Investigaci�n y Desarrollo de Nuevas T�cnicas.
Vivimos en una sociedad, la humana, que necesita creer.
Desde la creaci�n en los primeros hom�nidos de las conexiones neurales necesarias para el planteamiento del "yo", el Ser Humano, ha necesitado creer, y ha sido precisamente esa necesidad, la que le ha permitido existir.
El deseo de poder seguier en comunicaci�n con los seres fallecidos, como acto de rebeld�a contra la naturaleza o de sobervia ante ella, han sido y ser�n, uno de los motivos que fomentan y mantienen el apsionante mundo de las TCI a la sombra de las Ciencias.
Con las TCI, nos encontramos en un umbral, en el cual existe la remota posibilidad, hoy por hoy imposible de mostrar y demostrar, de resolver el problema m�s antiguo de la humanidad conocida. Si realmente la muerte da paso a un no-estado id�ntico al existente antes da nacer, reconocerermos que no se es nada, y que tan s�lo en una diminuta fracci�n del tiempo del Universo conocido, una vida humana brilla y se apaga sin dejar m�s que el velado destello de un reflejo que se perder� en la memoria de todos con el paso de los a�os.
No podemos entender las TCI como una forma de evitar este hecho. Personalmente me parecen muy dolorosas y faltas de l�gica, las publicaciones que he leido, las conferencias a que he asistido, en las cuales personas intentaban encontrar sus respuestas en una t�cnica que hoy por hoy, no es m�s que preguntas.
Me molestan de igual manera, los investigadores que se ufanan de tener el medio, la llave y el conocimiento para desntra�ar un secreto, que tan s�lo algunas religiones (a su modo y manera) han pregonado y que nunca han demostrado,y que este les ha ayudado a alcanzar las mas altas cotas de perversi�n, de amoralidad y de dominio.
Nos encontramos ante el �ltimo gran descubrimeinto que pudiera cambiar el destino del Ser Humano, tal vez, si podemos imaginarlo, por encima de la mismateor�a de la unificaci�n de campos.
En el momento en el que el ser humano sea capaz de descifrar el enigma que desde sus or�genes, y qui�n sabe si incluso antes de estos, le ha mantenido apartado de su tr�jico e inevitable fin, el Hombre por fin podr� descansar de sus miedos, o comenzar a temerle realmente a la muerte, que no conozco una mejor manera de amar a la vida.
Sea cual fuere el resultado de esta investigaci�n, ahora mismo de forma no oficial, infestada por charlatanes y bufones, y muy rigurosamente investigada de forma no oficial por estamentos pol�ticos, religiosos y militares, nos encontramos frente al �ltimo gran descubrimiento, a�n por llegar en la historia.
A�n as� tengamos en cuenta, que de la labor del investigador de las TCI es la m�s in�til y desinteresada de debiera existir, ya que de una forma u otra, dedica su vida a descifrar un enigma, de que antemano sabe que le va a ser resuelto cuando esta concluya.
Israel Lazslo Stb.
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Cient�ficos no son aquellos que conocen la ciencia, son aquellos que la aman.
Evidentemente siempre son necesarios una serie de conocimientos y t�cnicas que aqui se han tratado de forma muy superficial, bien por falta de espacio, o bien por falta de conocimientos del autor.
No obstante, si fu�semos capaces de cumplir al menos m�nimamente los preceptos y consejos que aqu� se dan, podr�amos decir a ciencia cierta que estar�amos obrando con una responsabilidad cient�fica que se encuentra a a�os luz de distancia de las aplicadas por muchos investigadores que existen actualmente.
En mi trayectoria como curioso de este tema, y desapasionado a la hora de su dibulgaci�n me he topado con aut�nticos casos de precariedad, donde ante todo exist�a una falta total conocimientos y primaba un evidente af�n de protagonismo.
Cada persona es libre de obrar como estime oportuno, pero deber�a ser consciente, madura y honesta a la hora de embaucar y convencer a otras personas de los medios empleados e intenciones de las experiencias.
Me gustar�a poder hacer un simple test preguntando por los escas�simos datos t�cnicos que se dan en esta web a investigadores de todas partes del planeta que se autoerigen como los m�ximos exponentes de la invesigaci�n.
Lamentable sin duda. Personalmente no me cuesta comparar estas lamentables escenas con aquellas que la escena nos ha legado de grandes investigadores sin medios ni publicidad sobre ellos, trabajando en el anonimato, y la de aquellos otros, egocentristas, plagiadores y difamadores de la aut�ntica verdad.
Que cada uno tenga lo suyo.