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El Pejestado Nana vs el osito Bimbo, y vs todos nosotros

 

Dentro de unos meses el Capitán Crunch, el Tigre Toño y el elefante Melvin quedarán en el desempleo pues ya no podrán ser usados en la promoción de cereales y pastelillos. Tras el fracaso del sistema educativo mexicano para promover hábitos alimentarios saludables aunado a esquemas económico inflacionarios que obligan a la gente a comprar lo que sea, barato aunque no nutritivo, el osito Bimbo la ha hecho, valga paradojas, de chivo expiatorio. Vaya pues otro pretexto para quitarnos otra rebanada de libertad individual

 

 

Por Roberto Rojas P

 

MARZO, 2020. Por lo visto no solamente los seres humanos, y con esto del virus corona (que es la forma de decirlo en correcto español, ¿por qué no entonces decimos "escarlata fiebre" o "española influenza"?) estamos a merced de un virtual e inesperado desempleo. De acuerdo a unos cambios dados a conocer en el Diario Oficial de la Federación el pasado 28 de marzo y con lo cual prácticamente se ha convertido en ley, la NOM 51  aprobada por el Congreso determina, explícitamente que "los productos preenvasados que ostenten uno o más sellos de advertencia de grasas saturadas, azúcares altas o la leyenda de edulcorantes, no podrá (sic) incluir en la etiqueta personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas" (Las itálicas son nuestras).

 

De acuerdo con lo publicado por el Diario Oficial, esta legislación se llevará a cabo en tres fases, con lo cual, para el primero de octubre del 2020 "se tendrán que eliminar a los personajes infantiles, animaciones, celebridades, deportistas o mascotas que promueven o fomenten el consumo de productos con exceso de nutrimientos críticos" de manera que para el 2025 , cuando ya el pejegobierno esté empacando maletas, "las etiquetas deberán incluir información nutrimental complementaria que especifique si el producto tiene añadidos de azúcares libres, grasas o sodio, además de seguir aplicando íntegramente las disposiciones contenidas en la tabla anterior".

 

Dicho de otro modo, el osito Bimbo, el Tigre Toño, a Chester Cheetos, Michael Jordan y el gansito Marinela en las cajas de cereales, de pan, envolturas de golosinas y chicles enfrentarán el desempleo dentro de unos meses. Aquella frase del "cereal de los campeones" asimismo ha dejado de ser legal a partir del sábado pasado. Desde hoy tendremos que acostumbrarnos en ver en los envases, bolsas y recipientes la desabrida imagen de un tazón con cereal pero eso si, atiborradas de palabrería nutrimental que nadie se molestará en leer. De ese modo, y permítaseme la metáfora, el pejegobierno se habrá comido otra porción de nuestra libertad de elección para quedar reducida a lo que decida un grupo de burócratas convertidos en nanas de padres de familia que se supone tienen (tenemos) criterio propio.

 

Hay que puntualizar que esta ley no es original del pejesistema. El año pasado en Perú se aprobó una regulación similar aunque logró ser detenida en el Congreso pero aparentemente está a punto de ser aprobada en definitiva.

 

Queda claro que los burócratas piensan que el osito Bimbo y el Tigre Toño son los culpables de que existan tantos niños gorditos en México. Ya desde el gobierno de Peña Nieto, la nanocracia aumentó el precio de los refrescos y demás golosinas para según esto combatir la obesidad y el paulatino pero cada vez más alto índice de diabetes entre los adolescentes y jóvenes adultos de este país.

 

Sin embargo y en el caso del osito Bimbo, creado por una de las empresas más poderosas de México, con ramificaciones en casi todo Centro y Sudamérica, y que hace algunos años adquirió la empresa norteamericana que produce los "pingüinos" allá y asimismo asociada con Hostess (si le ha tocado ver unos brownies Hostess en los Oxxo ya sabe de dónde vienen) ha estado entre la publicidad mexicana por más de 70 años; incluso en los 50 el osito llegó a tener su propio programa de televisión y en los70 Bimbo patrocinaba por lo menos un tercio de la barra infantil de la TV nacional. ¿Pero por qué entonces si los niñs estaban más expuestos a la publicidad con dibujos animados o figuras animales no existía tanta obesidad infantil como hoy?

