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Gamble and Huff, el binomio genial

Los ladrillos de la música disco, el R&b y todas las ramificaciones de la música de color  de los setenta al presente se deben a este par de visionarios autores de canciones tan pegajosas como inolvidables. Su ingreso al Salón de la Fama es un reconocimiento más

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JULIO, 2008. La empresa enfrentaba serios problemas administrativos que requerían la urgente intervención de uno de sus dueños. Sin embargo éste publicó un comunicado donde afirmaba que la música "era el plano astral para lograr la emancipación del alma fuera de un entorno esencialmente material". En nuestros días aquello sería tomado como un delirio de Amy Winehouse o de algún seguidor del New Age. Pero no en 1975, cuando el iluminado era Kenny Gamble, el cincuenta por cierto de Gamble and Huff, el binomio que había hecho de la Philadelphia International Records un emporio que ya comenzaba a disputarle el cetro a Motown, el gigante promotor de la música negra en Estados Unidos.

Poco después la PIR, como se le conocía, se acogió al capítulo 11 que protege de sus acreedores a las empresas en quiebra. Era el final de una historia brillante, sumamente exitosa, y que había revolucionado la radio norteamericana en menos de un lustro. "En determinado momento fue la compañía disquera independiente más influyente, algo que no dejaba de inquietar a los más grandes", escribió el crítico Ken Tucker, "sin embargo la caída de PIR fue esencialmente por sus errores internos".

Este año Gamble and Huff ingresaron al Salón de la Fama del Rock and Roll en la categoría de productores y compositores. Era un honor que, extrañamente, se les había negado en los casi 20 años que tiene de vida ese recinto. Sin embargo en este tiempo sus hits permanecen y siguen bien enquistados, como lo demuestran las altas ventas que su set de cuatro CDs y un DVD ha tenido desde que salió a la venta en el 2002. "las canciones de Gamble and Huff tenían unos arreglos sensacionales, admirables, y unas voces de primera", dijo hace años Glen Frey, integrante de The Eagles, cuyo hit solista "True Love" de 1989 se basa claramente en el estilo de la PIR. "Ellos pusieron la pauta, los nuevos rumbos que el soul estaba tomando", refirió la cantante inglesa Lisa Stanfield, quien tuvo un hit titulado "All Around the World" en 1990 claramente influenciado por ambos productores.

La historia de este talentoso par se remonta 1962 cuando la música de color comenzaba a experimentar un importante repunte en Estados Unidos. Junto con Thom Bell, Gamble and Huff pertenecieron a The Romeos, un grupo local que tuvo éxito pequeño en el área de Filadelfia. Pero con el surgimiento de las disqueras dedicadas a promover artistas negros como Motown, Stax y Blue Note, el mercado se fue posicionando en medio de la eliminación de varias conquistas de esa comunidad que dejaban atrás las políticas raciales hacia ellos.

"Fue una década difícil para los negros, incluso sangrienta", refirió Huff en una biografía del grupo, "pero la música, que por décadas había sido nuestra forma de expresión, se convirtió en vocero para indicar que aquí estábamos, y que nuestro trabajo se reflejaría en el futuro de Estados Unidos", algo totalmente cierto pues hoy no podemos concebir la música pop norteamericana sin la aportación de Steve Wonder, Barry White, Aretha Franklin, Diana Ross, Michael Jackson y otros genios.

Ya desde antes que naciera la PIR los dos productores tenían pensado explotar la combinación del soul con acordes clásicos, lo mismo en que trabajaba Isaac Hayes, el principal promotor del soul sinfónico. En 1968 y dentro de ese contexto (y todavía con Bell a su lado), lanzaron su primer hit importante con "Expressway to your Heart" de The Soul Survivors. El tema marcaba lo que sería el sonido distintivo de la disquera: trompetas, violines eléctricos, el bajo sobre la voz y letras que podían ser cualquier cosa menos convencionales.

                                       Comienza el brillo de la PIR

La Philadelphia International Records fue fundada oficialmente en 1970, todo dentro de la técnica habitual de las disqueras de entonces, esto es, acompañarse de músicos de sesión que participan en las canciones de diferentes artistas. Era el caso de un ensamble titulado Mother Father Sister and Brother Sister, más conocido como MFSB que se estrenó con la instrumental "The Sound of Philadelphia", su primer hit importante y que más tarde aparecería en la cortinilla de Soul Train, la versión de color de American Bandstand. Fue un golpe publicitario perfecto pues sirvió para proyectar a la PIR a nivel nacional. Por cierto, "The Sound of Philadelphia" se fue al primer sitio de las listas R&B.

El siguiente hit importante llegó con The O'Jays, un ensemble de última hora que terminó consolidándose en la disquera. Primero fue con "Back Stabbers", siguió con "Love Train" y siguió con "For the love of money". Eran canciones que presagiaban la onda disco, pero además insufló una insospechada energía a la música negra de los setenta. Gamble proponía "hacer la revolución" con sus canciones --de hecho, las letras de The O'Jays tienen una clara intención izquierdista--, pero Huff opinaba que antes de ello había que cimentar el prestigio de la compañía, lo que incluía ofrecer también un giro más romántico, el cual finalmente alcanzaba mayores ventas. Fue el caso de The Three Degress, tres chicas que buscaban llenar el espacio que habían dejado las Supremes cuando Diana Ross salió del grupo. El resultado fue una obra maestra titulada "When Will I See You Again" a la que siguieron otros hits menores con tendencia R&B mucho más evidentes. The Three Degrees luego brincarían directamente al género disco, aunque ya sin la batuta de Gamble and Huff.

