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EL PUEBLO NDE ("apache"). 

Una raza diferente. 

       "Apache" es  un término que se originó en alguna lengua indígena de la región: significa "enemigo" en lengua Zuni y fue usado un tanto despectivamente por los colonizadores españoles y mestizos para designar a esta brava y heroíca raza, que de hecho, no sería sometida sino hasta hace poco más de un siglo, a diferencia de la mayoría otros grupos indígenas, que desaparecieron totalmente como los sumas, los conchos o los janos, o los que se se sometieron a la autoridad novohispana, como los tarahumares y tepehuanes,  perdiendo en el proceso gran parte de su identidad cultural. Los apaches se autodenominan nde, término que tiene una pronunciación aproximada a "endé" y que significa "la gente" o "el pueblo".  En algunas fuentes en vez de nde aparecen otros términos con los que se designa a así mismo este pueblo, como inde, tinde y tinneh (indé, tindé y tiné en su pronunciación), todos estos vocablos posiblemente son derivadas o corrupciones de un mismo término original. En esta página,  la palabra nde será usada para designar a esta nación indígena. 

       Hacia fines del Siglo XVII los españoles ya tenían establecidos centros de población hacia en el norte y sureste de Nuevo México, el noreste de Sonora,  el noroeste de Chihuahua, y a partir de una humilde misión empezaba a florecer la población de Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez. Más próximos, establecimientos españoles en Janos, Casas Grandes y otras localidades intentaban sobrevivir en la lejanía de los centros más importantes de la cultura novohispana. Todos estos nuevos asentamientos tenían por lo menos dos cosas en común:  sufrían constantemente de la amenaza nde y entre ellos formaban un  anillo, encerrando una extensa área poco conocida que incluía entre otros sitios las llanuras, sierras y lagunas del hoy municipio de Ascensión, y que serían los últimos refugios donde los apaches vivirían en paz de acuerdo a su legendaria cultura. Así, esta región no sería habitadas durante siglos por los novohispanos y mexicanos, no obstante conocer estos la generosidad de sus tierras, sus extensos y ricos pastizales, sus numerosas fuentes de agua y las riquezas mineras de montañas. 

     ¿Quiénes son los  nde? ¿De dónde llegaron?  La cultura y la sociedad apache han sido de interés para los historiadores, por que los nde siempre se sintieron diferentes -y en verdad lo son- a las de otras culturas indígenas del suroeste de Estados Unidos y del norte y del noroeste de México.  En  cuanto fueron conocidos, en torno a los nde fueron creándose respecto a ellos ideas falsas originadas en los prejuicios  inevitables que se tienen a los grupos humanos que interrumpen la monotonía social y que no pueden comprenderse de inmediato. Desde las populares y típicas creencias de los vaqueros de siglos pasados, que contaban en las noches junto al fuego: "los apaches son caníbales" o "son seres salidos del infierno",  hasta algunas con ciertos elementos históricos, como las creadas por estudiosos sobre el tema: desde la que afirma que "los apaches fueron el último grupo que pasó por el estrecho de Bering" hasta una que sostiene que los nde son sobrevivientes de una expedición enviada por el gran emperador mongol Gengis Kan, el cual había acogido al viajero italiano  Marco Polo y había creado el imperio más extenso de todos los tiempos. Quienes formaban la expedición, de acuerdo a esta idea, habrían naufragado en las costas de Norteamérica tras haber sido enviados por el gran Khan para someter al poderoso imperio Azteca.

No, no son nde ni otra tribu de Norteamérica. Son personas del grupo aborigen Amis, el más numeroso de Taiwán, República de China, ellos son diferentes en cultura y lenguaje a la mayoría taiwanesa pues tienen raíces del sureste asiático. Obsèrvese cierta afinidad con algunos indígenas norteamericanos.

