Los  Profetas  y  Los  Ultimos  Tiempos -- El Futuro de los Mínimos

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La Historia Se Repite

En el último capítulo de Segundo Crónicas, se lee:
 
Reinado y destronamiento de Joacaz

1. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz, cuarto hijo de Josías, y lo alzó por rey de Jerusalén , en lugar de su padre.
2. De veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y tres meses reinó en Jerusalén .
3. Porque el rey de Egipto, viniendo a Jerusalén lo depuso, y multó al país en cien talentos de plata y un talento de oro;
4. y en lugar de él estableció por rey sobre Judá y Jerusalén a su hermano Eliakim primogénito de Josías, cambiándole el nombre en el de Joakim; y se llevó consigo a Joacaz, y lo condujo a Egipto.

Reinado de Joacim
5. Veinticinco años tenía Joakim cuando entró a reinar, y once años reinó en Jerusalén ; e hizo el mal en la presencia del Señor su Dios.
6. Contra éste vino Nabucodonosor, rey de los caldeos, y lo llevó atado con cadenas a Babilonia,
7. adonde transportó también los vasos del Señor, y los colocó en su templo.
8. Las otras acciones de Joakim, y las abominaciones que cometió, y las maldades que se hallaron en él, se contienen en el Libro de los Reyes de Judá y de Israel. Lo sucedió en el reino su hijo Joaquín.

Joaquín es llevado cautivo a Babilonia
9. De ocho años era Joaquín cuando entró a reinar, y tres meses y diez días reinó en Jerusalén ; e hizo el mal en la presencia del Señor.
10. Corriendo el año, envió el rey Nabucodonosor sus gentes a prenderlo y lo llevaron a Babilonia, transportando al mismo tiempo los vasos más preciosos del templo del Señor. E hizo rey de Judá y de Jerusalén a Sedecías, su tío paterno.

Reinado de Sedequías

11. Veintiún años tenía Sedecías cuando empezó a reinar, y once años reinó en Jerusalén .
12. E hizo el mal delante de los ojos del Señor su Dios, ni respetó a Jeremías profeta, que le hablaba de parte del Señor.
13. Se rebeló, además contra el rey Nabucodonosor, que le había hecho prestar juramento de fidelidad en el nombre de Dios; y endureció su cerviz y su corazón, para no convertirse al Señor Dios de Israel.
14. Igualmente todos los príncipes de los sacerdotes y el pueblo prevaricaron también impíamente, imitando todas las abominaciones de los gentiles, y profanaron el templo del Señor, que él se había consagrado para sí en Jerusalén .
15. Entretanto el Señor Dios de sus padres, les hacía hablar por medio de sus enviados los profetas, amonestándolos sin cesar de día y de noche; pues quería perdonar a su pueblo y a la mansión suya.
16. Mas ellos se mofaban de los enviados de Dios, no hacían caso alguno de sus palabras, e insultaban a los profetas, hasta que descargó el furor del Señor sobre su pueblo, y no hubo ya remedio.

Cautividad de Judá

17. Porque trajo contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en la casa de su santuario. No tuvo compasión del mancebo, ni de la virgen, ni del anciano, ni aun del inválido; a todos los entregó Dios en sus manos.
18. Y transportó a Babilonia todos los vasos de la casa del Señor tanto los grandes como los pequeños, y los tesoros del templo, y del rey, y de los magnates.
19. Los enemigos pegaron fuego a la casa de Dios, y demolieron los muros de Jerusalén ; quemaron todas las torres y destruyeron todo cuanto había precioso.
20. Si alguno pudo escapar del cuchillo, llevado a Babilonia, fue esclavo del rey y de sus hijos, hasta que tuvo el imperio Ciro, el rey de los persas,
21. y llegó el cumplimiento de la palabra del Señor, pronunciada por Jeremías, y la tierra hubo celebrado sus sábados; pues todo el tiempo de su desolación estuvo en sábado o descanso continuo, hasta que se cumplieron los setenta años.

El decreto de Ciro
22. Mas el año primero de Ciro, rey de los persas, en cumplimiento de la palabra del Señor pronunciada por boca de Jeremías, movió el Señor el corazón de Ciro, rey de los persas; el cual mandó publicar en todo su reino por escrito, este decreto:
23. Esto dice Ciro, rey de Persia: El Señor Dios del cielo me ha dado todos los reinos de la tierra, y él mismo me ha mandado edificarle una casa en Jerusalén , ciudad de Judea; ¿quién hay entre vosotros que pertenezca a su pueblo? El Señor Dios suyo sea con él, y póngase en camino para su tierra. (2 Crónicas 36)
   
Biblia Torres Amat
Copyright © Félix Torres Amat. Traducción de la Vulgata al castellano 1825.
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La  Historia  Se  Repite

Está escrito: Se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y abusaron de sus profetas.
En nuestros días, Dios envió, no un profeta, sino la Reina de los profetas, que predijo en Fátima lo que sucedería en el mundo si la gente no prestara atención a sus peticiones.
Algunos prestaron atención a sus palabras, pero la mayoría no lo hizo. Cuando venga el gran castigo y se aniquilen varias naciones, todos se darán cuenta de que estos tiempos fueron peores que los de Sodoma y el Diluvio. Si más de la mitad de la población perece en el gran castigo, será culpa suya, ya que tuvieron la oportunidad de ser salvados y la despreciaron. Se burlaron de los mensajeros de Dios, y despreciaron sus palabras; serán cortados como la hierba.


