Al amor de la lumbre todo es quietud, sosiego y paz. El crepitar de la llama rompe la calma, chispas de vida que hipnotizan, rumor incandescente embriagador que subyuga, calidez en el corazón, fuego del cuerpo en el silencio de este lugar hechizado; lo siento tan lejos a veces y otras tan cerca que percibo su sombra y siento su aliento, !suspiros de dentro!.

¡Suspira mi amor...y envuelve mi cuerpo, como el humo a la llama, como la brisa a la fragancia!... Dame tu mano que encierre en la mía, que note tu pulso, y tu voz quebrada acaricie mi oído, crucemos el umbral del "Jardín de la fantasía y los sueños"... Que venga nuestro caballo alado "Canela", montemos para surcar el firmamento, volemos con el viento, escuchemos el llanto del mar, el canto de la sirena, contemplando la Aurora Boreal, mientras la brisa plena de aromas de jazmín y azahar, hace estremecer nuestros cuerpos.

Vayamos al reino del resplandor y la belleza sin par, es la cima de la montaña vestida de seda y blonda nívea, espejo de las estrellas y en ella la joya mas bella y tierna, es del viento "La flor de la nieve", hija del sol y la luna, codiciada por el hombre, su lecho un tapiz de estrellas blancas, su aposento el cuerpo de la montaña, !ella es su alma!.
Ahí cual diosa en su grandeza y soledad, contempla el confín del universo, mientras las estrellas la besan. Reina entre mil, ¡mil veces bella!, que cuando fenece tiembla de dolor, llora la montaña y en sus laderas torrentes de agua cristalina descarnan la tierra. Mas renace y vuelve a embellecer a Gea que cual espada desafiando el espacio, nace erguida, blanca y bella.

Hoy mi recuerdo para mi flor de las montañas de Huesca, ¡qué humilde flor, qué indefensa! Al contemplar su belleza una lágrima salió de mi alma, eras un trofeo, !qué pena!, nunca bendije la mano que te trajo a mi vera y esta joya la guardé en un libro para que no se perdiera, no quiero verte ni encontrarte, duerme ahí para siempre...

!QUIERO VERTE VIVA EN MI PUPILA!

Celia García ©
27 de diciembre de 2002