"El Guerrero Blanco del Dios Yahvé"  

       Mensaje  de la Stma. Virgen María, recibido  a través de
                 José-Luis Manzano García, el día 20 de Julio, de 1989

 
La Madre:  La Paz esté con vosotros.                         
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.

La Madre: Ave María Purísima.                                 
PUBLICO: Sin pecado concebida.

La Madre:
Ya estoy con vosotros, hijos míos.             
PUBLICO: Gracias Madre.

La Madre:
   He venido a este mundo, he venido a tu lado para hablar hijo mío de algo que ocurrió un 26 de Septiembre, de hace pronto hará diecisiete años. Esa fecha la conoces porque es el día en el cual tu naciste hijo mío.

   Tus ojos aún no  vieron  la Luz, y el SEÑOR-YAHVÉ  traspasó  tu  pequeño  corazón  igual que el  Espíritu Santo traspasó mi vientre para dejar allí la semilla del mundo: mi Hijo amado, JESUS.  El Señor-YAHVÉ traspasó tu corazón al igual que un rayo de luz traspasa un cristal, dejando así en tu corazón un alma.

    Antes de que Yo viniese a tí, tú ya sabías que en tí ya había algo, porque eras diferente a los demás. Aunque siempre has tenido que demostrar que eres humano, Yo sé que tu corazón está rayado de dolor, igual que el mío, de la vida pasada y de la presente, pero parte de tu corazón se alegra por la vida futura hijo mío.

    Tú sabes hijo mío que  al  final  será  Dios  el  que  triunfe. Ya sé lo que tú dices: «Jesús sufrió y sabía que volvería a la vida, no  por eso dejó de sufrir.» 

   
Hijo mío:  SANTIAGO APOSTOL entró en tu corazón llenándote de sabiduría, de amor. ¿Sabes porqué tantas almas, hijo mío, se quedan tan tristes cuando tú te alejas de ellos?  Porque en tí han encontrado la verdad.

    Aunque hay muchos que no te comprenden, aunque hay muchos que te rechazan, en tí hay un amor muy grande y puro, hijo mío, un amor que no engaña, un amor que se mantiene firme hasta el final.   Ese eres tú, hijo mío: 

    El GUERRERO BLANCO del Dios Yahvé.

    La tristeza invade tu corazón, hijo mío, aunque por fuera tu rostro esté alegre, tu corazón siempre está triste. Eres fuerte y sabes luchar contra los enemigos del alma: Satán y el mundo;  aún Satán no te ha podido derrotar porque tú eres muy fuerte, y nunca podrá nadie derrotarte, porque Dios está delante de tí.

     «¡Pobres de aquéllos  que un día se rieron de lo que Yo hablé y de lo que aún hablo! Porque aquéllos que rieron  de  mis  palabras,  pronto  tendrán  que llorar,  porque la fuerza del Guerrero invadirá el mundo, rechazando así la maldad

  Tú eres la justicia hijo mío...   
 
Padre Eterno:
 
Mi Justicia.      

La Madre:  La justicia de Dios:  

   "Donde haya odio, tú sembrarás el amor; donde haya guerra, tú sembrarás la Paz; donde haya lágrimas, tú dejarás la sonrisa;  donde haya tristeza, tú sembrarás la alegría. Pero siempre, siempre quedará en tí lo que ellos rechazaron:  El dolor del mundo. Ese eres tú, hijo mío.

    Y hoy Yo he venido a hablar de tí, porque muy pronto tendrás que hablar tú, de tí mismo.  Aunque eres fuerte, tú sigues sufriendo por el mundo.

    La vida pasada, hijo mío, dejó marcas en tu corazón; marcas que el día 25 (1),  tú dirás cuáles son esas marcas. Eres tan grande hijo mío..., ¡cuántas veces sonríes para mí, cuántas veces lloras para mí, cuántas veces rezas para mí...! 

    Y todo con tu gran amor, eres tan grande.  Aunque yo diga que eres tan grande, tú nunca quieres ser más que los demás, y demuestras que  eres más pequeño; eso te hace ser tan grande: "Que tú no quieres ser más que nadie, quieres ser el mismo que  fuiste  en  un  día,  y  serás  en  otro".

   Hijo mío: Pronto dejarás de llorar por el mundo como Yo.  Y almas como tú os uniréis en amor formando una gran familia; almas que saben comprender, que vivieron en tu vida pasada, y almas que vivís  ahora comprenderéis todas mis palabras, y las de vuestro maestro, el Gran Guerrero, mi pequeña alma.

   Tu alma es fuerte en el mundo, eres el más grande entre todos, y todos ellos te tienen como un niño, y tu mente supera la de un niño y a la vez la de un adulto. 

    Ese eres tú, hijo mío.

     Quiero que este mensaje quede gravado siempre en vosotros,  porque Yo ya he hablado de mi hijo, y aún no lo he dicho todo, él es vuesto maestro; cuando no comprendáis nada, aquí le tenéis a él: Humilde, sencillo.