       Los nde pertenecen al grupo de pueblos atapascanos, o atabascos,  al igual que otros indígenas como los tobosos que habitaron entre otras partes la hoy denominada Zona del Silencio; y  los dnhe ("diné"llamados impropiamente navajos) del noreste de Arizona.  Se cree que todos estos pueblos vivieron tranquilamente durante siglos en las planicies centrales de Norteamérica, pero que fueron desplazados gradualmente  por otros grupos más numerosos.  Los nde llegaron a practicar la agricultura en pequeños lugares,  al igual que otros indígenas de la región. Eran sabios y fuertes, capaces de resistir las peores condiciones de vida cuando era necesario, como pasar varios días sin probar alimento o resistir noches frías sin más abrigo que un pedazo de cuero de venado- , de temperamento tranquilo, capaces de ocultar sus más intensas emociones, pudienso permanecer al mismo tiempo totalmente inmóviles y alertas durante horas  hábiles cazadores, podían rastrear cualquier animal en todo momento o época del año, encontrar agua en una región donde otros indígenas -y los no indígenas en menor plazo- morirían de sed, y tener suficiente alimento donde parecía no haberlo. Por ello, fueron temidos desde el principio por las demás nacionalidades indias. Formaban  parcialidades o núcleos  humanos con  lazos comunes y que ocupaban determinada región, y que ocasionalmente peleaban entre ellos. Sus asentamietos eran  de pocas personas, para facilitar la subsistencia y el movimiento a otro lugar si hacía falta; no era frecuente observar grupos numerosos de nde. 

Dos interesantes documentos de la época colonial.

  Existe un interesante documento, elaborado por Hugo O'Connor en 1771-1776. Este documento es uno de los pocos escritos de la época en que se haga una amplia alusión al pueblo nde.  De acuerdo a  O´Connor, las parcialidades  o grupos nde que habitaron la región ascensionense -y otros lugares cercanos- , que pueden deducirse por los nombres de las serranías que en su informe hace, eran las que los novohispanos llamaron Chiricaui, Gileños y Mimbreños, que los nde llamaban Segilandé, Setocendé,  y Chiquindé. De acuerdo al texto de O´Connor, los ndé mantenían habitualmente ocultos en lugares muy difíciles de encontrar,  a sus mujeres y niños y  en donde podían sembrar  maíz y otros alimentos o donde hubiese pastos para sus caballos y mulas que también les podrían servir de comida,  pero no tenían interés por conservar las tierras donde vivían, aunque si se encontraban en ventaja presentaban pelea a los soldados, empleando entre sus armas el chuzo o lanza, arcos y fechas, chimales, cueras y también armas de fuego que adquirían por trueque con otras nacionalidades vecinas a la colonia francesa de Louisiana. Los hombres continuamente se desplazaban de un lugar a otro, sin otro trabajo que robar  y causar daños... ("Informe de Hugo O'Connor sobre el estado de las provincias Internas del Norte, 1771-1776", en libro Las Guerras Indias en la Historia del Estado de Chihuahua, por Víctor Orozco, UACJ-ICHC, 1992).  

      En este mismo libro aparece otro documento titulado "De las naciones  bárbaras que  habitan las fronteras del estado de Chihuahua" elaborado por Don José De Santa Cruz a finales del Siglo XVIII. Este documento es muy detallado, sin embargo parece que los prejuicios del autor lo hicieron no profundizar o exagerar en algunos aspectos que desarrolla en su texto. De acuerdo a De Santa Cruz,  los Chiricaués, Gileños y Mimbreños fueron de los grupos más  numerosos y aguerridos,  se llamaban así mismos Sagetaen-né, Tjusceujen-né y Yecujen-né, respectivamente. Los describe como morenos, bien proporcionados, de ojos vivos y sin barba. En su vestuario usaban pieles de cíbolo o bisonte, venado,  res, caballo, ratón, nutria, y empleaban adornos elaborados de pezuñas de berrendo, y espinas de peces o puerco espín. Sus habitaciones eran circulares, hechas con ramas de árboles y pieles de bisontes. Otras especies que cazaban fueron el oso, el coyote, el jabalí y el puma; desde niños los nde se entrenaban como cazadores capturando tuzas, tejones, conejos, liebres y otras especies menores. Una táctica de caza, en tiempo de sequía, era incendiar áreas de pastizal, ir acorralando a los animales con carreras a pié y a caballo y con gritos característicos. Otra tácticas cuando había ríos crecidos, era dirigir a los animales contra las corrientes de agua, y a veces seguir por dos o tres días y muy lentamente a un  animal grande herido, que tarde o temprano caería muerto. Recolectaban para alimentarse tuna, dátil de palma silvestre, pitahaya, bellota y piñón,  y con zacate elaboraban una especie de sémola o pinole. Su alimento principal era el mezcal,  de varias clases: de cepa, cabeza de maguey, sotol, palmilla y lechuguilla. También consumían maíz, frijol, calabaza y tabaco que ellos sembraban en pequeña escala. 

