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En vez de echar culpas, urge corregir las causas; empecemos por los dos extremos
Lo ocurrido en una escuela primaria de Torreón profundiza la preocupación en torno a la crisis de valores por la que atraviesa la sociedad mexicana. Pero también obliga, por un lado, a jalar las orejas a esos padres que optan por convertir en nana a los videojuegos, desde hace rato escudados en el relativismo moral
ENERO, 2020. El Colegio Cervantes se encuentra aproximadamente a dos kilómetros de distancia de donde redactamos fasenlinea en la ciudad norteña de Torreón, México. Para quienes asisten cada año al maratón Lala, esa construcción les debe resultar familiar pues se encuentra casi enfrente de la meta, en la avenida Juan Pablos, donde también se encuentra el bosque Venustiano Carranza al que acuden diariamente cientos de personas para realizar ejercicio. La institución se encuentra en la zona céntrica de la ciudad, a una cuadra del estadio de la Revolución donde el equipo profesional de beisbol juega en la temporada de verano. Por lo que toca al Colegio Cervantes, éste fue fundado en 1940 por la familia Vigatá, parte del exilio español que se refugió en México tras el ascenso del franquismo. El prestigio de la institución ha sido tal que hace dos décadas la institución se expandió: los alumnos de secundaria y preparatoria fueron reubicados en un campus al oriente de la ciudad, con modernas y cómodas instalaciones. El Colegio Cervantes tiene una gran afluencia de estudiantes debido a su alta calidad educativa; muchos de los mejores profesionistas laguneros --gentilicio que los locales prefieren utilizar en vez de "torreonenses"-- pasaron por las aulas de esta institución privada. Por ello lo ocurrido la mañana del viernes 10 provocó un enorme shock en la comunidad lagunera: un niño de 11 años identificado por los medios únicamente como "Miguel Ángel", pidió permiso a su maestra para ir al baño; a los 15 minutos la profesora salió del salón a buscarlo y cuando lo vio éste le disparó un balazo al ojo y accionó el gatillo de la otra pistola, lesionando a cuatro de sus compañeros de clase para finalmente apuntar a sí mismo el arma y pegarse un tiro. Los lesionados fueron llevados a un sanatorio cercano donde aparentemente se encuentran ya fuera de peligro. Hasta hace poco, los autores de esos tiroteos eran adolescentes pero nos encontramos ante un fenómeno aterrador, que ahora se trata de niños que aún no alcanzan la pubertad, niños que además rompen el estereotipo de que son alumnos retraídos, víctimas de bullying, con bajas calificaciones y ansiosos de venganza. De acuerdo a la información recopilada, este niño tenía buenas calificaciones y su comportamiento era normal excepto que en esta semana y durante el receso, comentó ocasionalmente a sus compañeros del colegio que "el día está cerca". El menor vivía con su abuelos, sus padres estaban divorciados pero la madre había fallecido tiempo atrás. La Laguna apenas parece salir de una tremenda oleada de violencia que se agudizó a principios de la década pasada con una lucha territorial por parte del crimen organizado y que registró varias masacres en bares, centros nocturnos, domicilios y la quinta donde se celebraba un cumpleaños. Y aunque esa oleada ha bajado considerablemente desde entonces, súbitamente resurge como ocurrió el pasado noviembre cuando otra maestra fue asesinada en plena Alameda antes de iniciar el desfile conmemorativo del 20 de Noviembre, y poco antes de Navidad cuando se registró un tiroteo en el céntrico y concurrido Paseo Colón cuando dos sujetos que habían robado una camioneta fueron interceptados por la policía. Por fortuna no hubo muertos. Y como suele suceder en este tipo de acontecimientos, del shock inicial se pasa a las preguntas y luego a la búsqueda de respuestas. Un vistazo a twitter permitió "tantear" las aguas de opinión luego del tiroteo: la mayoría refería la necesidad de que los padres "pusieran más atención" a sus hijos, pero también empezaron acolarse puntos de vista absurdos, entre ellos alguien que culpó "a la política agresiva e imperialista de Trump"; otro más responsabilizó a "la educación privada de este país" dado que el Cervantes "es un plantel particular" y no faltó quien asegurara que todo se debió "a que este niño actuó como desquite por el general árabe que Trump mató en Iran" (sic) cuando en primer lugar los iraníes no son árabes sino persas y, en segundo, el general Quasem Soleimani no murió en Irán sino en un ataque contra el sitio donde se encontraba escondido en Irak. Otros más culparon a las armas de fuego y exigieron que se prohibiera su venta, quizá sin saber que en México existe un estricto control en la venta de armas, lo cual constituye una mayúscula paradoja para un país que hoy se encuentra sumido en la peor espiral de violencia de toda su historia. Cuando el gobernador del estado Miguel Riquelme señaló que el menor "se había inspirado en un juego de video", las redes sociales se echaron masivamente en su