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Sentimentalona, pero Coco es de las recomendabilísimas
El realismo mágico y la animación forman un excelente maridaje en esta cinta de Pixar donde los vivos y los muertos comparten el mismo espacio en un México lleno de colorido y música. Su final es un tanto manipulador pero, por lo demás, Coco no debe dejarse pasar
Coco
Anthony Gonzalez, Gael García Bernal, Benjamin Bratt, Jaime Camil
Dirigida por Lee Unkrich y Adrián Molina
Disney-Pixar/2017
DICIEMBRE, 2017. Sí, ya sabemos
que en México fue estrenada hace casi un mes para hacerla coincidir con
el Día de Muertos, y que desde entonces se ha convertido en una de las
películas extranjeras que más han recaudado en taquilla en este país,
algo entendible, pues cualquiera que por acá vea Coco se sentirá
como en casa, pisando terrenos que nos son bastante conocidos donde el
presente se combina con el ayer sin saber dónde termina uno y dónde
acaba el otro, lo que incluye el mundo terrenal y el de los muertos, un
concepto un tanto difícil de entender en otras latitudes, algo que
comprobará todo aquel que lea sus críticas respecto a esta película.
Qué más se puede agregar. Pixar lo hace de nuevo, y con la prodigiosidad
visual que nos ofrece Coco, suena a vaticinio seguro que
contenderá por los Óscares en esa categoría, y es muy probable que gane.
Por otro lado, Pixar tiene como objetivo alterno el dar una imagen
distinta de México y los mexicanos hacia Estados Unidos, la de un país
que lejos de estar regido por políticos corruptos, narcos y vivales,
guarda un patrimonio riquísimo producto de una cultura mestiza imposible
de reproducir en otros lares. Y sí, al ver Coco es inevitable
sentirse orgulloso de ser mexicano. (Increíblemente, ha habido
activistas chicanos que la han denunciado como
"apropiación cultural"... ¿Hasta dónde
se puede ser tan idiota? Primero que vean la película).
La historia tiene lugar en un pueblo mexicano donde Miguel (voz de
Anthony González) un niño de 12 años en una familia de zapateros. Debido
a que el bisabuelo abandonó a la familia hace muchos años para
convertirse en músico, se considera que la música trae consigo una
maldición por lo que "está muerta", en palabras de la abuela (Renée
Victor). Y como bien sabemos que una familia mexicana donde no exista
música es algo tan inconcebible como una sala de cine que no ofrezca
palomitas, la prohibición solo estimula el deseo de Miguel por
convertirse en músico, máxime porque el chico es un gran admirador de
Ernesto de la Cruz (Bratt) claramente inspirado en Jorge Negrete. Cuando
la abuela descubre a Miguel hablando con un mariachi, ambos se llevarán
sus buenos chanclazos por andar de "irrespetuosos".
Al llegar el Día de Muertos y con su guitarra en mano que conserva a
escondidas, Miguel buscará a su propietario y dentro del realismo mágico
mexicano, entrará junto con su perro Dante a El Mundo de los Muertos en
el cementerio Santa Cecilia, un lugar análogo donde no solo se
encontrará con De la Cruz sino también a Héctor (Gael García Bernal), un
espíritu juguetón que se encuentra atrapado en una especie de limbo y
que terminará por morir cuando sea completamente olvidado por el mundo
terrenal.
Santa Cecilia es un lugar colorido (al principio de la cinta veremos
toneladas y toneladas de papel picado) lleno de música donde la familia
y los recuerdos se conectan entre diferentes generaciones. Todo es
perfecto, excepto un detalle que no mencionaremos aquí y que es esencial
para que Miguel pueda regresar al mundo antes que termine el Día de
Muertos; de lo contrario también él se convertirá en un fiel difunto.
Por supuesto, también nos enteraremos cuál fue la verdadera razón de que
la música fuera prohibida en la familia de Miguel
No está por demás recalcar que ese "Mundo de los Muertos" en realidad
simboliza a los mexicanos que emigraron a Estados Unidos (¿a quién
sorprende que entre los paisanos de aquél lado Coco sea un impresionante
éxito de taquilla?) y que, a diferencia de otras cintas de Hollywood
donde al mexicano se le retrata como un ignorante que a sus frases en
inglés las cierra con un "sí, señor", esta película muestra respeto y
admiración por las tradiciones y la historia mexicanas.
Asimismo aquí encontraremos referencias a Frida Kahlo, a Diego Rivera, a
Pedro Infante y a la costumbre muy mexicana de darle diminutivo a todos
los sustantivos y adjetivos, ya sean una "sillita", "un momentito" y
"pásele a lo barridito", "calientito" y otros más.
Si hubiera algo que objetar a este guión, redondo por lo demás, es que
en momentos no ocurre gran cosa, que hay tramos bastante lentos y que su
duración cercana a las 2 horas la hace "un poquito" excesiva... y se nos
olvidaba, que el final es un tanto sentimentalón y busca arrancarnos la
lágrima a como dé lugar --imagínense la escena en los últimos momentos
de
Toy Story 3-- algo que sí empaña,
pero no desmerece, una de las mejores películas animadas en esta década.
En suma, Coco es un divertido largometraje al que vale asomarse.
Es de las recomendables.
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