       Siguiendo con el texto de De Santa cruz, los ancianos eran despreciados y las mujeres terriblemente sometidas, pues prácticamente las compraban a los familiares de las mismas. El mando era por el guerrero más valiente, sin tener este un control o dominio total sobre los demás. Su religión, a diferencia de casi todos  los pueblos primitivos del mundo, presentaba un solo dios: Yastasitasitan-né, el Capitán del Cielo, pero este dios no era merecedor de culto porque ni premiaba ni castigaba. De ahí una particular filosofía nde: el nde, como todos los seres vivos, tienen corta existencia, y no hay por que recordar el pasado ni pensar mucho en el futuro, a menos que se dé una situación problemática en que se encuentre en juego la supervivencia inmediata. Entonces se hace necesaria una persona con comportamiento especial o raro dentro del grupo, que todos reconocen y temen como adivino, brujo o hechicero, y que toma gran importancia en la vida social de la tribu. La máxima aspiración del nde era ser considerado valiente, y poder así agregar a su nombre el prefijo Jasquie (que significa valiente, bizarro, bravo, o fuerte) cuando así el lo merecía, sobre todo en mimbreños y gileños, ampliamente conocidos por su disposición al combate. De acuerdo a la descripción que elabora el autor es común el escaso trato entre ellos, eran desconfiados y propensos al resentimiento y a quitarle las cosas a los más débiles. 

      En sus luchas, los nde rápidamente incorporaron el uso del caballo,  y poco a poco las armas de fuego; al pelear, lanzaban gritos haciendo un ruido infernal. Sus oponentes les conocían como magníficos tiradores de flechas, al grado de crearse la frase "tiene puntería apache";  podían viajar algunos días y noches continuamente en sus caballos, haciendo pocas y breves paradas para comer si así se requería,  sin más carga que sus armas y el botín obtenido en sus saqueos y ataques.  Era imposible alcanzar un grupo de estos hábiles guerreros en fuga. Por ello, los nde fueron el terror de los chihuahuenses y de quien pudiera sufrir sus ataques.  Llevaban a cabo incursiones llamadas "raids", viajes con el propósito de obtener botín de guerra: caballos, ganado, armas, alimentos y alcohol. Estos raids llegaban a todos los rincones de Chihuahua, regularmente a Durango y una vez llegaron hasta el mismo Guanajuato,  después regresaban a estas sierras y lagunas ascensionenses y a las ubicadas en Sonora, Nuevo México y Arizona para refugiarse durante los  inviernos. Para lograr cierto grado de seguridad, las autoridades españolas fundaron  un sistema de establecimientos militares llamados Presidios, en el norte del país,  y además algunas compañías militares que no estarían fijas en un lugar definitivamente y denominadas volantes,  que someterían a los indígenas -no únicamente al pueblo ndé- sino a numerosos grupos indígenas desde Baja California hasta Texas. Los presidios de Janos, San Buenaventura y Paso del Norte -hoy Ciudad Juárez- fueron los más cercanos a las tierras ahora ascensionenses, cuyos soldados las recorrían ocasionalmente.

Santa Rita del Cobre.