No te preocupes por los malhechores, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque pronto serán cortados como la hierba, y marchitados como la hierba verde. - Salmo 37: 2
Porque los brazos de los impíos serán quebrados, pero el Señor sostiene a los justos. - Salmo 37:17

Porque te he llamado y te has negado. He extendido mi mano y nadie ha mirado. Porque despreciaste todos mis consejos y no me reprendiste, también me reiré de tu calamidad; Me burlaré cuando llegue tu terror ... porque ellos odiaban el conocimiento y
no escogieron el temor del Señor, no tendrían ninguno de mis consejos y despreciarían todas mis reprimendas. Por lo tanto, comerán el fruto de su propio camino, y se llenarán al máximo con sus propias fantasías. - Proverbios cap. 1
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Profetas  Falsos -- Herejes

En el segunto capítulo de las Lamentaciones de Jeremías, está escrito:

14. Tus profetas te vaticinaron cosas falsas y necias, y no te manifestaban tus maldades para moverte a penitencia; sino que te profetizaban falsamente sucesos contra tus enemigos, y su expulsión.
15. Todos cuantos pasaban por el camino te insultaban dando palmadas; te silbaban y meneaban su cabeza contra la hija de Jerusalén , diciendo: ¿Es ésta la ciudad de extremada belleza, el gozo de todo el mundo?
16. Abrieron contra ti su boca todos sus enemigos; daban silbidos, y rechinaban sus dientes, y decían: Nosotros la arrimaremos; ya llegó el día que estábamos aguardando; ya vino, ya lo tenemos delante.
17. El Señor ha hecho lo que tenía resuelto, cumplió lo que había anunciado desde los tiempos antiguos: Te ha destruido sin remisión y te ha hecho un objeto de gozo para tus enemigos, y ha ensalzado la pujanza de los que te odiaban.
18. El corazón de los sitiados levantó el grito al Señor desde sobre las murallas de la hija de Sión; derrama, ¡oh Jerusalén !, día y noche, haz correr a manera de torrente las lágrimas; no reposes, ni cesen de llorar tus ojos.
19. Levántate, clama de noche al Señor desde el principio de las vigilias; derrama como agua tu corazón ante su presencia; levanta hacia él tus manos, haciéndole presente la vida de tus niños que se están muriendo de hambre en todas las esquinas y encrucijadas de las calles.
20. ¡Oh Señor!, mira y considera a quien has tú desolado de esta manera. ¿Y será verdad que las mujeres se coman sus propios hijos, niños del tamaño de la palma de la mano? ¿Y serán asesinados dentro del santuario del Señor el sacerdote y el profeta?
21. Muertos yacen por fuera el mozo y el anciano; mis vírgenes y mis jóvenes han sido pasados a cuchillo; los has hecho perecer en el día de tu furor; los has herido de muerte sin compasión alguna.
22. Tú Señor, has convidado como a una gran fiesta a esa nación enemiga, para que me aterrase por todos lados; y en aquel día de tu furor no hubo nadie que pudiese escapar y salvarse; a aquellos que yo crié y alimenté los hizo perecer el enemigo mío.
   
Comentario: "Tus profetas te vaticinaron cosas falsa y necias." Los modernistas, por ejemplo, Teilhard de Chardin, han señenado mentiras y herejías, engañando a muchos. "No te manifestaban tus maldades, para moverte a penitencia." Hicieron caso omiso a las profecías de La Salette y Fátima, que nos animan a hacer penitencia.

¿Es ésta la ciudad de extremada belleza? -- La Iglesia Católica, que antes era tan hermosa con los ejemplos de heroismo de los santos anteriores, es ahora afeada con herejías, corrupción y escándalos.

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Lamentaciones, Cap. 4

4. Al niño de pecho se le pegaba la lengua al paladar, por causa de la sed; pedían pan los niños, y no había quien se lo repartiese.
5. Aquellos que comían con más regalo han perecido de hambre en medio de las calles, cubiertos se ven de basura o andrajos aquellos que vivían entre púrpura y ropas preciosas.
6. Y ha sido mayor el castigo de las maldades de la hija de mi pueblo, que el pecado de Sodoma; la cual fue destruida en un momento, sin que tuviese parte mano de hombre.
7. Sus nazareos eran más blancos que la nieve, más lustrosos que la leche, más rubicundos que el marfil antiguo, más bellos que el zafiro.
8. Pero ahora más renegrido que el carbón está su rostro, y no son conocidos por las calles; pegada tienen su piel a los huesos, árida y seca como un palo.
9. Menos mala fue la suerte de los que perecieron al filo de la espada, que la de aquellos que murieron de hambre; pues éstos se fueron aniquilando consumidos por la carestía de la tierra.
10. Las mujeres, de suyo compasivas, pusieron a cocer con sus manos a sus propios hijos; éstos fueron su vianda en tiempo de la calamidad de la hija del pueblo mío.
11. El Señor ha deshogado su furor, ha derramado la ira de su indignación, ha encendido en Sión un fuego que ha consumido hasta sus cimientos.
12. No creían los reyes de la tierra, ni los habitantes todos del mundo que el enemigo y adversario entrase por las puertas de Jerusalén ;
13. pero entró por causa de los pecados de sus profetas y las maldades de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaron la sangre de los justos.
   
