Viernes 5 de marzo

        Fui caminando hasta el canal, al lugar donde nos bañamos. Decidí observar más de cerca el tema de los canales. Las paredes del canal secundario, al menos cerca del puente, tienen piedras bocha, debajo hay un polietileno impermeable negro que las separa de la tierra. Con un sistema de compuertas pasa el agua a los canales terciarios que pasan frente a las chacras y regulan el caudal de éste. De los canales terciarios se desprenden otros que van al interior de las chacras. Paralelo al canal terciario hay aquí un canal de desagote o desagüe.
        Mirando todo esto, me detuve frente a la entrada de la chacra Nº 41. Vi una casa cuyo estilo me decía que había sido construida muchos, muchos años antes, con una acogedora galería al frente. Allí había un hombre mayor. Llamó mi atención. Me acerqué a conversar con él, de puro metido que soy. Sonrió ante mis preguntas. Sus ojos negros se pierden en la lejanía y con una personal forma de narrar los recuerdos, intentando atrapar el tiempo me habla de su abuelo y de su padre. Comienza desde el lugar de origen: Guaymallén (Mendoza) y la Expedición del General Roca. Ellos vinieron con su ganado, luchando por dominar la agresividad del suelo árido. Y el viento, ese viento constante que azotaba despiadadamente y que al recordarlo aún lo estremece. Atesora en su memoria la riqueza de haber vivido instantes cruciales en el desarrollo del pueblo. El nació aquí el 11 de diciembre de 1915. Una vida de trabajo y lucha se evidencian en cada pliegue de su rostro. Desgrana los recuerdos con cada foto o con cada documento que encuentra: su tío, Ernesto Frestet, fue el primer fotógrafo de Allen, y gracias a él puedo contemplar reuniones, fiestas, allá, hace mucho tiempo rayano el olvido.
        Desfilan en su relato los pioneros con las tareas de emparejar suelos indómitos, curar la tierra agreste, sembrar alfalfa... por allí, Bonos de la Cooperativa de Irrigación (1907-1910) de fecha 31/07/1914, atestiguan sus dichos. José Escales, la inundación, Don Patricio Piñeiro Sorondo, el ferrocarril como dimensión de comunicación y deseos de quebrar distancias, de acercar colonos y medieros con las ciudades, aliviando bueyes y carretas para largas travesías.
        Recuerda la inauguración del Hospital Regional y al Dr. Accame. Me relata que una noche sintió dolores intensos en un costado, en la cintura y aparecieron en ese lugar granos muy feos. ¿A quién llamaron? A doña Pereyra, una curandera que vivía en el Barrio Norte, que había sido cautiva de los aborígenes y allí había aprendido su ciencia de curar. Hizo que le escriban con tinta en el lugar donde estaban apareciendo los granos: Jesús, María y José. Luego le colocó un ungüento del que sólo ella conocía sus componentes, pero él sospecha que entre otras cosas tenía bosta de vaca hervida. Y se curó de la "culebrilla".
        Afloraban a su memoria, con emotiva emoción, los sucesos del día que encontró la chapa de hierro que fue colocada en la cruz de la tumba de su abuelo. Pude leerla. Escrita artesanalmente. Dice la edad, pero no el año de fallecimiento. La guarda con inmenso cariño en un cajón de su escritorio.
        No tuvo hijos, lo dice con tristeza. Recuerda que un día se cayó un niño al canal principal. El se sacó los zapatos y se arrojó a las aguas. Pudo salvarlo, luego de dramática lucha por encontrarlo y de poder salir ambos muchos, muchos metros más abajo de donde sucedió el hecho. Vecinos llevaron al niño a su casa. Allí, una madre viuda esperaba a su único hijo. Envió al médico, pero nunca supo cómo se llamaba el niño, ni dónde vivía. Muchos años después, va a un aserradero. Un joven se acerca, de los que estaban trabajando y lo saluda con mucho afecto. El no recordaba quién era, entonces le dice: "Ud. salvó mi vida. Me arrebató a las aguas del Canal Principal. ¿Se acuerda?" La voz se quiebra y sus ojos se humedecen...
        Este hombre que tuvo una participación activa en la vida de Allen, es nada menos que Don Gregorio Maza, hermano del Juez Isidoro Maza. No hacen falta más presentaciones. Hay personas cuyas obras trascienden por sí solas.
        Regresé tarde a casa. Tía Ana me amonestó. Estaba muy preocupada. Apenas cené, me encerré a atesorar mis recuerdos.
        Mamá y papá me llamarán enseguida. Quiero contarles todo.
 

