CARA RAJADA Y EL OBISPO

El hombre de luto fue despertándose de su mal. Miró al obispo, acogióse a sus pies y lloró calladamente.

Gabriel Miró

Pagina 144. ( Boceto de Campos )

Esta situación es parecida a una obra mía.-" PRÍNCIPE DE LA IGLESIA"- que no tengo editada, y que abajo, pongo unas letras de la misma.

Me dijeron que fuera a una barbería y me presentara ante un oficial que estaban afeitándolo. Desde el barbero sillón, me interrogó acerca de un muchacho acusado de haber cogido dinero, siendo ello falso. Porque? Bien, habrá que decirlo, el acusado manejaba dinero de una tía suya que se lo dejó en vida. El jabonado oficial, ( Valgas de Machaca se llamaba ) por lo fino y delgado que era, mas parecía una "petit serpenteau" de sibilante voz, que un oficial de tan arriesgado cuerpo, y por las palabras que empleó conmigo, deducí que el chico era inocente.

Aquel muchacho, también tuvo su familia que recurrir al Señor Obispo de Orcelis para que evitara el castigo que unos auténticos verdugos le aplicaban en el calabozo.

A veces la vida nos pone en una situación límite en que una sonrisa no refleja lo que se siente, sino todo lo contrario como el rápido Wilson.

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Su puño trémulo y enorme tapió la boca del condenado como si cubriese una impudicia.

Gabriel Miro.