Parte del éxito de la PIR consistía en no hacerse de cantantes ya cotizados, cuyos contratos serían mucho más costosos, sino hacerlo con gente a la que le veían posibilidades. El lado bueno de ello fue que así consiguieron hits monumentales con inversión relativamente baja; lo malo fue que, con excepción de The O'Jays y MFSB, ningún otro artista pudo cimentar su carrera.

Fue ese el caso de Billy Paul, quien llevaba casi una década interpretando jazz en tugurios no muy recomendables. Su amistad con Huff --y con el productor Thom Bell, quien ya había abandonado la PIR-- sirvió para que grabara "Me and Mrs Jones", con una instrumentación perfecta. Pero Paul no pudo repetir la fórmula y dos años después había vuelto a ser un desconocido.

People's Choice con su "Do It Anyway You Wanna", "If You Don't Love me By Now" y "The Love I lost" de Harold Melvin and Blue Notes, "I Love Music" de The O'Jays, un reconocimiento a Stax y a Motown --"no somos competencia, somos complemento", llegó a decir Huff-- y en especial "You're Gonna Miss My Lovin'" de Lou Rawls identificaron mundialmente a la PIR por su alto nivel de calidad. Todas esas composiciones fueron escritas por Gamble and Huff.

The Three Degrees, ya en su etapa disco

Los elogios para Gamble and Huff eran casi unánimes, con excepción de la australiana Lillian Roxon, quien veía en el binomio a unos productores que contrataban "talento aislado sin poder conformarle una identidad", o dicho de otra manera, el éxito se debía a que contrataban músicos a bajo precio y agregaban exagerados arreglos a sus composiciones, presentado con letras poco comunes para la época". Pero de ser cierta, era la misma tónica de las demás disqueras de color: Berry Gordy tenía una autoridad inapelable en Motown y preparaba la agenda de grabaciones con músicos a los que no acostumbraba consultar, o bien en la Stax, donde un artista no podía arriesgarse a innovar a menos que tuviera fuerte influencia en los altos puestos. Eso tampoco le pareció a Roxon, por cierto; el soul nunca le mereció mayor crédito. 

Pero una de las más grandes ironías de la PIR fue que habían aplanado el camino para la oleada disco por lo que estaban más que maduros para liderarla. Pero fue entonces que comenzaron las extravagancias de Gamble. Tras divorciarse luego de un supuesto affaire con una corista que llegó más allá de lo permitido, el productor asumió una actitud extravagante. Se declaró simpatizante de Nation of Islam, una organización radical encabezada por Al Farrakah, actitud que aderezó con adquisiciones de lujo que la disquera sólo pudo costear temporalmente. Para colmo, la primera producción que tuvieron con unos Jackson recién salidos de Motown fue un fracaso de debut-y-despedida, lo cual deterioró la relación entre el par todavía más. La mala administración y los cambios musicales fueron tan frenéticas a mediados de los setenta que la Philadelphia International Records tuvo que acogerse al capítulo 11 de las empresas que entran en quiebra.

Tanto Gamble como Huff continuaron produciendo por su cuenta pero estuvieron muy lejos del éxito que tenían en la compañía. Finalmente, CBS Records compró los derechos de las canciones las cuales con los años se convertirían en excelente inversión.

El dúo no se dirigió la palabra por varios años hasta la mitad de los noventa, precisamente cuando el Salón de la Fama del Rock and Roll los nominó por vez primera (no ganaron). Enfermo y con dificultades para caminar, Gamble mantiene las memorias claras: "En mi mente no han transcurrido tres décadas de que nos sentamos a escribir esas canciones sino apenas unas horas... es gratificante que tanta gente nos tenga en sus memorias". Agrega Huff: "El honor debe ser para quienes confiaron en nosotros y compraron nuestros discos. Sin ellos jamás habríamos trascendido".

Daryl Hall, del dúo Hall and Oates y fan de los hits de la PIR lo pone así: "Gamble and Huff evitaron que pasara el resto de mi vida encerrado en una oficina pensando en lo que pudo haber sido mi vida. Ellos nos mostraron cómo la música puede llevarnos a sitios insospechados y a vivir momentos extraordinarios".

 

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2 comentarios

raulduarte escribe 24.07.08

Aunque tengo 21 años prefiero escuchar la música de los artistas negros de principios de los 70 que cualquier cosa que graban hoy. 100 discos de 5 Cent, de Kayne West o de Ice Cube jamás me harían cambiar un solo disco de Earth Wind and Fire, Stevie Wonder, Temptations, The O'Jays o Marvin Gaye. Por eso a veces me preguntó qué rayos pasó, por qué los negros ya no cantan, sus letras son sexistas y usan los mismos ritmos que ya me producen ganas de volver el estómago. ¿Qué pasó con aquellos genios? ¿por qué ya no han surgido los nuevos Gamble and Huff? Efectivamente, estos dos personajes son genios y su música la seguimos disfrutando casi 40 años después que la grabaron...

sergie_mendez escribe 20.07.08

Después de leer este artículo me quedé con la curiosidad sobre quienes eran Gamble y Huff así que chequé su pagina web y me lleve una sorpresa pues no sabía que ellos habían producido varios de los hits que escuchaba de niño y me encantaban. Sería buena onda que ustedes incluyeran algunos pedacitos de canciones de los artistas que comentan, eso haría más interesantes los artículos que ya son excelentes, mientras tanto gracias a Gamble y Huff por sus canciones que tanto representan en la vida de muchos de nosotros

 

 

 

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