Después del Combate de Iquique, el almirante Don Miguel Grau, al mando de su gloriosa nave, el Monitor "Huáscar", realizó hasta comienzos de octubre prodigiosas hazañas, formidables proezas, que se tradujeron en la captura de barcos, bombardeos de puertos y diarios combates con fuerzas superiores, lo que le permitió ejercer el dominio del mar en la región sur del Perú. Ello produjo además el desconcierto y el pánico en la poderosa escuadra chilena, a la vez que paralizó, por espacio de varios meses, el desarrollo de la contienda.

Tan brillante trayectoria del Almirante Grau provocó una profunda indignación en el pueblo chileno y precipitó, a su vez, la caída del Ministro de Guerra y la destitución del jefe de la Escuadra. El nuevo comandante recibió estrictas ordenes de movilizar sus naves para dar caza al legendario monitor "Huáscar". Contaron para ello los chilenos, con los planos de su construcción, los que le fue proporcionados por la armada inglesa, los mismos que facilitaron su captura al conocer por medio de ellos los puntos vulnerables de la nave (los chilenos habían prometido a los ingleses una negociación).

"El "Huáscar" rompiendo los fuegos, disparó el primer cañonazo contra el "Cochrane", a las cinco y cuatro. Mediaba entre los dos buques una distancia de tres mil yardas. El primer tiro blindado quedó corto; lo mismo sucedió con el segundo y el tercero, pero el cuarto surtió efecto. Hasta este momento el "Cochrane" no había hecho un solo tiro, hasta que rompiendo sus fuegos mantuvo un vivo cañoneo hasta el fin del combate. La torre del "Huáscar" se manejaba a mano y no a vapor. El cuarto disparo del blindado chileno chocó contra la torre, que por un momento entorpeció su manejo; los combatientes habían estrechado la distancia considerablemente y Grau arremetió con el espolón contra el enemigo; pero el "Cochrane" que tenía doble hélice, pudo fácilmente evadir el choque virando sobre la mitad del espacio que hubiera requerido el "Huáscar". Otras tentativas con igual objetivo fueron igualmente infructuosas. Los buques llegaron a aproximarse hasta cien yardas el uno del otro, manteniendo ambos un vivísimo fuego de ametralladora y fusilería. A las nueve y cincuenta y cinco minutos, media hora después de haber empezado el combate, una bomba del Cochrane" chocó contra la torre del comandante del "Huáscar" que haciendo explosión lo voló en mil pedazos, se llevó consigo al Almirante y a los que allí habían. Después solo pudo encontrarse una de las piernas de Grau. Luchó y murió en Punta Angamos como gran héroe. Sus hechos gloriosos nunca los olvidará el Perú y la historia de su patria lo recordará siempre como el "Héroe de Angamos". Hasta el momento de la fatal explosión el "Huáscar" había luchado con arrojo y con pericia, y solo pocos de los disparos de ambos lados surtieron buen efecto.

"A las once, hora y media después de comenzado el combate, una bala chilena derribó la bandera del "Huáscar"; de l93 tripulantes que tuvo este buque al comenzar la acción, cayeron 64 entre muertos y heridos.

El "Cochrane" disparó sus cañones 64 veces y el "Blanco Encalada" 31. De todos estos, 24 dieron en el "Huáscar" y los proyectiles que, perforando la coraza, reventaban en el interior del buque probaron la insuficiencia de su blindaje. El "Huáscar" hizo 40 disparos con suma rapidez, pero muy pocos fueron certeros debido a que Le faltaba precisión a sus artilleros.

El Huáscar, pabellón peruano en los mares del sur

El "Huáscar", monitor de antigua construcción, con un delgado blindaje y que fácilmente era perforado por las balas enemigas, hacía frente a dos blindados de gruesas e impenetrables corazas, dotados de doble hélice, con ametralladoras Nordenfelts; muy superiores en tamaño y calibre y con mayor número de tripulantes; también hacía frente a cuatro buques más de madera.

En estas circunstancias el "Huáscar", afectado por serias averías, comenzó a ser hundido por su propia tripulación, por orden del Teniente Pedro Gárezon, pero advertidos los chilenos procedieron luego a abordarlo, siendo, seguidamente tomado como trofeo de guerra.

Las ventajas estaban todas del lado de los chilenos, que tenían una superioridad aplastante. Esta heroica acción de Grau y de sus compañeros es de lo más glorioso que se registra. es el brillante episodio de una denodada lucha aceptada por los peruanos en defensa de su patria".