Valencia tierra mía,
eres doncella y reina,
de las flores la corola,
de la mañana la aurora.
Eres reflejo de luna
del sol su enamorada,
Tienes cuerpo de hechicera
y el alma de peregrina.
De la música eres latido,
de las letras el poema;
es tu huerta exuberante
y bella,
que pintada de naranjos,
azahares y almendros,
es el cuadro por excelencia,
enmarcado en el cielo
que se rinde a tu belleza.
Es tu brisa marina
de las diosas la caricia
y son tus palmeras
de belleza suprema,
orgullosas y erguidas,
lágrimas de oro lloran,
de dulce cobre se adornan,
mientras tus abanicos
danzan con el viento.
Eres Valencia,
la novia eterna
de la música y las letras,
la artesanía y tu huerta.
Eres orgullo de España
allá donde fueras.
Llenas de gestas
está la historia, tus hijos
te consagraron
te mimaron y ensalzaron
Eres luz, guía,
madre y soberana.
Son tus fiestas bulliciosas,
llenas de música y pólvora,
colorido y belleza.
¿ quien puede olvidarte?
Es tu bandera símbolo
de lucha y grandeza.
Tu himno una plegaria,
un grito de orgullo
a la diosa de la tierra.
Yo quisiera cantar
en tu alabanza
al escribir este poema.
Quisiera ser cadencia
y ser el pincel
que pinte tu cara.
Pero solo soy una hija
que te quiere y te ama.
Solo deseo mirarme
en tu reflejo para alimento
del alma.
Celia García García ©
30 de marzo de 2004
HOY ESTUVE ALLÍ
El día lucía espléndido, las nubes danzaban suavemente empedrando el cielo de
bolas de algodón multiformes y maravillosas en un cielo de azul intenso donde el
sol lucía su esplendor y belleza. Allí en el cauce del viejo río, jardines
maravillosos y una glorieta que recuerda a la antigua Grecia. Niños jugando,
familias a la sombra de los ficus y los jóvenes patinando, todo a la sombra del
PALAU DE LA MÚSICA, el bello edificio de cristal y metal. Todo el espacio es
mágico, aquí la luna luce cual reina, las flores son de fragancias embriagadoras
y la brisa llega del mar, cálida para abrazar nuestros cuerpos. Se respira amor;
amor en todas las variantes humanas y por momentos el pequeño bosque te atrae
como un imán, para perderte en el y quisieras yacer con tu amado sobre esa
alfombra de hierba fresca. Una fuente espaciosa rectangular, presenta el aspecto
de una alfombra transparente, que con las caricias del viento hace pequeñas
ondas caprichosas, mientras el sol se refleja en ellas y sonríe complacido,
porque él, está enamorado de una Sultana misteriosa y bella...que se llama
“Valencia”. Allí subyugados suena la música y la fuente con los surtidores de
distinta intensidad, se elevan para esparcir las gotas que parecen perlas, que
van cayendo en hilos finos de plata, mientras bailan al son de ella, “música y
agua”, belleza suprema.
A veces, en la oscuridad, se unen los fuegos artificiales en castillos que
rompen el espacio y llenan el firmamento de luces y estrellas de mil colores,
cuando el agua y la pólvora se unen en la danza de la noche, está, engalanada de
lujo, luce esplendorosa y brillante en los “instantes de la magia”. Miradas al
cielo, corazones al galope, cuerpos estáticos ante tanta hermosura y arte, y tú,
“Reina Mora” capital del amor, la belleza, las luces multicolor, las sinfonías
sublimes, de brisas de azahar y romero, de artesanos, huertanos y artistas...
eres orgullo de España y novia de Europa....y digo yo...si no existieras...El
creador no podría descasar el séptimo día, porque no estaría bien que Valencia
no existiera en la tierra..