PRIMERO: Que los seis años de gobierno de José Nelson Murat Cazab se han caracterizado por el centralismo en la toma de decisiones en todos los niveles de gobierno, por una política autoritaria que alentó el enfrentamiento entre los oaxaqueños, el clientelismo, la desconfianza, el derroche de recursos públicos, la corrupción en la obra pública, el hostigamiento, estigmatización y la represión política para quienes se resistieron a su control y los supuestos hechos del llamado “atentado” hasta ahora no esclarecido; todo ello generó una fractura en el tejido social y una regresión en la vida democrática de Oaxaca. Como en otros sexenios, Oaxaca ha sido desgobernada, devastada y saqueada una y otra vez; se vive el infierno político, el empobrecimiento masivo de su población y el enriquecimiento de sus gobernantes y exgobernantes, más la ya escandalosa concentración de la riqueza en los grupos y empresas favorecidos por el muratismo.

SEGUNDO: Esta forma de hacer política del gobierno estatal, de no respetar ni reconocer los derechos de los diversos sectores sociales, de criminalizar toda clase de inconformidad y protesta, fue sistemática a lo largo de todo su sexenio; nunca la compartimos y siempre la hemos combatido y en una sociedad con alto grado de marginalidad y exclusión social como es Oaxaca, generó muchos focos rojos y el incremento de actos de violencia política y de represión que en su momento fueron denunciados y que en muchos de los casos no se ha hecho justicia, han quedado impunes, lo cual es una causa del clima de inseguridad pública en el Estado y si a esto agregamos la descomposición de las estructuras políticas del Estado, el conflicto electoral por la gobernatura de Oaxaca que todavía no se resuelve, el problema se acrecienta.

TERCERO: Entre las razones que explican este clima de inseguridad cada vez más extendido y violento, indudablemente que tienen parte de responsabilidad los gobiernos federal y local por su ineficiencia y corrupción, pero también la pobreza e injusticia que prevalecen en nuestra entidad y, mientras no se atiendan los orígenes y causas de la pobreza que explican los focos rojos en todo el territorio estatal, los estallidos sociales y las protestas seguirán siendo parte de nuestra vida cotidiana.

CUARTO: La clase en el poder, ha convertido a Oaxaca en un botín político que se están disputando actualmente las fuerzas caciquiles para controlar política y económicamente a la entidad como se demostró en las pasadas elecciones gubernamentales. Legalmente no hay un gobernador electo. Quien llegue a ocupar la gobernatura debe dedicar su tiempo al desarrollo social e integral de la entidad y no como lo hizo Murat, ya que durante seis años se dedicó a tener una disputa por el poder con el anterior Gobernador Diódoro Carrasco Altamirano para defender su cuota política y su capital económico e intereses con sus respectivos cacicazgos, que no trajo resultados positivos para todos los oaxaqueños.

QUINTO: Los maestros oaxaqueños no escapamos a la violencia ideológica y física del sistema, de grupos políticos caciquiles y de la delincuencia que realiza sus actividades ilícitas bajo la complacencia del estado. Desde la última Jornada de lucha en el mes de Mayo, el Presidente de la CEDHO, Lic. Sergio Segreste, solicitó en sus declaraciones a la prensa, la criminalización de los maestros oaxaqueños y pidió el linchamiento moral y físico en contra de los maestros, cuando llamó a la sociedad civil al enfrentamiento en contra de los trabajadores de la Educación. Durante el año que está por terminar contamos con una lista de perseguidos, amenazados, y muertos por la violencia, entre los que destacan la Profra. Jovita Soto Baena, fue asesinada en Tetela, municipio de Acatlán de Pérez Figueroa; el Profr. Serafín García Contreras, asesinado a palos por priístas en Huautla de Jiménez, el 27 de Julio y en ese mismo lugar, fue amenazado de muerte el Profr. César Peralta Rodríguez; el Profr. Demetrio Lucas Cruz asesinado el 7 de septiembre en el Istmo y Prof. Eulogio Olivera, también de esa región, fue emboscado y asesinado el 5 de septiembre; el Profesor Mario Sóstenes Lozano Camacho, fue asesinado en San Sebastián Tecomaxtlahuaca en julio, siendo presidente municipal de ese lugar; al Prof. Raúl Gatica Bautista, desde cerca de un año está siendo acosado por el gobierno estatal y en varias ocasiones se han atentado contra su vida; el Profesor Erangelio Mendoza González, ha recibido amenazas de muerte, por su participación en el proceso electoral municipal; el Profesor Inocencio Valencia Lorenzo, miembro del CES, el 15 de septiembre fue atropellado, su cuerpo permaneció varios días en el anfiteatro; el Profesor Jesús López Díaz, los priístas de Santa Cruz Amilpas, han iniciado desde el 8 de octubre una persecución en su contra y el caso mas reciente de las profesoras Elia Aragón Pérez y Josefina Pérez Luis que desaparecieron en la Sierra Norte, en cumplimento de su trabajo desde el 4 de octubre, encontrándose posteriormente sus cadáveres entre los poblados de Chinantequilla y Tonaguía, distrito de Villa Alta. Hasta el momento no tenemos respuestas claras y convincentes de estos asesinatos y amenazas contra los trabajadores de la educación.

SEXTO: Las organizaciones sociales siempre han estado en la mira de la política violenta del Estado, se vive una guerra sucia en contra de ellas, la pretensión del gobierno actual es de criminalizar toda clase de inconformidad y protesta, tal es caso de la represión perpetrada en las personas integrantes del CIPO, a quienes se mantiene todavía detenidos por el delito de luchar a favor de sus pueblos y comunidades. En la persona de las mujeres que han sido asesinadas en el Estado de Oaxaca en lo que va del año, se puede constatar el clima de violencia contra este género, las organizaciones de derechos humanos en particular, la Liga Mexicana de Los Derechos Humanos (LIMEDH) lo ha venido denunciando. El caso de la candidata del PRD en el pueblo de San José Estancia Grande en la costa oaxaqueña, muerta a balazos por el presidente municipal en funciones, de extracción priísta. A ello habría que sumar toda una larga cadena de enfrentamientos fratricidas, de violencia y muerte que se han sucedido en los últimos años: Amoltepec, Loxicha, Quetzaltepec, Agua Fría (Xochiltepec), Tanetze de Zaragoza, Unión Hidalgo; los atentados contra Héctor Sánchez, Heriberto Pazos, los asesinatos del dirigente coceísta Carlos Sánchez López, del candidato del PRD a la diputación local, Fidel Bautista, la represión contra el Sindicato de los Tres Poderes, son algunos de los casos de una larga lista. En el caso de las muertes fraticidas que se han venido sucediendo en diferentes conflictos del estado, denunciamos que solamente el gobierno y las instancias jurisdiccionales y de policía han tratado de justificar su existencia, deteniendo en forma violenta y con métodos que han violado la constitución política y los derechos humanos a personas inocentes que sufren la cárcel preventiva y la mala administración de la justicia. El caso más reciente e indignante, es el incendio de las casetas de voceadores en la capital del estado, al amparo de fuerzas desconocidas, delincuentes han cometido delitos de incendio en contra de los modestos negocios de los voceadores de Oaxaca, quienes han denunciado que ante este hecho hay beneplácito, aprobación y complacencia de algunas autoridades, y que no se ha procedido conforme a ley en contra de los responsables materiales e intelectuales de tales ilícitos.