POEZII SPANIOLE
�MI AMOR?...


�Mi amor?... �Recuerdas, dime,
aquellos juncos tiernos,
l�nguidos y amarillos
que hay en el cauce seco?...
�Recuerdas la amapola
que calcin� el verano,
la amapola marchita,
negro cresp�n del campo?...
�Te acuerdas del sol yerto
y humilde, en la ma�ana,
que brilla y tiembla roto
sobre una fuente helada?...


ME DIJO UNA TARDE


Me dijo una tarde
de la primavera:
Si buscas caminos
en flor en la tierra,
mata tus palabras
y oye tu alma vieja.
Que el mismo albo lino
que te vista, sea
tu traje de duelo,
tu traje de fiesta.
Ama tu alegr�a
y ama tu tristeza,
si buscas caminos
en flor en la tierra.
Respond� a la tarde
de la primavera:
T� has dicho el secreto
que en mi alma reza:
yo odio la alegr�a
por odio a la pena.
Mas antes que pise
tu florida senda,
quisiera traerte
muerta mi alma vieja.


JARDIN


Lejos de tu jard�n quema la tarde
inciensos de oro en purpurinas llamas,
tras el bosque de cobre y de ceniza.
En tu jard�n hay dalias.
�Malhaya tu jard�n!... Hoy me parece
la obra de un peluquero,
con esa pobre palmerilla enana,
y ese cuadro de mirtos recortados...
y el naranjito en su tonel... El agua
de la fuente de piedra
no cesa de re�r sobre la concha blanca


SUE�O INFANTIL


Una clara noche
de fiesta y de luna,
noche de mis sue�os,
noche de alegr�a
-era luz mi alma,
que hoy es bruma toda
no eran mis cabellos
negros todav�a-,
el hada m�s joven
me llev� en sus brazos
a la alegre fiesta
que en la plaza ard�a.
So el chisporroteo
de las luminarias,
amor sus madejas
de danza tej�a.
Y en aquella noche
de fiesta y de luna,
noche de mis sue�os,
noche de alegr�a,
el hada m�s joven
besaba mi frente...
Con su linda mano
su adi�s me dec�a...
Todos los rosales
daban sus aromas,
todos los amores
amor entreabr�a.


LA PRIMAVERA BESABA


La primavera besaba
suavemente la arboleda
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-record�-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida.
me he parado a meditar...
�Juventud nunca vivida,
qui�n te volviera a so�ar!


UNA ESPA�A JOVEN


...Fue un tiempo de mentira, de infamia. A Espa�a toda,
la malherida Espa�a, de carnaval vestida
nos la pusieron, pobre y escu�lida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.
Fue ayer; �ramos casi adolescentes; era
con tiempo malo, en cinta de l�gubres presagios,
cuando montar quisimos en pelo una quimera,
mientras la mar dorm�a ah�ta de naufragios.
Dejamos en el puerto la s�rdida galera,
y en una nave de oro nos plugo navegar
hacia los altos mares, sin aguardar ribera,
lanzando velas y anclas y gobernalle al mar.
Ya entonces, por el fondo de nuestro sue�o -herencia
de un siglo que vencido sin gloria se alejaba- un alba entrar quer�a; con nuestra turbulencia
la luz de las divinas ideas batallaba.
Mas cada cual el rumbo sigui� de su locura;
agilit� su brazo, acredit� su br�o;
dej� como un espejo bru�ida su armadura
y dijo: "El hoy es malo, pero el ma�ana... es m�o".
Y es hoy aquel ma�ana de ayer... Y Espa�a toda,
con sucios oropeles de carnaval vestida
a�n la tenemos: pobre y escu�lida y beoda;
mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida.
T�, juventud m�s joven, si de m�s alta cumbre
la voluntad te llega, ir�s a tu aventura
despierta y transparente a la divina lumbre,
como el diamante clara, como el diamante pura.


LA LUNA, LA SOMBRA Y EL BUFON


Fuera, la luna platea
c�pulas, torres, tejados;
dentro, mi sombra pasea
por los muros encalados.
Con esta luna, parece
que hasta la sombra envejece.
Ahorremos la serenata
de una cenestesia ingrata,
y una vejez intranquila,
y una luna de hojalata.
Cierra tu balc�n, Lucila.
Se pintan panza y joroba
en la pared de mi alcoba.
Canta el buf�n:
�Qu� bien van,
en un rostro de cart�n
unas barbas de azafr�n!
Lucila, cierra el balc�n.


LA PRIMAVERA


M�s fuerte que la guerra -espanto y grima- cuando con torpe vuelo de avutarda
el ominoso trimotor se encima
y sobre el vano techo se retarda,
hoy tu alegre zalema el campo anima,
tu claro verde el chopo en yemas guarda.
Fundida ir� la nieve de la cima
al hielo rojo de la tierra parda.
Mientras retumba el monte, el mar humea,
da la sirena el l�gubre alarido,
y en el azul el avi�n platea,
�cu�n agudo se filtra hasta mi o�do,
ni�a inmortal, infatigable dea,
el agrio son de tu rabel florido!
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