solfeo del “método Eslava”. A los 13 años ya empuñaba el clarinete hasta que conoció los encantos de la bandurria un año después. Siguió con la cuerda hasta la mili donde descubrió el saxofón, que sería su instrumento favorito en la media docena de grupos que formó con el “Iruñako” Joaquín Zabalza, también aoísco.

Cuando se trasladó a vivir a Pamplona se integró la “La Pamplonesa” siempre como saxo alto, alternando con la Banda de Burlada y la Banda del famoso Gumersindo Bravo. Para ayudar a sacar a la familia le dio por tocar con su Grupo Iris por pueblos en fiestas recorriendo toda la geografía navarra y parte del extranjero... ”Hasta que dejé el saxo por viejo y volví a la cuerda, tocando el laúd en la Rondalla Armonía que dirigía Joaquín Saro en la calle Estafeta”. Se juntaban ocho o diez músicos con un repertorio para entretener a clubs de jubilados y otras entidades asistenciales. “Murió Joaquín Saro hace ocho años y me hice cargo de la dirección de la Rondalla Armonía”.

Actualmente la Rondalla ensaya tres días a la semana y ha incorporado a su repertorio zarzuela, música española y clásica. “El nivel es mucho más alto, se da más importancia a los matices. Esta rondalla tiene sustancia y meollo, cuenta con buenos músicos. Antes se tocaba casi de oído”.

Por cierto que José Luis enseñó solfeo “un poco a José Luis Blanco y todo a Félix Guruciaga hasta que se dejó...”

En la I Concentración de Rondallas de Navarra, la Rondalla Armonía fue la encargada de levantar el telón, causando una gratísima impresión. Fue el aldabonazo a una ilusión: colocar en un lugar digno los instrumentos de cuerda. “Es muy bonita la cuerda, más que el viento”.

José Luis es un enamorado de la música clásica, pero también le encantan las habaneras y le traen muchos recuerdos temas como “Tatuaje” o “Guitarras y mujeres”, que ya tocaba con Joaquín Zabalza en su años jóvenes en Aoiz.

El actual director de la Rondalla Armonía hace los arreglos con una pulcritud que llama la atención y aporta su paciencia y veteranía en el grupo, estando siempre media hora antes en los ensayos y contagiando de su afición sin límites a todos.

 

Javier Carricas, el genio silencioso

 

El dominico y buen músico P. Javier Redín, que dirigía la Escolanía Santa María la Real enseñó al joven Javier Carricas los primeros pentagramas, que luego dominaría a lo largo de su larga trayectoria.

-Mi primer instrumento fue la bandurria en “Los Amigos del Arte”. Todos sus secretos me los enseñó “El Guti”, que era un artista. Luego, a los años, terminé tocando el laúd.

Desde que desapareció el jesuita P- Valeriano Ordoñéz, no se hace nada en Navarra en el mundo de la jota sin contar con Javier Carricas, que se ha convertido en referente y auténtico impulsor de algo tan enraizado en sus pueblos y gentes. Ha compuesto varias jotas, según se lo piden e impulsa la verdadera interpretación y sentido de la misma a través de su Rondalla “Ecos del Arga”, de la que es alma y director, acompañando a los joteros en cuantos festivales se celebran desde 1993 en la Comunidad Foral: Echavacoiz, San Jorge, Tafalla, Murillo el Fruto, etc.

También ha compuesto alguna misa y piezas de iglesia para los Auroros, así como alguna estampa sanferminera como “El Encierro”, algún pasodoble y el himno de algunas peñas de nuevo cuño. En esto es de la escuela del maestro Turrillas con quien convivió muchos años en la “Pía Unión de Auroros de Pamplona”, estando tocados ambos por la misma sencillez y humildad.

Lleva en los Auroros desde 1958, es decir que va para los cincuenta años y actualmente es el subdirector, que empuña la batuta cuando falta el titular, Jesús Mª Parado. Hombre de pocas palabras, era definido por quien le conoce bien como “buen músico, profundo conocedor y defensor de nuestras costumbres y folklore”.

