CREHO, Centro de Restauración de Homosexuales del Perù

"Las cosas viejas pasaron, he aquì todo es hecho nuevo"

 

No son mentiras, es real, Tù puedes dejar de ser homosexual, si lo quieres.

Historia Real: David

 

Historia de David: Influenciado siempre por los amigos (parte 3)

Vi que para él era muy fácil hacerle la conversación a otros chicos dentro de una fiesta o discoteca y esa misma noche tener sexo con ellos. Al poco tiempo llegamos a ser íntimos y su modo de vivir la sexualidad fue influyendo mucho en mi tal grado que imitándolo tuve relaciones sexuales con un amigos ocasionales en muchos lugares e incluso en mi casa, escondiéndome de la vigilancia de mi madre. Puede parecer aventurero o atrevido hacer estas cosas, pero aseguro que no es para sentirse orgulloso ante nadie.

Nuestra libertad de jóvenes era extrema y para un adolescente homosexual y agradable físicamente, todas las puertas del ambiente homosexual, como las discotecas y bares, se abren de par en par. Cuando quería seducir a cualquier joven o adulto de cualquier edad lo hacía y quería salirme con mi gusto, saber que tenía el poder de decidir con quién salir y dónde hacerlo. Nunca pagué ni un trago, siempre mis eventuales acompañantes tenían que pagar si querían darse el gusto de estar conmigo. De esta manera medía cómo me deseaban y me satisfacía cuando un adulto pagaba mis gustos, mi deseo era medir mi valor para él, ¿cuánto valgo para él?, lo que esté dispuesto a gastar por mi, éso valía. Ya no sería el que pase inadvertido, si en mi casa, para mi padre no era importante y su indiferencia era la única forma en que se comunicaba conmigo, acá la comunicación sería a través de la piel y sentiría que soy muy amado, muy valorado por mi edad y belleza.

 

 

 

De el niño engreído de la casa, de inocentes ideas y de amigos de barrio que salían a buscar chicas ya no quedaba nada. El tener amigos homosexuales me abrió las puertas a una vida más licenciosa y sin respeto de mi cuerpo. La verdad es que de mi interior nacían esos deseos y presión por ser abrazado, amado, apreciado y el momento propicio lo ponían mis amigos gays, todo se confabulaba para meterme más en una vida sexual sin freno.

Tenía ganas de romper con la monotonía y el aburrimiento de vivir en un hogar donde todo era igual en años, en un barrio donde nadie sabía quién era el verdadero David y ni mi padre se acercaba como un verdadero padre hacia mi, sentía que nadie podía darme lo que me calmaba.

Hoy tengo 20 años, han pasado tres años desde que decidí hacer una vida homosexual paralela y oculta. Ya no vivo en ansiedad ni en ese nerviosismo de años atrás. Tengo otras cosas de más elevada importancia en qué pensar que en mis amigos homosexuales y tengo planes sanos para mi futuro, Es como si la furia se hubiera agotado, se le acabó la velocidad a la locura por el placer, mi familia puede seguir igual pero el cambio empieza en mi, por tomar conciencia que debo amarme, cuidarme con límites y buscar sanidad en mi vida.

A veces digo que mi rápidos años sin límites, todo lo he vivido, y que ya no me sorprende nada del ambiente homosexual, he visto gente más contrariada que otra, más alocada que otra, como si vivieran de su vida una tragicomedia, en un gran teatro de máscaras donde el protagonista es el placer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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