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La historia americana
arrastra, de hecho, un notorio desfasaje con respecto a
la del resto de la humanidad. Sabemos que, desde la
antigüedad, el Viejo Mundo ha mantenido un fluido
contacto entre sí, mas no con América, cuyo devenir
transcurrió en forma local, independiente y aislado
hasta 1492, cuando los españoles hicieron su irrupción
en el Nuevo Mundo.
Esta situación particular dificulta la aplicación del
modelo de periodización tradicional del Viejo Mundo
(Prehistoria, Historia Antigua, Media, Moderna y
Contemporánea) para ubicarnos en los acontecimientos
americanos, porque las cosas no sucedieron del mismo modo
y al mismo tiempo en cada lugar. Por ello utilizaremos un
modelo diseñado para el continente americano y que se
resume en el siguiente cuadro:
PERIODO
INDEPENDIENTE |
Subdividido
en Historias
Nacionales |
PERIODO
HISPANICO |
Colonial Pleno |
Colonial
Inicial |
Hispano
Indígena |
PERIODO
PREHISPANICO |
Neoindio |
Mesoindio |
Paleoindio |
Protoindio |
La
utilización del término-sufijo HISPANICO señala en
cada caso la presencia inicial de España en la
situación de contacto con la América indígena, en
tanto que el prefijo PRE hace referencia a un momento
temporal, indicando que lo que se analiza ha sucedido
antes del arribo de los españoles. Por su parte, el
vocablo INDEPENDIENTE indica el comienzo de las Historias
Nacionales de cada país americano.
Esta periodización trata de evitar de este modo posibles
confusiones -debido al ya mencionado desfasaje- con la
división prehistórica e histórica europea y la
separación entre sus períodos tiene en cuenta hechos de
alcance continental: la llegada de los primeros
pobladores, el Descubrimiento colombino y la declaración
de Independencia de cada una de las naciones americanas.
El inicio del período Prehispánico queda todavía
abierto, y se irá prolongando en el pasado a medida que
nuevos descubrimientos arqueológicos revelen huellas
más antiguas. Por lo pronto, aproximamos su inicio al
70.000 a.C. fecha en que fueron datados algunos restos
humanos encontrados.
La
llegada del hombre a América
La Historia americana
se inicia con la llegada de los primeros pobladores
procedentes del continente asiático a través del actual
Estrecho de Bering, hace aproximadamente 70.000 años,
cuando, por efecto del avance de los glaciares se
transformó en un puente que unió Asia y América.
Vale aclarar que, en la Era Cuaternaria, el planeta se
vio invadido por cuatro grandes glaciaciones, denominadas
en América: Nebraska, Kansas, Illinois y Wisconsin. Cada
una, pero en especial la última experimentó una serie
de avances y retrocesos antes de retirarse
definitivamente al norte.
Quedó demostrado que en ocasiones, las masas de hielo no
llegaron a cubrir totalmente el nordeste de Siberia ni
Alaska, y que por algún tiempo prolongado la cuenca del
Yukón y el valle del río Mackenzie solían quedar
despejados, siendo utilizada esta ruta por los grandes
mamíferos de la época y por los grupos de cazadores que
los perseguían para ingresar a América.
Se presume que una considerable variación climática
habría convertido en desiertos áridos a grandes zonas
asiáticas. Los animales, entonces, se desplazarían
hacia el este en busca de pastizales y tras ellos, los
cazadores iniciarían el lento avance sobre América. De
esta forma, desde 70.000 años atrás sucesivos
contingentes humanos fueron poblando el continente,
desplazándose en todas direcciones. Para el 10.000 a.C.
las cuevas patagónicas ya mostraban signos de presencia
humana y hace 6.000 años se poblaba la Tierra del Fuego.
Los testimonios
arqueológicos
A fines de la década
del '70 se dio a publicidad el hallazgo de seis
esqueletos encontrados en las proximidades de San Diego
(California, Estados Unidos), fechados en 28.000, 39.000,
44.000, 46.000 y uno de ellos en 70.000 años
respectivamente. También se encontraron restos de un
infante en Alberta (Canadá) que señalaban una
antigüedad de entre 40 y 60.000 años.
Para Sudamérica, las fechas no indican más de 10 a
12.000 años para los restos encontrados. En Lauricocha
(Perú), se excavaron once esqueletos de 8.000 años
asociados con objetos de piedra tallada, en tanto que los
hallazgos de Paracas (Perú) señalan 6.000 años.
Más luz sobre el pasado americano arroja el hallazgo de
industrias líticas prehistóricas (artefactos de piedra
tallada) generalmente asociadas con restos óseos de
animales que constituian el alimento de los antiguos
habitantes de América. Se hallaron este tipo de
yacimientos en Farmington (California, Estados Unidos),
Rock Shelter y Friesenhalm (Texas, Estados Unidos),
American Falls Reservoir (Idaho, Estados Unidos), Muaco
(Venezuela), Tequixquiac (México), Garzón (Colombia),
Pikimachay y Chivateros (Perú), en los cuales se
encontraban mezclados instrumentos líticos con huesos de
mamut, caballo fósil, camélidos, bisontes extinguidos,
gliptodontes, mastodontes, etc.
En Lewisville (Texas, Estados Unidos) los restos hallados
arrojaron 37.000 años, en tanto que en Tlapacoya
(México), 24.000 años. La antigüedad de los artefactos
encontrados en Catskill (Nueva York, Estados Unidos) ha
sido calculada en 70.000 años. Los restos arqueológicos
de las culturas Sandia, Clovis y Folsom fueron fechados
entre 15.000 y 7.000 años; Bluefish Caves (Valle del
Yukon, Alaska) arrojó 22.800 años; Old Crow Basin (65
kilómetros al sur de Bluefish Caves), 38.000 años;
Meadowcroft (Este del lago Erie), 17.600 años; Orogrande
(Nuevo México, Estados Unidos), 36.000 años.
Otros hallazgos, en Sudamérica, señalan 11.000 años
para Taima-taima (Venezuela); Monteverde, Cueva Fell y
Palli Aike (Chile) datan de 11.000 a 8.600 años.
En el territorio de la República Argentina, los restos
arqueológicos más antiguos encontrados son los de
Ampajango (provincia de Catamarca), con 12.000 años; Los
Toldos (Patagonia), 10.600 años; Intihuasi (provincia de
San Luis), 6.000 años. En la Puna se hallaron restos de
la cultura del Saladillo, de 4.000 años de antigüedad;
la Tierra del Fuego conoció sus primeras culturas hacia
el 6.000 a.C. y para el noreste argentino se calcula en
10.000 y 8.000 años la edad de algunos restos
encontrados.
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B
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Posible ruta de acceso y difusión de
los primeros pobladores de América
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Mapa con la ubicación
de algunos importantes yacimientos arqueológicos
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Restos antiguos de
bisonte junto a un proyectil tipo Folsom
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Punta de proyectil tipo Clovis
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Punta
de proyectil de estilo Folsom
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Herramienta
bifacial de estilo Ampajango
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