       A principios del siglo XIX fueron abiertas las minas de Santa Rita del Cobre -que habían sido descubiertas por los nde- , localizadas en las proximidades de la hoy progresista Silver City, Nuevo México. Desde la Hacienda de Corralitos, en el ahora municipio de Nuevo Casas Grandes, se enviaba a Santa Rita lo necesario para la subsistencia y el trabajo de las minas, y de aquí se regresaban los cargamentos de mineral de cobre, prácticamente para satisfacer todas las necesidades de este mineral en Chihuahua y el centro de México. Durante más de 20 años no hubo mayores problemas con los nde en esta zona: hacia fines del siglo XVIII las autoridades coloniales lograron un período de cierta paz con los indígenas: numerosos grupos de nde se asentaban por más tiempo en lugares bien definidos, cercanos a los presidios. Aquí se les entregaban alimentos, cobijas y otros artículos, a cambio los nde dejarían de realizar sus tropelías. Este acuerdo nunca se cumplió totalmente, en parte por la independencia de cada indígena frente a su jefe -algo innato en ellos-, por el propio espíritu aventurero apache y por la inepta y corrompida burocracia novohispana, que nunca dejó de ser una pesada carga para el gobierno real y para los mismos novohispanos.

      A partir de la independencia de México, la situación política y económica se agravó. No se pudo seguir con el sistema descrito, no había recursos para retener a los nde en sus rancherías. También fueron cerrados los presidios. Desde ese momento, los nde volvieron a su sistema de vida, a sus pequeños campamentos en los cañones y valles.  Robaban ganado en un  lugar, para ir a venderlo a otro. En ocasiones también se llevaban mujeres y niños mestizos, tras asesinar a quienes les hacían frente. 

   Santa Rita fue un  lugar vulnerable, por estar en pleno centro de la apachería. La ruta de mantenimiento para las minas cruzaba las actuales tierras ascensionenses: Ojo de Federico, Laguna de San Juan, La Salada, El Espía, Los Chinos,  Boca Grande, Laguna de Polvaderones, pié del Frijolar o Cerro Grande. Refugios de nde, estos lugares se convertían al menos en fuertes dolores de cabeza para los mineros y comerciantes, que  cuando bien les iba se veían forzados a regalar bebidas alcohólicas y alimentos a los indígenas que solían esconderse y aparecer repentinamente en el camino real, para desaparecer tan misteriosamente como habían legado. Aquí hace su entrada en la escena histórica local un legendario personaje, un inmigrante irlandés llamado James Kirker. 

    Kirker había llegado sin dinero y muy joven a los Estados Unidos de América: sobrevivió aprendiendo el oficio de cazador de castores y nutrias, y de comerciante de sus pieles en Nuevo México.  Nunca le fue totalmente bien en este negocio, aunque duró muchos años en él, en debido en parte a la corrupción existente entre las autoridades novohispanas. Tuvo que aprender a vivir y convivir con los nde, a trabajar y comerciar con ellos, inclusive vendiéndoles mercancías prohibidas como whisky, rifles, etc., lo que lo puso al margen de la ley. Durante ese tiempo – pasaba hasta varios meses sin ver un hombre blanco o mestizo-, aprendió de los nde sus tácticas de caza, guerra,  fuga y supervivencia, y también su idioma, además de hablar ya el inglés y el español y también su lengua materna, el irlandés. Kirker  perteneció al pequeño grupo de pioneros blancos -y de los que hay en todas las razas- que siempre avanzaba un poco más allá de donde había avanzado el último hombre "civilizado": al siguiente desconocido valle, a seguir ese río que no aparecía en los mapas, a tratar con tribus que nunca antes habían estado en contacto con hombres blancos, y a ver qué se encontraba detrás de esas montañas distantes. Era de los  hombres que no se asustaban  por la soledad, el frío, el hambre o la muerte, que por sí solos podían subsistir en cualquier medio, esto es, no era muy distinto a los nde. Solo una persona con estas cualidades podría hacer frente a los indígenas en caso de pelea.

    Los dueños de Corralitos y Santa Rita contrataron a Kirker, quien entonces ya era ciudadano mexicano y llamado ahora Santiago Kirker, para escoltar a sus caravanas de carretas. Sin embargo, en nuestra región el papel histórico de este irlandés apenas iniciaba.  

 

Fotografía de guerreros nde.      

Medio siglo de guerra.