-Actualmente toco la bandurria en los “Auroros” y en el “Grupo Carabela” y el laúd en la “Rondalla Armonía”, lo que da un aliciente enorme a mi vida para seguir haciendo lo que siempre más me ha gustado: la música.

Su casa está inundada de música y siempre está ideando algo nuevo con que sorprender a sus alumnos de cuerda en el Centro Mariano donde es conocido como maestro Carricas, nombre popular, habitual en las informaciones de prensa y radio en Pamplona. Javier Carricas: la modestia del talento.

 

Roque Álvarez, el artista

“La bandurria, el laúd o la mandolina en sus manos se prestan a toda clase de efectos, desde la sencilla melodía hasta las formas más complicadas de ejecución y variaciones más difíciles. Los prodigios que con ellos sabe hacer Roque producen sonoridades desconocidas, armónicos cristalinos como de una caja de música, escalas, arpegios, trinos, trémolos que te hacen sentirte que estás frente a un nido de ruiseñores”.

Así podríamos definir las habilidades de Roque. No hay instrumento que se le resista. Los domina todos con maestría. Es un virtuoso de la cuerda y hasta ha hecho sus pinitos componiendo alguna obra que luego Saro transcribió a los pentagramas.

Roque, a sus 74 años, es una institución en la Rondalla Armonía, es el único superviviente del grupo que fundó Gregorio Sádaba hace ahora 20 años. A los 14 ya tocaba el laúd en Pitres (Granada). Su padre y sus hermanos eran músicos y de niño formó parte en la Banda del pueblo tocando la caja, yendo luego por los pueblos con un trío a base de bandurria, laúd y guitarra. Cobraban 15 pesetas por baile allá por los años cuarenta. La mili le llevó a Pamplona y ahí se quedó para siempre alternando la Rondalla Armonía con el Centro Mariano donde conoció a Joaquín Saro, que le enseñó música a la edad de 60 años.

-Fue providencial conocer a Saro, pues él me llevó a El Vergel y pude disfrutar de la auténtica música, dejando de lado el lenguaje cifrado. Ahora podemos tocar cualquier partitura y el nivel es mucho más alto. No tiene ni comparación esta Rondalla de ahora con la de hace 14 años cuando empecé. Además hacemos una labor estupenda entreteniendo a los mayores en nuestro tiempo libre.

 

Ángel Urdániz "Basiano", instinto musical

 

El P. Pío Iráizoz, de la Parroquia de San Agustín, gran pianista, enseñó a cantar a un chaval de 9 años que pronto destacaría en la Academia Municipal de Música. A los 12 cogió el primer violín de la mano de Antonio Alvira, pasando enseguida a Los Amigos del Arte donde Saturnino Sorbet, gran músico, le enseñaría muchísimo.

-En 1948 fui uno de los fundadores de la “Tuna Universitaria de Navarra” junto con Joaquín Zabalza, Alberto Huarte, Narciso Inda y Josetxo García que fue el primer director y la base del “Trío Iberia” que, con la inclusión de otros elementos, culminó con el nacimiento de “Los Iruñako”. Como en Navarra no había universidad, la Tuna salió de la Escuela de Comercio y de la Escuela de Peritos más algunos refuerzos. Luego pasé a “Los Amigos de Arte”, que llegamos a actuar en las provincias cercanas y en Francia. Sonaba muy bien nuestra orquesta con veintitantos violines a la vez.

“Basiano”, como se le conoce popularmente, aprendió por su cuenta a la vez el saxo tenor y a los 21 años ya se dedicaba profesionalmente formando “grupicos” como “Los Vagabundos” hasta que se enroló en la “Orquesta Amanecer” y después en “Nueva Etapa”, de la que fue uno de los fundadores en el año 1972.

-Llegamos a tocar en Estocolmo, Polo Ártico, Finlandia...Yo hacía de todo, era el comodín, pues tocaba, cantaba, hacía los arreglos y presentaba el espectáculo. Estuvimos tocando en el Club Natación de Pamplona durante 40 años.

