Un conquistador incomparable.

En 1018 el emperador había conseguido su propósito, a sus sesenta años podía decir que la meta de su vida estaba cumplida: había derrotado al imperio búlgaro, los había sometido completamente.

Su entrada en Ochrida fue extraordinaria, allí recibió homenajes de sus vencidos, la zarina y el resto de la familia imperial búlgara.

Basilio II se dedicó durante un tiempo a recorrer toda la Macedonia y las tierras al sur del Danubio, dejando bien en claro quién era la autoridad máxima e indiscutible en todo el territorio conquistado.

Y era realmente una conquista absolutamente invalorable, algo que ningún otro emperador había logrado en Bizancio desde los tiempos de Justiniano, cuando comenzaron las invasiones de eslavos, hacía ya mas de cuatro siglos: la península balcánica volvía a ser un territorio bizantino en su totalidad.

Además, como un hecho de gran importancia, extendió la influencia bizantina a Dioclea, Bosnia e incluso hasta Croacia, que funcionaban como países vasallos, con sus propios príncipes pero siguiendo a la política del Imperio.

Ahora la parte europea del imperio era realmente impresionante, sus dominios eran firmes y respetados, el ejército estaba en su momento más importante desde Justiniano, el emperador bizantino era admirado dentro y fuera de su territorio y estaban dadas las condiciones para una expansión aún mayor.

Volver

Hosted by www.Geocities.ws

1