 

Queda claro que la nanaburocracia está atacando una consecuencia, y no la(s) causa(s)de que existan tantos menores con sobrepeso en México. Examinemos algunas razones que nada tienen qué ver con que el Tigre Toño ni con el elefante de Chokrispis (el que por cierto hace rato se pudo dieta)

 

1. Donde manda bolsillo no gobierna Capitán Crunch. La mayoría de las amas de casa procuran comprar el cereal a sus niños que tenga el precio más accesible; de hecho las marcas multinacionales y que presentan en sus cajas a personajes como el Tigre Toño o celebridades deportivas, solo se venden masivamente cuando están en oferta: a menos que se tengan hijos chipiles, una madre preferirá una caja de Corn Flakes Maizoro que otra de Corn Flakes de Kellog's donde la figura  es de un gallo. Por cierto, la ley NOM 51 también excluirá este tipo de presentaciones?

 

La mayoría de los los niños mexicanos consumen el cereal que esté más de acuerdo con el presupuesto de sus padres y no tanto con que en su presentación aparezcan superhéroes, figuritas animadas o duendecillos de la suerte

 

2. Un kilo de aguacate cuesta más que una caja de cereal extragrande. De nuevo enfatizamos el punto anterior: mientras el salario no sea suficiente y los precios sigan a la alza, los padres de familia comprarán lo que puedan para llenar el estómago de sus hijos. no es casualidad que el número de gorditos en México se disparara a partir de 1976 cuando estalló la crisis económica, y que se multiplicara en los años 80 cuando hubo más niños llenitos que en toda la historia del país. De hecho, como lo señala el nutriólogo Luis Carlos Escobar, "los índices de gordura de los niños en este nuevo siglo deben atribuirse más a la falta de ejercicio y a que muchos padres de familia, sobre todo en las ciudades grandes, no permiten que sus hijos salgan a un parque o a un centro deportivo por temor a la inseguridad. Y esta es una tendencia mundial que no retrocederá ni un milímetro con este tipo de medidas draconianas que solo perjudican a un sector productivo legalmente establecido".

 

3. Medida pro buena alimentación que fracasa, medida no derogada. Las modificaciones de la NOM 51implícitamente indican que las medidas y leyes anteriores para  evitar la gordura infantil han fracasado y si embargo la mayoría de ellas siguen vigentes. Ya se prohibió que en los planteles escolares haya máquinas despachadoras de pastelillos y refrescos, que sus "tienditas" no vendan frituras y que se haya aprobado en el 2016 un impuesto del 8 por ciento a la comida chatarra. ¿Pero nada de eso ha funcionado! ¿Por qué el pejestado no da incentivos fiscales para que los empresarios ofrezcan alimentos con menor contenido calórico pero igual de apetitosos y a un precio accesible? "Esto traería por consecuencia que las amas de casa decidieran probar este producto como alternativa a los cereales tradicionales", apunta el nutriólogo Escobar. "Insisto: en México carecemos de una cultura alimentaria --desafortunadamente es un fenómeno mundial-- porque en realidad tenemos poca competencia", lo cual nos lleva al punto

 

4. La medida solo beneficiará a los gigantes del mercado. Al ir al supermercado solemos ver cajas y cajas de distintos cereales pero rara vez caemos en cuenta de que se trata del mismo dueño, Kellog´s, llámense All Bran, Corn Flakes, Fruti Lupis, etc. De hecho en México solo hay dos gigantes en el negocio de los cereales --así como uno solo en el los pastelillos, Bimbo Marinela, y PepsiCo en el de las frituras-- Kellog's y Maizoro. Y si bien la medida de quitar monitos y animaciones en sus presentaciones les afectará notablemente, para los fabricantes más pequeños que necesitan de dibujitos animados como "gancho" para atraer consumidores, esta medida representa una sentencia de muerte. "Los microcomerciantes de cereales no están en condiciones de competir con estos gigantes que pueden vender sus productos con cajas más llamativas e incluso con la capacidad de amortiguar sus costos cuando así sea necesario", apunta Escobar.