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Comentario: Pedían pan los niños, y no habia quien se lo repartiese. -- Mucha gente busca el pan de la doctrina y la dirección, y no se les da nada.

.... que el enemigo entrase por las puertas de Jerusalén, pero entro por causa de los pecados de sus profetas y las maldades de sus sacerdotes.  Los enemigos han entrado dentro de la Iglesia por causa de los pecados de los sacerdotes y de los maestros de herejía.

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Pastores  Malos  y  El  Buen  Pastor

Ezequiel 34
Profecía contra los pastores de Israel

1. Me habló nuevamente el Señor, diciendo:
2. Hijo de hombre, profetiza acerca de los pastores de Israel; profetiza y di a los pastores: Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso no son los rebaños los que deben ser apacentados por los pastores?
3. Vosotros os alimentáis de su leche, y os vestís de su lana, y matáis las reses más gordas; mas no apacentáis mi grey.
4. No fortalecisteis las ovejas débiles, no curasteis las enfermas, no bizmasteis las perniquebradas, ni recogisteis las descarriadas, ni fuisteis en busca de las perdidas; sino que dominabais sobre ellas con aspereza y con prepotencia.
5. Y mis ovejas se han dispersado, porque estaban sin pastor que las cuidase, con lo cual vinieron a ser presa de todas las fieras del campo, descarriadas como habían quedado.
6. Perdida anduvo mi grey por todos los montes y por todas las altas colinas, se dispersaron mis rebaños por toda la tierra, y no había quien fuese en busca de ellos; nadie, repito, hubo que los buscase.
7. Por tanto, escuchad, oh pastores, la palabras del Señor:
8. Juro yo, dice el Señor Dios, que pues mis rebaños han sido entregados al robo, y mis ovejas a ser devoradas de todas las fieras del campo, por falta de pastor; pues mis pastores no cuidaban de mi grey; cuidaban, sí, de apacentarse a sí mismos, y no de apacentar mis ovejas.
9. Por tanto oíd, ¡oh pastores!, la palabra del Señor:
10. Esto dice el Señor Dios: He aquí que yo mismo pediré cuenta de mi grey a los pastores, y acabaré con ellos, para que nunca más sean pastores de mis rebaños, ni se apacienten más a sí mismos; y libraré mi grey de sus fauces, para que jamás les sirva de vianda.
11. Porque esto dice el Señor Dios: He aquí que yo mismo iré en busca de mis ovejas, y las reconoceré y contaré.
12. Al modo que el pastor va revistando su rebaño, en el día en que se halla en medio de sus ovejas, después que estuvieron descarriadas, así revistaré yo las ovejas mías y las recogeré de todos los lugares por donde fueron dispersadas en el día del nublado y de las tinieblas.
13. Y yo las sacaré de los pueblos, y las recogeré de varias naciones, y las conduciré a su propio país, y las apacentaré en las montañas de Israel, junto a los arroyos, y en todos los lugares de esta tierra.
14. En pastos muy fértiles las apacentaré, y estarán sus pastos en los altos montes de Israel; allí sestearán entre la verde hierba, y con los abundantes pastos de los montes de Israel quedarán saciadas.
15. Yo, dice el Señor Dios, yo mismo apacentaré mis ovejas y las haré sestear.
16. Andaré en busca de aquellas que se habían perdido, y recogeré las que habían sido abandonadas, vendaré las heridas de aquellas que han padecido alguna fractura, y daré vigor a las débiles, y conservaré las que son gordas y gruesas, y a todas las apacentaré con juicio o sabiduría.
17. A vosotros ¡oh rebaños míos!, esto os dice el Señor Dios: He aquí que yo hago distinción entre ganado y ganado, entre carneros y machos cabríos.
18. Pues, ¿no os bastaba tener buenos pastos? Pero vosotros también lo que os sobraba de ellos lo hollasteis con vuestros pies; y habiendo sido abrevados en aguas limpísimas, enturbiasteis con vuestros pies las que sobraban,
19. y muchas de mis ovejas tenían que apacentarse de lo que vosotros hollasteis con vuestros pies, y beber el agua que con vuestros pies habíais enturbiado.
20. Por tanto, esto dice a vosotros el Señor Dios: He aquí que yo haré juicio o distinción entre el ganado gordo y el flaco,
21. pues vosotros atropellabais con vuestros costados y hombros todas las ovejas flacas, y, como toros, las aventabais con vuestras astas para echarlas fuera y dispersarlas;
22. yo salvaré mi grey, y no quedará más expuesta a la presa, y discerniré entre ganado y ganado.
23. Y estableceré sobre mis ovejas un solo pastor que las apaciente, esto es, el hijo de David, siervo mío: El mismo las apacentará y él será su pastor.
24. Yo el Señor seré su Dios, y el siervo mío David será el príncipe en medio de ellas, yo el Señor lo he dicho.
25. Y haré con ellas alianza de paz; y exterminaré de la tierra o país las bestias malignas; y aquellos que habitan en los desiertos dormirán sosegadamente en medio de los bosques.
26. Y las colmaré de bendiciones a ellas y a todos los alrededores de mi santo monte, y enviaré a su tiempo las lluvias, y serán lluvias de bendición;
27. y los árboles del campo darán sus frutos y la tierra sus cosechas, y vivirán sin temor alguno en su país; y conocerán que yo soy el Señor cuando haya roto las cadenas de su yugo, y las haya librado del poder de aquellos que las dominan;
28. y no quedarán más expuestas a ser presa de las naciones, ni serán devoradas de las bestias de la tierra; sino que reposarán tranquilamente sin temor alguno.
29. Y yo haré brotar para ellas el tan renombrado retoño, y no serán más consumidos en su tierra por el hambre ni llevarán más el oprobio de las gentes.
30. Y conocerán que yo el Señor su Dios estaré con ellos; y ellos, los de la casa de Israel, serán el pueblo mío, dice el Señor Dios.
31. Vosotros, pues, oh hombres, vosotros sois los rebaños míos, los rebaños que yo apaciento, y yo soy el Señor Dios vuestro, dice el Señor.
   