contra al punto que algunos usuarios aseguraron que el tiroteo "nada tenía qué ver" con el videojuego Natural Selection. Sin embargo en las fotos se ve el cadáver del niño que porta una vestimenta muy similar a la de Eric Harris, el adolescente que participó en una masacre en Columbine en 1997 y quien llevaba una camiseta con la frese Natural Selection, incluidos unos pantalones negros tipo comando y unos tirantes. Incluso un tuitero dijo "yo me paso horas jugando videojuegos y en ningún momento siento deseos de matar a nadie, no le echen la culpa a los videojuegos". Ante ello, la psicológa Verónica Celis argumenta: "Yo aprendí a manejar a los 16 años de edad y jamás he sentido deseos de atropellar a nadie, y sin embargo hay gente que ha arrollado y matado a propósito cuando va al volante. El auto es la herramienta puede servir para matar a alguien, igual que una arma de fuego, pero ni los autos se manejan solos ni las armas se disparan por su propia cuenta. Donde nos tenemos que enfocar es en lo dos extremos, no nada más uno, que lleva a alguien, y más increíblemente un menor de edad, a cometer actos deleznables como éste". Agrega: "Cuando los actos de violencia ocurren con mayor frecuencia, como ha sido el caso de la Laguna, nos comenzamos a insensibilizar más y a ver este tipo de acciones como algo cotidiano. Pero esa sensibilidad se ve agravada con la crisis de valores que está sufriendo la sociedad mexicana, una crisis de valores que se ha ido detectando en generaciones cada vez más jóvenes y que incluso ya está llegando a niños que aún no llegan al la pubertad". En su opinión, también es momento de poner en el banquillo a los videojuegos lo cual se ha demostrado, "no son inofensivos ni tampoco deberían estar al alcance de cualquiera pues éstos suelen propiciar la idea de que la violencia es una forma de entretenimiento. Sé perfectamente que los videojuegos sirven de escape para muchos adolescentes para echar fuera su furia, tienen una función catártica, pero en otros casos, como los de este menor, queda demostrado que representan un peligro en mentes inestables y llenas de resentimiento, como las de este niño". Agrega: "Debemos enfocarnos en poner más atención en nuestros hijos y no permitir que un videojuego les sirva de nana y en segundo lugar, como padres tenemos el derecho de supervisar y restringirles el uso de videojuegos violentos. Si no les permitimos que vean pornografía ¿por qué permitimos que pasen horas y horas frente a una pantalla con los videojuegos?" Según evidencias, el menor se inspiró en la masacre de Columbine, la cual por cierto ha servido de "inspiración" para otros tiroteos realizados por púberes y adolescentes. Sin embargo en las redes sociales se insiste en no se debe achacar la culpa a los videojuegos. "He sabido de varios estudios que dicen y remachan la idea de que los videojuegos no incitan a los adolescentes a realizar actos violentos", refiere la psicóloga Celis. "No dudo de la veracidad de esos estudios pero sería arriesgado concluir que ningún muchacho que pase horas con los videojuegos no se sienta impulsado a realizar acciones violentas. Quizá sea un porcentaje muy bajo, pero ese es el porcentaje que encierra un peligro potencial bastante grande". El abogado Luis Raúl Montes, otro entrevistado lagunero, considera deliberada la exclusión de los videojuegos cuando se trata de estos actos violentos. "Nos dicen que el niño no fue influenciado por los videojuegos pese a que se había puesto una vestimenta como la de uno de los muchachos asesinos de Columbine, e igual nos dirían que el cine nada tuvo que ver en caso que se hubiera puesto una máscara del Jóker. ¿Pero también estarían relativizando el asunto si al niño se le hubiera ocurrido ponerse una máscara de Donald Trump?" Agrega la psicóloga Celis: "Los videojuegos son una consecuencia del problema, desafortunadamente es una consecuencia que implica acudir a una respuesta violenta ante la fata de afecto y de comunicación de los padres. Ahí es donde empieza todo. Hasta donde sé, este niño vivía con sus abuelos, su madre había fallecido hace tiempo y su padre rara vez lo visitaba. La carencia de afecto es evidente". Por lo pronto las autoridades locales han exigido que en todos los planteles educativos se revisen las mochila de los alumnos al momento de entrar a clase. Según la prensa, los padres de familia del Colegio Cervantes habían rechazado la revisión. "Pero si bien la revisión obligatoria reducirá enormemente la posibilidad que se repita algo como lo sucedido en ese plantel escolar, una tragedia similar podría ocurrir en otro lado si como padres no terminamos de comprender la gigantesca responsabilidad que representa traer un hijo a este mundo. Ya basta de permitir que un videojuego la siga haciendo de nana. La factura que cobra esta indolencia de muchos padres de familia la paga el resto de la sociedad, sobre todos personas inocentes", concluye la psicóloga Celis.
La paz perdida de la Laguna [Junio, 2010]
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