18. Eclesiología. Introducción a las propiedades de la Iglesia.
18. Eclesiología  

INTRODUCCIÓN A LAS PROPIEDADES DE LA IGLESIA.

En el símbolo de la fe, que nos gloriamos de profesar, decimos "creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica". Este credo, perteneciente a la Iglesia universal, es recitado tanto por Católicos, como Protestantes u Ortodoxos. Se recogió por el Magisterio en el año 381, en el Concilio de Constantinopla, pero ya estaba presente en el símbolo de San Epifanio, en el de Cirilo de Jerusalén o en el Romano, donde se mencionan alguna de las cuatro propiedades de la Iglesia: la unidad, la santidad, la catolicidad o la apostolicidad.

Estas propiedades son estudiadas y elaboradas por los cristianos de los primeros siglos. El trabajo de los Padres de la Iglesia fue de nuevo determinante por su amplitud y fidelidad a la Palabra. Son propiedades que arrancan de la Escritura, en la que nace, y se explicitaron en los primeros siglos de la fe. Esta definición aprobada fue singular frente a otros grupos heréticos o sectarios, eran una seña de identidad frente a las numerosas desviaciones de los siglos III y IV.

Desde el siglo XVII son denominadas propiedades o notas de la Iglesia porque demuestran o denotan algo de la Iglesia. Durante un tiempo fueron un elemento apologético para la comunidad Católica, frente a las discrepancias eclesiológicas con los protestantes. Hoy podemos afirmar que estas notas no son demostrativas de nada, sino que aluden a elementos externos de una vida interna de la Iglesia. Apologéticamente se trataba de explicar las notas de manera errónea. De la unidad, se extraía la uniformidad de la Iglesia, lo cual está enfrentado claramente con lo expresado por San Pablo en sus cartas. De la santidad se derivaba la sacramentalidad, lo cual podría tener algo más de relación, pero es evidentemente ir demasiado lejos en deducciones. De la catolicidad un especie de imperialismo, más acorde con el espíritu político que con el Evangelio, y finalmente, de la apostolicidad derivaban la legalidad de la Iglesia, que también es ir demasiado lejos.

Hoy las notas, desde el Concilio Vaticano II y la eclesiología elaborada y presentada por De Lubac y Congar, podemos deducir que nos muestran una realidad en dialéctica permanente, todas ellas son don para la Iglesia y tarea para los cristianos. La Iglesia es "Una", como regalo de Dios, pero corresponde al cristiano trabajar por la unidad. Es "Santa" porque Dios es Santo, pero debemos esforzarnos por ser santos los cristianos. Es "Católica" o universal, como imagen de Dios, pero es tarea de los fieles construir la universalidad de la Iglesia. Finalmente la Iglesia es "Apostólica", es fiel a la tradición de los apóstoles como don de Dios, pero corresponde a los cristianos el esfuerzo de la fidelidad.

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