El pasado agosto de 1999 Eduardo del Río García, Rius, celebró
la publicación de su libro número 100, intitulado Filatelia
para cuerdos.1
Por supuesto,
este logro del caricaturista mexicano representa un verdadero récord,
ya no difícil de igualar, sino tan siquiera de que alguien se le
acerque. Sin embargo, muchas de las veces se ha desdeñado su extensa
obra, calificándola como de poco valor.
En las
siguientes líneas se tratará de hacer un balance de sus principales
libros, haciendo un acercamiento a la temática que manejan, su forma
de abordarla y sus posturas ideológicas, para así mostrar
la riqueza, variedad e influencia de su trabajo.
Esclavo de la caricatura
Rius nace
en Zamora, Michoacán, en 1934.2 De formación
básicamente seminarista y autodidacta, empezó a publicar
sus primeras caricaturas en 1955 en la revista Ja-Já. Desde
entonces, ha colaborado en casi todas las revistas importantes de México,
como Proceso,
Siempre!,
Sucesos o Política;
en periódicos tanto derechistas como de izquierda: El Universal,
Ovaciones,
La
Prensa o La Jornada. Ha creado revistas de humor político
y blanco:
La Gallina, Marca Diablo,
El Chahuistle
y El Chamuco.
Uno de
sus mayores éxitos fue la historieta Los Supermachos, con
la cual empezó a acercarse al pueblo, combinando el humor y la política.
El éxito fue inusitado, alcanzándose un tiraje semanal de
250 mil ejemplares.3 El editor de la revista, presionado
por el gobierno, le quitó los personajes a Rius, quien se vio obligado
a fundar un nuevo comic: Los Agachados.
Los
Agachados son la clave para entender la gran producción editorial
de Rius. En esta revista Rius abordó, de 1968 a 1981, todos los
temas imaginables: política, religión, sexo, música,
futbol, economía, filosofía, historia, ecología, vegetarianismo
y naturismo, física, etc. Con esto, formó una fuente de material
importante, el cual recurrentemente utiliza, revisándolo y corrigiéndolo,
para hacer sus libros. Se puede afirmar que el 20% del material utilizado
en los libros de Rius se publicó previamente en Los Agachados
o tuvo su origen basándose en algún ejemplar del mismo.
Un Comunista no alineado
El primer
libro de Rius fue Cuba para principiantes, en 1965. Este trabajo,
encargado por el Partido Comunista Mexicano, tiene por objetivo dar a conocer
y defender el nacimiento y desarrollo de la revolución encabezada
por Fidel Castro, la cual era atacada constantemente por casi todos los
medios de comunicación latinoamericanos y estadounidenses, tradicionalmente
anticomunistas.
Abiertamente,
el zamorano muestra su simpatía al movimiento de "los barbudos",
haciendo escasa crítica y magnificando logros.
En Cuba
para principiantes, Rius muestra su metodología, la que es constante
en casi todas sus publicaciones: pequeños textos explicativos, acompañados
por caricaturas de corte humorístico Ya en otros obras comenzó
a agregar iconografía de diverso orígen, tales como fotos,
grabados, o dibujos.
Con este
trabajo, Rius comenzó una serie de libros a favor del socialismo,
como Marx para principiantes, Lenin para principiantes, Ab-che,
Mao
en su tinta, etc. Poco a poco comenzó a mostrar flexibilidad
en sus ideas izquierdistas, aumentando su posición a favor de la
democracia y reduciendo su apoyo a la rebelión armada como forma
de lograr los cambios. Por lo tanto, su crítica a ciertos aspectos
de los gobiernos socialistas, sobre todo el de falta de libertades, fue
aumentando.
Por otro
lado, siempre marcó una distancia, pareciendo algunas veces paranoica,
frente a los Estados Unidos y al sistema capitalista en general. Cualquier
acción de los norteamericanos, según la postura del Rius
de los 60's y 70's, era en contra de los marginados y siempre a favor de
los grandes banqueros y empresarios.