        Al inicio de su vida independiente, México se encontraba en un caos. En el naciente Estado de Chihuahua, el Congreso expedía la Ley de Colonización , a efecto de poblar algunas regiones del estado, entre ellas, la Laguna de Guzmán. Pocos años antes, arriesgados mineros trabajaban en vetas de plata en la serranías en donde después se establecería Sabinal, otros trabajaban practicamente con el rifle en una mano y la pala en la otra por temor a los indígenas en donde está ahora Bismark. También en esos años en Sierra Rica, en el extremo noroeste del municipio, buscan cobre otros emprendedores chihuahuenses. Todo lo anterior fracasa: los indígenas no permitirán otros asentamientos en donde ellos suelen habitar por temporadas. En Chihuahua, alejado del desorden político nacional, los nde causan estragos al desarrollo económico de la entidad. Durante años, no había semana sin que se conociera algún robo en gran escala, asesinato o secuestro realizado por guerreros de este grupo indígena. 

    En 1837 fue presentada formalmente en el Gobierno del Estado una propuesta para remediar esta situación: que era necesario contratar hombres que pudieran derrotar a los nde, debido a la ineficiencia de las fuerzas armadas regulares. Por ejemplo, en noviembre Ese año, el gobernador Simón Elías había "visitado" entre otros lugares estas tierras ahora ascensionenses persiguiendo a los nde.   Recorrió con un numeroso contingente bien armado, las Sierras del Capulín, Corral de Piedra -Fresnal- y Laguna Santa María, capturando solo a algunos individuos. Dicha campaña fue un verdadero fracaso económico, militar y hasta político: el gobernador dejó su cargo a causa de ello.  También en esa época los nde derrotaron a José María Zuloaga en el Cerro de El Cartucho, elevación situada junto al actual Bismark y que por mucho tiempo se le conoció como Cerro de La Derrota de Zuloaga.  Este militar, propietario de las minas de Corralitos,  llegó a ser gobernador de Chihuahua y su hermano Félix ocupó el cargo de presidente de la nación. 

      El ejército se dio cuenta que los guerreros indígenas nunca harían frente a un numeroso enemigo, al cual podían detectar antes de que se acercara a sus campamentos. Contra ellos, sería necesario desarrollar otras tácticas. Para iniciar, se requería de alguien que los conociera, y los conociera bien, como Kirker, que podía pensar como los nde cuando era necesario.

   Hubo una oposición muy fuerte a esta propuesta, la de contratar mercenarios, pero al fin se dieron cuenta los gobernantes -los comerciantes y los mineros, las personas del campo y de los pueblos estaban seguras de ello desde hacía décadas- que  no había otra opción: darle este trabajo a mercenarios, aunque fueran extranjeros: hombres armados dispuestos a correr riesgos a cambio de un salario. 

        Así, en 1839 Don Santiago Kirker firmó un contrato con el gobierno estatal. Hombre práctico, entendió que se trataba de eliminar cuanto antes el "problema apache".  Y se dedicó inmediatamente a lo suyo. POr ejemplo, nada más en la hoy superficie municipal ascensionense tuvo algunos encuentros con los nde. En enero de 1840 ataca un campamento de indígenas que estaban en las orillas de la Laguna de La Ascensión,  formalizando un tratado de paz con autoridades de Janos. El 11 de marzo de ese mismo año ataca a otro grupo en la Laguna Santa María, regresa aquí mismo el 8 de mayo y los continúa diezmando.  (Información tomada de la obra James Kirker, el aventurero irlandés, por Salvador Álvarez, Meridiano 107-UACJ-Gob. del Edo. de Chih., 1991).  En algunas regiones del estado  por fin se respiraba la paz después de algunas décadas. 

    Poco después el gobierno del estado cancela el contrato, para reanudarlo en 1843, ahora con una modificación importante: por cada cabellera de nde que se traiga se pagará una cantidad en efectivo. Por primera vez en muchos años, los chihuahuenses sentían que aunque no lograran con esto erradicar el problema,  estaban devolviéndoles a los nde sus golpes: los guerreros indígenas temían dejar solas a sus familias, por temor a Kirker que parecía tener el don de la ubicuidad: un día estaba en San Buenaventura, y dos días después iba en camino de Janos a Carrizal. El irlandés lo hizo tan bien que el gobierno no tuvo suficientes fondos para pagarle lo prometido. A causa de esto, Kirker se uniría como guía del Ejército de lo Estados Unidos en la guerra de 1846-1848. El gobierno chihuahuense puso precio a su cabeza. A partir de este momento, ya no le llamaron Santiago y se fue a residir al vecino país del norte. Moriría en California años después. 

