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Carlos von der Becke - Biolog�a 81

MODULO IV UNIDAD 4 CAPITULO 3

LA VIA MULTICELULAR HACIA LA COMPLEJIDAD BIOLOGICA

MULTICELULARIDAD Y ENVEJECIMIENTO

En los Protozoos, que son unicelulares avanzados. se aprecia una potencial o real inmortalidad. Como excepci�n se menciona algunos casos de protozoa que producen descendencia dentro del cuerpo de la madre. El cuerpo adulto detalles t�picos de envejecimiento. Algunos clones de Protozoa, muestran tambi�n, al pasar de generaci�n en generaci�n, cambios provocados por la vejez que no exist�an en las primeras generaciones. Pero, generalizando, los unicelulares son potencialmente eternos.

En los multicelulares animales son muy contados los casos de un atributo similar: se cita el caso de peces que siguen creciendo sin que parezcan tener s�ntoma alguno de vejez: no hay disminuci�n de su vigor, no hay un l�mite definido de la duraci�n de sus vidas ni del tama�o m�ximo en que se detiene el proceso, a la manera de las plantas perennes, aunque en ellas la gran mayor�a de las c�lulas han muerto.

Para el resto de los animales no hay regla fija. Por ejemplo en el salm�n migratorio, aparece una transici�n que dura pocas semanas desde una vigorosa madurez sexual hasta la muerte, con un ritmo de deterioro de sus tejidos que es muy notable. La propuesta tentativa de Kauffman (lectura 16) acerca de que el �nico prop�sito de la selecci�n natural es aumentar la probabilidad de llegar con la m�xima eficiencia a un proceso de herencia adecuada de los genes de una poblaci�n, encuentra en el ejemplo del salm�n una verificaci�n dram�tica. Muchas especies de Anfibios tienen tanto un per�odo definido de crecimiento como un tama�o adulto definido, pero esto es al rev�s en algunas salamandras y sapos.

Un fen�meno interesante es la progeria del ser humano. Se trata del envejecimiento prematuro de un infante aparentemente normal aunque de precoz desarrollo mental. El proceso de la progeria acaba a los treinta a�os aproximadamente por enfermedades coronarias, con cataratas y otros fen�menos de la vejez antes de la muerte. Este tipo de enfermedad no se aprecia en otros animales. El hombre silvestre es el m�s longevo de los primates.


PLURICELULARIDAD Y RECOMBINACION GENETICA

Un aspecto muy importante que no es facilitado por la unicelularidad es el de garantir una herencia donde aparezca recombinaci�n gen�tica. Ella se logra de manera especial por v�a sexual. La complejidad viene en ayuda de la realizaci�n en concreto de esa v�a. Tanto en plantas como en animales, los laberintos de los cuales se valen los filos para asegurar la recombinaci�n de genes y la presencia de alelos en los mensajes cromos�micos son muy notables. Los dos fenotipos m�s frecuentes de un genotipo multicelular complejo, corresponden al var�n y a la hembra. Afecta a muchos rasgos, determinados por diferentes hormonas sexuales. En primer t�rmino, en lo referente a los �rganos reproductores y al plan arquitect�nico de espermatozoides y �vulos. Muchas veces el sexo est� determinado por un par de cromosomas llamados sexuales, contenidos en dichas c�lulas o gametos.

En los mam�feros los �vulos contienen el cromosoma X y los espermatozoides contienen ya sea X (que al fecundar genera XX) o ya sea Y (que al fecundar genera XY). Si es XX saldr� hembra y durante su estado embrionario generar� todos los �vulos con X que usar� en su vida (o que le sobrar�n cuando muera). Si es XY saldr� macho y durante la espermatog�nesis m�s o menos frecuente despu�s de la pubertad, generar� ya sea X, ya sea Y. Por eso se dice que el sexo lo confiere el sexo masculino. Eso es v�lido para mam�feros, pero no es general.

En aves, es basicamente al rev�s. Muchos animales de movilidad limitada ser�n machos o hembras luego de una etapa asexuada. El gusano Bonellia es de este tipo, asexuado en estado larval mientras nada en el mar. Con la madurez cae al fondo. Si ya hay hem de mayor tama�o en el fondo, es atra�do por alguna de ellas y una sustancia secretada por la hembra le otorga el sexo masculino: a continuaci�n pasa a ser un par�sito de la hembra e ingresa en su cloaca, sin crecer m�s. En el otro caso, ser� una hembra.

