Editorial
El camino hacia la ciencia ficción
El camino hacia la ciencia ficción
(En esta época en
la que todos plagiamos, considero necesario decir que he plagiado el título
del presente editorial del libro publicado por
James Gunn
, “
The road to science fiction
”.)
La primera opinión que
tuve sobre la ciencia ficción era tan alienada y primitiva como
esta: que se trataba de un género nacido y desarrollado en países
anglosajones, en los que los efectos de la revolución industrial
se dejaron ver primero, y que por consiguiente, un autor no anglosajón
de ciencia ficción no sería otra cosa que un epígono
de esa ciencia ficción “original”. Así, las obras de Verne,
Wells, Bradbury, Asimov, Heinlein y demás, tarde o temprano, tendrían
su “versión vernácula”, según el país correspondiente.
Algo así como escribir De la Tierra a la Luna de Julio Verne
cambiando a los protagonistas norteamericanos y franceses por peruanos,
jamaiquinos y lapones.
Después de todo, esto
no tendría nada de malo. ¿Acaso la novela en si no ha sido
“inventada” en Europa? ¿Los versos endecasílabos o los sonetos
“pertenecen” a un país o escritor en particular? Sin contar el hecho
de que el propio idioma castellano en el que nos expresamos gran parte de
latinoamericanos tampoco es oriundo de estas tierras…
Pero hay más. Quiso el
destino que algunas personas tuviéramos algo de curiosidad (como
pudimos carecer de ella, y todos contentos) acerca de las probables creaciones
literarias (y de las otras) en el campo de la ciencia ficción, producidas
en países tan exóticos como el Perú, Guatemala, Israel
o Filipinas. Aunque para los gringos, Alemania ya es un país exótico.
En todo caso, se descubrieron cosas sorprendentes: previa y conjuntamente
al florecimiento de la ciencia ficción en Inglaterra y los Estados
Unidos (las épocas de Gernsback, Astounding y los pulps
, cuyo conocimiento son algo así como la “cultura general” del aficionado
a la ciencia ficción), existían ejemplos propios de la narrativa
de ciencia ficción.
Uno de estos ejemplos sería
la novela Lima de aquí a cien años, de J.M. del Portillo,
publicado en el Perú en 1843, cuya temática gira en torno
a un viaje en el tiempo, tomando como punto de partida 1843 para culminar
en un 1943 en el cual se ha restaurado el Imperio Incaico en el Cusco y
la ciudad de Lima está llena de telégrafos (y de arquitectura
francesa).
Ahora bien, esta novela no es
un caso aislado. Ricardo Palma refiere que en la Biblioteca Nacional del
Perú existía un manuscrito anónimo de título
bastante sugerente: Viaje al globo de la luna, fechado en 1790. Lamentablemente,
dicho manuscrito parece haberse consumido en un incendio.
Más aún, si damos
una mirada al contexto de países vecinos, encontramos también
ejemplos de narrativa de ciencia ficción que sorprenderían
a más de uno. Parece que el realismo o el realismo mágico
no han sido totems tan respetados como parecía.
Y es que aquello que origina
en un escritor la necesidad o deseo de escribir ciencia ficción
(o como se llame, ahora que vivimos en una época en la que todo
se cuestiona), está más allá de todo cálculo,
deuda, compromiso o conveniencia marketera: los autores no anglosajones
del género saben que escriben en un contexto poco favorable para
la ciencia ficción. Digamos que no es lo que se espera que escriba
un peruano, un cubano o un congoleño. De ahí que a algunos
escritores no les quede más remedio que “precisar” que algunas de
sus obras no son ciencia ficción.
Sin embargo, esos autores siempre
han estado con nosotros. En Bolivia, en Ecuador (la presente edición
de “Ciencia Ficción Perú” contiene algo de información
sobre la ciencia ficción ecuatoriana) y en todo el mundo, ha habido,
hay y habrá pronto autores que recorran el camino hacia la ciencia
ficción.
Lo menos que podemos hacer es
seguirlos.
Daniel Salvo
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