Soy Mujer

SOY MUJER con derecho a elegir un camino y el deber de perfeccionarme en él.

En los artículos anteriores, hemos reflexionado sobre las transformaciones que todo ser humano sufre desde el momento en que es concebido basta que nace y va pasando por las distintas etapas de desarrollo:

Infancia, adolescencia, juventud, hasta llegar a la MADUREZ, que se caracteriza por haber alcanzado su máximo desarrollo físico y mental. Espiritualmente hablando, esta madurez sólo se logrará con un esfuerzo de superación permanente, que abarcará toda nuestra vida hasta llegar al conocimiento pleno de Dios, al estado del hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo. (Ef. 4-13).

SOY MUJER LIBRE Y LIBERADA, cuántas veces hemos leído en libros, periódicos y revistas y escuchado a parientes, amigos o vecinos, abordar este tema de la liberación femenina de manera tan diversa; Pero siempre en función de intereses y conveniencias muy personales y en muchas ocasiones en contra de lo que hasta hoy se ha considerado como un valor: religioso, moral o social; el "hippi" degenera valores sublimes como el de la paz y el amor; para muchos liberarse significa sacudirse las ideas religiosas, las buenas costumbres, el amor a la Patria, el respeto a los padres, el respeto a la vida, el gusto por el bogar y los hijos, etc.; esto no quiere decir que nosotros condenemos la liberación de la mujer; la que va contra todos los valores humanos, desde luego que sí. Para nosotras la liberación es todo aquello que la dignifique y la eleve, la que la haga más mujer, la que tendrá que lograrse junto con la liberación del hombre, porque tanto el hombre como la mujer, a pesar de haber sido creados por Dios como seres libres, hechos a imagen y semejanza de su Creador y en un plano de igualdad, (Génesis 1-26) son y serán esclavos de sus propios pecados, si no logran realizar una conversión sincera, bien informada, decidida y madura. La verdadera libertad de los hijos de Dios está a nuestra disposición desde hace muchos siglos ¿ acaso ignoramos que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida? "Hablar de la liberación de la mujer es rectificar las medidas humanas, con la estatura de Cristo" y El un buen día dijo: "Sed perfectos (en vuestra libertad) como mi Padre Celestial es perfecto".

Y el Santo Padre lo ratifica en el Concilio Vaticano II "La Iglesia está orgullosa, vosotros lo sabéis, de haber elevado y liberado a la mujer, de haber hecho resplandecer en el curso de los siglos, dentro de la diversidad de caracteres, su innata igualdad con el hombre".

Sin embargo, en este mundo de hoy, la mujer, ¿ es el ser libre e igual al hombre de que nos habla el Génesis? ¿Ha hecho uso a través de veinte siglos de cristianismo, de esa libertad que le ha concedido la Iglesia de Cristo? ¿ Te has liberado de la ambición del dinero? ¿ De la lujuria? ¿ De la envidia? ¿ De la soberbia? ¿ De la ignorancia? ¿ De la injusticia?.

La imagen de la mujer cristiana de hoy: evangelizada, madura en su fe, comprometida con Cristo y sus hermanos, con conciencia eclesial, preparada para la vida, consciente de sus responsabilidades como miembro de una familia, de una sociedad, que forma una Patria en un mundo en marcha, proyecta una imagen muy diferente a aquélla que muchos hombres, por conveniencia propia, quisieran conservar: la que no puede opinar por sí misma, resignada y sufrida, con poca escuela, muy de su hogar; porque piensan que todo lo moderno es lo que ha echado a perder la fe y las buenas costumbres y ha corrompido a la familia y a la sociedad, en donde la palabra del hombre sigue siendo la ley.

¿En cuál de los dos grupos estás tú? ¿En cuál quisieras estar? ¿Qué podrías hacer para ubicarte en el grupo que te corresponde?.

Debes ser, pues, una mujer madura, con un recto conocimiento de lo que es ser libre y liberada, para hacer uso de tu derecho a elegir un camino por amor; creemos que en la elección de un estado de vida cualquiera: matrimonio, vida religiosa o soltería, se escoge por amor, siempre por amor; cuando hay amor tenemos ya asegurado el éxito de nuestra vida, sin que en esta ocasión éxito corresponda a un bienestar económico o social, porque lograr riquezas, honores o reconocimiento, no siempre significa la felicidad; el éxito al que nosotras nos referimos será, en primer lugar la certeza que como mujeres cristianas debemos tener, de que Dios nos tiene en el mundo "para algo", este "para algo" concreto, personal, es la vocación, "para algo" dentro del Plan de Dios.

La elección de estado debe corresponder a una vocación, vocación que es algo demasiado interno, muy personal para que alguien desde fuera intervenga en su determinación; nunca ha de hacerse por miedo, presión o comodidad.

"La vocación es el designio amoroso de Dios sobre cada criatura", "Dios llama a cada uno por su nombre".

Nuestra elección además de ser por amor, debe ser libre y consciente y requiere una preparación cuidadosa, desde el punto de vista material y espiritual, el conocimiento de sí misma, para descubrir sus capacidades e inclinaciones, pues el fracaso de una elección de estado, tan importante en la vida de todo ser humano, determinará la felicidad o la infelicidad.

Si tú eres una mujer casada, con tus problemas de esposa y madre, te has dado cuenta que es precisamente allí donde Dios quiere que crezcas en tu fe, en tu amor al prójimo, que luches porque se respete tu dignidad de persona libre y humana y si das amor te correspondan de la misma manera.

Y tú soltera, que vives en un mundo lleno de sexualidad, de egoísmo, de discordia; ese es tu mundo por designio de Dios y en él el amor de los demás tiene que triunfar, porque tienes conciencia de tu valor como persona humana y como cristiana.
 
 

Reflexiones:

¿ Crees haber alcanzado la madurez cristiana?

¿ Estás tratando de llegar a ella?

¿ Cómo podrás lograrlo?

¿ Estás consciente de que en el lugar donde estás, es el camino elegido según el Plan de Dios?