I. FUNDAMENTACION
Ante las circunstancias actuales,
derivadas del empecinamiento del gobierno foxista de aplicar,
dogmáticamente, los dictados del Fondo Monetario Internacional
y del Banco Mundial, que imponen a la clase trabajadora de nuestro
país condiciones de vida y de trabajo cada vez más
miserables; y, ante los intentos de desmantelar las organizaciones
democráticas e independientes que el pueblo ha construido
para defender sus derechos, reivindicar sus demandas y organizar
la resistencia del pueblo, el movimiento popular no puede permitirse
dar respuesta a los embates de la burguesía a partir de
una visión superficial, desintegrada de la realidad política
que se vive, pues ello implicaría el riesgo de equívocos
en la formulación de Planes de Acción, los cuales
estarían impregnados –tanto como las acciones en
sí– de empirismo, voluntarismo y principismos. No
es ocioso, en este punto, recordar la afirmación de Lenin
en el sentido de que:
“Los hombres han sido siempre, en política, víctimas
necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán
siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas
las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas
y sociales, los intereses de una u otra clase”.
Todo lo anterior, deviene en necesidad de comprender los sucesos
que ocurren en un momento determinado, integrando los eventos
económicos, políticos, ideológicos, tanto
locales como internacionales, que permitan una explicación
objetiva y profunda del contexto en el que se desarrollan las
luchas sociales; la CNTE, en razón de sus objetivos estratégicos:
La democratización del SNTE, de la enseñanza y del
país, no puede quedar al margen de esta ingente necesidad
de analizar los fenómenos que dan contexto y condicionan
su lucha democratizadora. Por ello, en el apartado siguiente se
dan algunos elementos de la situación económica,
política y social nacional e internacional de nuestros
días.
II. DESARROLLO DEL TEMA
A. INTERNACIONAL
En lo que va del presente siglo, podemos afirmar con toda certeza
que la humanidad arrastró hasta él las peores consecuencias
de la contradicción capital-trabajo, que el esplendor de
las grandes potencias se sustenta tanto en el dominio de sus pueblos
como sobre el resto de países sometidos. Que los beneficios
de la compleja internacionalización del ciclo de reproducción
del capital –globalización y su expresión
ideológica en economía: el neoliberalismo–
recaen en las superpotencias y en sus empresas, sumiendo cada
vez más a grandes masas populares en la marginación
y la miseria.
Las relaciones de riqueza entre explotados y explotadores se han
extrapolado, basta constatar el hecho de que los tres magnates
mayores –de quienes sus equivalentes en México serían
Carlos Slim, Alfredo Harp Helú y Roberto González
Barrera– sobre la faz de la tierra mantienen una riqueza
comparable a los recursos con que cuentan los 600 millones de
seres humanos más pobres, los monopolios transnacionales
se levantan como las grandes sociedades dueñas del mundo,
la relación de riqueza entre imperios y países sometidos
es de 82 a 1, las grandes familias de magnates a principios del
S. XX se mantienen en los inicios del S. XXI.
Los imperialistas refuerzan, día con día, las formas
del neocolonialismo para seguir enriqueciéndose a costa
de los pueblos del mundo, impulsan el desarrollo de las fuerzas
productivas no para mejorar las condiciones de vida de la humanidad
en general, sino para incrementar sus ganancias a costa de una
mayor explotación de la mano de obra.
Hoy en día aún con el restablecimiento de las potencias
europeas, la hegemonía estadounidense es indiscutible,
las transnacionales y los grandes bancos yanquis, en primer lugar,
junto con las oligarquías nacionales, detentan el control
en todos los órdenes de la vida, el dominio monopólico
– organizativo, político, económico, militar
e ideológico– estadounidense tiene una mayor cobertura
mundial, su complejo industrial es el más basto, su disposición
de capitales tiene la nota más alta y con un amplio margen
de maniobra con respecto a sus competidores. La hegemonía
estadounidense ha buscado legitimarse en instituciones y mecanismos
internacionales que se definen a sí mismos de “cooperación
mundial”, contando con el consenso de las demás potencias.
Las políticas neoliberales han demostrado ser mecanismos
de aceleración de la crisis, tienden a hacer más
aguda la especulación financiera y arruinar las industrias
nacionales. Encaminadas, especialmente, a descargar todas las
consecuencias en las masas trabajadoras, no son políticas
para salir de las crisis, sino para pasar la factura completamente
a los pueblos, como lo vimos en nuestro país con las privatizaciones,
en Ecuador con el paquetazo, en Argentina con el ajuste del gasto
en contra del pueblo, algo que de nueva cuenta ya vemos aproximarse
en nuestro país con las “reformas estructurales”
antipopulares del foxismo, fiel lacayo de las oligarquías
internacionales.
En medio de esta ofensiva del capitalismo, las luchas de clases
crecen por todo el mundo tomando envergaduras regional-continentales
que reclaman una base organizativa de la clase trabajadora.