 

Agrega: "Todas estas regulaciones que supuestamente buscan 'proteger' al consumidor en realidad le limitan sus opciones de compra y benefician a los que ya están establecidos, algo similar a lo que estamos viendo en la red donde Google, Twitter y Facebook constituyen enormes monopolios que se han beneficiado de legislaciones que también buscan limitar la libertad de expresión".

 

De hecho, en opinión de Escobar, "el eliminar imágenes de patitos, gansitos o pingüinos en las marcas de pastelillos y cereales también es un atentado a nuestra libertad de expresión, de decir, "yo quiero comprar a mis hijos un cereal donde venga un dibujo del pato Lucas aunque el producto me cueste un ojo de la cara".

 

5. Somos un país con pésimos hábitos alimenticios y con las golosinas más calóricas del mundo. Es curioso cómo la NOM 51 no incluye en sus regulaciones y restricciones a los vendedores de garapiñados, cocadas, campechanas, chapetonas y otras delicias que se venden en la calle. "Un 'churro' con azúcar y chocolate contiene igual o mas calorías que un tazón de Chocokrispis y un elote con mantequilla, crema, mayonesa, sal y chile te garantiza por lo menos 100 gramos de grasa que se te acumularán en el organismo", refiere Escobar. Esos productos son altamente consumidos por los niños pero la NOM  51 no los menciona ni de chiste. ¿Acaso estamos ante la disyuntiva de que todas las golosinas son nocivas pero unas son más nocivas que otras?

 

"La comida mexicana, si bien es deliciosa, es producto de dos culturas culinarias radiantes en calorías; yo diría es el producto de un matrimonio donde ambos progenitores tienen harto sobrepeso. Nuestras autoridades se abalanzan sobre los animalitos que adornan las cajas de cereal pero nunca nos mencionan que, por ejemplo, un plato de pozole contiene el equivalente en calorías a tres cuartos de rebanada de pastel de chocolate con betún. Y la gente de todos modos los compra aunque no tengan figuritas animadas o héroes deportivos en su presentación. Pero no se ve que nuestras autoridades se vayan sobre loncheros, gorderos, vendedores de palanquetas o demás frituras que se venden mayoritariamente en la economía informal. Lo que aquí tenemos es un producto de doble moral del Estado y no solo el lopezobradorista, esta tendencia la hemos tenido desde los tiempos del pelón Echeverría".

 

Mientras el bolsillo decida qué es lo que vamos a comer --aunado al hecho de que, como lo demostró un estudio realizado por El Cato Institute, en la mayoría de los países latinoamericanos, "comer saludable" sale más caro que simplemente comer-- yu mientras el sistema educativo sea incapaz de promover hábitos alimenticios sanos (que no es lo mismo que prohibir; ello solo aumenta la tentación) y especialmente fomentar la actividad deportiva, "el mejor remedio para evadir la gordura, además de ser ideal para socializar, aprender a ser disciplinado y a no tener diabetes o enfermedades cardiovasculares en la vida adulta", apunta Escobar. "Pero en vez de eso, el Estado le echa la culpa a unos dibujos animados en vez de esos maestros que solo están haciendo tiempo para jubilarse".

 

Última pregunta: ¿Las galletas de animalitos, que promueven su consumo con figuras graciosas, también entrarán en esta regulacíón?

 

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¿Comerciales chafas en México? Culpe a las regulaciones ]Mayo, 2013]

 

 

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