CUADROS DE "EL OBISPO LEPROSO" POR CAMPOS
Si la humanidad se analizara a sí misma sería igual a lo que describe Miró. Así que escoger con cuidado las letras que aparecen en las Webs.
Si con Oleza quiso decir Orihuela se acercó a la inmortalidad de Aurariola, subiéndose a la barca de los elegidos de Apolo, donde estará Cervantes.
CUADRO FUTURO
La admiración a Gabriel Miró se refleja en este cuadro de 20x30 cm., que ocuparía mucho espacio en la pagina.
Pues que vemos lo presente
que en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente
daremos lo no venido
por pasado.
GABRIEL MIRÓ
Miró. Su literatura, cargada de colores, sabores aromas y luz. El Obispo Leproso, su obra cumbre, presenta las preocupaciones de la clase baja, media, y de la nobleza, junto a la militar y eclesiástica, en una ciudad española.
Curas, canónigos, beatas, procesiones, intrigas, sensualidad, luchas, envidias, amor, profesionales…..lo toca todo. Leyendo a Miró se siente la gran paliza de la vida.
Ahora bien, para palos la que nos dieron unos malditos "peñeros" a los de la sufrida clase media mientras jugábamos frente a Palacio en los 1948.
nuestros juegos eran inocentes, saltábamos a la comba con las niñas, procesiones, cromos etc. y no esperábamos semejante y "BESTIAL
ATAQUE".
Y QUE BAJABAN POR.....
SANTA JUSTA Y JUNTO A ESTOS.....NOS
DABAN DE LO LINDO. ME GUSTARÍA DEVOLVERLES EL "FAVOR" A ESTA GENTUZA.
En este colegio estuvo Gabriel Miró 5 años. El cuadro, para una ilustración del Quijote en 1995
Escena entre el cementerio y el casal en la madrugada de Oleza entre Don Álvaro Galindo y el que creía Cara-Rajada o Miseria, que al final no se presentó.
a su espalda se acercaron las pisadas rápidas y rotas del otro, que buscaban las suyas. Sintió el bramido de su voluntad y se le enfrió la mano en la pistola alcanzada del trofeo de su escritorio, y fue presentándose entre los árboles para que le viese su enemigo.
GABRIEL MIRÓ
Don Alvaro Galindo
Si se bajan los cuadros sea para su información digital, ya que podría tener derechos de autor, en caso de editarse la obra.
index N
Nuestro Padre San Daniel El Angel Grifol Gabriel Miro
Pintor aristócrata Loriz, por Campos en 1991. Personaje del Obispo Leproso. OLIVAR Don Alvaro Cara rajada y el Obispo
Cara Rajada , personaje al que no han sacado en películas y obras teatrales todo lo que puede dar de sí. En esta secuencia de su entrada a Oleza,- se veía él,- triunfante de sus correrías carlistas, y que Paulina quedaría fascinada al verle. Situado, por la zona de la puerta de Crevillente.
En todo lo que en cultura afecte a Orihuela, a pesar de estar ausente, siempre hice algo original, como esta colección de soldados de plomo carlistas, que Miró sacaba en su obra.
El personaje de Purita representa lo que sería un amor platónico de Don Magín y pone en boca de Elvira "La Graja"....lo siguiente
-Purita , o doña Purita, ha salido desnuda a su reja, cuando le daba toda la Luna, para que el de Loriz la viese desde la calle… ¡Lo puedo jurar!
GABRIEL MIRÓ
Don Magín, protagonista principal de la obra de Miró.
Yo lavo...tuerzo y tiendo mi vida al sol.
Loriz sonrió para decir:
-Una pregunta indiscreta, que usted hará el milagro de que no lo sea: ¿es verdad que nuestro obispo y los padres de Jesús se tienen menos amor que usted y el penitenciario?
-El penitenciario y yo nos tenemos un amor literalmente evangélico. Y el confesor de su ilustrísima es un jesuita de Jesús.
GABRIEL MIRÓ
En la pregunta de Loriz, Miró me recuerda los problemas del Obispo Palafox en Méjico con los jesuitas. Pero la respuesta no puede ser mas contundente. No tuvo en cuenta el noble o no conocía, la cultura de don Magín, que podemos ver según informaba abajo al Capellán de la Visitación
¡Grecia, Decaulión, Pirra, Piedras humanas, Egipto sangre por agua Xisuthrus, Hasisadra, George Smith, 1873. Daily Telegraph, Cronos, Noé, Moisés, el Señor, nombres de asiriólogos, singularmente el de Lenormant; y todo dicho entre bromas y veras!
GABRIEL MIRÓ
Vuelve a salir aquí mi colección de plomo. Si Miró habla de asiriólogos como Lenormant, ( sin entrar en detalles de coincidencias de unas religiones con otras ), descifrando las inscripciones cuneiformes, no terminaríamos nunca y prefiero pintar.
