Crítica a los Críticos
I. Apología del delito

Flavio Cocho Gil


Presentación

Libros

* Metapocatástasis de Civilización
- La Revolución Francesa y sus Falsificaciones
- Tópicos Eclécticos
- Crítica a los Críticos
- Biografía de un Psicópata

Artículos

- La Revolución Cultural y la enseñanza e investigación en las ciencias naturales

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i- 15.jul.05


"Maldito censor, ¡te callarás!
¿No podré acabar mi narracion?
Es un designio muy peligroso
tratar de complacerte.
Los delicados son desgraciados:
nada podría satisfacerlos."

Es un versito de La Fontaine, él lo llamo "contra aquellos que tienen el gusto difícil"... y yo añadiría que es imposible para el gusto de tantos censores que, en nuestra civilización (?), todo les molesta y satanizan si ello va "contra el gusto de los amos, a los que sirven y cuyo collar llevan". ¿A cuento de qué viene toda la parrafada anterior? Veras, lector, a cuento de que... una civilizacion torcida, que todo lo sacrifica en el altar del yo personal egoísta y arrebatador, en beneficio propio de todas las condiciones de existencia físicas, intelectuales o ideológicas de la inmensa mayoría de los demás, no sólo se defiende y reprime a la manera físicamente brutal de una policia y tropa, sino que actúa a todos los niveles ...y a todos los niveles nos toca enfrentarla si es que queremos un futuro mejor para todos. ¿A qué niveles actúa? Bueno, en la antigua Grecia clásica decían que "a quienes los dioses quieren perder primero los vuelven locos", hoy diríamos que les quitan la capacidad de razonar y de crítica... a los pueblos se los "domina" (aun si esto es transitorio) deformando su conciencia de suerte tal que el oir de los amos lo tomen a pies juntillos como un dogma, ¡control de la mente!, por cierto que también en la literatura se ejerce, por ejemplo, vía la crítica, pues resulta que personajillos que por cuenta propia incapaces serían de crear algo, tijeretean como censores a diestra y siniestra ...y, quizá, no son ellos intelectualmente los más culpables, pues más lo son aquellos escritores que, a la manera sofista presocrática, sueltan a la publicación parrafadas "críticas" que únicamente tratan de "demostrar" que lo blanco es negro, y viceversa, para justificar el delito como virtud, para avalar la agonía de muchos millones de seres humanos como "progreso" ya que ciertos minoritarios y fabulosos capitales así se consolidan y aumentan, ¡sí, progreso! Y vuelvo a algo ya dicho, ese "progreso" también se trata de "justificar" en lo que las mafias literarias dominantes y existentes llaman el "buen nivel".

Bueno, en ese "buen nivel" de antes voy, en un ejercicio de sinceridad total como escritor, a tratar de demostrar la tomadura de pelo sofista de los que al servicio de los big brothers de arriba instrumentan lo que abuzando del lenguaje llaman críticas con "nuevas ideas"... Bueno, ya está bien de proemio, vamos al grano, Crítica a los críticos, ahora sí, comienza la serie:

Apología del delito

La pluma de Friedrich recorre febrilmente el papel, es una agresión lo que emana de ella en un querer enmendarle la plana a La Divina Comedia de Dante. Hoy la llamaríamos "literatura gótica" pero en clave deprimentemente disolvente. Es sólo un fragmento lo escrito, ¡pero qué fragmento!, que así quedó plasmado:

"Aquí penan los comprensivos, los tolerantes y los que nunca pecaron en la vida." Siendo este infierno eterno y sin salida, estos monstruos ocupan el círculo avernal más hundido y cercano al trono del Señor de las Tinieblas, el amo de todo esto. ¡Su tormento no tiene paralelo!, pues infinitas fueron sus fechorías. No es "a la mitad de una selva oscura", con letras de fuego que ciegan la vista aun en aquellas impenetrables sombras, que se lee aquello... no, pues parecen cartel de aduana última de un camino que irreversiblemente desciende más y más en el silencio y la soledad, quizá los tormentos más agudos que pueden existir.
Decir que ante eso se asombra y sobrecoge el florentino es decir poco. ¿La comprensión, la tolerancia y la virtud merecen tal tormento?, es lo que apenas logra musitar el renacentista.
Sí, Dante, le dice Virgilio. Estás asistiendo a la más imparcial de las justicias... los pecados de estos condenados son tan grandes que aún se antojan pocos los tormentos que ahora sufrirán eternamente.
Virgilio... ¿la comprensión, la tolerancia y la virtud merecen tal tormento? -insiste Dante- ¡yo las hubiera imaginado premiadas en las alturas celestiales!
—Toscano... la comprensión es altanería, un sentirse encima de los demás y tan elevado en un pretender entender a todos sin nunca ser juzgado uno mismo que finalmente resulta pecado de soberbia. La tolerancia es debilidad con el pecado, en el fondo defensa de una conciencia desviada que desearía comprar la bondad de los demás para ser a su vez tolerado, seguramente a pesar de fechorías propias infinitas, eso es corrupción de lo más íntimo. La virtud inclaudicable se practica sólo en un hacer notar a los demás que muy por encima se está de ellos, resulta entonces suprema egolatría. Y por ello, en lo muy profundo, penan sin esperanza estos desgraciados.
—¿Quiénes, entonces, están "arriba", allá en las bóvedas celestes?
—¿No lo comprendes, Dante? Arriba están los seres humanos, los que no cedieron a la soberbia, ni a la corrupción ni a la egolatría, pues hechos tanto de aciertos como de defectos que así es la vida misma, no fueron débiles al buscar sin claudicaciones su felicidad... arriba y muy arriba está la vida y, "aquí abajo", yacen los mansos virtuosos de solemnidad, ¡sólo careta de una retorcida y no confesa vanidad!
En silencio profundo queda el florentino. ¿Quién no se quedaría sin habla ante aquello?... Pero al fin algo musita para sus adentros: si la virtud merece este infierno y el pecado el elevado cielo, entonces... ¿QUIÉN manda "allá arriba" realmente? ¿QUIÉN entonces controla todo aquí en las honduras?, ¿o no será al revés? Desvarío... "

Friedrich lee ahora su anterior fragmento, satisfecho. ¡Bienaventurados los mansos y los débiles porque ellos llevarán cencerro y de cabeza irán al matadero!, exclama, ¡sí, en los profundos infiernos han de estar para que se salve la especie humana purgada ya de esos rebaños!


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oximoron, agosto 2005
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