11 de marzo

        Las clases comenzaron como estaba previsto el 8 de marzo con las sombras agoreras de conflictos docentes y paros, aparte de eso, la novedad la constituye que el Bachiller con Orientación Docente tiene su propio edificio a partir de este ciclo lectivo. Antes compartían el edificio del Colegio "Mariano Moreno" tres establecimientos, si es que no entendí mal: a la mañana funcionaba el B.O.D. (Bachiller con Orientación Docente), por la tarde el Comercial Nº 1 y a la noche el Comercial para Adultos. Según me contaron, unos años atrás el Colegio Industrial ocupó algunas aulas hasta que se construyó su moderno edificio sobre Brentana entre España y Sáenz Peña, en la misma manzana que el "Mariano Moreno".
 

12 de marzo

        Tía Ana desempolva una caja con fotos y recortes de diario; nos mostró a Mariana y a mí dónde funcionó la primera escuela secundaria de Allen y nos contó:
        —Recuerdo que fue en 1957, sí, aquí lo tengo anotado, el 24 de noviembre, se reunieron en el Salón Municipal en Asamblea, varios vecinos que gestan la creación de un colegio secundario. Eligen una comisión presidida por el Dr. Marcelo Moneta a quien acompañan Juan Tarifa, H. Silvetti, Carlos Digiuri, Pedro Insúa, Jaime Encán, Raúl Calib, José Prospitti, Primo Campetella, Antonio de la Cruz, Raimundo Ferroni, Julio Tortarolo. El Colegio Secundario Provincial "Mariano Moreno", según yo lo tengo aquí anotado, fue creado el seis de marzo de 1958 e inaugurado el 17 de dicho mes y funcionó en un local del Sr. Lazzari (que aún se conserva y tía promete mostrármelo), hasta que se edificó el actual edificio. Recuerdo que cuando se colocó la piedra fundamental actuaron como padrinos el Gobernador Dr. Castello y la rectora señorita Haydée Silvetti, y lo hicieron en un terreno cedido por la Municipalidad. Fue un día de fiesta para Allen. Lean este recorte de diario, pero no me lo estropeen que ya está muy viejo —nos dijo.
        —¡Cuántos recuerdos, tía! ¡Hasta recortes de diarios tenés guardados! —le dije.
        —Sí. Confieso que mis ojos se humedecen al acariciar estas fotos. Cada vez que abro mis recuerdos guardados en este álbum, siento una emoción punzante que me oprime el pecho. ¿Congoja? No. Creo que es orgullo. Me detengo en cada foto, que me insume varios largos minutos por página. Aquí está prisionera la historia de mi infancia, mi adolescencia. ¡Mi vida! Y en ella mi esposo al que aún amo.
        Vimos tan triste de golpe a la tía, que Mariana y yo al unísono dijimos tener mucho sueño. Yo no sabría cómo consolarla. La muerte, en este caso, no tenía retorno. Mi tía no pudo tener hijos. No creo que nosotros suplamos esa ausencia, ¿o tal vez sí?
 

Sábado 13 de marzo

        Gaby trajo una perra que encontró sin dueño. Los chicos la acariciaron y le dieron de comer. Tendrá unos 20 cm de altura. Es muy juguetona. Los chicos le hacen bromas a Gaby porque siempre recoge animales abandonados y les busca dueños. Esta perra la llevará a su casa; le puso de nombre "Laika", aunque no tiene nada que ver con la perra rusa. Pregunté de qué raza era para que le demuestren tanto aprecio. Respondió que era "Cualunque". A mi cara de no conocer esa raza, todos rieron. Dijeron que la traducción era: "cruza de calle con vereda". Sólo atiné a acariciar a Laika.

* Datos históricos del Colegio Secundario "Mariano Moreno" extraídos del Libro histórico del establecimiento y otra documentación allí existente.

Los chicos del barrio: en casa de Toni.


