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VII CONGRESO NACIONAL ORDINARIO DE LA CNTE. Ponencias de la Sección XXII

TEMA 1. SITUACIÓN ECONÓMICA, POLÍTICA Y SOCIAL EN EL CONTEXTO NACIONAL E INTERNACIONAL.


I. FUNDAMENTACION

Ante las circunstancias actuales, derivadas del empecinamiento del gobierno foxista de aplicar, dogmáticamente, los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que imponen a la clase trabajadora de nuestro país condiciones de vida y de trabajo cada vez más miserables; y, ante los intentos de desmantelar las organizaciones democráticas e independientes que el pueblo ha construido para defender sus derechos, reivindicar sus demandas y organizar la resistencia del pueblo, el movimiento popular no puede permitirse dar respuesta a los embates de la burguesía a partir de una visión superficial, desintegrada de la realidad política que se vive, pues ello implicaría el riesgo de equívocos en la formulación de Planes de Acción, los cuales estarían impregnados –tanto como las acciones en sí– de empirismo, voluntarismo y principismos. No es ocioso, en este punto, recordar la afirmación de Lenin en el sentido de que:
“Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”.
Todo lo anterior, deviene en necesidad de comprender los sucesos que ocurren en un momento determinado, integrando los eventos económicos, políticos, ideológicos, tanto locales como internacionales, que permitan una explicación objetiva y profunda del contexto en el que se desarrollan las luchas sociales; la CNTE, en razón de sus objetivos estratégicos: La democratización del SNTE, de la enseñanza y del país, no puede quedar al margen de esta ingente necesidad de analizar los fenómenos que dan contexto y condicionan su lucha democratizadora. Por ello, en el apartado siguiente se dan algunos elementos de la situación económica, política y social nacional e internacional de nuestros días.

II. DESARROLLO DEL TEMA

A. INTERNACIONAL

En lo que va del presente siglo, podemos afirmar con toda certeza que la humanidad arrastró hasta él las peores consecuencias de la contradicción capital-trabajo, que el esplendor de las grandes potencias se sustenta tanto en el dominio de sus pueblos como sobre el resto de países sometidos. Que los beneficios de la compleja internacionalización del ciclo de reproducción del capital –globalización y su expresión ideológica en economía: el neoliberalismo– recaen en las superpotencias y en sus empresas, sumiendo cada vez más a grandes masas populares en la marginación y la miseria.
Las relaciones de riqueza entre explotados y explotadores se han extrapolado, basta constatar el hecho de que los tres magnates mayores –de quienes sus equivalentes en México serían Carlos Slim, Alfredo Harp Helú y Roberto González Barrera– sobre la faz de la tierra mantienen una riqueza comparable a los recursos con que cuentan los 600 millones de seres humanos más pobres, los monopolios transnacionales se levantan como las grandes sociedades dueñas del mundo, la relación de riqueza entre imperios y países sometidos es de 82 a 1, las grandes familias de magnates a principios del S. XX se mantienen en los inicios del S. XXI.
Los imperialistas refuerzan, día con día, las formas del neocolonialismo para seguir enriqueciéndose a costa de los pueblos del mundo, impulsan el desarrollo de las fuerzas productivas no para mejorar las condiciones de vida de la humanidad en general, sino para incrementar sus ganancias a costa de una mayor explotación de la mano de obra.
Hoy en día aún con el restablecimiento de las potencias europeas, la hegemonía estadounidense es indiscutible, las transnacionales y los grandes bancos yanquis, en primer lugar, junto con las oligarquías nacionales, detentan el control en todos los órdenes de la vida, el dominio monopólico – organizativo, político, económico, militar e ideológico– estadounidense tiene una mayor cobertura mundial, su complejo industrial es el más basto, su disposición de capitales tiene la nota más alta y con un amplio margen de maniobra con respecto a sus competidores. La hegemonía estadounidense ha buscado legitimarse en instituciones y mecanismos internacionales que se definen a sí mismos de “cooperación mundial”, contando con el consenso de las demás potencias.
Las políticas neoliberales han demostrado ser mecanismos de aceleración de la crisis, tienden a hacer más aguda la especulación financiera y arruinar las industrias nacionales. Encaminadas, especialmente, a descargar todas las consecuencias en las masas trabajadoras, no son políticas para salir de las crisis, sino para pasar la factura completamente a los pueblos, como lo vimos en nuestro país con las privatizaciones, en Ecuador con el paquetazo, en Argentina con el ajuste del gasto en contra del pueblo, algo que de nueva cuenta ya vemos aproximarse en nuestro país con las “reformas estructurales” antipopulares del foxismo, fiel lacayo de las oligarquías internacionales.
En medio de esta ofensiva del capitalismo, las luchas de clases crecen por todo el mundo tomando envergaduras regional-continentales que reclaman una base organizativa de la clase trabajadora.
En el mundo entero, la actividad de lucha de las masas se incrementa de día en día, la clase obrera en todo el orbe, envía sus luces de protesta y reclama hacer su propia historia consciente, la clase obrera está llamada a ser junto al campesinado y sectores populares el gran sepulturero tanto de la monstruosidad imperialista yanqui como de la europea.