El rompimiento
con los "marxistas vulgares" --como atinadamente los llama Isaiah Berlin--4
se dio con El Diablo se llama Trosky, con el cual se enfrenta al
socialismo soviético, al tratar de reivindicar la figura de León
Trosky frente al autoritarismo y burocratismo de la URSS de José
Stalin.
Siguiendo
ese camino, Rius presentó La perestroika, donde aplaude la
"Glasnost" de Mijail Gorbachov, la cual trajo consigo una inusitada libertad
de prensa, y por consiguiente, de liberalización del pueblo soviético.
En ese
mismo libro, le dedica un apartado al problema de la censura a la prensa
en Cuba, atacando abiertamente esta política de Castro, amén
de subrayar el fracaso económico en la isla caribeña.
En 1994,
ante la sorpresa de muchos de sus asiduos lectores, dio a conocer Lástima
de Cuba, en el que muestra su decepción de la Revolución
Cubana, reconociendo su novatez de 1965, cuando escribió Cuba
para principiantes. Sobre esto señala: "Fue hecho como un libro
de propaganda (...) lleno de omisiones, datos falsos, información
incompleta, exageraciones dogmáticas y apreciaciones incorrectas
o dogmáticas".5
A la fecha,
Rius sigue creyendo en Marx. Apunta en su autobiografía: "utópicamente
(...) el mejor sistema socioeconómico es el socialismo que, comparando
con este capitalismo salvaje y criminal, es el único que puede aportar
soluciones
masivas a los problemas que está pasando la humanidad".6
Sin embargo,
la gran diferencia, el gran cambio de Rius, fue su acercamiento a la democracia
y el abandono de la lucha armada como una opción de cambio social.
Agnóstico gracias a Dios
Rius, de
formación académica religiosa --con los jesuitas y los salesianos--,
terminó abandonando el catolicismo a pesar de su origen y tradiciones
familiares. Desde sus inicios en la caricatura, su agnosticismo lo distinguió.
En 1968,
en algunos de los primeros números de su historieta Los Agachados,
abordó un tema tabú: la figura de Jesucristo. Toma las teorías
provenientes de Europa o Norteamérica, en las cuales se dudaba de
la divinidad de Jesús, y se le relacionaba con guerrillas palestinas,
el gnosticismo, los esenios, e inclusive, con extraterrestres. Posteriormente
estos números, corregidos y aumentados, los presentó en Cristo
de carne y hueso, donde, además de su tradicional estilo, presenta
en algunas páginas textos de eruditos opinando sobre religión.
En 1981
aparecieron dos libros aún más polémicos: Manual
del perfecto ateo --el título lo dice todo-- y El mito guadalupano.
En este último Rius comenta y refuta --al mostrar su poco o nulo
valor histórico-- las pruebas de la supuesta aparición de
la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego y recalca constantemente que
el culto en el cerro del Tepeyac existía antes de la llegada de
los españoles, cuando se adoraba a la diosa Tonantzin. Es de imaginarse
la reacción de la Iglesia Católica, que aún en la
actualidad mantiene firme su postura de defensa a las apariciones de 1521.
En
1984 aborda la historia del catolicismo en La iglesia y otros cuentos,
haciendo un rápido repaso al desarrollo de la Iglesia, las actuaciones
poco afortunadas de los Papas --incluyendo la extraña muerte de
Juan Pablo I, las Cruzadas, el Tribunal de la Inquisición, etc.--.
También muestra su simpatía a la Teología de la Liberación,
comparando las ideas de Jesús y Marx.
Un año
después, con Jesús alias el Cristo, una vez más
pone en duda la divinidad de Jesús. Hace un repaso de la vida de
Jesucristo, incluyendo "los años perdidos" (de los 12 a los 30 años),
poniendo énfasis en los últimos días de su existencia,
atacando la idea de la resurrección. Rius está en contra
del Jesús que presenta el catolicismo. Él lo concibe como
un profeta que trajo un mensaje de amor, pero incomprendido, hasta la fecha,
por la mayoría de los hombres.