14 de marzo

        Sé que no es necesario que les escriba, pero igual quiero, necesito hacerlo, aunque sea nada más que para decir:
        Querida mamá:
               Las clases adquieren poco a poco la rutina que será habitual. Formo parte de un numeroso grupo de chicos de 4º 1ª del Colegio Comercial Nº 1 "Mariano Moreno". Según los chicos, ésta será la última promoción de Peritos Mercantiles ya que el colegio cambia su modalidad.
               Estoy bien, pero no tanto como si estuviera con Uds.
               Tía Ana me mostró fotos y narró algunos fragmentos de historia de la localidad. Logró despertar mi curiosidad.
               Estoy haciéndome muy amigo de los chicos del barrio. La mayoría estudia en el mismo colegio al que concurro, aunque algunos asisten al Industrial y otros al Bachiller.
               Posiblemente comience a practicar voley o basquet en el Club Unión. Queda muy cerca de la casa de tía; son los deportes que practican varios de los chicos del grupo, por eso no sé con cuál quedarme.
               Los chicos están organizando un partido de fútbol con chicos de otro barrio.
               Adjunto una foto que me saqué con el valle dorado de fondo. La tomamos ayer desde el Mirador de Neuquén. La vista de allí es impresionante. Las chacras constituyen un damero en el que alternan amarillos, ocres, esmeraldas y una vena azul; rodeadas por las bardas agrestes en las alturas y a sus pies los médanos vencidos por el trabajo del hombre.
               Recuerda que espero todos los sábados tus llamados.
               Dile a papá que me encantaría comprarme una bicicleta.
               Recuerden que los quiero y los espero. Un beso de

                                                                                             Martín

        Creo que con algunos retoques de sintaxis estará lista para ser enviada.
 

16 de marzo

        Toni y Gastón estaban en la esquina y de a poco nos reunimos todos. Cuentan anécdotas más o menos cómicas. De pronto, se acordaron que hace unos años, cuando aún iban a la primaria, unos seis o siete años atrás, en vacaciones, decidieron que tenían que hacer algo para juntarse unos pesos, se organizaron y fueron a hacer cajones a lo de "Martínez". No sé qué será, supongo que algo así como un aserradero. La cuestión es que los más chicos armaban los enrejados y Marce terminaba de armar el cajón. Cobraba uno y se repartían el dinero. Dejaron porque se machucaron todos los dedos a martillazos y más de una vez tuvieron que rehacer el trabajo. Consecuencia: ganaron aproximadamente entre 0,60 y 0,80 ctvs. cada uno. Ellos cuentan que estaban muy orgullosos con ese dinero, pero que les pareció muy poco salario.
        Se compraron bombitas para el carnaval y otras cosas así.
 

Miércoles 17 de marzo

        Parece que el partido de fútbol será la próxima semana. Tenemos que entrenarnos.
 

Sábado 20 de marzo

        Estoy esperando el llamado de papá y mamá.
        Hoy nos entrenamos en el campito. Llegué todo sucio, lleno de tierra. Tía me señaló el baño sin decir nada. Tuve que lavarme las zapatillas. Es la primera vez que lo hago. No quedaron muy blancas. Mariana se rió porque no sabía cómo lavarlas mejor.
 

Domingo 21 de marzo

        Fuimos a una chacra. La pasé bárbaro. Me permitieron manejar un tractor. Me explicaron cómo se cosecha la manzana. Descubrí muchas cosas interesantes.
        Estoy tan cansado que me iré a dormir. Mañana temprano tengo que ir a la escuela.
 

Miércoles 24 de marzo

        Tenemos mucho que estudiar. Postergaremos el partido de fútbol. Mejor, así podré entrenarme un poco, soy bastante "pata dura", según los chicos.
 

Viernes 26 de marzo

        Recibí carta de mis padres. Me enviaron dátiles y algunas fotos-postales. Me gustaría mucho estar allí, aunque no lamento lo que estoy viviendo, me está gustando estar aquí. Disfruto la libertad de mis movimientos. Aquí vivo tranquilo y seguro.
 

Miércoles 31 de marzo

        No todo es color de rosa. Tengo que colaborar con los mandados y algunas tareas hogareñas; además, tengo bastante para estudiar. Estoy practicando voley y basquet, lo que no me deja mucho tiempo libre. Tengo que decidirme por uno.
 

Jueves 1º de abril

        Se decidió que esperaríamos Semana Santa para disputar nuestro partido de fútbol. No falta mucho.
        Estuve charlando con Analía y Cristina. Me invitaron a escuchar música a la noche en nuestra esquina. Fueron a la Radio "Armonía" y le pidieron a Roberto Mendoza algunos temas que dedicaron. No me lo voy a perder. La mayoría de los chicos irá.
 