B. NACIONAL

En medio de una enorme crisis de credibilidad en los partidos políticos electoreros, que da cuenta de la colosal descomposición ética y política de las esferas de poder en nuestro país, el presente año se significará, entre otras cosas, por una apretadísima agenda electoral; ésta constituirá el escenario en el que los diferentes sectores de la burguesía y la pequeña burguesía tendrán que dirimir sus diferencias en el terreno electoral, de tal manera que el Estado, siga siendo, según la expresión marxista la “junta de gobierno que administra los intereses de la burguesía”. Sin embargo, como apuntamos al inicio, el panorama para la comedia electoral que pondrá en escena el régimen foxista y los corifeos de los partidos electoreros, cada día más se tiñe con el gris de la corrupción, de la falta de ética política y del desprestigio ante la sociedad de nuestro país
Desde luego, esto no es todo, la podredumbre del sistema económico, político y social capitalista tiene mucho más y esto, lo seguirán aprovechando las distintas facciones burguesas y pequeño burguesas para darse golpes bajos intra, inter y extra partidarios que serán el pan de cada día, con las manos metidas de todos los niveles de gobierno, de la oligarquía financiera y la jerarquía católica. Por todo lo anterior y ante lo inminente de la profundización de la crisis económica, política y social, se les presenta como urgente darle una remozada al sistema de partidos y a la “democracia” electoral; desde luego, sin poner en riesgo ni un ápice del dominio de los monopolios y del imperialismo.
En medio de esta situación, es pertinente señalar el papel que desempeñan, en lo ideológico, los medios masivos de comunicación –en manos de la burguesía– al desinformar y enajenar al pueblo mexicano, distrayéndole de los asuntos trascendentales para el futuro de la sociedad mexicana.
En lo económico, a casi cuatro años de foxismo, es evidente: la política económica del régimen, no cumple las expectativas que ofreció en sus inicios, que el aparato económico sigue funcionando bajo la óptica, la mecánica y las acciones de los gobiernos anteriores, fundamentándose en discursos de orden político; dejando muy lejos las promesas de no incrementar los impuestos, de mantener en propiedad de la nación al sector energético, así como la gran promesa de desarrollo al 7% de la economía nacional. Al contrario de las promesas en campaña y de los días iniciales de su gobierno, ha centrado su política económica en sus intentos por seguir fielmente los dictados de los organismos financieros internacionales, de manera específica en las llamadas reformas estructurales: Hacendaria, Energética, Laboral y del sistema de Seguridad Social y Pensionario. En el caso específico de este último, tenemos un claro ejemplo de lo que se pretende en los intentos de imponer el Proyecto de Reforma al Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) del IMSS, por el que se intentan modificaciones sustanciales y altamente lesiva a los derechos contractuales de los trabajadores; así en los requisitos para pensionarse se pretende establecer: 60 años de edad y una antigüedad en el servicio de 35 años; cambios en el monto de la pensión, con cargo a la cuenta individual del trabajador obligándolo a registrarse en la AFORE que elija a su “conveniencia”, implicándole una aportación de 2/3 partes de su pensión; en relación al pago del aguinaldo se propone sea del 10% en lugar de 25% que se percibe actualmente; para los montos de la pensión se plantea en forma encubierta que se hará conforme lo marque la Ley del Seguro Social, no especificando si afecta al ser modificada y pone en riesgo la posibilidad de los incrementos que puedan recibir los trabajadores en activo; en cuanto a las aportaciones al Régimen de Jubilaciones y Pensiones, se propone aumentar del 3% al 6% en el primer año de la reforma, lo que significa de entrada aumento del 100% de lo aportado, más incrementos del 1% cada año hasta llegar al 15%, para los activos, pero para los pensionados, se pretende que el aumento alcance hasta el 25%.
En lo que se refiere a la Reforma Energética no tiene otra finalidad más que la de legalizar la apertura del sector a la inversión privada, es decir, entregar los recursos y las empresas de esta área estratégica (PEMEX, CFE y LyFC) a la oligarquía financiera internacional, para ello han avanzado a pasos agigantados al descapitalizar a PEMEX para “demostrar” a las masas la necesidad privatizadora como panacea al progreso del país, pero a pesar de este proceder, lo que demuestran es absolutamente lo contrario: 1.- La supeditación de los intereses de las masas y aún de un sector de la burguesía a los intereses del imperialismo, 2.- Su esquirolaje frente a otros países productores de petróleo, 3.- Su disposición a que una junta internacional de burgueses administre el país en su beneficio exclusivo, 4.- Su disposición a hipotecar el petróleo del país con cualquier pretexto, sin la menor vergüenza, 5.- La defensa de los intereses de 26 monopolios nacionales, 6.- La garantía de inversión internacional en petroquímica, por lo pronto y ante el fracaso de sus intentos por legalizarla a través del Congreso de la Unión, por medio de los contratos de servicios múltiples, 7.- El acceso a la exploración de las petroleras internacionales en los mares de México, 8.- La integración de la producción petrolera al complejo industrial norteamericano desde ya.
