, que lo hacen sin recibir mandato
expreso de cu�l se conecta con cu�l. Despu�s de haber estudiado la
biolog�a de la respuesta inmune, dir�amos que ser�a muy poco inteligente
un sistema nervioso que utilizase un gen para cada sinapsis necesaria,
as� como ser�a muy poco inteligente un sistema inmune que utilizase
un gen para cada ant�geno entre billones de ant�genos posibles. Dejamos
que cada grupo de neuronas responda a sus NCAMs y se autoorganice
en sus sinapsis tal como se le dieron las circunstancias. Forma as�
una red neuronal superabundante, no programada geneticamente en particular,
pero dentro de los m�rgenes que le da el mensaje gen�tico. La naturaleza
del proceso por el cual se ha generado este repertorio de circuitos
introduce de por s� una gran variabilidad y no hay ni dos zonas vecinas
iguales ni dos cerebros de dos clones, con la misma zona, igual. La
explicaci�n es que est�n m�s all� de la gen�tica, son circuitos epigen�ticos,
como los anticuerpos del sistema inmune son prote�nas epigen�ticas.
Pero tanto en uno como en otro caso, est�n restringidos por la gen�tica.
Tenemos el primer repertorio resultante de la primera maduraci�n anat�mica.
A medida que se presenta la SELECCION, algunos grupos se usan y otros
no. Apenas se us� la primera vez, es dif�cil volver atr�s, salvo por
un proceso de lavado del cerebro. La sinapsis que ya se us� se refuerza
hebbianamente (o sea segun la regla de Donald Hebb que ya tiene confirmaci�n
experimental). Esta amplificaci�n diferencial del peso sin�ptico
le hace acordar a Edelman (regla 31) a la reproducci�n diferencial
en el caso de la selecci�n natural darwiniana, consider�ndolas etapas
conceptualmente equivalentes. O sea que la sinapsis o el individuo
con ventajas comparativas modifica con el tiempo la poblaci�n de neuronas
o de individuos, haci�ndolos que ellos contribuyan m�s que previamente.
La sinapsis que no se us� en un tiempo prudencial o que est� en un
camino equivocado a los efectos del control de la realidad circundante,
despiadadamente lleva a la muerte a la neurona presin�ptica que se
tom� el trabajo de conectarse con todo tipo de neuronas, con una de
ellas mal. La proporci�n de muerte de neuronas en esas etapas en
que todav�a se est�n dividiendo, es muy importante. El per�odo sensible
en que est�n actuando los NCAMs y se est�n seleccionando los circu�tos
es corto, a la vez que exigente.
La actividad neuronal se despierta en la misma �poca y en el mismo
espacio con gran sincron�a. La sincronizaci�n se explica por la maduraci�n
de las reentradas entre protomapas que se han ido formando y zonas sin
mapa alguno, integrando entre todos mapas globales en formaci�n.(P. Rakic,
volumen 1, pag 89)
El concepto de mapa aparece en MODULO II UNIDAD 3 CAPITULO 4. Todo
mapa en el cerebro pasa por una etapa previa de formaci�n de un protomapa
o mapa incompleto e inmaduro. Es un mapa vago en el cual los detalles no
se establecen hasta que empiecen a llegar impulsos desde otras
fuentes.
El concepto de reentrada es el de muchas realimentaciones en conjunto
y en paralelo, no enteramente sincr�nicas en su acci�n. Es un proceso
aleatorio de entradas de se�ales en paralelo que ocurre
a trav�s de todas las �reas y en el interior de cualquiera de las
�reas, al manera que hemos estudiado con Hopkins con sus circuitos
biestables. Una de las consecuencias de la reentrada es que da origen a
correlaciones entre las actividades de varias �reas.
Esto es dficil de visualizar si no nos sentamos frente al circuito de
Hopkins y nos damos cuenta que la tensi�n el�ctrica est� en todas
partes excit�ndolo en un punto y que los dos amplificadores/neuronas
est�n tomando decisiones conjuntas en forma democr�tica y sin un
monitor general.
A uno le gustar�a que en el cerebro hubiese un sitio privilegiado,
"un sitio para el alma " desde donde se controlara todo, pero nadie
ha encontrado el cabler�o que tendr�a que concentrarse en ese
"tablero maestro". La estructura genial del cerebro es distinta:
todas las zonas participan, de tal suerte que cuando la regla 30 indica
que una neurona sola no es una neurona,
se est� quedando a medio camino en el mensaje.
