21. Antropología. La creación en el Nuevo Testamento.
21. Antropología  

LA CREACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO.

La creación presenta una importante novedad en el Nuevo Testamento, y es que se insiste en la idea de creación en Cristo. La Teología de la creación presenta un marcado acento cristológico. En los sinópticos la idea de creación se está dando por supuesto, de ahí que no se insista. En Lucas, Mateo y Marcos, el mundo ha sido ya creado por Dios, es fruto de una acción divina, Mt 11, 25. Por eso el Señor es Señor del cielo y de la tierra, está por encima de todo. Se resalta además la pureza de la creación, lo bueno y lo malo salen del corazón del hombre, no del exterior. El mundo no es malo, es el hombre el que puede ser malo, Mt 4, 1. Hay en los sinópticos un rechazo a la dualidad del mundo, no existe un antagonismo entre el bien y el mal, sólo hay un Dios, al que adorarás y servirás. En los relatos de las tentaciones se ve esta realidad, lo central es el Señor. También aparece en los sinópticos Dios como providente. Se preocupa del mundo, lo atiende y cuida, y hace caer la lluvia sobre justos e injustos, Mt 5, 45; 6, 25-34 o 10, 29. La figura del creador se identifica con la del Padre, que tiene reservada esta acción.

San Pablo afirma en sus escritos, y muy claramente, que Dios es el creador de todas las cosas,1 Cor 11, 12. La creación es universal, abarca a todos, 1 Cor 10, 26. Resalta además que esa creación es fruto de la palabra de Dios, tal como indica en 2 Cor 4, 6. La salvación y la redención del mundo están relacionadas con la creación, la cosmología tiene también un papel en el misterio de salvación. Dios crea, conserva y mantiene, Rom 11, 36. Se insiste en que es posible conocer al Dios misterioso e invisible a través de las obras de la creación, idea que reforzará más tarde la noción de conocimiento y revelación natural, como así encontramos en Rom 1, 20.

No obstante, la creación tiene en Pablo un marcado carácter cristocéntrico. El apóstol de los gentiles es autor de toda una teología de la creación cuyo punto de partida es Cristo el Señor. Esto lo encontramos en 1 Cor 8, 5-6. Cristo aparece como mediador de la creación. En Col 1, 15ss, con el gran himno cristológico sobre la creación y la redención. En el primer texto descubrimos la afirmación clara y precisa del monoteísmo de Pablo. Frente a otros dioses se subraya el monoteísmo cristiano. Del padre proceden todas las cosas, en Él tiene origen la creación. Junto a la acción del Padre está la acción de Jesús, que es mediador de la creación del Padre con una idea de obra compartida entre el Padre y el Hijo. Jesús es mediador de la creación, universal y totalizador. En el texto segundo, Colosenses 1, 15ss, se presenta a Cristo como mediador de la creación. Él es imagen de Dios invisible y por Él fueron creadas todas las cosas. Dios es aquí misterioso e invisible, pero gracias a Cristo podemos ver a Dios revelado. Se menciona además a Cristo como primogénito de toda la creación, es primacía en dignidad y temporalidad, en todo. Finalmente se menciona la creación por Él y para Él, del verso 16, se refuerza así toda tentación de idolatría, nada es divino ni divinizable en el cielo y la tierra, porque todo ha sido creado por Él y para Él. Esta mediación está implicando la acción reveladora de Cristo, que es imagen de Dios invisible.

En Efesios 1, 3-14 se alude a la orientación y ordenación de todas las cosas hacia Él, el cual nos ha predestinado antes de la creación del mundo; es decir, hay un plan de redención y de salvación que pasa por Cristo. En San Pablo todas las cosas están creadas por Cristo, todo proviene por Dios, de ahí que las fuerzas de la naturaleza queden sometidas a Cristo, no teniendo el hombre nada que temer.

En la literatura Joánica hay también referencias claras a la creación de Cristo, en concreto llama la atención el prólogo del Evangelio de San Juan, donde hay una especie de paralelismo con la creación, "en el principio era el cielo y la tierra", aquí "en el principio existía la palabra". Está hablando del principio temporal del cielo y la tierra, frente a la eternidad, preexistencia y precedencia del logos. Esa palabra es divina y la personificamos en el Hijo Unigénito, que es Jesucristo. En el verso tercero está la expresión de que "todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada", se le da fuerza a la intervención de Cristo, esa palabra es creadora, es el inicio de una nueva vida que comienza. Este prólogo tiene una dimensión antropológica muy fuerte, Jesús es la luz para los hombres, sólo la frase que se repetirá en el proceso: "ecce homo", he aquí al hombre, nos hace comprender el misterio de la encarnación y salvación.

<< >>
1
Hosted by www.Geocities.ws