El sexo en algunos reptiles depende de la temperatura.-

En los insectos hay muchas opciones. En las abejas no rige el principio segun el cual cada individuo tiene el n�mero normal de cromosomas (genomio) de la especie. Al contrario, segun sea el n�mero, ser� el sexo. La fecundaci�n origina hembras. Los machos surgen de �vulos no fecundados. Una reina genera z�nganos que son clones de ella misma. Si un z�ngano fecunda en el vuelo nupcial a la reina proveniente de la misma colonia, la recombinaci�n es muy escasa y las abejas (inf�rtiles) est�n muy emparentadas con la reina (la �nica hembra f�rtil). Estos raros mecanismos son parecidos en otros insectos sociales.

Muchas plantas son monoicas y poseen �rganos sexuales de ambos sexos, como es el caso del ma�z. Otras plantas son dioicas y hay ejemplares solamente masculinos y otros solamente femeninos. Los insectos y el viento, segun el caso, ayudan a portar el polen masculino.

Generalizando, la base es la de dos gametos o c�lulas sexuales originados en condiciones distintas: por un lado un �vulo y por el otro una poblaci�n de espermatozoides (ejemplo de la estrategia vital de sobreabundar en el n�mero de candidatos para transmitir a la generaci�n siguiente el mensaje gen�tico de la generaci�n anterior), destinados ambos a unirse en una fecundaci�n que recombina los genes (reparte de nuevo los naipes) ly que da origen al ciclo vital del nuevo organismo (Reglas 13 y 24). Contrariamente al torno sabio, hasta los seres vivos de mayor tama�o en la madurez, tienen el reducido tama�o de una c�lula en la fecundaci�n.

MULTICELULARIDAD Y PLAN ARQUITECTONICO

La forma es una expresi�n de la necesidad.

Llegar evolutivamente a una forma (morfolog�a) es haberse apartado de formas alternativas insatisfactorias ya sea por motivos funcionales o ya sea para ayudar a la diferenciaci�n para las necesidades sexuales, si las hubiera.

Hay una segunda posibilidad en el an�lisis de ventajas que se obtienen con la complejidad creciente. En los multicelulares pronto aparece una opci�n de gran trascendencia: �qu� plan arquitect�nico favorece a la supervivencia? Ya entre microorganismos hay cocos y levaduras que adoptan formas esf�ricas (simetr�a radial) y bacilos y hongos que adoptan una simetr�a axial. Los animales se subdividen en los que poseen simetr�a radial (como los celenterados) y los que poseen simetr�a bilateral (todos los bilateria). Siguiendo m�s en detalle este an�lisis, se descubre que todo organismo tiene un plan estructural, donde cada �rgano se adecua a la estructura general (Reglas 9, 18 y 26). El resultado de esta opci�n ha sido notable: han prevalecido, entre las plantas, la arquitectura con simetr�a radial y entre los animales avanzados, la que tiene simetr�a bilateral. La motivaci�n es f�cil de entender recordando que las plantas no se mueven y que los animales requieren �rganos de locomoci�n, salvo las lombrices y los ofidios.


La morfog�nesis (g�nesis de las formas), la segmentaci�n (divisi�n del cigoto fecundado en c�lulas que poco a poco se van especializando) y la compartimentalizaci�n, por la cual se repiten estructuras como se observa en las v�rtebras de los vertebrados, basicamente de similar arquitectura cada una de ellas, son unos pocos entre los muchos aspectos que muestran el avance de los procesos biol�gicos una vez que se opt� por la multicelularidad. En el caso de las plantas debemos repasar la lectura 26 (Niklas).