    La guerra continuaba en Chihuahua, en 1852 los nde acampaban junto a la Laguna de Barreal. Desde ahí salían a merodear y hacer de las suyas en la periferia de Paso del Norte. El Jefe Político sale personalmente dirigiendo a los vecinos voluntarios del pueblo, y los persiguen hasta la Laguna de Guzmán, donde los derrotan y recuperan la caballada robada días antes.

 

    Uno de los libros escritos sobre Kirker, "Borderlander", por Ralph Adam Smith. En la portada aparece la única fotografía conocida de James Kirker (1793-1852), quien emigró de su natal, sobrepoblada y empobrecida Irlanda en busca de un mejor futuro en América. Su carácter y sus obras fueron un producto de los difíciles tiempos que le tocó vivir. Conoció palmo a palmo las tierras que hoy siembran los campesinos ascensionenses,  estos rincones que tan bien conocen ahora los ganaderos, estos cerros de los que ahora son extraídos minerales y material para construcción, y estos llanos donde se encuentran las colonias, ejidos y pueblos del Municipio de Ascensión.

El expansionisno norteamericano.

         El expansionismo norteamericano agravó más esta situación de los nde: una avalancha de colonos norteamericanos venía hacia el oeste -gran parte de ellos recién llegados de Europa, la inmensa mayoría eran pobres, pero con ganas de luchar en el inicio de una nueva vida- , cada vez más al oeste,  abriendo más tierras para cultivo, fundando nuevas ciudades, construyendo ferrocarriles, explotando yacimientos minerales, sacando maderas de los bosques  y acabando con los bisontes que eran el principal alimento de numerosos indígenas, los cuales  también tuvieron que desplazarse más al oeste: crows, utes, shoshones, pawnes, arapahos, chickasaws, creecks, sahuanos, delaweres, cherokees, kiowas, comanches, etc. 

     Algunos grupos que vivían antes junto al Río Mississipi, en las orillas de los Grandes Lagos o en las proximidades del Atlántico estaban ya en el suroeste Texas y en casi todo Nuevo México.  Así los nde tuvieron menos tierras para sobrevivir hacia el norte y el este. Al perder México  la guerra con los Estados Unidos, los indígenas que vivían en Arizona y Nuevo México, que recorrieron libremente durante milenos las llanuras y las sierras, se vieron obligados por el gobierno estadounidense a vivir en pequeñas reservaciones, que no siempre les daban los recursos suficientes para subsistir de acuerdo a su tradicional modo de vida. Muchos de ellos murieron, otros perdieron su herencia cultural. 

Mujeres nde.

        En 1852 el gobierno mexicano se vio presionado por el gobierno norteamericano  para que le vendiera el territorio de La Mesilla, ubicado al norte de Sonora y Chihuahua. Este territorio facilitaría la comunicación por ferrocarril entre la costa occidental y el este de los Estados Unidos.  En esta región, los índígenas fueron aún más hostigados por los blancos, recrudeciéndose las acciones de guerra por ambos bandos, y particularmente por el principal grupo que desde siempre se resistió abiertamente a vivir en reservaciones: los nde.

        Grupos de ellos cada vez más numerosos se asentaban  por más tiempo en las llanuras en donde después existirían las poblaciones denominas Ojo de Federico,  Ascensión, Bosque Bonito, Puerto Palomas de Villa, Manuel Gutiérrez Sáenz, Josefa Ortiz de Domínguez, Guadalupe Victoria, Modelo, Veracruz, Ley 6 de Enero, Bismark, Niños Héroes...  Los nde continuaban con sus sangrientos "raids", cruzando sin más las líneas limítrofes estatales e internacional: atacaban una diligencia en un camino de Arizona, y se refugiaban, por ejemplo, junto a Ojo de Federico; de aquí iban a saquear  un rancho en Sonora, para después ir a esconderse en los cañones del Nuevo México, y posteriormente robar ganado en alguna ranchería del vecino país, para ir a venderlo a Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, y volvían a hacer de las suyas en Chihuahua.  Años más tarde no encontrarían un lugar en donde asentarse en paz. 