     Pero quiero deciros que su poder está en las almas, en su corazón
.  El no hace curaciones, él solo salva vuestras almas y engrandece vuestros corazones, y os arrima más a Mí. Ese es mi hijo, ese es vuestro maestro, vuestro pequeño y gran maestro; queredle, queredle mucho, porque él también os quiere a vosotros. 

   Que este mensaje no permanezca quieto, hijo mío, muchas almas comprenderán quién eres tú.

Padre Eterno:  Porque aún no lo saben. 
       
La Madre: Pedidme hijos míos.   

PUBLICO: ¡Madre!                     
La Madre: ¡Díme!

PUBLICO:
   Lo que Dios Padre hizo con el corazón del Gran Guerrero, ¿sucedió en el momento de su nacimiento, o a las poquitas horas de nacer?                              

La Madre:
Sucedió a las pocas horas, hija mía, pero él ya era grande. Seguid pidiendo.   

PUBLICO: ¡Madre!                     
La Madre: ¡Díme!

PUBLICO: Lo que dijiste ayer, que el Gran Guerrero ya tenía un alma en el mundo que le ayudase...,  ¿es un  alma  humana  Madre? 

La Madre: 
   Un alma humana que vivió en su tiempo, y sabrá comprender igual que Yo, que soy su Madre Celestial, igual que tú que eres su madre terrena. 

   Ese alma es humana y vivió en su tiempo, igual que tantos, pero no penséis mal con lo que Yo os digo, porque Yo lo que digo, siempre se cumple.

    Solo quiero que sepáis comprenderme, y que nunca penséis mal  en mis palabras, porque Yo sé todo lo que pensáis y me entristezco mucho cuando confundís mis palabras. Seguid pidiendo.    

                                       
PUBLICO: ¡Madre!                     
La Madre: ¡Díme!

PUBLICO: Por la conversión de todos los pecadores del mundo, que se conviertan todos los incrédulos Madre.

La Madre:
No te preocupes, hija mía, pronto verán la luz. Ahora, Yo os pediré a vosotros:  

   «Que no os olvidéis de Mí nunca. Que estéis siempre en oración, pensando en vuestra Madre y en vuestro Padre, y en vuestro Maestro, Jesús de Nazaret y en el Gran Guerrero Blanco.»  

     Os pediré también: 
          
   «Que no confundáis mis palabras. Que no escuchéis a aquéllos que hablan mal de vuestra Madre, porque vosotros mismos seréis confundidos. Que seáis fuertes y que os fijéis en el Guerrero. Sed como él, porque él hace feliz a vuestro Dios. Hacedle vosotros también feliz a vuestro Padre Celestial, que tanto cariño os tiene.»

      Nunca me he olvidado de vosotros hijos míos.  En mi vida pasada en el mundo, Yo también sabía que debía  de sufrir mucho con vuestros errores y nunca me he cansado de llorar por mis hijos, y nunca me cansaré, porque sois míos..., ¡míos! Y vuestras almas me pertenecen.  

   
Por eso Yo os pido que no os olvidéis nunca de vuestra MADRE..., que soy Yo, ni de vuestro PADRE, ni de vuestro MAESTRO Jesus de Nazaret, ni de vuestro "Gran Guerrero Blanco" de Dios. ¡Seguid pidiendo! 
                               
PUBLICO: (No se entiende lo que dice. )

La Madre: No te preocupes, hijo mío, aunque me hayas conocido tarde, alégrate...
Padre Eterno:  Porque nos has conocido.

La Madre: Llega la hora de marcharme, pero no os preocupéis, Yo siempre estoy con vosotros, desde otro mundo, queridos hijos, vuestra Madre, que soy Yo, se preocupa de vosotros. Adiós hijos míos.    

PUBLICO: Adiós Madre.

La Madre: 
    «Y no os olvidéis nunca de este Mensaje tan especial e importante

Padre Eterno:  Adiós hijos.                 
PUBLICO: Adiós Padre.

El Maestro: Adiós hijos.                      
PUBLICO: Adiós Maestro.

El Hermano: Adiós hermanos.             
PUBLICO: Adiós Hermano.

El Hermano: Que la Paz del Señor Yahvé, ELOHIM, y la fuerza del Gran Guerrero, prícipe de las almas, maestro vuestro, quede en vuestros corazones.  

PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.

El Hermano: Ave María Purísima.        
PUBLICO: Sin pecado concebida.

El Hermano: Adiós hermanos.               
PUBLICO: Adiós Hermano.  _____
 
  

     (1) 25 de Julio,  día de Santiago Apóstol, Patrón de España; 
           (en España ya no es día festivo.)

      
           Ver también: 

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.

«Tú eres el Guerrero de Dios, el que hablarás de tu Maestro, el que levantarás la maldad fundiéndola.  Tú eres el que demostrarás que el bien es el que triunfa 
       Mensaje 21.7.1989  
 

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