Ciencia Ficción Perú

Editorial



La increíble y triste historia del consultor del PNUD 

(y del Ministro de Economía y Finanzas desalmado)




La ONU es una organización internacional que no sabe a quien contrata. O en todo caso, ahora sabemos que los funcionarios de dicha organización deben sus cargos a relaciones y contactos antes que a sus méritos. Todavía está fresco en el recuerdo del pueblo peruano que dos ex ministros del régimen fujimorista (Baca Campodónico y Mosqueira) son actualmente trabajadores pagados por la ONU. Es decir, profesionales que no supieron sacar al Perú del estancamiento y corrupción, brindan servicios de consultoría en la ONU.

Con esa calidad de trabajadores, ¿qué tiene de extraño que el señor X, consultor del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), traído ex profeso para emitir su opinión respecto a la conveniencia de dictar la Ley del Libro, haya afirmado que "solo los ricos compran libros en Perú, por lo que dar la Ley del Libro sería como subsidiar el consumo de un sector reducido de la población". Quizá utilizó palabras más rebuscadas, pero eso es lo que en buena cuenta dijo.

Analicemos esta afirmación. "Sólo los ricos compran libros en el Perú". ¿Entonces los escolares son ricos, los universitarios son ricos, yo soy rico por que compramos libros? ¿En lugar de presumir de tener un BMW, tendré que presumir por tener un ejemplar de "Dune" de segunda mano? Me pregunto si este consultor del PNUD se considera "rico", por que supongo que algo habrá leído para tener el cargo que tiene.

Segunda parte "Dar la Ley del Libro sería como subsidiar su consumo (de los ricos)". Es decir, que los libros sean más baratos en el Perú no beneficiaría a nadie más que a un grupo socioeconómico. Nos preguntamos cómo fundamenta este consultor del PNUD sus afirmaciones, a quiénes ha entrevistado, qué estadísticas ha consultado.

Supongamos que me pongo a averiguar cuántas librerías formales hay en el Perú. Cualquier idiota puede darse cuenta que están localizadas, en su mayoría, en Miraflores, San Isidro y Surco. Conclusión idiota: si están en distritos residenciales, entonces sólo los ricos compran libros. Pero que brillante. Solo le falta decir que los pobres son pobres por su culpa.

Entienda señor, que si los pobres no compran libros no es por incultos (¿o si?), sino por que NO GANAN LOS SUELDOS QUE PAGAN EN LA ONU. En general, mucha gente no tiene un ingreso decente, y si lo tiene, debe emplearlo en subsistir. Lamentablemente, hay gente para la cual un libro es una cosa superflua, pero  no por ignorancia, sino por carencia de medios. O díganme si un policía cuyo ingreso mensual es de S/. 600.00 (menos de 200 dólares) puede pensar en comprarse el "Criptonomicon" de Neal Stephenson.

Pero hay una tercera parte de éste análisis, y es la respuesta de nuestra sociedad a la afirmación de este consultor del PNUD: a nadie le importa un carajo que alguien afirme que en el Perú los libros sólo son consumidos por los sectores pudientes (eufemismo para decir ricos).

Lo pondré en mayúsculas: EN EL PERU, LOS LIBROS SÓLO SON CONSUMIDOS POR LOS RICOS, PERO A NADIE  LE IMPORTA.

¿Se dan cuenta de que en realidad esta afirmación es dramática? ¿Qué exceptuando a los ricos, el resto de peruanos somos una tira de analfabetos que no leen? Sería como para declarar una emergencia nacional, ¿no?

Sin embargo, ni el Ministro de Educación, ni la Comisión de Cultura, ni el Instituto Nacional de Cultura, ni los rectores de las universidades, ni los representantes de la UNESCO.... en fin, a nadie le importa que en el Perú el libro sea un objeto de lujo.

Menos que nadie, al consultor del PNUD, que es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. ¿Qué desarrollo puede tener una población alejada de los libros? A menos que el objetivo sea que el Perú proporcione a los famosos "cholos baratos". Total, para que van a leer los obreros, los vendedores ambulantes, los estibadores y los lustrabotas. Suficiente con que lea la elite.

No se si soy un alarmista, o un editor (¿?) amarillista que aún considera el acceso al libro como la solución de muchos de los problemas de nuestra pobre república. Es más, hay quienes dicen que con la Ley del Libro los precios de los libros importados no bajarían mucho en sus precios, y que la industria editorial peruana siempre hace buenos negocios aunque se queje... tales afirmaciones, que podrían ser ciertas, definitivamente merecen un debate con opiniones sostenidas. La verdadera cuestión apremiante aquí es que se ha constatado (¿o mintió el asesor del PNUD?) que gran parte de la población peruana no adquiere libros, sean baratos o caros. Ese es el problema. Quien sabe, tal vez la promulgación de la Ley del Libro no tenga ningún efecto ni en los precios de los libros, ni en la política económica que tanto defiende el actual ministro de economía y finanzas, Javier Silva Ruete.

Pero nada bueno se puede esperar de un pueblo ignorante. A ver quien me contradice.

Daniel Salvo (c) abril 2003


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