En el Evangelio de Mateo, Capítulo 13, está escrito:
Nos explican la parábola del berberecho del campo. [37] El que respondió y les dijo: El que siembra la buena semilla, es el Hijo del hombre. [38] Y el campo, es el mundo. Y la buena simiente son los hijos del reino. Y el berberecho, son los hijos del inicuo. [39] Y el enemigo que los sembró, es el diablo. Pero la cosecha es el fin del mundo. Y los segadores son los ángeles. [40] Así como el berberecho es recogido y quemado con fuego: así será en el fin del mundo.
[41] El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y reunirán de su reino todos los escándalos, y los que hacen iniquidad. [42] Y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. [43] Entonces los justos resplandecerán como el sol, en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, que oiga.
[47] Nuevamente, el reino de los cielos es como una red arrojada al mar, y reuniendo todo tipo de peces. [48] Cuando se llenaron, se retiraron, y sentados a la orilla, escogieron lo bueno en vasos, pero lo malo echaron fuera. [49] Así será en el fin del mundo. Los ángeles saldrán y separarán a los malvados de entre los justos. [50] Y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
En estas parábolas, Nuestro Señor relata lo que sucederá al final de los tiempos. Las almas de los salvos se colocarán a su mano derecha y él les dirá: Vengan, benditos de mi Padre, posean el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. (Mateo 25:32)
Las almas de los condenados se colocarán a su izquierda y él les dirá: Vete de mí, maldito, al fuego eterno. (Mateo 25:41)
Por reveton sabemos que al final de los tiempos, Cristo vendrá en gloria para juzgar a todos los que han vivido, y que sus cuerpos surgirán, algunos para la resurrección de la gloria, otros para la resurrección del juicio. (Juan 5)
No tenemos que esperar hasta el fin del mundo para ver las parábolas de separación cumplidas (llamadas parábolas de separación porque dos grupos están separados, el berberecho del trigo, el buen pescado del mal pescado, las sabias vírgenes del necio vírgenes, las ovejas de las cabras, los elegidos de los reprobados).
Cada vez que un alma muere y entra en la eternidad, el tiempo se acaba para esa alma. Todas sus oportunidades para elegir entre el bien y el mal han terminado. Él ha tomado su decisión final, ya sea por Cristo o contra él, y enfrentará las consecuencias de esa decisión por toda la eternidad. Cuando una persona muere, el tiempo termina para él. El mundo, con todas sus vanidades, defectos y pecados, ya no existe para él, ya pasó. Cristo el juez supremo viene en gloria para pronunciar la sentencia. "Ven, bendito, o vete, maldito". (Mateo 25).
El alma entra en la sala de audiencias, y el juez pronuncia la frase: "Bien hecho, siervo bueno y fiel" o "Atadle las manos y los pies, y echadlo a la oscuridad exterior".
Solo hay dos oraciones: Ven, bendito, vete, maldito.
Solo dos lados: lado derecho o lado izquierdo.
Solo dos condiciones: gracia santificante o pecado mortal. Sólo dos condiciones: salvado o condenado.
La venida de Cristo para juzgar el alma es siempre gloriosa, no importa si el alma muere en gracia y se salva, o muere en pecado y es condenada. Nuestro Señor le dijo a un alma: "Recuerda, hija, que siempre te he enseñado que, en el último día, Mi Justicia será exaltada y glorificada tanto por los justos que se salvan como por los reprobados que son condenados para siempre en el fuego eterno con los ángeles caídos ". (Abril de 1970)
Las almas de los condenados muestran las perfecciones de la justicia de Dios, sin querer. Las almas de los salvos glorifican las perfecciones de la justicia, la bondad, la misericordia y el amor de Dios, voluntariamente, con todo su corazón.
En las parábolas está escrito: El hijo del hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino todos los escándalos, y los que hacen iniquidad. (Mt. 13). La palabra ángel significa mensajero. Algunos ejemplos de mensajeros que han eliminado o disminuido los escándalos en el reino de Dios son: San Francisco de Asís, Santo Domingo y San Vicente Ferrer, quienes por su predicación y milagros, disminuyeron o eliminaron los escándalos, ofensas y abusos que existieron. en ese momento en la Iglesia. Muchos santos, hombres y mujeres apostólicos y misioneros fervientes y heroicos han ayudado a eliminar escándalos y abusos de la Iglesia, el reino de Dios en la tierra.