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Los Pastores Malos son como perros mudos. No saben predicar la verdad.
Isaias 56:9--12

9. Vosotras las bestias todas del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar la presa.
10. Ciegos son todos sus atalayas, ignorantes todos, perros mudos impotentes para ladrar, visionarios, dormilones y aficionados a sueños vanos.
11. Y estos perros sin rastro de vergüenza, jamás se ven hartos de rapiñas. Los pastores mismos están faltos de toda inteligencia; todos van descarriados por su camino, cada cual a su propio interés desde el más alto hasta el más bajo.
12. Venid, dicen, bebamos vino; y embriaguémonos bien, y lo mismo que hoy haremos también mañana, y mucho más.
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Dios  Promete  Levantar  Pastores  Buenos

Jeremías 23
Regreso del remanente

1. ¡Ay de los pastores que arruinan y despedazan el rebaño de mi dehesa!, dice el Señor.
2. Por tanto he aquí lo que dice el Señor Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros habéis desparramado mi grey, y la habéis arrojado fuera, y no la habéis visitado: pues he aquí que yo vendré a castigaros a vosotros por causa de la malignidad de vuestras inclinaciones, dice el Señor.
3. Y yo reuniré las ovejas que quedaron de mi rebaño, de todas las tierras a donde las hubiere echado, y las volveré a sus propias tierras; y crecerán y se multiplicarán.
4. Y crearé para ellas unos pastores que las apacentarán con pasos saludables; no tendrán ya miedo ni pavor alguno, y no faltará ninguna de ellas en el redil, dice el Señor.
5. Mirad que viene el tiempo, dice el Señor, en que yo haré nacer de David un vástago, un Descendiente justo, el cual reinará como rey, y será sabio, y gobernará la tierra con rectitud y justicia.
6. En aquellos días suyos, Judá será salvo, e Israel vivirá tranquilamente; y el nombre con que será llamado aquel rey, es el de Justo Señor o Dios nuestro.
7. Por eso vendrá tiempo, dice el Señor, en que ya no dirán: Vive el Señor que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto:
8. sino: Vive el Señor que ha sacado y traído el linaje de la casa de Israel del país del Norte y de todas las regiones a donde los había yo arrojado; y habitarán en su propia tierra.