En el mundo entero, la actividad de lucha de las masas se incrementa
de día en día, la clase obrera en todo el orbe,
envía sus luces de protesta y reclama hacer su propia historia
consciente, la clase obrera está llamada a ser junto al
campesinado y sectores populares el gran sepulturero tanto de
la monstruosidad imperialista yanqui como de la europea.
B. NACIONAL
En medio de una enorme crisis de credibilidad en los partidos
políticos electoreros, que da cuenta de la colosal descomposición
ética y política de las esferas de poder en nuestro
país, el presente año se significará, entre
otras cosas, por una apretadísima agenda electoral; ésta
constituirá el escenario en el que los diferentes sectores
de la burguesía y la pequeña burguesía tendrán
que dirimir sus diferencias en el terreno electoral, de tal manera
que el Estado, siga siendo, según la expresión marxista
la “junta de gobierno que administra los intereses de la
burguesía”. Sin embargo, como apuntamos al inicio,
el panorama para la comedia electoral que pondrá en escena
el régimen foxista y los corifeos de los partidos electoreros,
cada día más se tiñe con el gris de la corrupción,
de la falta de ética política y del desprestigio
ante la sociedad de nuestro país
Desde luego, esto no es todo, la podredumbre del sistema económico,
político y social capitalista tiene mucho más y
esto, lo seguirán aprovechando las distintas facciones
burguesas y pequeño burguesas para darse golpes bajos intra,
inter y extra partidarios que serán el pan de cada día,
con las manos metidas de todos los niveles de gobierno, de la
oligarquía financiera y la jerarquía católica.
Por todo lo anterior y ante lo inminente de la profundización
de la crisis económica, política y social, se les
presenta como urgente darle una remozada al sistema de partidos
y a la “democracia” electoral; desde luego, sin poner
en riesgo ni un ápice del dominio de los monopolios y del
imperialismo.
En medio de esta situación, es pertinente señalar
el papel que desempeñan, en lo ideológico, los medios
masivos de comunicación –en manos de la burguesía–
al desinformar y enajenar al pueblo mexicano, distrayéndole
de los asuntos trascendentales para el futuro de la sociedad mexicana.
En lo económico, a casi cuatro años de foxismo,
es evidente: la política económica del régimen,
no cumple las expectativas que ofreció en sus inicios,
que el aparato económico sigue funcionando bajo la óptica,
la mecánica y las acciones de los gobiernos anteriores,
fundamentándose en discursos de orden político;
dejando muy lejos las promesas de no incrementar los impuestos,
de mantener en propiedad de la nación al sector energético,
así como la gran promesa de desarrollo al 7% de la economía
nacional. Al contrario de las promesas en campaña y de
los días iniciales de su gobierno, ha centrado su política
económica en sus intentos por seguir fielmente los dictados
de los organismos financieros internacionales, de manera específica
en las llamadas reformas estructurales: Hacendaria, Energética,
Laboral y del sistema de Seguridad Social y Pensionario. En el
caso específico de este último, tenemos un claro
ejemplo de lo que se pretende en los intentos de imponer el Proyecto
de Reforma al Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP)
del IMSS, por el que se intentan modificaciones sustanciales y
altamente lesiva a los derechos contractuales de los trabajadores;
así en los requisitos para pensionarse se pretende establecer:
60 años de edad y una antigüedad en el servicio de
35 años; cambios en el monto de la pensión, con
cargo a la cuenta individual del trabajador obligándolo
a registrarse en la AFORE que elija a su “conveniencia”,
implicándole una aportación de 2/3 partes de su
pensión; en relación al pago del aguinaldo se propone
sea del 10% en lugar de 25% que se percibe actualmente; para los
montos de la pensión se plantea en forma encubierta que
se hará conforme lo marque la Ley del Seguro Social, no
especificando si afecta al ser modificada y pone en riesgo la
posibilidad de los incrementos que puedan recibir los trabajadores
en activo; en cuanto a las aportaciones al Régimen de Jubilaciones
y Pensiones, se propone aumentar del 3% al 6% en el primer año
de la reforma, lo que significa de entrada aumento del 100% de
lo aportado, más incrementos del 1% cada año hasta
llegar al 15%, para los activos, pero para los pensionados, se
pretende que el aumento alcance hasta el 25%.