Yendo con “Nueva Etapa”, coincidió en más de una ocasión con Julio Iglesias, que llevaba al pianista Philippo Carletti de acompañante.

-Julio Iglesias cobraba en 1972 lo mismo que nosotros: 25.000 ptas. por gala. Nos pidió una vez en Irún que le promocionáramos “Gwendolyne” y nosotros le pedimos a cambio que hiciera lo mismo con nuestra canción “El barquero del Ebro”, que había obtenido más votos que la suya en una votación en Radio Calahorra.

“Basiano” se jubiló y dejó la orquesta. Ahora mata el “gusanillo” con los “Auroros de Pamplona” y la “Rondalla Armonía” de El Vergel tocando el violín como en sus orígenes. Además es el director del “Grupo Carabela”, donde Alfonso Esparza canta boleros y rancheras con el sello inconfundible de sus arreglos y armonizaciones, siendo uno de los mejores grupos de la Comunidad Foral.

Entre sus anécdotas más pintorescas destaca la que le ocurrió en la boda de Massiel en el Parque del Retiro, a donde acudieron invitados por la cantante de moda en época gloriosa de la “Orquesta Amanecer”.

-No sabíamos qué regalarle pues íbamos a cobrarle a precio de novena y decidimos comprarle una bota de vino. En plena vorágine de fotos nos indican “salid, ahora es el momento”. Se la entregamos. Le pidieron que echara un trago para la prensa y, mientras empinaba de verdad el codo, nos quedamos helados, pues la bota contenía agua y pez, lo que le produjo una reacción a la noche de padre y muy señor mío, según nos dijo al tiempo la propia Massiel, que le había sabido a demonios y que había tenido que ir al servicio por la noche más de la cuenta...

 

Ángel Ganuza, ritmo en sus venas

 

Es un autodidacta nato, que toca la guitarra y la percusión como los ángeles. No ha ido a ningún conservatorio ni falta que hace. Pero ha aprendido de los mejores, como el “Iruñako” Alberto Huarte o Carlos Itoiz.

-Con Alberto solía caer un rato y me pasaba dos horas mirando lo que hacía. De todos he aprendido mucho.

Formó parte del grupo “Los hermanos Solanes” y luego de la Orquesta Moreno, actuando por los pueblos de la Ribera hasta que se enroló en la “Orquesta Amanecer”, que era la mejor de Pamplona y tenía su sede en el Club de Tenis. Le enseñó solfeo Poulino Vacas, gran saxofonista que recorrió el mundo en los barcos más lujosos. Ángel se casó y puso fin a su participación en la orquesta donde tocaba la guitarra, la percusión y hacía voces.

-Formé parte de “Los Clan”, que actuábamos en la Ciudad Deportiva Amaya. Allí estuve diez años hasta que me jubilé y me integré en Los Auroros, formando parte de otros grupos como “EL Vergel”, “Yoar”, “El Savador”, “Ecos del Arga” y “Garabela”.

Es un amante de todo tipo de música y lo más curioso es que cuando le escuchan colombianos, venezolanos o cubanos tocando los “bongós” le preguntan que cuánto tiempo estuvo allí aprendiendo esos ritmos. Y en mi vida he visitado esos países, pero llevo en la sangre los ritmos sudamericanos y extranjeros.

 

Ángel Inda, relaciones públicas

 

Leemos en la revista “Zumo de Navarra”: “Ángel Inda posee una de las trayectorias más prolíficas en todo tipo de actividades. Desde sus dos discos como acordeonista de la Rondalla Bidasoa de Barcelona, hasta sus títulos de entrenador de fútbol, balonmano y director de ciclismo. Obtuvo el Premio Nacional de Radio en 1980 como locutor de Radio Nacional y el Premio Nacional de Periodismo Cinegético en 1989,1990 y 1991 como periodista de la sección de Caza y Pesca de Diario de Navarra, fue fundador de la Escuela de Música de Huarte y organista titular”.

