A veces nos sentimos forzados a decir o hacer alguna cosa que nos perjudica o simplemente no va con nuestra forma de ser.
       Si eres de las personas que te cuesta un poco decir NO, es decir, rechazar proposiciones o mandatos que no nos gustan o no nos convienen, he aquí una manera de lograrlo: mira a los ojos a quien te hace el ofrecimiento y mientras guardas silencio durante tres segundos, toma aire y retenlo. Di con firmeza: "NO, GRACIAS" sin apartar la vista y controlando la respiración. Con frecuencia, el control de nuestra respiración nos ayuda a controlar otras cosas con las que debemos enfrentarnos.
       Si las personas que te rodean insisten, diciendo cosas como "¡Venga, hazlo!" o "No seas cobarde", sigue manteniendo el contacto visual y controla tu respiración. Si es necesario, insiste elevando la voz: "Ya te he dicho que no quiero; gracias de todos modos". Si a pesar de todo de nuevo insisten, RETÍRATE; no estás frente a un amigo, sino frente a una persona que no te respeta.
        Puede que pienses que en las situaciones de grupo cuando no quieres hacer algo que van a ser todos te vas a sentir excluido. En este caso, si te sientes rechazado por negarte a seguirles, lo mejor es buscarse otro tipo de compañías, personas que RESPETEN TUS DECISIONES .