En el otro intento de golpe, el del 27N de 1992 contra el
presidente Pérez, con apoyo de los insurrectos del 4F, se grabó a la Nación un
manifiesto que, por razones aun todavía confusas para la opinión nacional, no
logró salir desde la transmisión rebelde de Venezolana de Televisión. Más bien,
lo que se veía aquella madrugada era otro video donde figuraba la imagen y voz
de Hugo Chávez Frías detenido bajo estrictas medidas de seguridad en la Cárcel
de Yare, en el estado Miranda.
Mas sin embargo, el manifiesto de 14 párrafos del "Movimiento
5 de Julio" estaba firmado y grabado por los Contralmirantes de la Armada,
Hernán Grüber Odremán y Luis Enrique Cabrera Aguirre; el General de Brigada de
la Aviación, Francisco Visconti; por el Teniente Coronel del Ejército, Alejandro
Coleoglu Dore; y por el Coronel de la Guardia Nacional, Higinio Castro. Había
sido mandado a insertar en varios periódicos, pero sólo lo publicó el diario El
Globo.
El razonamiento del golpe quedó recogido en los siguientes
puntos resaltantes:
La crisis nacional ha llegado a
su más alto grado de expresión. No existe un ser humano en el país que
no se sienta golpeado por los efectos de una política económica brutal,
socialmente marginado y amenazado en su integridad física por la acción
del delito que avanza como marejada incontenible.
Vivimos en una Nación donde la
justicia no existe, donde el Estado de Derecho ha desaparecido. Una
Nación de privilegios obscenos y de desposeídos en el límite de la
pesadilla.
A los venezolanos no hay que
darles muchas razones en relación con el descontento que los envuelve.
Saben perfectamente cuáles son sus causas. Con estoicismo la ciudadanía
ha soportado el saqueo de la Nación, la degradación de las instituciones
y la burla de la idea democrática. El pueblo ha luchado en la medida de
sus posibilidades contra tan inicuo ejercicio del poder.
El repudio al actual gobierno y
al señor Carlos Andrés Pérez, expresado de mil maneras por todos los
sectores de la vida nacional, incluyendo muchos de quienes lo llevaron a
la Presidencia de la República, trató de hallar cauce en varias
ocasiones. Pero resultaron inútiles los esfuerzos, representados en
propuestas válidas, por encontrar una salida. Siempre fue el Gobierno, y
en particular el Jefe del Estado, quienes se opusieron a cuanta fórmula
cívica se sometió a consideración de la Nación.
Por eso hemos asumido la
responsabilidad histórica de insurgir no contra el orden constitucional,
violado sistemáticamente por el gobierno de Pérez, sino contra un
régimen que está acabando con el país y que cada día que transcurre
amenaza con liquidar la noción de patria y Estado.
Los alzados se comprometían a dar cumplimiento a un programa
mínimo de 6 puntos, a saber:
La máxima autoridad de este
movimiento ha sido enfática al instruir a las fuerzas militares y
civiles que dirigimos sobre el tratamiento humano y respetuoso que debe
dársele a todo compatriota civil o militar capturado.
A este movimiento se han
integrado todas las corrientes de la opinión pública que aspiran a una
sola cosa: ‘La total reivindicación de la democracia y la decisión
inquebrantable de erradicar la corrupción de la vida nacional’.
Se han girado instrucciones
para que no sucedan actos de vandalismo y violencia, contra propiedades
y personas, ateniéndose los infractores a las consecuencias que tales
acciones les acarrean.
Hemos ordenado se respete la
vida del señor Carlos Andrés Pérez, a quien deberá dispensársele un
tratamiento humano y respetuoso de sus derechos.
Deseamos el pronto
restablecimiento de la paz en todo el país y anunciamos que respetaremos
todos los acuerdos internacionales suscritos por el Estado venezolano y
mantendremos cordiales relaciones con la comunidad mundial.
Ratificamos que nos disponemos
a convocar a elecciones libres tan pronto sea superada la emergencia y
garantizaremos un Gobierno de consenso nacional.
En el epílogo del libro escrito por Hernán Grüber Odremán:
Los antecedentes históricos de la insurrección militar del 27-N-1992: por el
honor de las armas, éste ratifica que "nos rebelamos contra la corrupción
moral y física que llevó a Venezuela a un estado de postración crítica. Nuestro
objetivo no era contra el sistema democrático sino contra el gobierno que lo
apartó de su derrotero de justicia, bienestar, seguridad y progreso".