          En estas circunstancias, en plena intervención francesa y el presidente Benito Juárez García refugiado en Paso del Norte, el Benemérito hace planes para la colonización de estas tierras. Entrega el 27 de febrero de 1866 a Roque Jacinto Morón un título de 8 sitios de ganado mayor junto a la Laguna de Guzmán. Lamentablemente, mientras no se pueda convivir con los nde no pueden hacerse más planes para esta región.

El fin de la época nde.    

       A diferencia de numerosos pueblos, los nde no pudieron ser dominados o exterminados por los novohispanos y norteamericanos en poco tiempo. Entre otras causas, fue que los endé asimilaron de otras culturas ideas que les hicieran sobrevivir más fácil de acuerdo a sus filosofía de vida. Así, pronto conocieron las propiedades de las plantas medicinales y alimenticias de estas tierras, supieron la ubicación de los mejores lugares para alimentarse y esconderse, aprendieron también a usar el caballo sin silla de montar, a elaborar trampas con los recursos de la región para capturar animales, y a hacer puntas de flecha y cuchillos con metal extraído de armas de fuego cuando no conseguían el material indispensable para dispararlas, etc. Pero nunca asimilaron la cultura occidental, sobre todo esa idea que les quisieron imponer durante siglos, la de asentarse en  un lugar y dedicarse a las labores agrícolas permanentemente.  

      En realidad fue siempre imposible hacer un tratado de paz duradero con todos los nde. No reconocían un jefe común todos ellos, por eso no podía hacerse un pacto de paz generalizado. Si un grupo hacía un tratado con el gobierno de un estado país, esto no les impedía ir a robar a otro estado o al país vecino, y regresar a vender a sus hasta hace poco enemigos su botín de guerra. Otro grupo indígena podía establecerse en paz, dedicarse a sembrar y entonces ser inesperada y cruelmente atacado por las fuerzas armadas de otro gobierno estatal, en represalia por lo que habían hecho otros nde.  Así que estos victimados volvían inmediatamente a la guerra indiscriminada. Otro serio problema fueron los cazadores de cabelleras:  nde pacíficos y también otros indígenas que vivían en paz como tarahumares y yaquis fueron asesinados por mexicanos y norteamericanos que solo querían enriquecerse rápidamente: mientras más cabelleras reunían, mejor les iba económicamente, y les iba bien, porque por una sola cabellera entregada en la oficina de recaudación de rentas  más cercana, del gobierno estatal, este les daba a cambio una importante cantidad de dinero, más de la que pudieran haber obtenido en un año de trabajo como vaqueros o peones. 

      Se consideraba "normal" entonces que se propusieran en ambos lados del Río Bravo drásticas medidas  para terminar con los ellos: obsequiarles grandes cantidades de alcohol para que este vicio los exterminara, someterles a esclavitud,  regalarles cobijas infestadas  con gérmenes de viruela, invitarles a fiestas y ahí acabar sorpresivamente con ellos, entregarles alimentos envenenados, propagar entre ellos enfermedades venéreas, etc. Estaba claro que los nde cada vez eran menos numerosos, al parecer ya no recordaban o no querían recordar las parcialidades en que en otros tiempos se dividían, ni de las extensas y ricas tierras que tenían solo para ellos, de sus pequeños sembradíos de tabaco y maíz o de los numerosos bisontes que les proporcionaban alimento y pieles, y de aquellas tardes tranquilas con sus familias junto a sus preciosos arroyos en las cañadas de Nuevo México y Arizona. Sus legendarios jefes ya habían muerto, mientras que los nuevos jefes solo eran aceptados ocasionalmente por determinados grupos, de acuerdo a las circunstancias, como históricamente sucedía en este pueblo. Ahora eran perseguidos por ejércitos en ambos lados de la frontera. 

