LA HABANA, 15 de septiembre - La discriminación racial es un fenómeno presente en la realidad cubana. Tal vez las múltiples dificultades y carencias con las que se enfrenta el cubano de estos tiempos contribuyan a que ésta sea una cuestión subyacente cuando se analiza la sociedad, pero indiscutiblemente con una mirada analítica afloran no pocos elementos que evidencian que en Cuba hay racismo.
Uno de los aspectos que asumía como parte de su proyecto de emancipación la revolución del 1 de enero era la eliminación de cualquier discriminación por motivos raciales. Son innegables las medidas que se tomaron contra manifestaciones de ese tipo.
Los cubanos de la raza negra, con todos sus matices, se vieron identificados en buena medida con el poder revolucionario; pero en cuanto a esto, ¿qué tenemos hoy en Cuba?
Cualquiera de esa misma raza respondería: "El negro sigue negro".
Analizando por ejemplo la dirección política, ésta se encuentra muy lejos de ser representativa de la composición racial en el país. De los 14 primeros secretarios del Partido Comunista de Cuba (PCC), ¿cuántos son negros? Lo mismo podría preguntarse del Buró Político, o del Consejo de Ministros y la respuesta sería siempre la misma: "una minoría".
Puede observarse incluso un dato interesante. En el pasado uno de los oficios en el que se podía observar una presencia ostensible de hombres de la raza negra era la de taxista. Es casi clásica la imagen del negro con su uniforme y su gorra manejando ese tipo de transporte. Hoy resulta un hecho que la inmensa mayoría de quienes conducen los taxis que hoy más abundan en Cuba, los que se pagan en dólares, son conducidos por cubanos de piel clara.
Cualquiera en el resto del mundo quizás no comprende el por qué de este fenómeno. Debían comenzar por saber que en Cuba un empleo en un sector que tenga como moneda el dólar es un privilegio, y para los negros les resultan bastante remotos.
Podría transitarse cualquier tarde por las calles de La Habana y ya es parte del paisaje la presencia de los policías solicitándole identificación fundamentalmente a los jóvenes. Muy cerca se encuentran los camiones de fabricación soviética con sus lonas de camuflaje y dentro, sentados casi siempre en el piso del camión, son conducidos a las unidades policiales para investigarlos. Si se asoman verán, que sin variación, la mayoría son negros.
También son mayoría los de esa raza quienes pueblan las múltiples cárceles que hay en el país.
Sí se pretendiera dar una justificación social habría que admitir que como en otras tantas cosas, en la cuestión racial la revolución cubana ha fracasado
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