Lo que m�s impresiona del cerebro es su concepci�n como sistema apto para
su autoorganizaci�n,
por el cual las neuronas solo se comprenden estando en red.
algo en comun.
La comprensi�n de los procesos de selecci�n de grupos neuronales
merece una serie de gr�ficos que lo muestren de otra manera.
Figura 1 Pag 60 Volumen 2.
Las pelotitas negras quieren decir que los mapas
tienen que tomar en parte una decisi�n conjunta, a la manera como
hemos visto en la lectura de Vickers de la mand�bula mec�nica.
Otra parte no forma una correlaci�n conjunta y no se muestra con las
pelotitas negras.
LECTURA 71
BRAILOWSKY et al
Esos nuevos circuitos, as� formados, son atractores (presumiblemente
ciclos l�mites) hacia los cuales converge el sistema
de b�squeda de m�nima energ�a de c�mputo
cuando se presentan a la conciencia
fragmentos de informaci�n y se quiere
acceder con ellos a la informaci�n total almacenada.
La etolog�a aporta gran cantidad de ejemplos de conductas que los
animales aprenden con facilidad y otras que
les resulta imposible hacerlo
por las dificultades innatas para ello. Los animales se distinguen
entre ellos por la conducta que les es posible y la que les resulta
imposible.
Aprendizaje del canto por parte de las aves. Los especialistas
han explicado con detalle el mecanismo por el cual un ave canora
aprende el canto de su especie. Posee un repertorio de dos docenas
de llamadas reconocibles en forma innata. Las llamadas no precisan ningun
adiestramiento. Las producen las aves hasta enseguida de eclosionar. Tambienn
lo hacen las enclaustradas en condiciones solitarias. De una cinta
magnetof�nica con cantos variados de diferentes especies, un ejemplar
enclaustrado de una especie particular aprende a entresacar el canto
de su especie y a imitarlo con progresivo buen exito, siempre que
lo haga dentro de un plazo que depende de la especie, digamos siete semanas de haber nacido: es su
periodo de sensibilidad. canto especifico. Los ni�os reconocen tambien
los sonidos consonantes del habla humana, incluidas consonantes no usadas en su entorno.
Son m�s de veinticuatro emisiones. La capacidad innata de identificar
est�mulos producidos por se�ales sonoras presentes en las consonantes
esta llenas de ventajas comparativas: el ni�o descarta sonidos irrelevantes y
se concentra en los que sabe importantes, decodifica las multiples
capas de significado enterradas en los sonidos del habla, inmensamente
complejos y variables y aporta una norma interna utilizable a la
hora de moldear su propia habla. El periodo de desarrollo de la
capacidad de hablar es similar al periodo del subcanto entre las
aves canoras. Empiezan a ensayar en la producci�n de sonidos, aunque se
las haya ensordecido intencionalmente, siempre y cuando esten pasando
por el periodo adecuado de su maduraci�n. Las aves poseen un molde que
especifica las reglas de producci�n de sonidos y silabas en el
canto. Los bichos de luz de cada especie tambien tienen su dialecto
propio en el lenguaje de destellos. Aunque en ello hay demasiada
diferencia, la gram�tica humana - verbos, nombres, adjetivos,
etc. es en niveles profundos tambien innata. El aprendizaje
de palabras es m�s sencilla para el humano que el aprendizaje de
la suma, pese a que las novedades conceptuales de las palabras
son mayores que la tecnica de sumar.