      La Guerra de Secesión en los Estados Unidos, La Intervención Francesa en México y los conflictos internos en nuestro país dieron algunos tiempos de paz a los nde, pero era claro que la suerte de este pueblo estaba ya echada.  

 

Victorio, dirigió la última batalla formal de los nde contra los mexicanos.

Tres castillos.

    El 25 de agosto de 1880, los elementos de  las fuerzas estatales -convertidos en cazadores de cabelleras-- al mando Joaquín Terrazas inician una campaña más contra los nde. Salen de Chihuahua rumbo al noroeste, en el camino se les van reuniendo más hombres. Pero no encuentran rastros de los nde. En esos días el jefe Victorio ha cruzado de nuevo la línea divisoria internacional. Pero esta vez trae también a ancianos, mujeres y niños, que con sus escasas pertenencias han venido a refugiarse a México; ahora su marcha es ahora más penosa y lenta. Trata de pasar desapercibido, evade las rancherías que hace algunos años no existían, y al naciente pueblo de Ascensión, aquí también un grupo de vecinos se han armado y al mando del Capitán Domingo Alvillar han integrado una Compañía más de las que se han unido a Terrazas. 

      Victorio se dirige a refugiarse entre las lagunas de Santa María y de Guzmán, sin saber que esta será la última vez que los lomeríos que rodean las lagunas le servirán de refugio. Terrazas se entera rápidamente, el ya ha estado en estas tierras muchas veces, conoce los lugares por donde puede pasar Victorio, sus rastreadores han encontrado y seguido sus huellas, y ordena a las fuerzas estatales dirigirse rápidamente hacia las lagunas. Victorio se da cuenta de ello, e intenta una táctica que en otras ocasiones le ha dado resultado: divide a los suyos en dos grupos, el primero al mando de Nana, con algunos guerreros y la mayoría de las familias , que intentarán regresar a los Estados Unidos; el resto forma un segundo grupo que incluye a la mayoría de los guerreros y a algunas mujeres que para salvar a sus familias buscarán ser perseguidos por los chihuahuense, y seguirán con Victorio rumbo a la Sierra de la Amargosa. Terrazas hace lo mismo, sin caer en las trampa: envía una pequeña parte de sus tropas a seguir al grupo que va al norte. 

     Terminan enfrentándose ambos ejércitos los días 14 y 15 de octubre en Tres Castillos, punto localizado en el hoy municipio de Coyame. Los nde resisten, pero están fatigados, tienen pocas armas y menos esperanzas, pues su jefe fue el primero en caer, quizá ellos solo han venido a morir con dignidad en éstas ásperas tierras. En esta acción, junto con 71 de sus guerreros,  murió Victorio, de quien se afirma fue un niño mestizo raptado de una ranchería por guerreros nde, y criado por estos, se asimiló a su cultura.

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     Goyakla, más conocido como Gerónimo, último gran Jefe nde.

     Esta derrota no fue definitiva para someter el espíritu nde. Pero ya no son tan fuertes, a partir de la Batalla de Tres Castillos ya no serán los mismos: los nde que pisen en adelante suelo mexicano prácticamente vivirán huyendo. Guiados por Ju, y después por Gerónimo, recorren  sierrras resecas,  desiertos y llanuras, se esconden en cañadas y lechos secos de los ríos, soportando las peores condiciones de vida, como otras veces lo han hecho. Burlan a cientos de soldados mexicanos y a miles de norteamericanos que no cesan de seguirlos. Finalmente Gerónimo se rinde,  firma un tratado con el gobierno de los Estados Unidos de América, donde viviría y moriría prisionero, y no libre como el viento, como él hubiera querido. 

 

“Cuando recuerda uno lo pequeño que es el hombre frente a la inmensidad del tiempo y el espacio, cuando descubrimos los acontecimientos que han influido en el hombre de hoy, es cuando nos preguntamos quién soy, qué hago aquí y ahora, de dónde vengo, a dónde iré y qué dejaré”

                                         José Carlos Ceballos Hernández.

 Asesor jurídico del ICBC y catedrático de Arte e Historia de la Cultura en la UABC.

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