Denunciación de los falsos profetas
9. En orden a los falsos profetas, mi corazón, dijo Jeremías, se despedaza en medio de mi pecho, desencajados tengo todos mis huesos; me hallo como un ebrio, como un hombre tomado del vino, al considerar el enojo del Señor y a vista de sus santas palabras.
10. Porque la tierra está llena de adúlteros, y llorando a causa de las blasfemias; se secaron las campiñas del desierto; la carrera de ellos se dirige siempre al mal, y su valentía es para cometer injusticias.
11. Porque así el profeta como el sacerdote se han hecho inmundos, y dentro de mi casa o templo, allí he encontrado su malicia, dice el Señor.
12. Por eso el camino de ellos será como un continuo resbaladero entre tinieblas; en él serán empujados, y caerán; pues yo descargaré desastres sobre ellos en el tiempo en que sean tomadas sus cuentas, dice el Señor.
13. Así como en los profetas de Samaria vi la insensatez que profetizaban en nombre de Baal, y embaucaban a mi pueblo de Israel,
14. así a los profetas de Jerusalén los vi imitar a los adúlteros; e ir en pos de la mentira, y que infundían orgullo a la turba de los malvados, para que cada uno de ellos dejase de convertirse de su maldad; todos han venido a ser abominables a mis ojos como Sodoma; como los de Gomorra, tales son sus habitantes.
15. Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos a los profetas: He aquí que yo les daré a comer ajenjos y hiel para beber, ya que de los profetas de Jerusalén se ha difundido la corrupción e hipocresía por toda la tierra.
16. Moradores de Jerusalén , he aquí lo que os dice el Señor de los ejércitos: No queráis escuchar las palabras de los profetas que os profetizan cosas lisonjeras, y os embaucan, ellos os cuentan las visiones o sueños de su corazón, no lo que ha dicho el Señor.
17. Dicen a aquellos que blasfeman de mí: El Señor lo ha dicho: Tendréis paz. Y a todos los que siguen la perversidad de su corazón les han dicho: No vendrá sobre vosotros ningún desastre.
18. Pero ¿quién de ellos asistió al consejo del Señor, y vio y oyó lo que dijo o decretó? ¿Quién penetró su resolución y la comprendió?
19. He aquí que se levantará el torbellino de la indignación divina; y la tempestad, rompiendo la nube, descargará sobre la cabeza de los impíos.
20. No cesará la saña del Señor hasta cuando se haya ejecutado y cumplido el decreto de su voluntad; en los últimos días es cuando conoceréis su designio sobre vosotros.
21. Yo no enviaba esos profetas falsos; ellos de suyo corrían por todas partes; no hablaba yo con ellos, sino que ellos profetizaban lo que querían.
22. Si hubiesen asistido a mi consejo y anunciado mis palabras al pueblo mío, yo ciertamente los hubiera desviado de su mala vida y de sus pésimas inclinaciones.
23. ¿Acaso piensas tú, dice el Señor, que yo soy Dios sólo de cerca, y no soy Dios desde lejos?
24. ¿Sí se ocultará acaso un hombre en algún escondrijo sin que yo le vea, dice el Señor? ¿Por ventura no lleno yo, dice el Señor, el cielo y la tierra?
25. He oído lo que andan diciendo aquellos profetas que en mi Nombre profetizan la mentira: He soñado, dicen, he tenido un sueño profético.
26. ¿Y hasta cuándo ha de durar esta imaginación en el corazón de los profetas que vaticinan la falsedad y anuncian las ilusiones de su corazón?
27. Los cuales quieren hacer que el pueblo mío se olvide de mi Nombre, por los sueños que cada uno cuenta a su vecino, al modo que de mi Nombre se olvidaron de sus padres por amor a Baal.
28. Que cuente su sueño aquel profeta que así sueña; y predique mi palabra con toda verdad aquel que recibe mi palabra, y se verá la diferencia. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo, dice el Señor?
29. ¿No es así que mis palabras son como fuego, dice el Señor, y como martillo que quebranta las peñas?
30. Por tanto, vedme aquí, dice el Señor, contra aquellos profetas que roban mis palabras, cada cual a su más cercano profeta.
31. Vedme aquí, dice el Señor, contra aquellos profetas que toman en sus lenguas estas palabras: Dice el Señor.
32. Vedme aquí contra aquellos profetas o visionarios que sueñan mentiras, dice el Señor, y las cuentan, y traen embaucado a mi pueblo con sus falsedades y prestigios; siendo así que yo no los he enviado, ni dado comisión alguna a tales hombres que ningún bien han hecho a este pueblo, dice el Señor.
33. Si te preguntare, pues, este pueblo, o un profeta, o un sacerdote, burlándose de ti, y te dijere: Vaya, ¿cuál es la carga o duro vaticinio que nos anuncias de parte del Señor?, le responderás: La carga sois vosotros; y yo, dice el Señor, os arrojaré lejos de mí.
34. Que si el profeta o el sacerdote, o alguno del pueblo dice: ¿Cuál es la carga del Señor?, yo castigaré severamente a tal hombre y a su casa.
35. Lo que habéis de decir cada uno a su vecino y a su hermano es: ¿Qué ha respondido el Señor? O ¿qué es lo que el Señor ha hablado?
36. Y no se ha de nombrar más por burla la carga del Señor, que de lo contrario la carga de cada uno será su modo de hablar, ya que habéis pervertido las palabras del Dios vivo, del Señor de los ejércitos, nuestro Dios.
37. Le preguntarás, pues, al profeta: ¿Qué te ha respondido el Señor? O ¿qué es lo que el Señor ha dicho?
38. Mas si todavía dijereis, mofándoos: La carga del Señor ¿cuál es? En tal caso, esto dice el Señor: Porque dijisteis esa expresión de burla: La carga del Señor; siendo así que yo os envié a decir: No pronunciéis más por mofa esa expresión: La carga del Señor.
39. Por tanto, tened entendido que yo os tomaré, y os transportaré, y os abandonaré, desechándoos de mi presencia a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres.
40. Y haré de vosotros un padrón de oprobio sempiterno y de ignominia perdurable, cuya memoria jamás se borrará.
   
Biblia Torres Amat
Copyright © Félix Torres Amat. Traducción de la Vulgata al castellano 1825.
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Isaias 59 -- 60

Estos dos capítulos son complementarios. Capítulo 59 habla de los pecados de la gente antes del cautiverio de Babilonia. Capítulo 60 habla de la alegría después del cautiverio.
Cap. 59: La pesadilla
Cap. 60 El sueño hecho realidad