Actualmente, además de presentar el programa “Al rojo vivo” sobre Osasuna en Canal 4, coordina los contactos y actuaciones de la Rondalla Armonía con el fin de atender las numerosas solicitudes que reciben, de modo que se cumpla aquello que él mismo suele decir con ironía: lo hacemos bien; lo podemos hacer mejor...

Uno de sus objetivos inmediatos, tras subir al escenario del Teatro Gayarre a seis rondallas locales, es dignificar en Navarra la música de plectro (púa) de modo que la bandurria y el laúd entren en el Conservatorio de Pamplona y en las Escuelas de Música como ocurre en Madrid, Murcia, Plasencia o Barcelona y como acaba de suceder en Castellón y Zaragoza. Porque la bandurria, ese ilustre y desconocido instrumento, sólo es popular por su utilización en rondallas y en tunas, cuando se trata del instrumento de cuerda de más alto linaje, pues pasa de los cuatro milenios de existencia, por encima del piano, violín y guitarra. Compositores como Bach, Vivaldi, Mozart, Beethoven, Falla, Stravinski... hicieron obras para instrumentos de púa. Por eso la bandurria merece por su importancia una cátedra en Pamplona. Por eso la Rondalla Armonía es algo más que una rondalla, una orquesta, que deja al descubierto las posibilidades que se manifiestan al batir cuerdas con púa por el agradecido timbre de estos instrumentos. De ahí nuestro esfuerzo por elevar la categoría social de la bandurria y el laúd, capaces de interpretar la mayoría de obras tanto clásicas como contemporáneas.

Ángel Inda, que toca la bandurria en los Auroros de Pamplona y en el Grupo Carabela, el laúd en la Rondalla Armonía, termina adelantando sus planes: “Este segundo encuentro de rondallas va a estar apoyado por la Fundación Municipal Gayarre, cuya presidencia ostenta la Alcaldesa de Pamplona y vicepresidente es el Concejal de Cultura, Ignacio Pérez Cabañas, que presidió la primera edición y salió encantado. Queremos que este concierto anual sea un canto a la bandurria, un instrumento serio, lleno de poesía , de belleza y expresión, de delicados matices, de pasajes de ejecución con fuerza y bravura, un instrumento de concierto de primera magnitud”.

 

Julián Urtiaga, la veteranía

 

Julián fue alumno aventajado de Alfredo Lumbreras en la Calle San Lorenzo. Tocó el saxofón con Sorbet, formando orquestina, “La primera Río”, luego “La Alegría”, yendo por los pueblos esparciendo su buena música.

Tocó el violín en el Teatro Gayarre y Olimpia “cuando venían las Zarzuelas, las Compañías de Revista y Varietés”.

También formó parte de la Orquesta Santa Cecilia durante 40 años siendo el tercero más antiguo del grupo . “Estuve enrolado en otra época en Los Amigos del Arte, la Rondalla del Oberena y finalmente en Los Auroros de Pamplona y la Rondalla Armonía en los últimos ocho años, primero con Sádaba, luego con Zaro y ahora con Martínez Gallarte”.

 

José Mª Larrasoaña, con mucho gusto

 

De familia de buenos músicos, dejó tarjeta de visita en Los Amigos del Arte donde fue profesor de guitarra. Cultiva su afición a la música en privado y en público, depurando su estilo y asistiendo a conciertos. Gusta de la buena música y también disfruta acompañando a Los Auroros o formando parte de la Rondalla Armonía donde es un puntal importante por su experiencia en el manejo del instrumento, que domina, tocándolo con mucho gusto y expresión. Es perfeccionista y no se conforma con cualquier cosa, trasmitiendo al grupo ese afán de superación.

Fernando Berruezo, la referencia

 

A sus 87 años es todo un ejemplo, la referencia, el más querido del grupo. Tras abandonar sus tareas laborales, se acordó que sabía hacer sonar bien el violín, lo cogió y ya no lo ha dejado más. Lo toca con exquisita finura, acude como un chaval a todos los ensayos y actuaciones y se pone la pajarita con estilo de intérprete avezado.

