El verso con métrica y rima

directorio

Inicio
 
Por qué esta web
 
Antologías selectas
 
Listado general
 
Novedades
 
Enlaces
 
Más poesía
 
Reglas de la poesía
 

Auténtica Poesía  --- LOGO ---

 

    JOSÉ LUIS  MEJÍA   

pa ir patrás subir un nivel

portada

 comentarios a su obra

DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra 1

su obra 2

su obra 3

su obra 4

                             SU OBRA 2        

En esta página encontrarás las siguientes poesías:

    SIEMPRE HACIA EL SUR


1

Siempre hacia el Sur estuvo la riqueza
la esperanza del hombre y su avaricia
su tentación su espejo su codicia
su momento ritual y su bajeza.

Siempre hacia el Sur estuvo la pureza
la célebre estación de tu primicia
tu fábula de sal y tu caricia
tu semilla fecunda y tu certeza.

Al Sur está la siembra que te falta
al Sur está el momento y el instante
al Sur la inmensa duda que te asalta.

Al Sur espera cómplice y brillante
la inmensa Cruz del Sur —la luz más alta—
tu signo tu respuesta tu levante.


2

Hay en el comedor sueños perdidos
en la cocina hay hambre y en la sala
una alfombra que piensa y que resbala
en el gran carrusel de los vestidos.

Empiezo por los techos abatidos
por la blanca pared que me acorrala
por el ardiente suelo que me jala
al corredor sin fin de tus sentidos.

Hay una luz inmensa si me esperas
navego por tu sed si me acompañas
en mi cuerpo germinan tus fronteras.

Empiezo a deshacer mis telarañas
empiezo a cabalgar en tus riberas
empiezo a sonreír cuando me extrañas.


3

Construyo un puente para tu venida
en el agua infinita de la espera
en el solo rincón donde la fiera
está de tanta flor como dormida.

Camino entre mis llagas y tu herida
piso tus nieves por salvar mi hoguera
en tus espacios busco la manera
de cosechar la fe que no se olvida.

Hay una torre un Dios un crucifijo.
Hay un alfil un mar y un bucanero.
Hay ocho tentaciones. Un cobijo.

Un martillo una espada y un herrero.
Un sabor un saber un acertijo.
Un resto de la aurora en que te quiero.


4

Dibujo tus palabras en un lienzo
y grabo tu mirada en la memoria
escribo nuestra historia sin historia
y vuelvo una vez más hasta el comienzo.

Venzo a mi sangre y a mis ojos venzo
empeño mis tristezas y mi euforia
de tanto enamorarme de la gloria
me extravié del amor y me avergüenzo.

Se me duerme la noche a tu deriva
se me quiebran los dedos sin tus manos
sin tus labios se amarga mi saliva.

Dibujo tus espigas y tus granos
retrato tu mirada pensativa
y pinto con mis sombras en tus llanos.




  VOLVER...  ¿Y PARA QUÉ?


1

Volver... ¿y para qué? Para morirme.
Para vestir de nuevo esta rutina.
Para comprar el último periódico
que ignora —como siempre— tu noticia.

Volver... ¿y para qué? Para quedarme.
Para sembrar migajas de alegría.
Para mezclarme lágrimas del prójimo
con las piezas más duras de mi risa.

Volver y entre mis libros y recuerdos
conversar con mi padre de la vida
conversar con la vida de mis muertos.

Volver a mi ciudad y a mi camisa
a mi vieja alameda y a mis versos
a mi niebla invencible y a mi clima.


2

Hay distancias que nunca son distancia
hay auroras que son atardeceres
hay caricias que son como pinceles
y pinceles buscando la palabra.

Una mano dormida que en tu vientre
germina soledad mientras descansa
un verso repetido que fracasa
en los últimos días de setiembre.

Algo nace en la flor de invernadero
algo se muere en el jardín de Dios
algo naufraga sin salir del pecho.

De nuevo las cenizas y el alcohol
de nuevo somos leña para el fuego
y la historia vulgar de una canción.


3

Sólo puedo decir que este camino
no siempre corresponde al de tu rastro
que pienso que me anulo que te extraño
que guardo con la Luna un compromiso.

Oscurece el desierto. No hay peligro.
Tu recuerdo y mi sed van de la mano.
Mi sangre y mi lugar siguen tu paso.
Eres quien eres. Soy quien nunca he sido.

Ni tiempo ni lugar para salvarse.
La frustración. La rabia. La tristeza.
Los crímenes del Sur y de la sangre.

Ni santo. Ni guerrero. Ni profeta.
Solamente un camino interminable.
Un Dios que se nos muere de vergüenza.


4

Mi padre me enseñó que la esperanza
nos ayuda a vivir y nos levanta
nos llena de Luciérnagas el cuerpo
y disipa las nubes y el secreto.

Mi padre me enseñó que la sonrisa
ni ofende ni maltrata ni lastima
libra del llanto salva de la pena
y es bálsamo y es cura y es defensa.

Mi padre me enseñó que el Sur existe
y que la Luna llena me persigue
y que ser verdadero es lo que importa.

Mi padre me enseñó que entre la sombra
la amistad y el cariño son el fuego.
Mi padre me enseñó que amar es bueno.

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

Hosted by www.Geocities.ws

1