De la pagina 345
y siete de Caballería del Quince Tercio
GABRIEL MIRÓ
Don Magín, que pasaba por la plazuela de la Catedral, frente al pórtico de santos ensartados y de pilares con argollas que en otro tiempo fijaban el recinto de derecho de asilo. La Catedral siempre tenía la adoración cansada de un ocaso rojo.
GABRIEL MIRÓ
El lector de Orihuela se dará cuenta que en la plaza están los "pilones" con las argollas, pero los santos están en la puerta de Loreto frente a Palacio Episcopal.
Dibujo para Nuestro padre San Daniel
El "Misionero" que predicaba la cuaresma gritó, mirando al río y tendiendo una mano hacia la ciudad: "¡Este lobo devorará a esta oveja!"
GABRIEL MIRÓ
No me extraña que distintos estamentos se enfadaran con Miró, con lo que hace decir a sus personajes. Hasta los mas grandes como Cervantes. Quiero decir, comparar con mamíferos a otros de distinta especie, son los mismos que perseguían a Miró.
La profecía no le salió bien, porque el río no puede estar mas seco. Para este personaje, de un cuadro que hice y 50 dibujos a un amigo, Fermín Ojeda de Madrid, me dio permiso para incluirlo en la obra de Miró como "El Misionero". -Era Pastor Evangelista, muy religioso y buena persona. Como pintor de miniaturas rayaba en la perfección.
Iglesia de Monserrate. Por las alusiones de Miró con "La Visitación" sería la misma.
Orihuela con agua o sin ella, siempre será la Ciudad de Oro.
Don Daniel ( pagina 24 ) en Nuestro padre San Daniel
El señor Egea cruzaba valerosamente sus brazos, viéndose rodeado de feroces leones, enflaquecidos de hambre, que se le postraban y le lamían desde las rodillas hasta sus zapatillas de terciopelo malva, bordadas por doña Corazón
GABRIEL MIRÓ
Paulina hija de Don Daniel
El cielo se le acercaba hasta comunicarle el tacto del azul, acariciándola.
GABRIEL MIRÓ
El banco de los andenes ¿Sería el mismo que narra Miró?
se fue a su banco de la alameda, frente a los huertos; allí fumaba y tragaba el aire del atardecer, que venía embebido de olor de campo tierno;
Gabriel Miró
Final. Quien haya leído la obra del Obispo Leproso identificará este cuadro parcial ( no definitivo ).
Se adelantó un monte con las faldas ensangrentadas de pimentón. Nieblas y cañares. Y se quedó sola en el campo una colina húmeda con una ermita infantil. Encima temblaba la gota de un lucero.
Gabriel Miró
Con su prosa, hacía poesía Gabriel Miró. De acuerdo que se refería a la sociedad de aquel tiempo, pero estuvo 5 años en Orihuela cuando niño y eso marca, a pesar de que insinuara algunos sitios. Todavía existe la ermita.
Campos
Tren de la época del 1884.
Narración. Calle de La Feria, de la obra PRINCIPE DE LA IGLESIA.
Con 9 años bajé una mañana a la calle. Era esta por donde pasaban carros, ganado y toda suerte de entradas a la ciudad en una y otra dirección. Era un espectáculo verlo desde un 2º piso, se armaban buenas trifulcas entre los carreteros, arrieros o como se llamaran. También era la que usaban los seminaristas para su regreso a San Miguel. Me encontraba en la puerta de la casa de Don José Correa en la “baldosa”. Me acordé del niño de Albacete que decía ser torero ( se le hinchaban las quijadas cuando lo decía ) y quise imitarle, incluso superarle por el tamaño de lo que venía: una serie de carros con bueyes de tiro.
Ya habrían pasado algunos carros con su traqueteo, cuando lleno de emoción, vi. la yunta del elegido acercarse, a la altura de la tienda de Juana. Esta tienda daba al callejón que unía calle La Feria con calle Mayor. La vista de bueyes y carro era imponente, me sobrepasaba el lomo de los bueyes. Me quité la chaqueta gris, raída y gastada pero limpia, y mirando al buey a los ojos la pasé como una muleta por encima en un amago de "ayudado por alto" y por todo el lomo, a lo largo, que al animal no debió de gustarle, por la patada que me dio a traición como un trallazo, en la pierna derecha con su pata trasera derecha. El arriero sorteando a los bueyes por delante se me vino encima con su vara en alto dispuesto a descargarla sobre mí. Me quedé quieto mirándole a los ojos y agarrandome el músculo de atrás y bajo de la rodilla. El gañan me dijo,- ¡No está bien “sagal”, podría habértela quebrao! Y se dio media vuelta continuando en la hilera de carros que se perdían con su "tracatran" por el adoquinado y al fondo de la calle hacia la Torre, puerta de La Anunciación de la Catedral y Palacio del Portillo.
Campos