18. Eclesiología. La Iglesia como Pueblo de Dios
18. Eclesiología  

LA IGLESIA COMO PUEBLO DE DIOS

La expresión pueblo de Dios se repitió numerosas veces a lo largo del Concilio Vaticano II, de hecho es el título del segundo capítulo de la LG. El origen de esta expresión está en el AT. Se utilizaba como metáfora para designar a Israel: "este pueblo es el designado por Dios y ha sido constituido como nación religiosa". Los cristianos asumen esta terminología afirmando lo mismo: que son designados, que por la acción de Cristo, todo los que creen, son y forman el nuevo Pueblo de Dios.

Esa idea de "Pueblo de Dios" mantiene una línea de continuidad con el AT, pero también hay una ruptura. En continuidad se hereda toda la tradición de Moisés, pero hay una ruptura en el NT, una distancia entre el pueblo judío, y el nuevo Pueblo de Dios que son los cristianos. Esto está presente en el NT, a lo largo de las diferentes teologías que lo componen. Sabemos que la ruptura inicial fue creciendo hasta la separación en dos religiones distintas.

La noción de pueblo, tendría un sentido más anónimo, el pueblo, la plebe; o una intención más elevada, el "populus", con su dignidad y diferencia. A esto añadimos una idea de universalidad, que no se daba en el AT. El pueblo era identificado con la raza, ahora con la fe, el nuevo pueblo de Dios es más amplio y universal, supera la barrera tribal y se abre a todas las naciones.

Con el tiempo, la palabra "pueblo" vendrá a identificarse con los súbditos frente a los dirigentes, por lo que el término perdió su vigencia en la teología. Su recuperación se debe a los teólogos del siglo XX, que en sus estudios van encontrando progresivamente la voz de "Pueblo de Dios" como muy adecuada para referirse a la Iglesia, siendo en el Vaticano II la expresión preferida de los padres conciliares.

La Iglesia, como pueblo de Dios, aporta una idea de asamblea, de grupo congregado por un mismo y único Dios. Implica además un subrayado por las personas congregadas, antes que por las instituciones o estructuras. La Iglesia no es edificio, organización ni jerarquía, sino que como Pueblo de Dios es claramente un grupo de cristianos en condiciones de igualdad a los ojos de Dios, con los mismos deberes y derechos, con la misma obligación de ser y vivir la santidad. Es decir, en Pueblo de Dios se destaca más la igualdad que la diversidad eclesial. Pueblo de Dios es además un concepto universal, abierto a todas las razas, grupos, personas. Todos los hombres y mujeres están llamados a la Iglesia, potencialmente toda la humanidad es Pueblo de Dios.

Los padres conciliares vieron con la expresión "Pueblo de Dios" un freno al excesivo triunfalismo de la Iglesia en la historia. también debe ser consciente de sus errores, fracasos y abusos. Pueblo de Dios engloba una idea de pertenencia a Dios muy fuerte, de confianza. Hoy, tras 40 años de posconcilio, tiende a olvidarse esta expresión de Pueblo de Dios, que convendría recuperar con fuerza.

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