Isaías 59
Confesión del pecado de Israel

1. Porque mirad que no se ha encogido la mano del Señor, para que ella no pueda salvar; ni se le han entupido sus oídos, para no poder oír vuestros clamores;
2. sino que vuestras iniquidades han puesto un muro de separación entre vosotros y vuestro Dios; y vuestros pecados le han hecho volver su rostro de vosotros para no escucharos.
3. Porque manchadas están de sangre vuestras manos, y llenos de iniquidad vuestros dedos; y no pronuncian más que la mentira vuestros labios, y sólo habla palabras de iniquidad vuestra lengua.
4. No hay quien clame por la justicia; no hay quien juzgue con verdad; sino que todos ponen su confianza en la nada, y tienen en su boca la vanidad. Concibieron o idearon el trabajo o daño del prójimo, y parieron la iniquidad.
5. Han hecho abrir los huevos de áspides, y con sus afanes tejieron telas de araña; quien de dichos huevos comiere, morirá; y una víbora es lo que saldrá si hubiere empollado alguno.
6. No serán buenas para vestidos las telas de ellos; ni podrán cubrirse con sus labores; los trabajos que hagan son trabajos inútiles; pues obra de iniquidad es la que tienen entre manos.
7. Sus pies corren a la maldad y se apresuran a derramar la sangre inocente; pensamientos nocivos son todos sus pensamientos. Por doquiera que pasan, dejan la desolación y el quebranto.
8. No conocen la senda de la paz, y sus pasos no van enderezados hacia la justicia; torcidos son sus senderos, y cualquiera que anda por ellos no sabe qué cosa es paz.
9. Por eso se alejó de nosotros el juicio recto, y no nos abrazará en su seno la justicia; esperamos la luz y he aquí que nos hallamos con las tinieblas; la claridad del día, y caminamos a oscuras.
10. Vamos palpando en la pared como ciegos; y andamos a tientas como si no tuviéramos ojos; en medio del día tropezamos como si estuviésemos en medio de la noche; estamos en oscuros lugares como los muertos en los sepulcros.
11. Como osos rugimos todos nosotros; y meditando nuestros pecados gemimos como palomas. Esperamos la justicia, y ella no parece; que llegue la salud y ésta se alejó de nosotros.
12. Y es que nuestras maldades, oh Señor, se han multiplicado en tu presencia, y están atestiguando contra nosotros nuestros pecados; puesto que permanecen en nosotros nuestras iniquidades, y conocemos bien nuestros crímenes.
13. Pecado hemos y mentido contra el Señor, y hemos vuelto las espaldas por no seguir a nuestro Dios, y sí para calumniar y cometer maldades; concebimos y proferimos del corazón palabras de mentira.
14. Y así es que el recto juicio se volvió atrás, y la justicia se paró a lo lejos de nosotros, hemos visto que la verdad ha ido por tierra en el foro, o tribunales, y que no ha hallado entrada.
15. Y la verdad fue puesta en olvido; y quedó oprimido o hecho presa de los malvados aquel que se apartó del mal. Vio esto el Señor y le hirió en los ojos el que ya no hubiese justicia.
16. Y vio que no quedaba hombre de bien; y se pasmó de no encontrar quien se pusiese por medio; y halló en su mismo brazo la salud y su justicia fue la que le fortaleció.
17. Se armó de la justicia como de una coraza, y se puso en la cabeza el yelmo de la salud; la venganza es el ropaje con que se viste, y el celo es el manto con que se cubre.
18. Saldrá preparado para vengarse y para descargar el merecido enojo sobre sus enemigos, y dar el justo pago a sus adversarios; él tratará a las islas o naciones según su merecido.
19. Con esto temerán el Nombre santo del Señor los pueblos que están al occidente, y los del oriente venerarán su gloria y majestad; cuando venga como un río impetuoso impelido del espíritu del Señor,
20. y llegue el redentor que ha de redimir a Sión, y aquellos hijos de Jacob que se convierten del pecado, dice el Señor.
21. Y éste es mi nuevo pacto con ellos, dice el Señor: El espíritu mío que está en ti, y las palabras mías que puse yo en tu boca, no se apartarán de tus labios, dice el Señor, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de tus nietos, desde ahora para siempre.
   
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Isaías 60
La futura gloria de Sion

1. ¡Levántate, oh Jerusalén !, recibe la luz; porque ha venido tu lumbrera y ha nacido sobre ti la gloria del Señor.
2. Porque he aquí que la tierra estará cubierta de tinieblas y descubrirá las naciones; mas sobre ti nacerá el Señor, y en ti se dejará ver su gloria.
3. Y a tu luz caminarán las gentes, y los reyes al resplandor de tu nacimiento .
4. Tiende tu vista alrededor tuyo, y mira: Todos esos se han congregado para venir a ti; vendrán de lejos tus hijos y tus hijas acudirán a ti de todas partes.
5. Entonces te verás en la abundancia; se asombrará tu corazón, y se ensanchará cuando vengan a unirse contigo naciones de la otra parte del mar; cuando a ti acudan poderosos pueblos.
6. Te verás inundada de camellos, de dromedarios de Madián y de Efa: Todos los sabeos vendrán a traerte oro e incienso, y publicarán las alabanzas del Señor.
7. Se recogerán para ti todos los rebaños de Cedar; para tu servicio serán los carneros de Nabayot, sobre mi altar de propiciación serán ofrecidos, y yo haré gloriosa la casa de mi majestad.
8. ¿Quiénes son esos que vuelan como nubes, y como las palomas a sus nidos?
9. Sé, dice el Señor, que me están esperando con ansia las islas o naciones, y las naves del mar ya desde el principio , para que traiga de las remotas regiones a tus nuevos hijos, y con ellos su plata y su oro, que consagran al nombre del Señor Dios tuyo, y al Santo de Israel que te ha glorificado.
10. Entonces los hijos de los extranjeros edificarán tus muros; y los reyes de ellos serán servidores tuyos; porque si bien estando enojado te afligí, ahora reconciliado uso contigo de misericordia.
11. Y estarán abiertas siempre tus puertas, ni de día ni de noche se cerrarán, a fin de que a toda hora pueda introducir en ti la riqueza de las naciones, con sus reyes.
12. Puesto que la nación y el reino que a ti no se sujetare, perecerá, y tales gentes serán destruidas y asoladas.
13. A ti vendrá lo más precioso del Líbano, y el abeto, y el ciprés, y el pino para servir todos juntos al adorno de mi santuario, y yo llenaré de gloria el lugar donde asentaré mis pies.
14. Y a ti vendrán y se te postrarán los hijos de aquellos que te abatieron, y besarán las huellas de tus pies todos los que te insultaban, y te llamarán la ciudad del Señor, y la Sión del Santo de Israel.
15. Por cuanto estuviste tú abandonada y aborrecida, sin haber quien te frecuentase, yo haré que seas la gloria de los siglos y el gozo de todas las generaciones venideras;
16. y te alimentarás con la leche de las naciones, y te criarán regios pechos; y conocerás que soy el Señor que te salva, el redentor tuyo, el fuerte de Jacob .
17. En vez de cobre te traerá oro, y plata en lugar de hierro; y en vez de maderas cobre, y en lugar de piedras hierro; y pondré por gobierno tuyo la paz, y por prelados tuyos la justicia.
18. No se oirá ya hablar más de iniquidad en tu tierra, ni de estragos ni de plagas dentro de tus confines; antes bien reinará la salud o felicidad dentro de tus muros, y resonarán en tus puertas cánticos de alabanza.
19. Ya no necesitarás sol que te dé luz durante el día, ni te alumbrará el esplendor de la luna; sino que el Señor mismo será la sempiterna luz tuya, y tu gloria o claridad el mismo Dios tuyo.
20. Nunca jamás se pondrá tu sol ni padecerá menguante tu luna; porque el Señor será para ti sempiterna luz tuya, y se habrán acabado ya los días de llanto.
21. El pueblo tuyo se compondrá de todos los justos; ellos poseerán eternamente la tierra, siendo unos retoños plantados por mí, obra de mis manos, para que yo sea glorificado.
22. El menor de ellos valdrá por mil, y el párvulo por una nación poderosísima. Yo el Señor haré súbitamente todo esto cuando llegare su tiempo.
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Oración  para  el  futuro  de  los  Mínimos

