LAS PREVISIONES DE 1931[1]

(10 de julio de 1939)

 

I

«En el momento en que se escriben estas líneas -principios de mayo de 1931- la revolución no-sangrienta, pacífica, gloriosa (la lista de adjetivos es siempre la misma) en España prepara, ante nuestros ojos, las "jornadas de junio" según el calendario francés, o las jornadas de julio" según el calendario ruso. El gobierno de Madrid, nadando entre frases que parecen a menudo traducidas del ruso, promete tomar amplias medidas contra el paro y la miseria campesina, pero no se atreve a tocar ninguna de las viejas lacras sociales. Los socialistas de coalición ayudan a los republicanos a sabotear los problemas de la revolución. ¿Es difícil prever un aumento febril de la exasperación de los obreros y campesinos? La falta de concordancia entre la revolución de las masas y la política de las nuevas clases dirigentes es la fuente del conflicto irreductible que, en su desarrollo, o bien enterrará la primera revolución, la de abril, o bien acarreará una segunda.»

L. Trotsky, Oktiabr'skaja Revoljucija, p. 101[2]

 

II

«En España, país clásico del bakuninismo, los anarcosindicalistas y los que aún se llaman anarquistas «específicos» o puros, al negarse a la política, renuevan en realidad la política de los mencheviques rusos. Los enfáticos negadores del estado se inclinan respetuosamente ante él en cuanto se mueve un poco. Mientras ponen en guardia al proletariado ante las seducciones del poder, sostienen abnegadamente el poder de la burguesía "de izquierda". Mientras maldicen la gangrena del parlamentarismo, les pasan a sus partidarios a escondidas el boleto de voto de los vulgares republicanos. Cualquiera que sea la solución de la revolución española, acabará, en cualquier caso, para siempre, con el anarquismo.»

L. Trotsky, OktIabrskaja Revoljucija, p. 206 [3]

 

 

 

HAY QUE ROMPER CON LA BURGUESIA

 

tomo segundo