EL ESTALINISMO Y LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA[1]

(1.º de julio de 1939)

 

El difícil imaginarse invención más estúpida que la de invocar la actitud de Hitler y Mussolini en los acontecimientos españoles como prueba de la intervención revolucionaria de los soviets.[2] La revolución española que ha estallado sin Moscú y de forma inesperada, ha mostrado rápidamente una tendencia a revestirse de un carácter socialista. Por encima de todo, Moscú temía que los atentados a la propiedad privada en la península Ibérica acercasen Londres y Paris con Berlín en contra de la U.R.S.S. Después de algunas dudas, el Kremlin ha intervenido en los acontecimientos con el fin de contener la revolución en los límites de un régimen burgués. Las acciones de los agentes de Moscú en España iban dirigidas a paralizar cualquier movimiento independiente de los obreros y campesinos y a reconciliar la burguesía con una república moderada. El partido comunista español se situaba a la derecha del Frente Popular. El 21 de diciembre de 1936, Stalin, Molotov y Vorochilov, en una carta confidencial a Largo Caballero3 recomendaban con insistencia, al en ese momento jefe del gobierno español, que no se produjese ningún atentado contra la propiedad privada, que fuesen concedidas garantías al capital extranjero, que no se violase la libertad de comercio Y que se mantuviese el sistema parlamentario sin tolerarse el desarrollo de los soviets. La carta dada a conocer recientemente a la prensa por Largo Caballero, por mediación de un antiguo embajador español en París, L. Araquistain (New York Times del 4 de junio de 1939), resumía perfectamente la actitud conservadora del gobierno soviético frente a la revolución socialista.

Además hay que hacer justicia al Kremlin que consiguió que su política no quedase en meras palabras. La G.P.U. en España ha llevado a cabo una brutal represión contra el ala revolucionaria «trotskistas», poumistas, socialistas de izquierda; anarquistas de izquierda).[3] Hoy, después de la derrota, las atrocidades y las falsedades de la G.P.U. en España están siendo reveladas por los politicos moderados que han utilizado ampliamente el aparato policial de Moscú para aplastar a sus adversarios revolucionarios (...).[4]

 

 

 

 

LAS PREVISIONES DE 1931

 

tomo segundo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5.

 



[1] T. 4591-1. Extraído del artículo «El Kremlin y la política mundial», fechado el 1 de julio de 1939, pero que no sería publicado en el New Internacional más que tres años después, en octubre de 1942.

[2] Es clásico ese argumento: era ya el de Marceau Pivert y parece que Trotsky pierde la paciencia ante la actitud fatalista de los que lo emplean.

[3] En efecto, es larga la lista de las víctimas de Stalin en España, mencionadas aquí a lo. largo de las notas dispersas. Una recapitulación. no está desprovista de interés. Además de Andrés Nin, Kurt Landau, Erwin Wolf, Marc Rhein, Moulin, Camillo Berneri, y Barbieri, los anarquistas italianos, Alfredo Martínez, Robles, citemos a numerosos militantes del P.O.U.M., Marcial Mena, héroe de la victoriosa resistencia frente a la sublevación fascista de Lérida, antiguo comisario político del Castillo, el maestro sindicalista Jaime Trepat, Juan Hervás, el antiguo secretario de la Escuela unificada de Cataluña, el militante de Bilbao, José María Arenillas -hermano de José Luis, ejecutado a garrote vil por los franquistas- y los voluntarios extranjeros, cuyo recuento es imposible, siendo el caso más famoso, el del joven inglés Bob Smilie, representante de las juventudes del I.L.P., muerto en la cárcel de una «apendicitis» más que sospechosa. La solidaridad internacional obrera consiguió arrancar algunas víctimas a los verdugos, cuando pertenecían a países donde podía expresarse abiertamente como el socialista belga, Georges Kopp, los socialistas franceses pivertistas, Gaston Ladmirán y Nicolás Sundélevitch, los americanos Harry Milton, y Russell BlackweIl, llamado Rosalio Negrete que fueron puestos en libertad. Pero, al pie de un artículo sobre los crímenes del estalinismo en España, es necesario recordar las ejecuciones en masa de los consejeros rusos a su vuelta, así como la persecución que iba a recaer años más tarde sobre los veteranos de España, los miembros de las «Brigadas Internacionales» en los países de las democracias populares durante la época de las grandes purgas: el húngaro Laszlo, Rajk, ahorcado, el checoslovaco Oskar Zavodsky, ahorcado,  y algunos escapados famosos, como el polaco Vaclav-Konior, y Arthur London: una época en la que el P.C.F. atacaba a André Marty y Charles Tillon que habían, asimismo , militado en España durante la guerra.

[4] Luis Araquistáin, antiguo teórico de la izquierda socialista y maestro de Largo Caballero y de las Juventudes, había sido, durante la guerra civil, embajador de la República Española en París, lo que constituía para él una semiretirada. Después de la guerra, refugiado en Estados Unidos, empezó a publicar «revelaciones» sobre el papel de los estalinistas en España. Otros iban a seguir su ejemplo, empezando por Indalecio Prieto. Pero todavía estamos esperando las memorias del católico Manuel de Irujo, ministro de justicia durante el gobierno de Negrín, ya que serían muy ilustrativas.

 

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