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De momento
esto es lo que se ofrece....lOs textOs de Grosz.
En Berlín
soplaban otros vientos. Se mantuvo la visión estética, cada
vez más desplazada por una actitud de corte anarco-nihilista, cuyo
portavoz principal era el escritor Franz Jung. El tal Jung era una figura
parecida a la de Rimbaud, una naturaleza aventurera y atrevida que no
retrocede ante nada. Se adhirió a nuestro grupo y, como era un
hombre violento, influyó de inmediato en todo el movimiento dadaísta.
Era un gran bebedor y escribía libros de un estilo difícil
de leer. Estuvo durante varias semanas en el candelero, cuando junto con
su ayudante, el marinero Knuffge, secuestró un vapor en pleno mar
Báltico, tomó rumbo a Leningrado y se lo regaló a
los rusos, en una época en que todo el mundo hablaba de la próxima
victoria de los comunistas y en Alemania la autoridad era casi inexistente.
Jung apenas sí hacía algo por sí mismo; estaba de
continuo rodeado por vasallos que le obedecían a ciegas. Cuando
estaba borracho nos disparaba con su revólver, como los cowboys
de las películas del Oeste. Se ganaba la vida ejerciendo la especialidad
de periodista de Bolsa. Llegó en una ocasión a editar él
mismo un periódico dedicado a cuestiones económicas. Era
una de las personas más inteligentes que he conocido jamás,
pero también una de las más desgraciadas.
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