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Los neogestapos ahora persiguen, por racistas, a Tom y Jerry

En estos tiempos que sorprenderían al mismo Orwell, ni los dibujos animados se salvan de ser acusados de misoginia, racismo y demás epítetos donde se juzga el pasado con los valores actuales. Pero es un tentáculo políticamente correcto cuyos fines son claramente totalitarios

OCTUBRE, 2014. Recuerdo cómo allá en mi ya remota niñez, la principal queja que se escuchaba en torno a caricaturas como la de Tom y Jerry --aunque no tanto de parte de mi papá, quien también se reía con ellas-- se basaba que eran gráficamente muy violentas, y en tal sentido recuerdo escenas donde al gato Tom le aplastan los dedos con la tapa de un piano, cómo un mazo le dejaba hecha papel la cabeza o cuando le daban de escobazos o las explosiones que le dejaban la cara totalmente ennegrecida. También recuerdo que en esos episodios aparecía una mujerona a la que solo le veíamos los pies pero a la que nos imaginábamos con una pañoleta en la cabeza y muy parecida, si no es que idéntica, a la negrita, perdón, afroamericana, que aparecía hasta hace poco en la portada de la caja de cierta marca de hot cakes. Esto último solo lo recordábamos como algo anecdótico.

Pues bien, de unos años para acá, resultó que esa anécdota es políticamente incorrecta y sus activistas llevan años exigiendo que las caricaturas de Tom y Jerry dejen de transmitirse por cualquier medio. En Gran Bretaña, a propósito, ya lo consiguieron gracias a estos neogestapos quienes se alarmaron no tanto por las escenas violentas sino porque los personajes aparecen fumando. ¡Horror de multihorrores!

Hace unas semanas el sitio amazon.com incluyó una advertencia a los potenciales compradores de estas caricaturas en DVD (Apple hizo otro tanto quienes quieran veras en streaming) acerca de los "prejuicios étnicos y raciales" de tales dibujos animados creados hace ya 60 años por William Hanna y Joseph Barbera: Esos prejuicios, señala la advertencia, "alguna vez fueron lugar común en la sociedad norteamericana pero eran totalmente reprobables entonces como lo son ahora". Entre los puntos "objetables" se encuentra la mujer que referíamos líneas atrás y, haciéndose segunda a sus contrapartes británicas, a la "glamorización del tabaco". 

Sobre la violencia de esas caricaturas, al parecer, ni Apple ni Amazon han encontrado razón para etiquetarla con advertencias: ¿será que ésta sigue siendo lugar común en la sociedad norteamericana, y entonces como ahora, no es reprobable en lo absoluto?

El sociólogo inglés y profesor universitario Frank Furedi señala que este tipo de advertencias son propias de "cabezas huecas" ya que "estamos interpretando la historia al revés al juzgar a la gente del pasado con los valores que tenemos en el presente". Efectivamente, cuando estas caricaturas fueron producidas, reírse del acento sureño de la mujerona negra no convertía en racistas a los espectadores dado que era un detalle gracioso en aquel momento. Furedi lo pone de este modo: "Es como acusar de irresponsables a los automovilistas de hace varios años que no bajaban la velocidad en un sitio que entonces era un terreno baldío y hoy es una escuela".

Es ridículo acusar de racistas a los dibujos animados de hace décadas como sostiene la advertencia de Amazon.com. Todos ellos fueron elaborados para hacer reír y de ninguna manera para denostar a las minorías raciales porque, de nuevo y como señala Furedi, las cosas deben verse dentro de los valores de la época y a los cuales a nosotros no nos toca juzgar, como a nadie nos gustaría que las generaciones futuras señalaran que somos unos idiotas porque nos bañamos en una piscina, costumbre que quizá dentro de varias décadas sea tachada como poco saludable por los microbios que acarrea, e insensata porque usábamos el agua para fines recreativos.

Y es que si las caricaturas de Tom y Jerry son racistas entonces cabe preguntarnos si Pablo Morsa, que aparecía en los dibujos animados del Pájaro Loco, es un imbécil que atenta contra la ecología porque en un episodio se pone a talar decenas de árboles, o si Bugs Bunny y la Pantera Rosa merecen una advertencia porque se enfrentan, cachetean y se burlan de dos toros, algo que solo podría interpretarse como maltrato animal. Como dijo alguna vez Ted Nugent: "¡Señores, son solo dibujos animados!". Y es de suponerse que sean chuscos, irreverentes y burlones. Lo que ocurre es que los gestapolíticamente correctos carecen en lo absoluto de sentido del humor.

Suena idiota advertir que Tom y Jerry son racistas, y lo es. Por ello las advertencias de amazon.com se prestarían a la risa, aunque luego recordamos que este intento por reescribir la historia e interpretarla de acuerdo a los valores actuales esconde un anhelo totalitario

 

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1 Comentarios

pelacas_moreno escribe 15.10.14

Tom y Jerry racistas, jajajaja! estos tipos politicamente correctos deberían hacer algo provechoso con sus vidas en vez de estarse rascando las pelotas

 

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