Viernes 2 de abril

        Las escuelas primarias han comenzado a estudiar los acontecimientos de la Semana de Mayo y la Fundación de Allen; se organiza una gran fiesta para conmemorar el aniversario de la ciudad. Los mayores vamos a colaborar con los más chicos.
 

Sábado 3 de abril

        Nos juntamos en la esquina. Están: Analía, Cristina, Fabiana, Marcela, Roxana, Silvana, Yanina, Mariela, Silvina, Daniela, Marina, María Marta, Mariana, Marcos, Toni, Javier, Pancho, Gaby, Marce, Gustavo "Chocolate", David, Gastón, Pablito, Darío, Carlos, Edgardo, Nicolás, Fabián, y tal vez alguien más que se me pasó por alto.
        Jugamos un partido de voley y luego decidimos que practicaríamos más tarde un poco de fútbol. Las anécdotas escolares están a la orden del día. Hay algunos romances en el grupo. A mí me gustan dos chicas. No sé por cuál decidirme. Algunas están charlando muy animadamente de hockey. Valeria y Mariana integran el equipo. Están copadas con las polleritas y remeras que usarán. Nosotros, los varones, también. Trataré de ir a verlas.
 

Martes 6 de abril

        Hoy me retrasé y no llegué a la hora convenida para reunirme con los chicos. Tuve que hacer mandados para mi tía. Los chicos me dijeron que no era nada con tal que no suceda el sábado que es el partido con los chicos del barrio de Emiliano. Este es famoso por sus ocurrencias.
        —¿Dónde jugaremos? —pregunté.
        —En la canchita al lado de la de los "sapos".
        —¡Vaya nombre! ¿Por qué se llama así?
        —¿Por qué crees? —dijeron.
        —Quiero conocerla —dije—, para saber si le hace honor al nombre.
        —Che, Martín —dijo Darío—. Será mejor que la conozcas antes para salvar cualquier eventualidad si se te hace tarde.
        —Sería lo mejor, pero no sé a qué te referís con eso de si se me hace tarde —respondí.
        —Te vamos a contar una anécdota:
        "Cuando éramos más chicos, íbamos a la primaria todavía, se organizó un torneo de fútbol en Fernández Oro. No se necesitó mucha convocatoria para reunirnos, sobre todo porque el que nos organizaba era el maestro, papá de Pancho, Gaby y Teto, entonces el permiso era concedido sin problemas. Además, para trasladarnos nos llevaban el maestro en su Ford Sprint; la Pocha, mamá de Pablito, en su coche; el papá de "Petete" en su camioneta; el papá de Rodolfo C., el papá de Guillermo H. Eran varios los que colaboraban. Nos fue bien en el campeonato. Nos entrenábamos en un terreno baldío en la otra cuadra al atardecer y los padres charlaban sobre estrategias, la verdad que teníamos varios D.T. A veces entrenábamos en la calle. Cualquier lugar era bueno para nosotros. Nos pasábamos horas discutiendo posiciones, jugadas estratégicas, gambetas, chilenas..., todo era practicado después. Llegó el último partido, el decisivo. Era un miércoles. El primero y segundo puesto estaban echados a la suerte del ganador y perdedor del encuentro. A las siete, muy ruidosos, estuvieron presentes Gastón, Rodolfo "Topito", "Petete" S., Toni, Pablo, Gaby, Pancho, Carlos, Darío, Pablito, Fabián, Guillermo H. "Rulo", las chicas que hacían hinchada y eran infaltables, los padres con los autos; recuerdo el R-12 blanco de Pocha lleno hasta más no poder como todos los vehículos. A todos les llamó la atención que faltaba alguien, pero... pensaron que ese día no iría; lo esperaron quince minutos y luego se fueron. Eran casi las veinte y treinta cuando estaba por comenzar el partido cuando uno de los chicos dijo:
        —¡Miren! ¡Ahí llega Daniel!
        Y efectivamente, Daniel llegaba con su "bici" en la mano, colorado, pero con muchas ganas de ser parte del equipo que ese día defendiera el nombre del barrio "Guarnieri".
        El partido fue emocionante: primero hacemos un gol. Ninguno iba a quedarse con una derrota así nomás, llegó el 1 a 1, luego 2 a 2 y concluyó con la victoria de los "Guarneritos" por 4 a 3. ¡Un partidazo! jugado y disputado en cada sector de la canchita.
        La euforia con la Copa en la "vuelta olímpica" fue acompañada por la fervorosa hinchada del barrio. Cuando, antes de partir, el maestro le dice a Daniel:
        —¿Qué te pasó que no viniste con nosotros? Te esperamos para traerte y llegaste con la bicicleta en la mano y caminando...
        —¿Sabe? —dijo—. La bici se me pinchó en el camino, pero como yo sabía que había una camioneta para traerla a la vuelta, no me importó y seguí a pie con ella.
        —Pero... decíme: ¿Por qué no estuviste a la hora fijada para venir con todos?
        —La verdad, me porté mal y mi papá me castigó. Estaba cumpliendo mi penitencia y las ganas de jugar fueron más fuertes que el miedo a la paliza así que me escapé por la ventana de mi cuarto, saqué la bici y ahora... ahora tengo que volver a casa.
        Daniel con su bici y sus pocos años se fue persiguiendo una ilusión: cinco kilómetros en bici y dos a pie. Llegó, jugó como si nada, fue uno de los ganadores, pero para regresar a casa pidió la compañía de un padre del grupo para que calmara a su progenitor por su escapada. ¡Qué Daniel!"
        Entonces comprendí por qué me enseñarían el lugar, aunque mi tía no me castiga y mi padre está muy lejos...
 