En lo que se refiere a la Reforma Energética no tiene otra
finalidad más que la de legalizar la apertura del sector
a la inversión privada, es decir, entregar los recursos
y las empresas de esta área estratégica (PEMEX,
CFE y LyFC) a la oligarquía financiera internacional, para
ello han avanzado a pasos agigantados al descapitalizar a PEMEX
para “demostrar” a las masas la necesidad privatizadora
como panacea al progreso del país, pero a pesar de este
proceder, lo que demuestran es absolutamente lo contrario: 1.-
La supeditación de los intereses de las masas y aún
de un sector de la burguesía a los intereses del imperialismo,
2.- Su esquirolaje frente a otros países productores de
petróleo, 3.- Su disposición a que una junta internacional
de burgueses administre el país en su beneficio exclusivo,
4.- Su disposición a hipotecar el petróleo del país
con cualquier pretexto, sin la menor vergüenza, 5.- La defensa
de los intereses de 26 monopolios nacionales, 6.- La garantía
de inversión internacional en petroquímica, por
lo pronto y ante el fracaso de sus intentos por legalizarla a
través del Congreso de la Unión, por medio de los
contratos de servicios múltiples, 7.- El acceso a la exploración
de las petroleras internacionales en los mares de México,
8.- La integración de la producción petrolera al
complejo industrial norteamericano desde ya.
Bajo esa misma lógica caminan las ambiciones expansionistas
del imperialismo yanqui en su pretensión de hacer del sureste
de México, y toda Centroamérica, una enorme zona
de libre comercio –en un paso más hacia el ALCA–
a través del llamado Plan Puebla Panamá, mediante
el cual intenta apropiarse de los recursos naturales del área
(agua, petróleo, minerales, maderas preciosas y la rica
biodiversidad de la región) que serían entregados
al sector privado, en particular a las corporaciones transnacionales.
Este proyecto traerá a las masas trabajadoras del estado
un empeoramiento de sus salarios y a los no asalariados más
empobrecimiento de sus condiciones de vida y de trabajo, deterioro
del medio ambiente y mayores violaciones a los derechos humanos.
El Plan Puebla Panamá constituye, además, una artimaña
ingeniosa para canalizar cuantiosos recursos públicos hacia
proyectos de infraestructura ya que, en la perspectiva de mejorar
las ganancias corporativas se deben garantizar al capital transnacional:
Los requerimientos de infraestructura.
Salvaguardas para la inversión privada (repatriación
de ganancias, eliminación de requerimientos de contenido
nacional, etc.)
Reprimir el empeño de la gente por defender sus tierras
ancestrales, sus derechos laborales y conservar otros valores
sociales.
La apropiación de extensiones territoriales para establecer
bases militares extranjeras que protejan los intereses del capitalismo.
En la lógica voraz del imperialismo se pretende hacer compatibles
e interconectadas las redes eléctricas de Centroamérica
y México, vinculado la capacidad de generación hidroeléctrica
de la región con la red eléctrica de Estados Unidos,
a través del SIEPAC, (Sistema de Integración Eléctrica
para los Países de América Central), que con una
inversión de US$405 millones pretende mejorar la capacidad
de generación y transmisión de electricidad, para
canalizar una parte de ella a las empresas maquiladoras y conservar
que se establezca en la zona.
Entonces, resulta fundamental para la clase obrera y el pueblo
en general la construcción de sus frentes de lucha, es
fundamental que el movimiento de masas en nuestro país
y en América Latina siga marchando en torno a la acumulación
de fuerzas, abanderando la lucha antiimperialista, afirmando las
tareas revolucionarias y desenmascarando los intereses de la burguesía
nacional y los imperialistas, superando las derrotas para levantar
de nueva cuenta sus banderas a través de sus amplias manifestaciones,
de la huelga general y de todas sus formas de movilización
hasta la insurrección general.
La CNTE no debe perder de vista la esencia de clase de los procesos
electorales en ciernes, tanto por lo que local y nacionalmente
pretende la oligarquía, como también por el impacto
que estos procesos tienen en la lucha cotidiana de la clase obrera,
del pueblo en general, y, particularmente en el movimiento democrático
del magisterio, ya que –con toda seguridad– los personeros
de la burguesía al interior del movimiento tratarán
de enchufar a la CNTE al carro de sus intereses electorales.
III. PROPUESTAS
Consideramos que estos elementos configuran
el escenario actual en el que la CNTE deberá desplegar
sus esfuerzos. Que propuestas específicas en cuanto a su
estructura organizativa, accionar concreto, planteamiento de demandas,
etc., serán materia de una discusión y análisis
profundo en las mesas respectivas; sin embargo, consideramos pertinente
insistir en que la actual situación económica, política
y social de nuestro pueblo, nos obliga a buscar la unidad y organización
de todos los explotados y oprimidos y reconocer que en nuestro
país, en el marco de los procesos electorales burgueses,
no existe una organización política de partido que
defienda los intereses del pueblo trabajador, la CNTE debe recuperar
el papel revolucionario de los sindicatos y traducir a la práctica
sus postulados teóricos que conformen un proyecto de nación
contrario al de los gobiernos neoliberales.
México, D.F. a 1°
de mayo de 2004.
FRATERNALMENTE
“POR LA EDUCACIÓN AL SERVICIO DEL PUEBLO”
“UNIDOS Y ORGANIZADOS VENCEREMOS”
SECCION XXII (SNTE-CNTE)