PARALELISMO ENTRE CANTO DE AVES Y LENGUAJE HUMANO
Los chingolos de pantano reconocen en forma innata las s�labas
del canto de la especie. Los ni�os tambien reconocen los sonidos de las
consonantes de la especie humana, incluidas algunas consonantes que no
se usan en su entorno. Son m�s de veinticuatro emisiones. La capacidad
innata de identificar se�ales sonoras presentes en las consonantes
est� llena de ventajas. El ni�o descarta sonidos irrelevantes y se
concentra en lo que reconoce que tienen importancia, decodifica de los
sonidos de significado ambiguo cu�l es el mensaje que realmente
quieren transmitir,
siendo como son complejos y variables y va extrayendo normas para moldear
su propia habla. El per�odo de desarrollo de la capacidad de hablar
es similar al per�odo de subcanto de las aves canoras. Empiezan a
ensayar la producci�n de sonidos aunque se las haya ensordecido
intencionalmente, siempre y cuando est�n en el correcto per�odo de
maduraci�n. Las aves poseen un molde que especifica las reglas de
producci�n de sonidos y s�labas en el canto. Los bichos de luz se
diferencian de una especie a otra por los destellos que emiten y ese
lenguaje de destellos es su dialecto. A�n reconociendo que hay una
diferencia fundamental, la gram�tica humana, con sus verbos, sustantivos,
adjetivos, etc., es tambien innata en sus niveles profundos. El
aprendizaje de palabras es m�s sencillo para el humano que el
aprendizaje de la suma, pese a que las novedades conceptuales a
emplear en el habla superan a las novedades necesarias para sumar.
El habla es instintiva y entonces m�s f�cil, mientras
que la suma es aprendida, lo cual involucra mayor gasto energ�tico.
APRENDIZAJE COMPLEJO EN RATAS Y EN EL HUMANO Imaginar una soluci�n con un experimento mental antes de probarlo
fisicamente constituye una forma de aprendizaje m�s elaborada
que las vistas hasta ahora. Requiere la habilidad de relacionar
fragmentos diferentes de informacion aprendida y, a partir de
esa recombinaci� mental, formular nuevas soluciones en el comportamiento.
Si se introducen ratas en laberintos con dos metas, una caja blanca
y una negra, con comida. Encuentran asi las dos rutas en el laberinto
que resultan bonificadas. Al dia siguiente, en otra habitacion,
otras dos cajas blanca y negra, con comida, sin laberinto, ofrecieron
una novedad: una descarga cada vez que se llega a la negra. La combinaci�n
mental de ambas experiencias se realiza el tercer dia, ya que
fisicamente se revierte a la misma situaci�n del laberinto del primer
dia, con dos cajas sin descarga alguna. Pero las ratas aprendieron, porque
evitaron el ingreso de la ruta hacia la caja negra y solo ingresaron
a la ruta hacia la blanca. Esto parece involucrar construir un
mapa mental, como lo construyen los animales que esconden alimentos, los
chimpanc�s cautivos, las abejas y los humanos, entre otros. los experimentos
atestiguan esa habilidad, que necesita partir de bases que son innatas.
El carbonero, un pajaro de cerebro diminuto, localiza cientos de semillas
escondidas por �l. un ni�o, con cerebro mucho mayor, escondiendo semillas,
empieza a olvidadrlas al llegar escasamente a la docena. El carbonero
depende de su memoria para sobrevivir, el recuerdo de las semillas
no le aporta ni le desaporta nada al ni�o. Los animales son perspicaces
en aquellos aspectos en que juega la selecci�n natural y necios
en aquellos otros en que su estilo de vida no los necesita.
La especie humana, tambien, es embarazosamente estupida en aspectos en que no
se ha necesitado esmerar por su forma de actuar, mientras que ha
resultado ser muy perspicaz con la palabra y las consecuencias que
trajo la palabra. Buena parte del aprendizaje de una especie est�
especializado para lograr el dominio de tareas pr�cticas que el animal
se halla dispuesto a emprender. Son quizas unas pocas tareas. El
aprendizaje humano,entonces, evoluciona a partir de unos pocos procesos,
bien ilustrados en otros animales, como el aprendizaje de sonidos,
el aprendizaje del uso de sus manos y el de combinaciones complejas
de experiencias, para adaptarse a la resoluci�n de problemas espec�ficos del
ser humano.
LECTURA 78
EMOCIONES EN EL APRENDIZAJE
TREVARTHEN
Los seres vivientes exhiben un comportamiento global (herencia + ambiente).
El ser vivo con sistema nervioso act�a como una unidad con contribuciones
distintas, parecido a lo que ense�aba Ortega y Gasset: yo soy yo y
mis circunstancias. Mi fenotipo es mi genotipo y las circunstancias
son el h�bitat (x,y,z,t) que ha formado nuestra EXPERIENCIA. El primer
yo es el que mostramos en forma pr�ctica. Lo mejor que podemos hacer
por nosotros mismos es formar cuidadosa y
racionalmente nuestra experiencia: todo
lo que hagamos en el futuro es el producto de nuestra respuesta
en los per�odos de sensibilidad.
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