Sábado 10 de abril

        Hoy, al fin, jugamos el partido de fútbol. Todo marchó muy bien hasta que ganamos; entonces Gaby dijo:
        —¡Corramos! ¡Dale! ¡No te quedés parado!
        Yo no entendía nada, pero bien pronto comprendí: el equipo vencido, sus enojados jugadores, piedras en mano, nos corrieron más de una cuadra. No sabía que había perdedores así. La próxima vez me entrenaré en carrera también.
        Por ser Sábado de Semana Santa acompañaré a tía Ana y Mariana a la Iglesia. Mamá tendrá que llamar mañana.
 

Martes 13 de abril

        Comencé a investigar sobre la fundación de Allen. Fui a la Biblioteca. Casi no se consigue material. Nuria y Mariela me prestaron carpetas que confeccionaron con recortes y fotocopias. Es difícil conseguir datos.
 

Miércoles 14 de abril

        Hablé con una profesora de historia del secundario, la Sra. María Inés Mariani. Cuando se recibió de profesora elaboró su tesis investigando la historia de su pueblo, luego ciudad. Muy amablemente me contó algunos hechos que voy a comentar más adelante cuando los ordene.
 

Jueves 15 de abril

Querida mamá:
         ¿Te acordás de la Iglesia donde te casaste con papá, la misma donde te bautizaron? Estuve preguntando por ella. Me llevaron y sólo vi un terreno baldío. No entendía nada. Parece, según me aclararon, que una pared corría peligro de derrumbarse. El cura párroco informó a los feligreses, pero nadie pensó en la gravedad de lo dicho; un día no estuvo más: fue demolida por razones de seguridad.
         Pensé en Catalina Piñeiro Sorondo y todas las señoras que colaboraron para levantar ese edificio que albergó a la patrona de la localidad: Santa Catalina.
         Acabo de comprobar que existe una realidad que necesitamos ver y otra que necesitamos comprender.
         ¿Es pecado la indiferencia? ¿Cómo se logra el compromiso personal? ¿Para qué sirve la memoria?
         Tengo miedo, mamá. Miedo de que un día yo esté distraído y alguien demuela o, tal vez se derrumbe solo mi templo interior, y yo esté tan ocupado que no me dé cuenta hasta que sea demasiado tarde, y sólo me quede ser otro Jeremías y vivir de lamentaciones el resto de mis días.
         Te adjunto una foto que conseguí para vos de recuerdo. Yo tengo la mía. La guardaré como testimonio.
         Creo que es una responsabilidad colectiva.
         Un beso grande

                                  Martín

P.D.: La copiaré tal cual, me gusta cómo quedó.


Los chicos del barrio (portada)

Elisa Ofelia Pérez (biobibliografía de la autora)

Parte I

Parte III

Parte IV

Bibliografía


Suburbio Ra

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