Siguieron
Puré
de papas -historia del Obispado de Roma, en especial la de sus momentos
obscuros- y Cada quien su Dios, una recopilación de números
de Los Agachados.
Para 1996
aparece La Biblia, esa linda tontería, donde pone en duda
que el libro más publicado en la historia sea la palabra de Dios.
Comprueba esto al señalar la inexistencia de personajes como Moisés
--el cual, en Cristo de Carne y Hueso, aseguraba que existió--,
o Adán y Eva. Rius compara cuentos y tradiciones de Oriente, muy
parecidas a ciertos relatos de la Biblia, demostrando así su poca
o nula originalidad. Además, da cuenta de la falta de lógica,
la abundancia de violaciones, incestos y homosexualismo en muchos de sus
pasajes. Para él, el Antiguo Testamento es solo un hermoso compendio
de cuentos.
Recientemente
salió a la luz El supermercado de sectas, en el cual analiza
a las nuevas religiones --llamadas despectivamente como sectas--, su gran
influencia sobre los incautos fieles y el jugoso negocio que se realiza
con ello.
A pesar
de ello, Rius ha reconocido su creencia en Dios (apunta en su memorias
"más que ateo (...) me considero irreligioso"7),
pero está convencido de que las religiones son empresas financieras,
las cuales obtienen sus activos al aprovecharse de la gente y su miedo
natural a morir.
Vegetariano en un país de carnívoros
En 1972
apareció La panza es primero, donde Rius ataca la sabrosa
pero poco nutritiva comida mexicana, y propone una forma de alimentación
hasta entonces poco difundida en México: el vegetarianismo.
Sin ser
un experto en la materia, pero con la base de ser vegetariano en un país
de carnívoros, Eduardo del Río trató este tema en
varios libros (No consulte a su médico, El yerberito ilustrado,
100
plantas que se comen, El cocinero vegetariano, Cómo
dejar de comer [mal])siempre invitando a la gente a cambiar su dieta
de carne, refrescos y pan blanco por la soya, frutas y verduras, mostrando
la infinita variedad de los manjares que ofrece la naturaleza.
Su ataque
a los refrescos es constante. Inclusive, realizó La droga que
refresca, advirtiendo sobre los peligros de las sodas, en especial
las denominadas como light. Su humilde propósito, como podría
pensarse, no es que la gente deje de tomar refrescos, se conforma con que
"sepan qué se echan entre pecho y espalda".
El Sexo según Rius
Rius, como
buen demócrata, aboga por una real igualdad de sexos, donde el hombre
y la mujer tengan el mismo poder de decisión en la sociedad, dejando
a un lado el feminismo o el machismo. Esto lo muestra en La revolución
femenina de las mujeres.
Promueve
la legalización del aborto en El aborto, sexo y otros pecados,
considerando a éste como un derecho fundamental de la mujer. También
promociona el uso de métodos anticonceptivos.
En El
amor en los tiempos del SIDA, donde fue de los primeros autores en
alertar sobre los peligros de la llamada enfermedad del siglo XX. Hace
una revisión del origen del virus, desechando la posibilidad de
que se haya originado en África. Se adhiere a la teoría del
doctor Jakob Segal: el SIDA se originó en un laboratorio norteamericano.
Eduardo
del Río, al tratar estos temas, señala la necesidad de un
replantamiento del concepto de pareja, en especial entre los jóvenes
de las sociedades occidentales. El sexo, promovido constantemente por los
medios de comunicación, ha adquirido un sentido único de
placer. Propone la vuelta a una relación basada en el amor y respeto
a la pareja.
El revisionista
Rius, testigo,
crítico y víctima del PRI --fue secuestrado en 1968--pertenece
corriente de los revisionistas. Ataca la historia oficial mexicana, y en
general, la de todas las naciones de orígen capitalista, como Estados
Unidos, España o Israel.