Ten piedad de nosotros, Dueño soberano, Dios de todas las cosas, y mira, infunde tu temor a todas las naciones.
 Levanta tu mano contra las naciones extranjeras y que ellas vean tu dominio.
 Así como les manifestaste tu santidad al castigarnos, manifiéstanos también tu grandeza castigándolas a ellas;
 y que ellas te reconozcan, como hemos reconocido nosotros que no hay otro Dios fuera de ti, Señor.
 Renueva los signos y repite las maravillas, glorifica tu mano y tu brazo derecho.
 Despierta tu furor y derrama tu ira, suprime al adversario y extermina al enemigo.
 Apresura la hora y acuérdate del juramento, para que se narren tus hazañas.
 Que el fugitivo sea devorado por el ardor del fuego, y que encuentren su perdición los que maltratan a tu pueblo.
 Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: "¡No hay nadie fuera de nosotros!"
 Congrega a todas las tribus de Jacob, y entrégales su herencia, como al comienzo.
 Ten piedad, Señor, del pueblo que es llamado con tu Nombre, de Israel, a quien trataste como a un primogénito.
 Ten compasión de tu Ciudad santa, de Jerusalén, el lugar de tu reposo.
 Llena a Sión de alabanzas por tu triunfo, y a tu pueblo, cólmalo de tu gloria.
 Da testimonio a favor de los que tú creaste en el principio, y cumple las profecías anunciadas en tu Nombre.
 Dales la recompensa a los que te aguardan, y que se compruebe la veracidad de tus profetas.
Escucha, Señor, la oración de los que te suplican, conforme a la bendición de Aarón sobre tu pueblo,
para que todos los que viven en la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno. (Eclesiástico 36)
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Lamentaciones 3
Esperanza de liberación por la misericordia de Dios

1. Hombre soy yo que estoy viendo la miseria mía o aflicción en la vara de la indignación del Señor.
2. Entre tinieblas o aflicciones me ha hecho andar, y no en el resplandor de la luz.
3. No ha cesado día y noche de descargar sobre mí su mano.
4. Ha hecho envejecer mi piel y mi carne, y ha quebrantado mis huesos.
5. Ha levantado una pared alrededor mío; y me ha cercado de amarguras y de congojas.
6. Me ha colocado en lugar tenebroso, como a aquellos que ya han muerto para siempre.
7. Me rodeó por todos lados para que no escapase; me puso pesados grillos.
8. Y aunque yo clame y ruegue, no hace caso de mis plegarias.
9. Cerró mis caminos como con piedras de sillería; desbarató todos mis senderos o designios.
10. Ha venido a ser para mí como un oso en acecho, como un león en lugar oculto.
11. El ha trastornado mis senderos, y me ha destrozado; me ha abandonado a la desolación.
12. Tendió su arco, y me puso por blanco de sus saetas.
13. Ha clavado en mis lomos las flechas de su aljaba.
14. He venido a ser el escarnio de todo mi pueblo, y su cantinela diaria.
15. Me ha llenado de amargura, me ha embriagado de ajenjo.
16. Ha quebrado todos mis dientes, dándome pan lleno de arena; ceniza me ha dado a comer.
17. Desterrada está de mi alma la paz o abundancia; no sé ya lo que es felicidad.
18. Y dije yo: Ha desaparecido para mí todo término de mis males, y toda la esperanza que tenía en el Señor.
19. Acuérdate, Señor, de mi miseria y persecución, y del ajenjo y de la hiel que me hacen beber.
20. De continuo tengo en la memoria estas cosas, y se repudre dentro de mí el alma mía.
21. Con todo, considerando estas cosas dentro de mi corazón, hallaré mi esperanza en el Señor.