La morfog�nesis (g�nesis de las formas), la segmentaci�n (divisi�n del cigoto fecundado en c�lulas que poco a poco se van especializando) y la compartimentalizaci�n, por la cual se repiten estructuras como se observa en las v�rtebras de los vertebrados, basicamente de similar arquitectura cada una de ellas, son unos pocos entre los muchos aspectos que muestran el avance de los procesos biol�gicos una vez que se opt� por la multicelularidad.-

MULTICELULARIDAD Y TAMA�O

Nos introducimos en un nuevo aspecto, no por ello menos importante: el tama�o, en sus relaciones con la complejidad.

Algunas de las ventajas del tama�o reducido dependen de la favorable relaci�n con el entorno resultante de la relaci�n �rea a volumen y otras derivan de la facilidad para la comunicaci�n interna con difusiones de nutrientes y acceso de se�ales qu�micas.

El tama�o peque�o, obviamente, resulta privilegiado. Los grupos m�s abundantes de seres vivos son los que muestran vida corta y r�pida reproducci�n, lo cual entre ambas provoca un tama�o peque�o. En cada c�lula se lleva a cabo toda la colecci�n de funciones que se realizan tambien en los estadios de vida m�s avanzada, e inclusive se observa que los microorganismos sintetizan m�s tipos de nutrientes esenciales que los provistos por seres de los reinos 3 y 5 (hongos y animales), que dependen de los reinos 1, 2 y 4 (monera, protista y plantas) para obtenerlos. Aceptemos entonces, sin discusi�n, que esta vida unicelular, que caracteriza a tres (1,2 y 3) de los cinco reinos naturales, optimizada por los mecanismos de b�squeda de soluciones m�s adaptadas, ocupa con buen �xito los nichos m�s abundantes de la bioesfera terrestre: el suelo, el aire y el agua. En el agua se especializa en la capa superficial, planct�nica, de mares y lagos, compartiendo esa capa con muchos multicelulares. (Mucho despu�s, la vida unicelular tambien ocupa los recovecos - externos e internos - de los seres vivos de mayor tama�o, puebla sus alimentos como la leche, la fruta, las hortalizas, los pescados, los mariscos y los c�rneos y se incorpora a sus residuos que ella se encarga de descomponer y reciclar). La motivaci�n hacia la multicelularidad en lugar del crecimiento irrestricto de los organismos unicelulares, se aclara en la fig. 6-20.

fig 6-20

Fig.6-20 - El problema sobre cu�nto puede engordar un organismo unicelular sin dividirse se puede plantear como si fuera un problema geom�trico para una esfera o para un cubo. En las cifras dadas en la figura, se entiende que las �reas se expresan, por ejemplo, en mm2 y los vol�menes en mm3. La relaci�n �rea a volumen es inversamente proporcional al radio. Equivale a decir: apenas el volumen de biomasa de una c�lula aumenta hasta llegar al punto donde la membrana superficial no es suficiente para suplir materiales nutritivos y eliminar desperdicios y adem�s las distancias a recorrer por los mecanismos difusionales son demasiado largas e introducen retardos. Una c�lula de demasiado tama�o deja de tener ventajas y se divide al llegar a un tama�o menor o se extingue (Ley de Weisz).

En la figura 6-20 se analiza un tema v�lido tambien para un organismo unicelular, que se puede dividir con ventaja como l�mite a su progresiva gordura. Si las c�lulas hijas se quedan adheridas a las c�lulas madres, ya sea por falencias en la maquinaria de separaci�n de membranas, ya sea por adquisici�n de CAMs (mol�culas adhesivas celulares), estamos asistiendo a la formaci�n de colonias que empiezan a exhibir alguna divisi�n del trabajo (un aspecto de las complejidad) t�pica de los multicelulares.

Lo vemos en los hongos, que a pesar de ser colonias de unicelulares, a veces forman ra�ces, troncos, sombrillas y esporas, lo cual muestra un estadio intermedio entre la unicelularidad y la multicelularidad. La condici�n tan especial de los hongos es sorprendente. Por ejemplo, se argumenta acerca de hongos de cerca de 100 toneladas de biomasa, como el de Glenwood en el estado de Washington (una Armilaria ostoyae que ocupa 1500 acres) y el de la pen�nsula superior de Michigan (una Armilaria bulbosa que ocupa 38 acres), ambos en EE.UU., que se extienden bajo tierra y emergen invadiendo �rboles a punto de morir o como formas especiales en condiciones de esporular y propagarse mejor. �Pluricelulares o colonias de unicelulares? Estos ejemplos sirven para imaginar un l�mite al crecimiento de un �nico organismo vivo muy superior a nuestra intuici�n.

