Ciencia Ficción Peru

Editorial

La (falsa) modernidad del Cono Norte de Lima



La (falsa) modernidad del Cono Norte de Lima


Al fin cambiaron las cosas. Ya no son polvorientos arenales, ya no son pueblos jóvenes o asentamientos humanos, poblados por ambulantes o invasores de tierras. El Cono Norte de Lima, definido desde el punto de vista de hábitos de consumo (léase, cuánta plata tienen), es un sector de la capital del Perú que puede igualarse a los llamados distritos tradicionales o residenciales. En efecto, un residente de Comas con automóvil último modelo, casa de tres pisos, viajes al extranjero y abultada cuenta bancaria mueve más dinero que la secretaria miraflorina que acompaña ancianos en sus horas libres para comprarse un carrito usado.

La modernidad, sea lo que signifique esa palabrita, ha llegado pues al Cono Norte. En diversos reportajes propalados por la televisión o a través de medios escritos, se nos revela la nueva cara de Lima. El símbolo más evidente de este cambio es el famoso Mega Plaza, un centro comercial (un shopping center, un mall, para decirlo en castellano).

Definitivamente, el cambio es una mejoría, e indica (según dicen los que saben) el nacimiento de una emergente clase media-alta, que ahora es objeto de atención de tiendas por departamentos como Ripley o Saga, las cuales era impensable, hasta hace poco, que instalaran algún local en el Cono Norte. Al final, el negocio está donde está la plata.

Es curioso, sin embargo, cómo superviven algunos prejuicios incluso en medio de esta modernidad. En efecto, se considera que la asimilación de hábitos de consumo iguales o similares a los de la otrora clase media-alta de Lima hace que los cholos dejen de serlo. Algo así como " si quieres ser moderno, consume como blanco". Esto último es mas bien triste: hace tiempo que las llamadas clases medio-altas de Lima han dejado de ser (si es que alguna vez lo han sido en realidad) un paradigma de cultura , buen gusto o elegancia. Estas clases podrían caracterizarse hasta hace poco por poner los equipos de sonido de sus vehículos a todo volumen, arrojar basura por las calles, copiar el estilo de vida yuppie (ya pasado de moda en USA)... Digamos que las clases emergentes asumen como modelo a las clases tradicionales en su peor momento de decadencia.

¿A dónde quiero llegar? Pues a que en realidad no va a haber ningún cambio, que los nuevos ricos del Cono Norte simplemente van a reemplazar a los mediocres ex - pitucos en su aspecto más negativo y frívolo: sus hábitos de consumo. El nuevo baremo del siglo XXI, la definición ideal del ser humano: dime qué consumes y te diré quien eres.

En este contexto, ¿qué trascendencia puede tener el hecho de que los Quispe puedan desplazar a los Osma o los Vera-Tudela? Ninguna, pues todos consumen las mismas cosas. Solo los mercaderes salen ganando.

Peor aún, (y esto es algo que a NADIE parece importarle), en todo ese novísimo y moderno emporio comercial no existe una sola librería. El Cono Norte ha igualado a los consumidores tradicionales. Hay demanda de comida chatarra, de equipos de sonido, de ropa de ocasión, de plástico y neón... ¿pero alguien quiere leer? ¿No es negocio poner una librería en el Cono Norte, por que la gente tiene plata para todo menos para los libros? ¿Tan iguales son los habitantes del Cono Norte a sus pares de otros distritos?

Yo espero equivocarme, aunque sea a mediano plazo. Quiero creer que mis vecinos son gente que crece en todo sentido, tanto material como espiritual, y que como nueva clase emergente, superará a otras clases decadentes. Quiero creer que los nuevos limeños serán ciudadanos cultos y educados y no meramente cholos con plata.

Daniel Salvo (c) Febrero de 2003

Creo correcto mencionar lo siguiente: una representante del Centro Comercial Plaza San Miguel, en la edición del domingo 9 de marzo del diario "La República", mencionó que deseaba que dicho centro comercial contara "con una buena libreria".  Ojalá no quede en deseo nomás.

Otra buena noticia: las librerías "Crisol" han surtido sus estantes con ejemplares de la colección Ultima Thule, de la editorial Anaya. Son ediciones muy cuidadas y en tapa dura, al precio increible de siete dólares (al cambio de hoy,  25 soles). El precio realmente es de escándalo (por lo bajo), pues en otras librerias el precio es mucho mayor. Ultima Thule es una colección dedicada al género fantástico clásico, con relatos y novelas como "Sangre dorada", de Jack Williamson, "La estrella azul" , de Fletcher Pratt, y otros.
 

Por fin, nuestros libreros se animaron a traer algunas novedades. Junto a la colección Ultima Thule, también se venden ejemplares editados por La Factoría de Ideas: en "Crisol" pueden encontrar "Regreso a Belzagor" de Robert Silverberg y "Necronomicon", por varios autores. En "El Virrey", exhiben "El beso de Milena" de Paul McAuley y "Nazareth Hill" de Rampsey Campbell.  Los precios oscilan entre 85 y 89 soles.




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