Casi siempre
muestra su simpatía a los liberales o izquierdistas de la Historia
de México: Melchor Ocampo, Benito Juárez, Ricardo Flores
Magón o Lázaro Cárdenas. En cambio, le desagradan
los conservadores o reaccionarios, o los "enemigos del pueblo": Lucas Alamán,
Porfirio Díaz, Victoriano Huerta, Ávila Camacho y Gustavo
Díaz Ordaz.
Su postura
revisionista es clara al tratar el movimiento armado de 1910 en La revolucioncita
mexicana. Considera a Flores Magón como el ideológo nato
del movimiento de 1910; a Madero como el apóstol de la democracia
(y del PAN); a Carranza como un reaccionario, un simple restaurador del
orden legal; a Obregón como un oportunista. En cambio, siempre afecto
a las causas del bien común, da validez a la lucha de Francisco
Villa y Emiliano Zapata, pero señala su falta de preparación
para asumir el mando del país.
Así
las cosas, Rius vé a la Revolución Mexicana como una guerra
civil, un reacomodo de poderes. El perfeccionamiento del porfiriato en
el PRI.
En otros
libros de historia, como Palestina, del judío errante al judío
errado, Brevísima historia de España, Compa
Nicaragua, su visión casi siempre se basa en el materialismo
histórico, en especial la lucha de clases. Pero en ocasiones, la
clase se traspola en un pueblo, y así tenemos a los palestinos luchando
por la recuperación de su nación, los españoles sobreviviendo
a la tiranía de Francisco Franco, o a Nicaragua entera --incluyendo
a las clases pudientes-- peleando contra Somoza.
Rius, educador del pueblo mexicano
México
ahora es un país con pocos analfabetas. Sin embargo ¿cuántos
de ellos saben comprender lo que leen? ¿Cuántos de ellos
saben expresar en el papel sus ideas? Partiendo de este punto, el analfabetismo
en México sigue siendo un problema grave.
El Subcomandante
Marcos, líder del EZLN, reveló en una entrevista los nombres
de sus iniciadores en asuntos públicos: Carlos Monsiváis,
Elena Poniatowska... y Rius. Agregó en esa misma ocasión:
"en la provincia, la política llegaba por Rius o no llegaba".8
Rius, desde
los años 60's ha ayudado en gran medida a miles de mexicanos (tal
vez millones) --no es exageración, muchos de sus libros han alcanzado
varias reimpresiones, con tirajes de 25 mil ejemplares--, al poner a su
alcance, en lenguaje comprensible y con humor sano, un amplio panorama
de múltiples temas, y de paso, invitanto a la lectura de textos
especializados.
Ahora Rius
sólo es reconocido como un buen caricaturista, de ideas izquierdistas.
Es más que eso. Rius ha enseñado, informado y politizado
a una gran cantidad de gente. A pesar de sus errores u omisiones --en ocasiones
muy marcadas--, Eduardo del Río García es, sin proponérselo,
uno de los principales educadores de México en el siglo XX.
Notas
1 La nota referente a este evento,
publicada en El Universal, se puede consultar en la siguiente página
web:
http://www.unam.mx/universal/net1/1999/ago99/08ago99/sociales/10-so-b.html
2 Los datos biográficos fueron
tomados de los siguientes libros de Rius: El otro Rius, Grijalbo,
Grijalbo, 1985; Rius para principiantes, Grijalbo, México,
1995
3 La historia de esta aventura editorial
se encuentra en Eduardo del Río "Rius", Mis Supermachos,
Grijalbo, México, 1990
4 Isaiah Berlin, Karl Marx,
Alianza Editorial, Madrid, 1973
5 Eduardo del Río "Rius",
Lástima
de Cuba, Grijalbo, México, 1994, p. 15
6 Eduardo del Río "Rius",
Rius
para..., op. cit., p. 83
7 Idem, p. 67
8 Un fragmento de esta entrevista
apareció en Rius para principiantes, p. 278, sin señalarse
la fuente original