La misericordia de Dios

22. Es una misericordia del Señor que nosotros no hayamos sido consumidos del todo, porque jamás han faltado sus piedades.
23. Cada día las hay nuevas desde muy de mañana; grande es, ¡oh Señor!, tu felicidad.
24. Mi herencia, dice el alma mía, es el Señor; por tanto pondré en él mi confianza.
25. Bueno es el Señor para los que esperan en él, para las almas que le buscan.
26. Bueno es aguardar en silencio la salud que viene de Dios.
27. Bueno es para el hombre haber llevado el yugo ya desde su mocedad.

28. Se estará quieto y callado, porque ha tomado sobre sí el yugo.
29. Su boca pegará al suelo, para ver si orando consigue lo que espera.
30. Presentará su mejilla al que le hiere; le hartarán de oprobios.
31. Pero no para siempre lo desechará de sí el Señor.
32. Pues si él nos ha desechado, aún se apiadará de nosotros, según la grandeza de su misericordia.
33. Puesto que no de buena gana abate él, ni desecha a los hijos de los hombres,
34. ni huella debajo de sus pies, como un tirano, todos los cautivos de la tierra,
35. ni pesa con infiel balanza, ante su presencia, la causa del hombre,
36. ni daña con injusta sentencia a hombre alguno, eso no sabe el Señor hacerlo.
37. ¿Quién es aquel que ha dicho que se hace alguna cosa sin que el Señor lo ordene?
38. ¿No vienen acaso de orden del Señor los males y los bienes?
39. Pues ¿por qué se ha de quejar hombre viviente del castigo de sus pecados?
40. Examinemos y escudriñemos nuestros pasos, y convirtámonos al Señor.
41. Levantemos al cielo, hacia el Señor, junto con las manos, nuestros corazones.
42. Nosotros nos portamos inicuamente, y provocamos, ¡oh Señor!, tu enojo; por eso te muestras inexorable.
43. Te cubriste de furor y nos castigaste, mataste sin perdonar a nadie.
44. Pusiste una nube delante de ti, para que no pudiesen llegar a tu presencia nuestras plegarias.
45. Tú nos has arrancado de cuajo y arrojado como basura en medio de los pueblos.
46. Han abierto todos los enemigos su boca contra nosotros.
47. Se convirtió la profecía en terror nuestro, y en lazo y en ruina nuestra.
48. Ríos de agua salen de mis ojos en vista del quebranto de la hija del pueblo mío.
49. Se deshacen mis ojos en continuo llanto, porque no hay reposo alguno,
50. hasta tanto el Señor vuelva desde el cielo su vista, y se ponga a mirar.
51. Las muchas lágrimas que he derramado por los desastres de todas las hijas o pueblos de mi patria, han consumido en mí todo el jugo o espíritu vital.
52. Como el ave en el cazadero, se apoderaron de mí mis enemigos sin que yo les diese motivo.
53. Cayó en el lago o fosa el alma mía; han puesto la losa sobre mí.
54. Las aguas de la tribulación descargaron como un diluvio sobre mi cabeza. Yo dije entonces: Perdido estoy.
55. Invoqué, oh Señor, tu santo Nombre desde lo más profundo de la fosa;
56. y tú escuchaste mi voz; no cierres, pues, tus oídos a mis sollozos y clamores.
57. Te me acercaste en el día en que te invoqué; y me dijiste: No temas.
58. Tú fallaste a favor del alma mía, ¡oh Señor!, ¡oh redentor de mi vida!
59. Viste, oh Señor, las iniquidades de ellos contra m,: hazme justicia.
60. Viste todo su furor, todas sus maquinaciones contra mí.
61. Tú oíste, oh Señor, sus oprobios, y todos sus proyectos contra mí,
62. y las palabras malignas de los que me hacen la guerra, y todo cuanto traman continuamente contra mí.
63. Repara, Señor, todas sus idas y vueltas; yo soy siempre el objeto de sus canciones burlescas.
64. Tú les darás, ¡oh Señor!, lo que merecen las obras de sus manos.
65. Pondrás sobre su corazón, en vez de escudo, las aflicciones que les enviarás.
66. ¡Oh Señor!, tú los perseguirás con saña, y los exterminarás de debajo de los cielos.
   
Biblia Torres Amat
Copyright © Félix Torres Amat. Traducción de la Vulgata al castellano 1825.
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Una Profecía Cumplida -

Tres Días de Oscuridad y las Escrituras -

El Mundo Termina Cada Dia, por Charles Reed

Cada vez que un alma muere y entra en la eternidad, el tiempo se acaba para esa alma. Todas sus oportunidades para elegir entre el bien y el mal han terminado. Él ha tomado su decisión final, ya sea por Cristo o contra él, y enfrentará las consecuencias de esa decisión por toda la eternidad. Cuando una persona muere, el tiempo termina para él. El mundo, con todas sus vanidades, defectos y pecados, ya no existe para él, ya pasó. Cristo el juez supremo viene en gloria para pronunciar la sentencia. "Ven, bendito, o vete, maldito". (Mateo 25).

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