Bajo esa misma lógica caminan las ambiciones expansionistas del imperialismo yanqui en su pretensión de hacer del sureste de México, y toda Centroamérica, una enorme zona de libre comercio –en un paso más hacia el ALCA– a través del llamado Plan Puebla Panamá, mediante el cual intenta apropiarse de los recursos naturales del área (agua, petróleo, minerales, maderas preciosas y la rica biodiversidad de la región) que serían entregados al sector privado, en particular a las corporaciones transnacionales.
Este proyecto traerá a las masas trabajadoras del estado un empeoramiento de sus salarios y a los no asalariados más empobrecimiento de sus condiciones de vida y de trabajo, deterioro del medio ambiente y mayores violaciones a los derechos humanos.
El Plan Puebla Panamá constituye, además, una artimaña ingeniosa para canalizar cuantiosos recursos públicos hacia proyectos de infraestructura ya que, en la perspectiva de mejorar las ganancias corporativas se deben garantizar al capital transnacional:
Los requerimientos de infraestructura.
Salvaguardas para la inversión privada (repatriación de ganancias, eliminación de requerimientos de contenido nacional, etc.)
Reprimir el empeño de la gente por defender sus tierras ancestrales, sus derechos laborales y conservar otros valores sociales.
La apropiación de extensiones territoriales para establecer bases militares extranjeras que protejan los intereses del capitalismo.
En la lógica voraz del imperialismo se pretende hacer compatibles e interconectadas las redes eléctricas de Centroamérica y México, vinculado la capacidad de generación hidroeléctrica de la región con la red eléctrica de Estados Unidos, a través del SIEPAC, (Sistema de Integración Eléctrica para los Países de América Central), que con una inversión de US$405 millones pretende mejorar la capacidad de generación y transmisión de electricidad, para canalizar una parte de ella a las empresas maquiladoras y conservar que se establezca en la zona.
Entonces, resulta fundamental para la clase obrera y el pueblo en general la construcción de sus frentes de lucha, es fundamental que el movimiento de masas en nuestro país y en América Latina siga marchando en torno a la acumulación de fuerzas, abanderando la lucha antiimperialista, afirmando las tareas revolucionarias y desenmascarando los intereses de la burguesía nacional y los imperialistas, superando las derrotas para levantar de nueva cuenta sus banderas a través de sus amplias manifestaciones, de la huelga general y de todas sus formas de movilización hasta la insurrección general.
La CNTE no debe perder de vista la esencia de clase de los procesos electorales en ciernes, tanto por lo que local y nacionalmente pretende la oligarquía, como también por el impacto que estos procesos tienen en la lucha cotidiana de la clase obrera, del pueblo en general, y, particularmente en el movimiento democrático del magisterio, ya que –con toda seguridad– los personeros de la burguesía al interior del movimiento tratarán de enchufar a la CNTE al carro de sus intereses electorales.

III. PROPUESTAS

Consideramos que estos elementos configuran el escenario actual en el que la CNTE deberá desplegar sus esfuerzos. Que propuestas específicas en cuanto a su estructura organizativa, accionar concreto, planteamiento de demandas, etc., serán materia de una discusión y análisis profundo en las mesas respectivas; sin embargo, consideramos pertinente insistir en que la actual situación económica, política y social de nuestro pueblo, nos obliga a buscar la unidad y organización de todos los explotados y oprimidos y reconocer que en nuestro país, en el marco de los procesos electorales burgueses, no existe una organización política de partido que defienda los intereses del pueblo trabajador, la CNTE debe recuperar el papel revolucionario de los sindicatos y traducir a la práctica sus postulados teóricos que conformen un proyecto de nación contrario al de los gobiernos neoliberales.

 

México, D.F. a 1° de mayo de 2004.

FRATERNALMENTE
“POR LA EDUCACIÓN AL SERVICIO DEL PUEBLO”
“UNIDOS Y ORGANIZADOS VENCEREMOS”
SECCION XXII (SNTE-CNTE)

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