Kathy Svitil, Discover, Enero 1993, p.70

Los organismos unicelulares hace tiempo que ocuparon todos los nichos ecol�gicos utilizables, adapt�ndose cada especie, cada vez mejor, a aqu�l que le toc� poblar. Esas condiciones frenan a las nuevas especies. Hay algunos modos c�mo �stas pueden seguir buscandose "un sitio bajo el sol", por ejemplo
    * desplazando a un organismo de un nicho ya ocupado (regla 31) o * adapt�ndose a uno de mayor tama�o, como en el ejemplo los dos hongos Armilaria mencionados.

Los seres unicelulares no han podido lograr ventajas creciendo a dimensiones grandes para ellos, porque aunque en los registros "f�siles" del precambrico se encuentran constancias de microorganismos de grandes tama�os, esas formas ya no se observan m�s, se�al que esos intentos no tuvieron valor de supervivencia. Entonces la multicelularidad es el �nico camino para que una de ambas estrategias se logre.

Una vez embarcados en esa v�a, como los organismos multicelulares formados por c�lulas, pod�an resultar enormes, el incremento de la complejidad, era inevitable.

EL PROBLEMA DE LA MOCHILA.

Hay un problema general de la Investigaci�n Operativa (ciencia de la optimizaci�n) que viene muy al caso.

Se trata del problema de la mochila. El mochilero quisiera llevar de todo en la mochila, pero no le cabe. As� se encuentra con restricciones de tama�o. Hace un listado de la importancia que prevee que tengan los diferentes elementos que podr�a transportar, estima su volumen y toma su decisi�n acerca de qu� tipo y n�mero de cada elemento cargar y qu� tipo no llevar por ser de menor prioridad. La c�lula tiene el mismo problema de la mochila: maximizar el puntaje de lo que podr�a llevar con la restricci�n del tama�o. Cada c�lula es una mochilita bastante el�stica, que al nacer tiene el tama�o m�nimo y si engorda m�s r�pido que lo que duplica, crece hasta un tope en que ya no resiste a las fuerzas mec�nicas. La selecci�n natural ha mostrado ya cual puede ser el rango de tama�os de la mochilita. Cu�nto en la mochilita deben ser reservas alimenticias, cu�nto deben ser f�bricas de biomol�culas y cu�nto debe ocupar el manual de instrucciones es su problema, que le resuelve autoorganizadamente la selecci�n natural. Si es una c�lula aislada, debe ser muy eficaz en tener maquinaria que garanta control de las variables clim�ticas, ya que est� muy expuesta a las condiciones externas a trav�s de una delgada membrana. Si se trata de un multicelular, cada c�lula es m�s delicada y susceptible, porque est� ya de por s� en un ambiente homeostatizado al cual se ha acostumbrado y que le simplifica la existencia. Tiene, por as� decir, aire acondicionado y provisi�n o flujo de alimentos m�s o menos estabilizado.

Cada mochilita de un multicelular puede renunciar a tener tanta maquinaria de homeostasis y de reservas alimentarias como ten�a antes, siendo una mochilita unicelular. Su vida es as� m�s simple. Pero se mete en dos problemas
    * no es eterna: est� preprogramada su muerte para ser reemplazada al cabo de un tiempo por otra c�lula m�s joven y eficiente * tiene que especializarse, para contribuir como parte a la totalidad, tambien autoorganizada, formando un esqueleto, un tronco de �rbol, un tejido conjuntivo, un tejido de reserva, un sistema de transporte de gases disueltos, un linfocito del sistema inmune, etc.
Entonces la b�squeda de complejidad no es tanto una fuerza impulsora, sino que, m�s bien, es una consecuencia del aumento de tama�o que libera a los organismos vivos de la obligaci�n de homeostatizar - controlar - su ambiente. Hay una interrelaci�n circular:

    (1) crece el tama�o del organismo

    (2) algunos fen�menos metab�licos se simplifican y otros se complican con un saldo neto de aumento de la complejidad. Y vuelve a (1) con un nuevo problema de una mochila el�stica que est� llena de peque�as mocilitas el�sticas internas.