Pertenece a Los Auroros, al Conjunto Carabela y a la Rondalla Armonía, habiendo convertido la música en su mayor felicidad junto a la compañía de su hija.

 

Mª Carmen Jiménez, representación femenina

 

Mª Carmen es la única mujer del grupo. Toca la bandurria y en su juventud tocó también el piano. Hace la segunda voz en la Rondalla Armonía. También forma parte de la Rondalla del Hogar Extremeño en Navarra y participa en los cursos del Centro Mariano para perfeccionar su digitación a las órdenes del maestro Carricas.

 

José Gabriel Sola, la seguridad

 

Aprendió a tocar los instrumentos de cuerda en su infancia en un Colegio Salesiano y actualmente toca indistintamente la bandurria y el laúd. Lo hace en La Asociación Yoar y la Rondalla Armonía. Tiene experiencia y seguridad, disfrutando de lo que hace.

 

José Luis Blanco, la voz cantante

 

A pesar de tener un dedo inutilizado por un accidente laboral en su mano izquierda, lo suple con notable maestría tocando la bandurria todos los solos que le echan en suerte. Es la melodía del grupo, la voz cantante. Forma parte de varios grupos, pues la bandurria le encanta y no rehuye participar en cuantos festivales o conciertos se organizan.

 

Manuel Leiva, la constancia

 

Pone esfuerzo e ilusión en su trabajo y saca adelante partituras que revisten dificultad, pues tiene constancia. Es un puntal en la Rondalla del Hogar Extremeño y toca también la bandurria en la Rondalla Armonía, desfilando en cuantas rondas joteras o actuaciones le reclaman por esos pueblos de Dios.

 

Félix Guruciaga, vocación tardía

 

El actual director de la Rondalla Armonía le enseñó los secretos del solfeo y con la guitarra, a base de dedicación y afición, está obteniendo unos resultados notables sin que se le atraganten autores como Amadeo Vives, Isaac Albéniz o Enrique Lucena. Además canta en la Coral Ipar Doñua que dirige el famoso Federico Villanueva.

 

Florencio Zuza, ilusión cumplida

 

Desde pequeño tenía la ilusión de tocar en una Rondalla y lo ha conseguido por partida triple formando parte de Los Auroros, de la Asociación Yoar y de la Rondalla Armonía. Toca la bandurria y disfruta de las jornadas de convivencia que depara el calendario de actuaciones.

 

Carmelo de León, artesano musical

 

Carmelo empezó tocando la guitarra y luego se pasó a laúd y bandurria. Como buen ebanista que fue, tiene una habilidad especial para fabricar instrumentos de cuerda, que no tienen nada que envidiar a los mejores venidos de Granada o Alcoy. Es el manitas del grupo a la hora de cualquier “cosido”. Toca en Los Auroros, Yoar y Rondalla Armonía.

 

Javier Zabalza, el último fichaje

 

La buena marcha del grupo ha hecho posible que hayan surgido incorporaciones de última hora. Javier Zabalza es el último fichaje. Es sun alumno aventajado del profesor mazo, que le dio las primeras clases de solfeo en Los Amigos del Arte. Luego “Guti” se ocupó de aprendiera bien a tocar el laúd. Javier Zabalza formó parte de ”La Rondallica”, que dirigía Javier Carricas. Por motivos de trabajo tuvo que trasladarse a Barcelona y estuvo 15 años apartado de la música. A su regreso, junto con “Guti” volvió a las andadas de Los Amigos del Arte, actuando en Francia, Valcarlos y actuando en tantos otros conciertos en la Plaza de La Cruz, Sanfermines, Ciudadela, etc. Se enroló en “Los Auroros” en el año 1982 y en 2002 en el “Grupo Carabela”.

- Me gusta la música de cuerda, la música de rondalla y en especial la pieza “Beautifull chio”. Con la Rondalla Armonía tengo la garantía y el estímulo de que sé que voy a subir a los mejores escenarios.

 

 

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