Algunos no aceptan que el reino de los cielos en la tierra es la Iglesia. Si el reino de Dios está gobernado por Dios, infinitamente perfecto, entonces su reino debe ser perfecto, sin fallas. Sabemos por las parábolas que el reino de Dios no puede ser perfecto en la tierra. El reino de Dios es como un grupo de diez personas, cinco son necias. Es como una red arrojada al mar, algunos de los peces son malos. Hay personas tontas y estúpidas en el reino que toman malas decisiones. Hay peces malos en el reino que se van a pudrir. Al final de los tiempos, los peces buenos se separarán de los malos. Al final de los tiempos, la puerta se cerrará, y los insensatos no podrán entrar al banquete de bodas, ni estar con el novio. Solo los puros pueden entrar en la ciudad celestial (Apocalipsis 21: 27)
San Agustín escribió en la "Ciudad de Dios", si no puede haber escándalos dentro del reino de Dios, ¿por qué enseñó Cristo: reunirán de su reino todos los escándalos (Mt. 13:41)?
Cristo dijo que el reino de Dios sería quitado a los judíos y fariseos, y dado a un pueblo que produciría los frutos del reino. El reino de Dios no podía ser quitado de ellos, a menos que realmente lo poseyeran. El domingo de Pentecostés, el reino de Dios se entregó oficialmente a los apóstoles, y poco después predicaron el evangelio a los gentiles, quienes produjeron los frutos de santidad que la mayoría de los judíos no pudieron producir.
La Eternidad Comienza Ahora Mismo
Cerca de 80,000 personas mueren cada día. Hoy Cristo viene en gloria para juzgar a miles de almas. Hoy en día, los peces buenos se colocan en cestas celestiales, y los peces malos se tiran al pozo de basura del infierno.
Hoy viene Cristo, para recoger el trigo en sus graneros, y para quemar la paja en un horno, donde el gusano no muere, ni se apaga el fuego. (Marcos 9) Hoy viene Cristo, para cortar el árbol infructuoso y arrojarlo al fuego que no se apaga.
Hoy viene el Juez Supremo, Rey de reyes y Señor de señores, para sentarse en su trono de juicio y para separar las ovejas de las cabras, pronunciando la solemne sentencia: Vengan, benditos. Vete, maldito seas.
Hoy viene el Novio celestial, para invitar a sus sabios discípulos a la boda celestial, mientras que los discípulos necios son excluidos de la fiesta, arrojados a la oscuridad exterior, sin tener vestidos de boda, sus lámparas vacías.
Hoy, el pobre Lázaro es llevado por los ángeles al seno de Abraham, y el hombre rico está enterrado en el infierno, siendo atormentado por la sed. Le gustaría pasar por alto, ser relevado de su tormento, pero ...
Y, además de todo esto, entre nosotros y ustedes, está arreglado un gran caos: para que quienes pasen de aquí a ustedes, no puedan, ni de allí vengan aquí. (Lucas 16)
Los bienaventurados en el cielo no pueden dejarlo. ¿Quién querría dejar un paraíso de delicias, donde todos los deseos de felicidad se satisfacen con la superabundancia? A los condenados en el infierno les gustaría irse, ser liberados de sus tormentos, pero no pueden: "se ha solucionado un gran caos". Permanecerán allí por toda la eternidad, mientras Dios sea Dios. (Apoc. 20:10).
Nadie sabe el día de su muerte. No sabemos cuándo Cristo vendrá a juzgarnos, a pronunciar la sentencia. ¿Estás listo para ver el fin de tu mundo? ¿Estás listo para encontrarte con el Esposo celestial y juzgar, vestido con las ropas de la gracia sactificante y las buenas obras, y tu lámpara llena de aceite?
Por favor ora por los que morirán hoy. Por favor, ora por tu propia alma, para que estés listo cuando venga el Señor. Nuestro pequeño mundo puede terminar antes de lo que esperamos. Bienaventurados los que están preparados para encontrarse con el Novio celestial y entrar en la fiesta de la felicidad eterna, con todos los ángeles y santos del paraíso.
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Apéndice
La palabra gehenna se refiere a un lugar en Jerusalén donde se quemó basura. Las almas de los condenados son inútiles, como la basura. No hay aniversarios de cumpleaños en el infierno: las almas condenadas lloran, "sería mejor para mí, si nunca hubiera nacido".