Una monera o un protista es una mochilita el�stica autoorganizada y autorreplicante aislada, fuerte frente al mundo cruel que la rodea.

Un hongo es una colonia de mochilitas el�sticas autoorganizadas y autorreplicantes donde todas ellas son basicamente parecidas: la mochila el�stica grande donde a veces quedan empacadas les demanda pocos requisitos adicionales.

Una planta o un animal es una gran mochila el�stica autoorganizada y replicante con el concurso de otro organismo sexuado, que aloja un enorme sistema de mochilitas el�sticas diferenciadas y autorreplicantes en la misma forma diferenciada, que ya carecen de la autosuficiencia que ten�an en otros reinos.

MULTICELULARIDAD Y HOMEOSTASIS.

La homeostasis (regulaci�n) en la temperatura es muy dificil de lograr en tama�os reducidos, como se deduce de las consideraciones impl�citas en la fig. 6-20: cualquier calor biol�gico en el invierno escapar�a enseguida al ambiente. En cambio cuenta con ventajas comparativas en los tama�os grandes, adem�s del hecho de que existiendo complejidad, m�s cerca se est� de lograr cualquier tipo de homeostasis, no solamente la de la temperatura, que resulta tan importante para mejorar las eficiencias.

POR QU� CRECER

Si la causa es el aumento de tama�o, debemos explicar por qu�. La ventaja m�s obvia deriva del ataque del depredador y de la defensa de la presa. Una estrategia del proceso de depredaci�n es el de acceder y sujetar a la presa y una estrategia del proceso de defensa de la presa es el de desalentar y hacer casi imposible el acceso del depredador.

PLURICELULARIDAD Y HOMEOSTASIS.

La homeostasis (regulaci�n) en la temperatura es muy dificil de lograr en tama�os reducidos, como se deduce de las consideraciones impl�citas en la fig. 6-20: cualquier calor biol�gico en el invierno escapar�a enseguida al ambiente. En cambio cuenta con ventajas comparativas en los tama�os grandes, adem�s del hecho de que existiendo complejidad, m�s cerca se est� de lograr cualquier tipo de homeostasis, no solamente la de la temperatura, que resulta tan importante para mejorar las eficiencias.l depredador, como para la presa, es crecer de tama�o. Hay una presi�n de selecci�n v�lida para ambos: el depredador crece para atrapar mejor los vegetales o animales que consume; la presa tambien crece para no ser facilmente atrapada. Un crecimiento motiva al otro, en una relaci�n circular.

    (1) Crece el predador para capturar mejor a su presa.

    (2) Crece la presa para no ser capturada tan facilmente por el predador. Con lo cual se vuelve a (1) hasta llegar a un tope de �ndole mec�nica que reduce mucho el n�mero de especies .

Con estas relaciones circulares acabamos encontrando complejidad en los reinos 4 y 5, plantas y animales. La complejidad parece estar autoorganizada en conjunto con la lucha por la supervivencia, la ya cl�sica fuerza impulsora darwiniana hacia formas biol�gicas avanzadas.

Adem�s de la estrategia, usada tanto por predadores como por presas, de crecer en tama�o para tener ventajas, entre las plantas ese mismo mayor tama�o (ya sea en radio ocupado pero sobre todo en altura) les permite acceder competitivamente a la radiaci�n solar, existiendo l�mites al crecimiento en altura, debido a la incapacidad de elevar agua hasta la copa si no es a trav�s de capilares cada vez m�s estrechos hasta llegar a un l�mite m�nimo.

En los animales, el tama�o m�s grande les permite intentar migraciones, que le son casi imposibles a animales de tama�o m�s reducido.

Los microorganismos del aire se dejan llevar por el viento. Los del agua muestran grandes velocidades de nataci�n medidas en t�rminos de la longitud de su cuerpo. Pero, en general un tama�o m�s importante permite acceder a nuevos ecosistemas con mayor eficiencia, medida como requisitos de energ�a por unidad de biomasa. Un caballo puede recorrer una larga distancia con m�s facilidad que un rat�n.

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