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La extrañaremos, Carrie Fisher
Un solo papel sirvió para convertirla en icono de la cultura pop contemporánea. Con una vida con muchas etapas difíciles, Carrie Fisher era más que la Princesa Leia en la saga Star Wars
DICIEMBRE,
2016. Bueno, bueno bueno, por lo visto este año quiere cerrar del mismo
modo en que abrió esto es, llevándose consigo a figuras importantes del
entretenimiento. Comenzamos con David Bowie y luego le siguió
Glen Frei. La
lista ya la hemos repasado varias veces e incluye a otros un poco menos
conocidos para el público contemporáneo, entre ellos Leonard Cohen,
Keith Emerson y Greg Lake, Florence Henderson (la mamá de la Pandilla
Brady) y otros que no imaginábamos nos iban a abandonar tan jóvenes.
Ese fue el caso de George Michael y ahora el de Carrie Fisher. En
efecto, la Princesa Leia ya no está más con nosotros.
Si a las generaciones jóvenes les sorprende el éxito que han tenido las
historias de Star Wars imaginemos el impacto para quienes tuvimos
el privilegio de asomarnos a ese universo por primera vez en 1977. La
experiencia aún se nos antoja sorprendente, con todo y que fuéramos unos
púberes y viéramos por primera vez a la Princesa Leía introduciendo
información secreta en R2D2 (Kenny Baker, el actor que se metía en el
androide, también falleció este año) para luego recibir un rayo
paralizador cuando intentaba escapar de los soldados imperiales. Durante
buena parte de la película --básicamente hasta que entra en escena la
tía Beru, unos 25 minutos después-- Leía era el único personaje femenino
de la saga.
Por mucho tiempo lo que recordábamos de Leia era su peinado, el que a
muchos de nosotros siempre nos parecieron unos roles de canela negros.
Ese peinado desapareció en las otras cintas en las cuales Leia aparecía
con el cabello recogido en The Empire Strikes Back así como
suelto --y sensual-- en Return of the Jedi. Ya para qué
mencionamos esa escena donde es esclava de Jabba the Hutt: entonces los
espinilludos púberes de 1977 ya sabíamos en 1983 por qué Han Solo
comenzó a mostrarse más interesado en la princesa, ya no solo por su
dinero, como había ocurrido en el Episodio IV.
Pero detrás de la Princesa Leia estaba Carrie Fisher, quien por cierto
fue una de las tantas conquistas de Warren Beatty mientras ambos
filmaban Shampoo. Hija de la ganadora del Óscar Debbie Reynolds y
del coscolino Eddie Fisher --quien luego sería birlado por Elizabeth
Taylor-- la futura actriz estudió arte dramático en Londres y regresó
con nula experiencia en teatro o televisión. De hecho, según dijo en una
entrevista para Rolling Stone, sus diálogos en Star Wars, en
especial cuando dice a Moff Tarkin que "sabía que era usted desde que
detecté ese hedor cuando me trajeron a bordo", eran sus primeras tablas.
Nadie pensaba en 1977 que Star Wars se convertiría en fenómeno
cultural, ya no digamos que habría segunda o tercera parte.
"Intuíamos que iba a ser un éxito, por supuesto", dijo Fisher en esa
misma entrevista, "el único que no lo sabía era George Lucas". Sin
embargo al terminar la trilogía Fisher descubrió que el único que no se
había encasillado en su rol era Harrison Ford; los demás protagonistas
de la saga batallaron para encontrar papeles que nada tuvieran que ver
con la Fuerza, androides y espadas láser.
Otro factor fue que la actriz se había enganchado con las drogas,
especialmente cocaína. Con todo mantuvo una relación de noviazgo con el
músico
Paul Simon que duró casi 5 años pero que, ya casados,
únicamente se prolongó ocho meses. También escribió algunos guiones para
películas, entre ellos Postcards From the Edge.
"La verdad es que nunca podré escapar del universo de Star Wars",
dijo Fisher en otra ocasión, "pero me la paso bien con los fans en las
convenciones, aunque sí me desconcierta y alarma que algunos estén tan
obsesionados y conozcan más información acerca de mi personaje que yo
misma".
Y aunque esos fans temían que la historia que sigue a The Force
Awakens quedará inconclusa con la muerte de Fisher dado que, de
acuerdo a las especulaciones, en la siguiente entrega habría de
reencontrarse con su hermano Luke Skywalker, Disney afirmó que Fisher
dejó grabadas varias escenas que permitirán completar la película,
programada para fines del 2017.
Extrañaremos a la Princesa Leia, un icono de la cultura contemporánea y,
por supuesto, también a la actriz que la encarnó.
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